Este documento es una oración y reflexión dedicada a la Virgen de Guadalupe. Se compone de tres partes: 1) una oración inicial en la que los fieles piden gracias a la Virgen basándose en sus palabras a Juan Diego; 2) una reflexión sobre el mensaje de la Virgen como madre de Dios y los humanos; 3) una serie de aclamaciones a la Virgen pidiendo su ayuda, amor y compasión.
2. Oración :
Oh Virgen de Guadalupe,
Madre de Dios y Madre
nuestra, que te dignaste
hablar a tu siervo Juan
Diego con estas tiernas
palabras:
“Hijito mío, que no se
turbe tu corazón…no
temas…
¿No estoy aquí Yo que soy
tu Madre?
¿No estás acaso bajo mi
protección y amparo?”
3. Llenos, pues,
de confianza con estas
palabras venimos hoy a tus
plantas para pedirte que
nos concedas todas las
gracias que necesitamos y
que deseamos obtener de
tu bondad en esta novena.
Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
4. Reflexión:
Después de la tercera
aparición, cuando Juan
Diego iba a México para
buscar a un sacerdote que
viniera a confesar a su tío
Bernardino que se
encontraba desahuciado por
los médicos
y en estado de suma
gravedad, la Santísima
Virgen le salió al encuentro
en el camino y le habló así:
5. “Oye y ten entendido,
hijo mío el más pequeño,
que es nada lo que te
asusta
y aflige,
no se turbe tu corazón,
no temas esa
enfermedad,
ni otra alguna enfermedad
y angustia.
¿No estoy aquí que soy tu
Madre?
¿Y no estás bajo mi
sombra?
¿No soy Yo tu salud?
6. Este es el centro del
mensaje guadalupano.
Las Madre de Dios es
nuestra Madre,
y ha venido a nuestra
tierra para ayudarnos en
todas nuestras necesidades
y problemas.
Alegrémonos
correspondamos a todos
sus beneficios
comportándonos como
hijos suyos.
7. Aclamaciones a la Virgen de Guadalupe
Aclamemos con amor a nuestra Madre de
Guadalupe pidiéndole también su ayuda:
8. Bendita seas,
oh Virgen de Guadalupe,
porque nos regalaste tu
propia imagen y quisiste
quedarte con nosotros
para ser nuestro modelo y
conducirnos a Cristo,
Camino, Verdad y Vida
para todos los hombres.
Rezar un Ave María.
9.
Bendita seas,
oh Virgen de Guadalupe,
porque quisiste quedarte
en medio de nosotros
para demostrarnos todo
tu amor y compasión y
ser nuestro auxilio y
defensa en todas nuestras
necesidades.
Rezar un Ave María.
10.
Bendita seas,
oh Virgen de Guadalupe,
porque quisiste quedarte
con nosotros para ser
nuestra piados Madre,
oír nuestros lamentos y
remediar todas nuestras
miserias, penas y dolores.
Rezar un Ave María.
11. Oración final para
todos los días:
Oh Virgen de
Guadalupe, “Madre
del verdadero Dios por
Quien se vive”,
aquí estamos a tus pies
para recordarte una
vez más la gran
promesa que hiciste a
tu siervo Juan Diego
de escuchar siempre
nuestras súplicas y
12.
Te rogamos pues,
Madre nuestra que
seamos fieles a nuestra fe
y la vivamos;
que en cada uno de
nosotros reine
siempre Cristo y le
sigamos;
que haya paz en nuestras
familias;
que puedan ver la
eficacia de tu
misericordia todos los
que,
13. que imitemos fielmente
todas tus virtudes;
que crezca
constantemente nuestro
amor y confianza en Ti;
y que, por fin, nos
alcances de Dios lo que
especialmente
queremos conseguir de
tu bondad en esta
novena.
Así sea.
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Que Dios te llene de bendiciones.
Y que permanezcamos unidos en el amor de Jesús.