La autora ha sido una lectora desde muy pequeña, cuando recibió Cuentos de Andersen a los 4 años. Leía todo lo que podía y disfrutaba de libros como El Quijote desde una edad temprana. En la adolescencia, la lectura se volvió una obligación escolar, aunque aún apreciaba los esfuerzos de sus profesores. Ahora, como maestra y madre, regresa a la literatura infantil y encuentra placer en redescubrirla junto a sus estudiantes.
2. Aprendí a leer siendo muy pequeñita. Mi primer recuerdo son los Cuentos de Andersen, que me regalaron cuando cumplí 4 años. En mi casa no se leía; al familiar que recuerdo siempre leyendo es a mi abuelo materno, pero a mí me impresionaron los libros desde siempre. Así que yo leía y releía sola, y el recuerdo de aquellos primeros cuentos siempre me ha acompañado. Leía todo lo que pasaba por mis manos. Recuerdo que mi primer Quijote me lo regalaron con 7 años. Por entonces, se emitió en televisión la serie de dibujos animados de Cruz Delgado, y don Quijote caló hondo en el corazón de muchos niños. Estos son algunos de los libros que me acompañaron en la niñez:
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4. La etapa “dormida” llegó con la adolescencia. En el instituto había ciertas lecturas obligatorias, y ahí cambió un poco el concepto de la lectura, como algo impuesto.No quiero decir que no me gustara aquello que leí, pero era una etapa de cierta rebeldía, y de dar veinte vueltas hasta empezar. Sin embargo, mirando atrás veo el esfuerzo y entusiasmo de algunos de mis profesores, cuando trabajamos los clásicos, como algo entrañable. En la Universidad me aficioné a los libros de didáctica, y sigo sin poder resistirme a ellos, junto a las novelas históricas. Me gusta transportarme y revivir épocas del pasado, no puedo decir lo mismo del futuro, pues no siento la misma atracción.
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6. Y esta soy yo, ahora:La etapa actual, como maestra y como madre, y sin dejar de lado didácticas y relatos de otras épocas, es la del regreso a la literatura infantil, un redescubrimiento que me está haciendo disfrutar muchísimo junto a aquellos que la descubren por vez primera, y cómo no, estoyaprendiendo cosas nuevas.
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8. Lo que vendrá después… quién sabe: evolucionar con el libro… y hacia donde me lleve. Mónica. Marzo de 2011.