2. Apreciación global Al igual que la gran mayor ía de empresas del sector automovilístico, la francesa Renault se había visto envuelta en una serie de modernizaciones y reajustes internos que habían antepuesto los esfuerzos administrativos a la labor comercial. Especial mención merecía la fusión con la compañía japonesa Nissan, que se tradujo en una importantísima alianza pero que implicaba tener que realizar numerosos cambios externos e internos. Con la nueva estructura interna ya asentada y los cimientos de la compañía bien definidos, era el turno de retomar con agresividad la acción de mercado. Para ello, se pusieron en marcha una serie de lanzamientos revolucionarios de nuevos automóviles de la marca. Esta campaña se denominó Contrat 2010. El primer protagonista en salir a la palestra fue el Renault Laguna III, tercera versión del automóvil familiar por excelencia de Renault, que resurgía de sus cenizas como una berlina de semi-lujo capaz de competir en prestaciones con marcas como BMW o Audi. A pesar de los ambiciosos planes y la consabida calidad de los productos ofertados, existía una aplastante realidad capaz de derruir cualquier dato optimista: la delicada situación económica internacional junto con el proceso de transformación interno, estaba propiciando la pérdida de fuerza de Renault frente a su principal competidor, Citroën. Esta paulatina perdida hegemónica mezclada con la incertidumbre interna propia de cualquier proceso de cambio, se tradujo en un duro golpe anímico para los miembros de la familia Renault y para los profesionales de los concesionarios. Su liderazgo en ventas durante las últimas dos décadas había sido indiscutible, nunca habían tenido que enfrentarse a una desaceleración económica y menos aun con un competidor real, lo que generó un extraño estado de fragilidad, la sensación de que todo pendía de un fino hilo. Fue entonces cuando apareció uno de los grandes males de todo grupo, equipo, empresa, compañía o holding: la rumorología. Amiga del desanimo general y devoradora de incertidumbres, la rumorológía comenzó a hacer de las suyas en las filas internas de la compañía, asegurando que los concesionarios más importantes estaban coqueteando con la competencia.
3.
4.
5.
6. Descripción de la estrategia instrumentada Si tuviéramos que englobar o determinar las principales caracter ísticas definitorias de este proyecto, tendríamos que utilizar adjetivos calificativos como “diferente”, “persuasivo”, “atractivo” y “emotivo” (buscando esa implicación emocional para con la compañía). Laguna III demandaba que su presentación dotara de mayor relevancia a aspectos como la comunicación clara, la emoción y la comodidad, frente a las áridas y concretas especificaciones técnicas del automóvil. Aun contando con una estrategia formal muy bien determinada, nos encontrábamos con una serie de problemas difíciles de lidiar. El perfil de los asistentes presentaba enormes diferencias entre el personal interno de Renault y la plantilla de los concesionarios. Los primeros eran altos y medios ejecutivos, con una edad comprendida entre 35 y 60 años. Un 70% de ellos hombres y un 30% mujeres. De poder adquisitivo medio-alto y alto, todos ellos tenían formación universitaria y un alto porcentaje estudios de postgrado. En contraste, los representantes de los concesionarios eran en un 80% hombres y un 20% mujeres, de alto nivel económico pero variado perfil cultural y de edad, habiendo un importante porcentaje de asistentes con bajo nivel de estudios. Estaba claro que, si el presupuesto y la logística de montaje lo permitían, el evento debía presentar notables diferencias para unos y para otros, de ahí, la necesaria fragmentaci ón en tiempo y espacio del evento. Durante cuatro días, (11-14 septiembre de 2007) esta gigantesco evento acogió un total de 4.000 asistentes divididos a lo largo de los cuatro días que duró dicho acontecimiento. La primera jornada se dedicó al personal interno de Renault y el resto de las jornadas estuvieron destinadas a los representantes de los concesionarios. El proyecto incluyó el diseño de contenidos y formas, toda la organización y ejecución del evento, así como la logística de traslados y alojamientos. El encuentro abarcó tarde y noche y se estructuró en una reunión plenaria con la presentación oficial del producto, charlas corporativas y exhibición del vehículo en la Feria de Valencia. No acaba todo aquí, ya que también se celebró una fastuosa cena de gala acompañada de un gran espectáculo privado en la Ciudad de las Artes y las Ciencias.
7.
8.
9.
10. Objetivos alcanzados Existe una realidad innegable com ún y genérica a todos aquellos que trabajamos en el mundo de los eventos. Podríamos afirmar casi con total rotundidad que posiblemente la mejor felicitación es aquella que tiene lugar in situ, y en el caso que nos atañe, fueron numerosas, sinceras y sentidas. Durante los cuatro días que duró el evento, se sucedieron felicitaciones tanto por parte del cliente como por parte de los propios invitados, siendo para nosotros, el mejor indicador de éxito y el más directo. Una vez más, conviene que nos detengamos un momento para hacer un pequeño análisis sobre la repercusión motivacional que tuvo este acontecimiento. Atendiendo a las felicitaciones más inmediatas, destacamos que el efecto fue instantáneo y efectivo, ya que motivó los espontáneos agradecimientos de los asistentes, lo que demuestra un nivel de satisfacción enorme. Este hecho ratifica que conseguimos satisfacer ese objetivo motivacional que nos habíamos propuesto. Para afianzar esta sensación, también debemos señalar la gran cantidad de emails de felicitación de la directiva de Renault y la concesión en exclusiva de sus eventos internos a Global Events, que un año más se convierte en un magnífico referente del éxito. Si nos adentramos en el campo de las valoraciones numéricas, el termómetro más fiable sobre el cumplimiento del objetivo fue la encuesta de satisfacción posterior al evento. Esta encuesta cubría toda clase de aspectos relacionados con la reunión y sus objetivos. Las preguntas buscaban el parecer de los asistentes a cerca de temas como: la comodidad del encuentro, opinión general sobre el efectismo de la puesta en escena de la reunión plenaria y la posterior cena con espectáculo, su proximidad y opinión hacia la marca y sus nuevos productos. Cada uno de los puntos presentados debía ser evaluado con una nota entre el 0 y el 10. La nota media obtenida fue de un 9,3, la mayor jamás lograda por un evento de estas características para Renault, superando en un punto el evento más valorado hasta entonces, la presentación de Renault Clio en 2005. Este dato denota, la plena, inmediata y absoluta satisfacción del cliente, que una vez más vuelve a confiar este año en nosotros para el lanzamiento de sus nuevos productos estrella.