Religión. Doctrina Cristiana. Iglesia Católica. Pecado Original. Emplear lenguaje actualizado para intentar aclarar el sentido del pecado original heredado.

1. propuesta para ilustrarlo (masierim@gmail.com)Documento: pecado original -
Versión: 06/05/2013 00:50 Página: 1
EL PECADO ORIGINAL.
Una propuesta para ilustrarlo –en algo– por medio de una alegoría.
El pecado original – se propaga a todos los seres humanos.
Es preciso conocer a Cristo como fuente de la gracia para conocer a Adán como fuente del
pecado (CEC 388).
¿Cómo el pecado de Adán vino a ser el pecado de todos sus descendientes?... este pecado
afecta a la naturaleza humana,... transmitido por propagación a toda la humanidad, es decir,
por la transmisión de una naturaleza humana privada de la santidad y de la justicia originales
(CEC 404).
Véase, en general, los números 385 al 421 del CEC.
Consecuencias del pecado de Adán para la humanidad (CEC 402-406).
Todos los hombres están implicados en el pecado de Adán, como todos están implicados en la justicia de
Cristo... A la universalidad del pecado y de la muerte, san Pablo opone la universalidad de la salvación
en Cristo... Adán nos ha transmitido un pecado con que todos nacemos afectados y que es "muerte del
alma"... es un pecado personal, pero afecta a la naturaleza humana, que transmitirán en un estado
caído... será transmitido por propagación a toda la humanidad, es decir, por la transmisión de una
naturaleza humana privada de la santidad y de la justicia originales... es un pecado "contraído", "no
cometido", un estado y no un acto... Es la privación de la santidad y de la justicia originales, pero la
naturaleza humana no está totalmente corrompida, está herida en sus propias fuerzas naturales.
ALEGORÍA PARA ILUSTRARLO.
Nuestros órganos biológicos se forman por el ADN escrito en nuestra naturaleza humana. Si
por una exposición a la radiactividad nuestro ADN sufre mutaciones, los sucesivos
descendientes heredarán un código genético alterado, lo cual será reflejado con cambios en
sus órganos biológicos formados. Es un sello que se propagará en los siguientes herederos.
De manera similar, nuestro “ADN-Espiritual” está alterado porque nuestro primer padre,
Adán, se expuso a la radioactividad “espiritual” del pecado. En consecuencia, todos sus
descendientes hemos heredado un código genético “espiritual” atrofiado e incapaz de formar
una glándula “espiritual” necesaria para albergar la gracia santificante.
1. La gracia santificante. Es un don sobrenatural infundido por Dios en nuestras almas para darnos
participación verdadera y real de su propia naturaleza divina, hacernos hijos suyos y herederos de la gloria.
2. El cuerpo y el alma. Comprendemos sin dificultad que Dios nos creó con los órganos biológicos
necesarios para el funcionamiento corporal. Pero, a efectos de esta alegoría, imaginemos que también
nos creó con “órganos espirituales” que residen en el alma para el correcto funcionamiento espiritual.
3. La glándula “tiroides” espiritual. Podemos imaginar que Dios creó una glándula "tiroides" en nuestra
alma, diseñada para que residiera allí la gracia que nos concede la santidad y la justicia originales del
plan divino de su creación. Es decir, la “tiroides” se planificó para hacernos aptos de participar de la divinidad.
4. Exposición a la “radioactividad” espiritual. El pecado de Adán podemos imaginarlo como una atrofia
de la glándula “tiroides” espiritual por estar expuesto a la “radioactividad”, alterando de manera
irremisible (sin arreglo) su propio “ADN espiritual” y atrofiando su “tiroides” hasta reducirlo.
5. La transmisión de un ADN alterado. Esa ausencia o atrofia se ha transmitido en herencia con nuestro
“ADN espiritual” adulterado. Ningún descendiente de Adán se libra de recibir única y exclusivamente este
ADN. Habría que ser marciano; provenir de otra raza distinta a la humana, descender de otra criatura...
6. Redimidos en Cristo. El bautismo es como realizar una operación de ingeniería genética con episodio
de salto temporal incluido. Podemos imaginarnos que nos hace regresar en el tiempo, para "renacer" con
un nuevo ADN insertado por ingeniería genética; y reconstruidos (creados de nuevo) con la capacidad de
desarrollar –ahora sí– una tiroides plenamente funcional para participar de la gracia santificante. De otra
manera no es posible; y permaneceríamos en un estado de “muerte” espiritual por carecer de tiroides.
RENACER → ya el mismo Jesucristo lo dijo: «hay que nacer de nuevo del agua y del Espíritu» (Jn 3:5).