Estudio de opinión a nivel nacional (16.04.24) Publicación.pdf
Hego Berria 136 Octubre 2023
1.
2. SENSACIONES DESPUÉS DE LA VISITA
A LAS DIFERENTES MISIONES
Lubumbashi, 5 de julio de 2023.
Queridos amigos, Paz y Bien en el Señor.
Soy Margarita Robles, religiosa Terciaria Capuchina de la Sagrada Familia, misionera en
la República Democrática del Congo.
El motivo de estas líneas es en primer lugar expresar mi más profundo agradecimiento a
la Fundación Amigos de Mufunga. Sé que detrás de un proyecto tan grande como este,
hay todo un equipo que en lo secreto trabaja para que un milagro se pueda convertir en
una realidad. Sin duda los nombres de tata Luis, tata Alfonso, José Ignacio, Iñigo Iriarte y
muchos otros están grabados en el corazón y en la memoria de toda esta gente que tuvo
y tiene la posibilidad de conoceros. En lo personal me impactó muchísimo la extensión de
esta obra, de norte a sur, cubriendo la zonas más recónditas y pobres del Gran Katanga.
La labor de los misioneros Vascos, igual que la de Jesús, es la de privilegiar a los más
pobres entre los pobres. Esta gente por sus propios medios jamás habría podido salir de
sus aldeas y tener acceso a la fe, la educación, la salud, la apertura de mente para ser
críticos con la realidad de un país que se hunde cada vez más en la ignorancia y el
dominio de unos pocos.
En todos los lugares por donde pasamos, repetían con insistencia que estos misioneros
venidos de un lugar lejano, dejando toda clase de comodidades vinieron aquí movidos
solo por una vocación de servicio y de amor desinteresado y dejaron una huella
imborrable que no se terminó cuando los misioneros Vascos regresaron ya sea de vuelta
a su país o a la Patria definitiva, por el contrario como un pequeño grano de mostaza hoy
es un árbol frondoso que está produciendo grandes frutos.
Encontrar gente muy bien preparada,
comprometida tanto a nivel profesional como
religioso, es una satisfacción que puede
enorgulleceros, pues ustedes son parte esencial
de estos logros. Por lo que pude constatar en
cada zona de misión, Likasi, Kansenia, Bunkeya,
Mufunga, los misioneros supieron adaptarse y
buscar soluciones concretas a la realidad de
cada lugar. Sin duda alguna la misión que el
padre Xabier realiza en Panda-Likasi merece un
apartado especial tanto por la extensión física de
la obra como porque el protagonista principal
aún está en el campo de batalla.
Al padre Xabier lo conocía solo de vista, cuando nos encontramos en la casa provincial de
los salesianos para retirar las cajas que nos llegan, pero estar ahí, en su lugar de misión y
ver con mis propios ojos las obras que ahí se llevan, me dejó una impresión muy fuerte. A
partir de ahora, lo tengo como a esas personas que solo una vez en la vida se pueden
encontrar y siempre agradeceré a Dios por haberlo enviado aquí a sembrar semillas de
evangelio.
3. Estoy convencida que una obra de esa talla ningún misionero la ha hecho aquí y por
supuesto él ha sido el instrumento principal, pero una orquesta no funciona con la buena
intención y el talento de una sola persona. Y aquí, lo que cada uno de ustedes ha
aportado y sigue aportando es fundamental, es una obra con una estructura física
apropiada, personal capacitado, ordenada, con visión de futuro… y sobre todo que está al
servicio de los más pobres y marginados aquí en el Congo; huérfanos y discapacitados.
Hago un remarque en estos dos últimos, ya que todo el conjunto es muy extenso, dentro
funcionan centros educativos, instituto profesional, centro de salud, la parroquia… pero
quedé muy marcada por el orfanato y el centro para los discapacitados, los niños y niñas
son felices, muy bien atendidos, se sienten valorados, amados, aceptados. Si me
preguntaran de escoger con cual obra me quedaría, sin duda esta sería mi opción.
Dando un paso atrás, nuestra aventura comenzó con la llegada de Monseñor Joseba
Segura e Iñigo Iriarte. Con toda libertad les comparto que aquí en África ver un obispo “de
a pie” es raro, pienso que todas las personas con las que nos encontramos tuvieron la
impresión que fueron protagonistas de algo nunca visto.
El primer destino misionero fue Kansenia, comunidad donde el padre Alfonso Bilbao dejó
una huella imborrable, por lo que se constata los padres y las hermanas (Terciarias
Capuchinas de la Sagrada Familia, fundadas en Valencia en el año 1885) han llevado una
importante labor educativa, de promoción y desarrollo integral con énfasis en los niños y
mujeres. El padre Alfonso se dedicó a crear y dejar en funcionamiento un gran número de
escuelas en todas las aldeas pertenecientes a la misión, una obra que aún está vigente
gracias al apoyo del proyecto Kapiri.
Las hermanas dirigimos un hospital, pastoral parroquial y de tres internados, dos para
chicas y uno para varones, en donde reciben una formación integral. Cubrimos un número
aproximado de 150 internos, en su mayoría chicas que vienen de lugares remotos y que
no han tenido acceso a la educación. Aquí he sido destinada y hoy es mi primer día de
servicio en Kansenia. Soy la responsable de los internados antes mencionados, cuento
con la gracia de Dios y el apoyo de ustedes para llevar adelante esta obra.
Después de Kansenia estuvimos en Likasi, refuerzo lo antes dicho y esta vez resalto la
figura del padre Xabier. Aquí en el Congo las personas mayores son muy estimadas y
respetadas y sin equivocarme Xabier se lleva el premio. Se constata una parroquia viva,
entusiasta, comprometida. Como anécdota les comparto que durante la homilía del
domingo con toda la feligresía reunida, Monseñor hizo mención que tal vez era el
momento que Xabier regresase pensando en su salud, etc. El grito de la asamblea
diciendo “NOOOO” fue impresionante. Dejó al pobre Xabier sin aliento y profundamente
emocionado hasta derramar lágrimas.
En Bunkeya fue más un compartir fraterno
con las hermanas Carmelitas misioneras,
mujeres de corazón abierto y espíritu de
servicio que se deja ver en lo bien que
llevan las obras a ellas confiadas: un
hospital y un centro de capacitación para
chicas, todo esto cuenta con un equipo
humano y técnico de primera categoría.
4. Después de un largo viaje finalmente llegamos a Mufunga (tierra de gracia), bendecida por
Dios con una naturaleza majestuosa rodeada de montañas y cascadas que invitan a la
contemplación y la acción de gracias. Me quedo corta en lo que pueda decir, comenzando
por lo que significa para la gente de esta comunidad la figura del padre Luis Mari (ya está
canonizado). Me lo imaginaba igual que Jesús, con un gran celo evangelizador, haciendo
todo lo que estaba en sus manos para que el evangelio llegase a todos, y siendo
consciente que él solo no lo lograría comenzó lo que considero debe ser lo esencial en
una comunidad cristiana reciente: la formación de catequistas.
Mufunga cuenta hoy con una fuerte comunidad católica, bien formada y comprometida.
Aquí se lleva un gran número de obras comenzando por la escuela donde los niños más
desfavorecidos reciben ayuda, un instituto que, bajo la dirección de un sacerdote
diocesano, cumple con las expectativas de lo que el padre Luis Mari querría: formación de
calidad, dos grupos de mujeres que, como en muchos lugares, son el rostro materno de
Dios, dedicadas a servir y ayudar. Lo que ustedes con tanto esfuerzo envían, ellas lo
transforman en pan y trabajo para muchos.
Sin duda la obra que ha tenido
una repercusión enorme ha
sido el programa de becas de
estudio para todos los niveles
de educación. Encontrar
profesionales y jóvenes que
estudian da una gran
satisfacción, ya que sin duda
alguna sin esta ayuda habría
sido imposible acceder a la
educación que aquí en África es
privilegio de unos pocos y los
excluidos son siempre los más
pobres, por supuesto.
Tendría material para escribir
una revista, pero me detengo
aquí. Con un corazón
enormemente agradecido a
Dios, a mi comunidad y a Monseñor Joseba e Iñigo por haberme permitido vivir esta
experiencia tan maravillosa. Soy misionera desde muy temprana edad cuando una
religiosa Terciaria Capuchina (española) a los niños de la infancia misionera nos
compartía su experiencia como misionera y nos decía la importancia y necesidad de
ayudar a los demás. Ahí se encendió en mí el deseo de ser misionera y aquí estoy muy
feliz de haber escogido este camino.
No dejen apagar esa llama de amor y servicio hacia los más necesitados- el mundo es
prácticamente el mismo que Jesús. Francisco de Asís, la madre Teresa de Calcuta…
encontraron y sintieron el deseo de hacer “algo” por mejorarlo, hoy somos nosotros, y los
pobres continúan a creer y soñar que hay la posibilidad de un mundo mejor, más justo y
más humano. ¡Hagamos posible ese sueño!
Dios les bendiga.
Con cariño, Hna. Margarita Robles.
5. ESKERRIK ASKO! AGRADECIMIENTOS
Hola a todos, soy la hermana Anastasia, hermana de San José en Likasi-Panda/kilima cha kitumaini.
Trabajo en el instituto superior de técnicas médicas/ISTM en Likasi-Panda. El promotor es el padre
François Goikuria, a quien conocéis bien. El Instituto se vio beneficiado con una donación de 10
microscopios que ustedes nos enviaron como aporte al avance de nuestra escuela. Nuestro más
sincero agradecimiento por este acto de caridad.
Nuestros saludos a todo el equipo de soporte. Una vez más, gracias.
Hna. Anastasia, directora de la escuela.
Apreciados todos, Paz y Bien en el Señor.
Con estas sencillas letras os hago llegar nuestra gratitud por todo lo que están haciendo por nosotras.
Hoy recuperamos ya las cosas del contenedor que se envió en diciembre, todo llegó en perfecto
estado y nos servirá muchísimo en la misión que realizamos aquí en la casa de formación. Hay un
grupo de cuatro postulantes que están terminando su primer año de postulantado, otra que se prepara
para irse a Benin para continuar la etapa del noviciado y el 4 de junio otras tres chicas comenzarán el
postulantado. Que el Señor dador de todo bien continúe llenando vuestras vidas de la abundancia de
Su gracia y bendición.
Un saludo fraterno, Hna. Margarita Robles (Capuchina Terciaria en Lubumbashi).
Agradecemos vuestro apoyo en el apostolado que realizamos en Congo e intentaremos enviaros
fotos. Que el Señor os colme de salud para trabajar mejor en su campo a fin de dignificar a su pueblo
a través de estos gestos de misericordia.
Hna. Virginie Kazadi (Capuchina Terciaria en Kansenia).
Queridos todos:
Todo el contenido del contenedor llegó estupendamente, aunque lo abrieron y rompieron algunos
cartones que venían en su interior. Creo que no faltaba nada ni tampoco se estropeara. Os mando la
relación de algunos cartones que venían en él. Solo lo hago con dos de los cartones, porque había
uno entero para Maribe y otro para el dispensario. A esos ni los toqué.
Calendarios. Material de cocina: 2 jarritas, para poner harina, sal, una aceitera, para rallar, 6 sobres
con pasta, avena, arroz, cuchillos, etc.
1 Paquete de cepillos de dientes. Botellas de jabón antiséptico.
Ropa usada, trabajos de punto (mejor si son un poco más alargados para que les sirvan a las mujeres
para cubrirse en este tiempo frío).
2 paquetes con paquetitos de lentejas, 2 latas de Eroski de frutas variadas, 1 botellín de atún Eroski, 1
cartón con 15 botellas de aceite,1 Paquete de edulcorantes Baqué: para mí.
Libros de francés, dos cálices, muletas a repartir, armaduras de gafas, cunas y colchones, carpetas,
camisetas deportivas, un paquete hermoso de medicinas (estupendas), un aparato grande, muy bien
acolchado, que no sé para qué sirve (para estas fechas ya está aclarado su uso).
Gracias también por la cantidad de "COREGA" que habéis mandado. Y en cuanto al paquete de
medicinas que me mandabas ¡Enhorabuena! Ha sido un envío formidable.
Un abrazo, Xabier Goikouria.
6. PANDA-LIKASI
Y LA CREACIÓN DE XABIER
MIKEL ROBLEDO LÓPEZ
Empieza a quedar lejos mi viaje a la República Democrática del Congo en julio de 2022. Más
de un año y un viaje del Obispo de Bilbao e Iñigo de por medio. Los recuerdos se empiezan a
volver difusos, pero continuaré escribiendo mi experiencia para que no desaparezcan.
El tramo de Bunkeya a Panda tenía la carretera en mejor estado, ya que poco a poco nos
íbamos acercando a Lubumbashi. Cuando llegamos a la “Colina de la esperanza” (Kilima
Cha Kitumaini), Xabier Goicouria nos estaba esperando. Por delante teníamos dos días y
medio muy intensos para poder conocer los muchos proyectos puestos en marcha por él.
Al día siguiente, comenzamos la mañana con una reunión con los directores del complejo
escolar Saint François. No había muchos alumnos, porque estaban de vacaciones. Después
de la reunión, nos desplazamos a Nkanga, donde Xabier estaba poniendo su esfuerzo
misionero para revitalizar el lugar donde se instaló la primera misión católica de la República
Democrática del Congo en 1910. Había reconstruido el pequeño santuario desde el que se
podía disfrutar de una panorámica espectacular. Además, estaba finalizando la construcción
de la escuela y de un dispensario de salud. Nkanga es un lugar un poco retirado de la
carretera principal que une Likasi con Kolweshi. La comunidad de mujeres que gestiona toda
la misión también tiene un pequeño albergue para recibir a viajeros y peregrinos que se
acercan hasta este lugar de gran significado para los cristianos.
Después de comer, regresamos a Likasi donde teníamos una reunión con los diferentes
comités locales de la Association Les Amis de Mufunga. Más de veinte personas de diferentes
pueblos y ciudades se acercaron para estar con nosotros, agradecer el trabajo que realiza la
Fundación desde Bilbao y explicarnos los proyectos que desarrollan y cómo los organizan.
Una vez más, este tipo de reuniones me sirvieron para ver la profunda huella que dejó en
todas estas personas Luis Mari Gerrikagoitia. Su esfuerzo y visión hizo que muchas personas
tengan hoy una educación y esperanza. A la noche cenamos en la casa de las monjas de la
colina de Kilima y que quienes gestionan el centro de “handicapés”. Fue un encuentro muy
emotivo en el que nos regalaron unas camisas realizadas en el taller del centro.
Descanso y nuevo día para conocer más proyectos. Salimos pronto en el todoterreno camino
a Kabulumbu, pero antes conocimos la magnífica huerta que dispone el centro Kilima para
alimentar a todos los residentes. Cuando abandonamos la carretera para ir a Kabulumbu, el
7. camino que tomamos fue horrible, el peor tramo que tuvimos en todos los días. Un camino
lleno de socavones, ya que en invierno habían entrado grandes camiones y excavadoras
buscando materias primas. No encontraron nada, pero dejaron el camino machacado. Así
está África. Cuando llegamos al poblado, las habitantes se sorprendieron mucho, ya que no
nos esperaban. Sin embargo, nos acogieron y terminamos comiendo allí. Kabulumbu es una
cooperativa agrícola de unas cuantas familias (al comienzo, eran casi setenta) de
trabajadores de la empresa Gecamine que se encontraban sin recursos económicos debido al
impago durante tres años por parte de dicha empresa. Un gran sueño que poco a poco
perdió fuelle. Al regresar y cerca de Likasi, pude cruzar una pasarela peatonal construida
por Xabier para que las personas pudieran ir desde sus casas a las huertas sin tener que
jugarse la vida en los arcenes de la carretera. Magnífica idea y hermoso proyecto.
Después de descansar un poco, al atardecer, comenzamos nuestra visita al centro de
“handicapés” (discapacitados) y al dispensario. Al ser verano, no había muchas personas,
solo las que no tienen familia ni otro hogar. Sin embargo, en todas ellas pudimos ver la
alegría de saber que tienen a alguien que les acoge y les quiere. Fantásticos proyectos
que siguen ampliándose para dar respuesta a las grandes necesidades de la población.
Al día siguiente, nos levantamos pronto para ir a la misa que decía Xabier a las 6 de la
mañana en la Parroquia de San José, en la misma colina. Fue una nueva oportunidad de
ver cómo se vive la fe en aquel país. Después de desayunar, dimos una vuelta por el
centro Kilima, el taller de costura y el dispensario, ya que a esa hora había más actividad.
Era momento de conocer todos los proyectos de educación de la colina, la escuela
primaria, la escuela secundaria y el instituto técnico Saint François con los talleres de
carpintería, mecánica, electrónica, metalurgia... Sin palabras, proyectos impresionantes.
Hay que verlo para entender el gran trabajo realizado. Después visitamos los edificios del
recientemente creado Instituto Superior de Técnicas Médicas Saint Joseph, equivalente a
una facultad universitaria de medicina.
Terminamos nuestra visita a Panda-Likasi con una comida con Xabier y una nueva visita a
la casa de sus “sobrinos”, agradeciéndole la acogida dada y el esfuerzo y cariño puesto
en ese rincón del mundo.
Abandonamos Panda-Likasi después de varios días, camino a Lubumbashi, visitando el
“Domaine Marial” que hay en lo alto de una colina a las afueras. Poco a poco, este viaje
se iba terminando, pero, como siempre, quiero terminar estas líneas dando las gracias. En
este caso, a Xabier por la acogida que nos prestó. Fue un verdadero placer compartir
unos días con él y ver cómo le quiere la comunidad.
AKSANTI! ESKERRIK ASKO! ¡GRACIAS!
¿QUÉ HAS HECHO DE
TU HERMANO?
Hoy Xabier sigue con sus
sueños, sigue
desarrollando nuevos
proyectos para ayudar al
prójimo, poniendo su
pequeño gran granito de
arena en una colina de
escoria que transformó
en una montaña de
esperanza y futuro.