Este poema de Pedro Salinas busca encontrar a la mujer amada en su estado más puro y sincero, sin apariencias ni nada superfluo. El poeta desea sacar lo mejor de su interior, representado como un "nadador por su fondo". Quiere elevar su esencia como el árbol eleva los últimos rayos de sol. Con este poema, Salinas promueve aceptarse a uno mismo para alcanzar la perfección y el verdadero amor.