Luisa de Marillac y la educación de las niñas pobres
Pasc2 a
1. II Domingo de Pascua – Ciclo A
Parroquia santo Tomas Apóstol y San Felipe Neri
2. DOMINGO SEGUNDO DE PASCUA
CICLO A PAZ A VOSOTROS:
COMO EL PADRE ME
ENVIÓ,TAMBIÉNYO
OS ENVÍO
Los hermanos permanecían unidos en la escucha de la
Palabra, en la vida común, en la fracción del pan y en las
oraciones.
Todos estaban impresionados por los muchos signos y
milagros que los apóstoles hacían en Jerusalén.
Los creyentes vivían unidos y tenían sus bienes en
común.
Vendían casa y tierras y lo repartían entre todos, según la
necesidad de cada uno.
Todos los días iban unidos al templo.
Celebraban la fracción del pan en las casas y comían
juntos alabando a Dios con alegría y sencillez.
Todos les miraban con simpatía.
Poco a poco, Dios iba reuniendo en la comunidad a las
personas que entraban en el camino de la salvación
Primera Carta de San Pedro, 1, 3-9
Bendito sea Dios, Padre de Nuestro Señor Jesucristo, que en su gran misericordia, por la
resurrección de Jesucristo de entre los muertos, nos ha hecho nacer de nuevo para una
esperanza viva, para una herencia permanente, pura, eterna que esta reservada en el cielo para
vosotros.
La fuerza de Dios os custodia en la fe para la salvación que se manifestará en el momento final.
Vosotros alegraos de eso, aunque ahora tengáis que sufrir un poco, en algunas pruebas. Así,
vuestra fe que vale mas que el oro, se hará más grande.
De forma parecida al oro que se hace mas valioso con el fuego también vuestra fe llegará a ser
vuestra alabanza, gloria y honor, cuando se manifieste Jesucristo, Nuestro Señor.
Vosotros no habéis visto a Jesucristo , y lo amáis; no lo veis y creéis en Él; Os alegráis con un
gozo cierto y profundo, alcanzando así la meta de vuestra fe: vuestra propia salvación.
La fuerza de Dios
os custodia en la
fe para la
salvación que se
manifestará en el
momento final
Hechos de los
Apóstoles,2,42-47
3. Vosotros no habéis visto a Jesucristo ,y lo
amáis; no lo veis y creéis en Él; Os alegráis con
un gozo cierto y profundo,alcanzando así la
meta de vuestra fe: vuestra propia salvación.
Evangelio según San Juan, 20, 19-
31
El día primero de la semana, al anochecer, los
discípulos están en una casa con las puertas
cerradas , por miedo a lo judíos.
Jesús entra, de repente, se pone en medio de
ellos y dice:”Paz a vosotros”.
Hablando, Jesús les enseña las manos y el
costado. Los discípulos se llenan de alegría al
ver al Señor.
Jesús repite: “Paz a vosotros. Cómo el Padre
me ha enviado , también Yo os envío”.
Cuando acaba de hablar, Jesús sopla su aliento
sobre ellos y les dice:”Recibid el Espíritu
Santo; a las personas que vosotros perdonéis
los pecados. Están totalmente perdonadas. A
las personas a las que perdonéis con algunas
condiciones, tendrán que cumplirlas para
recibir el perdón.
Tomás, uno de los doce discípulos, no estaba
con ellos cuando vino Jesús.
Los discípulos le dicen: “Hemos visto al Señor”.
Pero Tomás contesta: “Si yo no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto mi dedo
en el agujero de los clavos, si no meto la mano en su costado, no lo creo”.
Ocho días después, están otra vez los discípulos dentro de la casa y también Tomás.
Aparece Jesús, estando las puertas cerradas, se pone en medio y dice: “La paz con vosotros”.
Luego, Jesús dice a Tomás: “Dame tu dedo y toma mis manos. Dame tu mano y métela en mi
costado; Y no seas incrédulo. Se creyente.
Tomás contesta: “Señor mío y Dios mío”.
Jesús le dice: Tu has creído porque has visto. Felices los que creen sin haber visto.
Jesús hizo muchos otros signos a la vista de sus discípulos que no están escritos en este libro.
Esto signos se han escrito para que vosotros creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y
para que, creyendo, tengáis vida en su Nombre.
6. Los hermanos permanecían unidos en la escucha de la Palabra, en la
vida común, en la fracción del pan y en las oraciones.
Todos estaban impresionados por los muchos signos y milagros que los
apóstoles hacían en Jerusalén.
Los creyentes vivían unidos y tenían sus bienes en común.
Vendían casa y tierras y lo repartían entre todos, según la necesidad de
cada uno.
Todos los días iban unidos al templo.
Celebraban la fracción del pan en las casas y comían juntos alabando a
Dios con alegría y sencillez.
Todos les miraban con simpatía.
Poco a poco, Dios iba reuniendo en la comunidad a las personas
que entraban en el camino de la salvación.
Hechos de los Apóstoles,2,42-47
8. Primera Carta de San
Pedro, 1, 3-9
Bendito sea Dios, Padre de
Nuestro Señor Jesucristo, que
en su gran misericordia, por la
resurrección de Jesucristo de
entre los muertos, nos ha
hecho nacer de nuevo para
una esperanza viva, para una
herencia permanente, pura,
eterna que esta reservada en el
cielo para vosotros.
La fuerza de Dios os custodia
en la fe para la salvación que
se manifestará en el momento
final.
Vosotros alegraos de eso,
aunque ahora tengáis que sufrir
un poco, en algunas pruebas.
Así, vuestra fe que vale mas
que el oro, se hará más grande.
De forma parecida al oro que se
hace mas valioso con el fuego
también vuestra fe llegará a ser
vuestra alabanza, gloria y
honor, cuando se manifieste
Jesucristo, Nuestro Señor.
Vosotros no habéis visto a
Jesucristo , y lo amáis; no lo
veis y creéis en Él; Os
alegráis con un gozo cierto y
profundo, alcanzando así la
meta de vuestra fe: vuestra
propia salvación.
10. Evangelio según San Juan, 20, 19-31
El día primero de la semana, al anochecer, los
discípulos están en una casa con las puertas
cerradas , por miedo a lo judíos.
11. Jesús entra, de repente, se
pone en medio de ellos y
dice:”Paz a vosotros”.
12. Hablando, Jesús les enseña las manos y el costado.
Los discípulos se llenan de alegría al ver al Señor.
Jesús repite: “Paz a vosotros. Cómo el Padre me ha
enviado , también Yo os envío”.
Cuando acaba de hablar, Jesús sopla su aliento sobre
ellos y les dice:”Recibid el Espíritu Santo; a las
personas que vosotros perdonéis los pecados. Están
totalmente perdonadas. A las personas a las que
perdonéis con algunas condiciones, tendrán que
cumplirlas para recibir el perdón.
13. Tomás, uno de los doce discípulos, no
estaba con ellos cuando vino Jesús.
14. Los discípulos le dicen: “Hemos visto al Señor”.
Pero Tomás contesta: “Si yo no veo en sus manos la señal de
los clavos, si no meto mi dedo en el agujero de los clavos, si
no meto la mano en su costado, no lo creo”.
15. Ocho días después, están
otra vez los discípulos
dentro de la casa y
también Tomás.
Aparece Jesús, estando las
puertas cerradas, se pone
en medio y dice: “La paz
con vosotros”.
Luego, Jesús dice a
Tomás: “Dame tu dedo y
toma mis manos. Dame tu
mano y métela en mi
costado; Y no seas
incrédulo. Se creyente.
16. Jesús le dice: Tu has
creído porque has visto.
Felices los que creen
sin haber visto.
“Señor mío y
Dios mío”.
Tomás contesta:
17. Jesús hizo muchos otros
signos a la vista de sus
discípulos que no están
escritos en este libro.
Estos signos se han
escrito para que
vosotros creáis que
Jesús es el Mesías, el Hijo
de Dios, y para que,
creyendo, tengáis vida
en su Nombre.