1. 1. ¿Sólo es posible un cambio a través de elecciones?
Hay otra forma de intervenir en política. Nuestra constitución dice que
“el pueblo no delibera ni gobierna sino por medio de sus representan-
tes”. Traducido al criollo quiere decir: vos los votas y después ellos
pueden hacer lo que quieran por 4 años, incluso dejarte sin trabajo,
educación o salud. Para nosotros es al revés: los funcionarios debe-
rían obedecer el interés popular expresado desde las bases como
cuerpos de delegados, asambleas populares y multisectoriales. De-
bería ser el pueblo, con la clase obrera a la cabeza, el que discuta y
decida con sus representantes, sí, pero elegidos democráticamente,
revocables en cualquier momento y con el sueldo de un trabajador
medio. De allí a la conformación de una Asamblea Nacional de Tra-
bajadores como nuevo órgano de gobierno hay un paso. En todo el
país hay experiencias de este tipo de democracia directa, son algo
posible y realizable y han crecido mucho desde la rebelión popular de
2001 y antes también.
2. ¿Siempre es válida la posición de rechazo a las
elecciones?
Nosotros no rechazamos las elecciones por principios. Hemos pre-
sentado candidatos en otras ocasiones y tal vez en algún futuro lo ha-
gamos nuevamente. Las elecciones pueden servir a los trabajadores
y al pueblo en determinados momentos históricos, pero no resuelven
los problemas de fondo: ni el atraso ni la dependencia, ni la inequi-
dad social ni la democracia popular verdadera. Recientemente, los
estallidos de Brasil y Chile – para no nombrar a los lejanos Egipto y
Turquía – demostraron que, aún cuando las demandas son justas y
necesarias, el ejercicio electoral no alcanza para que las libertades
¿Por qué el
VOTO BRONCA
en estas elecciones?
2. y el bienestar lleguen a los trabajadores y el pueblo. Toda la indignación que
brota allí como en varios países europeos constituyen un abierto rechazo al
régimen “democrático” imperante que no deben ni pueden ser ahogados en
las urnas. Es un momento especial también aquí porque luego de 10 años la
frustración y el hartazgo con la clase política, sobrevuelan en sectores am-
plios de la población.
3. Entonces, ¿por qué no presentarse a estas elecciones?
Por supuesto que rechazamos estas elecciones pero no quiere decir que no
participemos, no somos abstencionistas y hacemos también campaña en todo
el país, pero no ponemos candidatos: nuestros candidatos son el voto en
blanco, nulo o la abstención. ¿Por qué? Porque estas elecciones no son ni li-
bres, ni democráticas, porque son una estafa para el pueblo, armada para que
ganen y queden los mismos de siempre, porque la estafa se concreta con las
promesas de aquello que los mismos políticos del sistema saben que no van
a cumplir. Porque el grueso de los recursos como de los medios disponibles
están desproporcionadamente al servicio de los partidos que administran el
capitalismo monopólico y dependiente. Porque de última pretendemos que las
brasas del 2001 que siguen encendidas, cobren nueva altura. Porque gane
quien gane no ganan los trabajadores y el pueblo.
4. Y ¿por qué no castigamos a los de arriba votando a un par-
tido chico, cuyo programa exprese justas demandas popu-
lares?
Como decíamos antes: estas elecciones están armadas para que ganen los
poderosos. No hay posibilidad para los chicos ni para el cambio. Estaríamos
legitimando unas elecciones truchas y dividiríamos el voto del pueblo en va-
rias fracciones. Un masivo voto bronca es la expresión más legítima del ma-
lestar, el rechazo y las necesidades insatisfechas de toda una población, y por
lo tanto es más fuerte.
5.Perosivotamosenblanco¿nofavoreceaunposiblegana-
dor entre los primeros de arriba?
Esto no es así. Es una falacia para que la gente termine votando al “me-
nos peor”. Entre las maniobras tramposas está considerar porcentualmente
al blanco sólo para licuar a listas más chicas (es necesario sacar más del 3%
para obtener una banca y el voto en blanco dificulta eso), ó no considerarlo
para la repartija. Otra maniobra es no contabilizar las abstenciones, las im-
pugnaciones y los votos programáticos (nulos) para la obtención del porcen-
taje. Así, por ejemplo: Cristina Kirchner ganó en el 2011 con el 54% de votos
3. válidos. Pero en realidad significaban alrededor del 33% sobre el total de los
habilitados para votar. De esta manera crean en la población la sensación de
que a Cristina la apoyó más de la mitad de la población, cuando en realidad sólo
fueron algo más de 3 de cada 10 argentinos.
6.Dicenquellamaralvotobroncaesalgoirresponsable,aten-
ta contra la democracia e impide que la gente tome concien-
cia política.
Este es un argumento que podemos escuchar también a todos los políticos y
voceros del régimen. En realidad lo que proponemos es todo lo contrario. El voto
bronca es profundamente democrático y muestra una activa conciencia política.
¿Por qué? Porque es una herramienta que el pueblo ha usado históricamente
para expresar su repudio a quienes no lo representan. Lo usaron los radicales
a principios del siglo pasado con la “abstención revolucionaria”, lo usaron los
peronistas cuando su partido estaba proscripto, y fue el castigo que dejó pata-
leando a De la Rúa en el 2001, cuando 10 millones de argentinos votaron en
contra de esta democracia trucha. La democracia y la participación política se
ejercen todos los días cuando luchamos por resolver los problemas nosotros
mismos. No puede ni debe reducirse a meter un sobre en la urna cada 2 años
para elegir qué personaje de las clases dominantes pasará por encima de los
derechos del pueblo hasta las próximas elecciones. Lo que es irresponsable
es votar al “menos peor”, ya que estamos legitimando a alguien con el cual no
compartimos ideas y sabemos que no trabajará para los sectores populares. Lo
que es antidemocrático es que nos obliguen a legitimar a alguien con el cual no
acordamos ni le creemos.
7. Supongamos que todos votan bronca, ¿quién queda enton-
ces?
Así vote sólo el 10% del padrón, el que más saque, gana. Pero un masivo voto
bronca tiraría por la borda las pretensiones de legitimidad que buscan el kirch-
nerismo y la derecha en la oposición. No es lo mismo, ni para ellos ni para el
pueblo, que asuman con una minoría de votos o con la mitad. Sabiendo que
tienen a la mayoría del pueblo en contra no les será tan fácil meter el ajuste que
preparan para después de las elecciones. Y para el pueblo, como en el 2001, es
un voto de confianza en sus propias fuerzas, que nos une y nos deja en mejores
condiciones para continuar la lucha por nuestras necesidades.
8. Y si hay un masivo voto bronca… ¿cómo seguimos des-
pués?
Como lo venimos haciendo hasta ahora. La clase obrera y el pueblo argentinos
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12/07/13
tienen una larga historia de lucha. El Cordobazo fue un boceto insurreccional que
mostró qué forma puede tomar la lucha política de las masas en nuestro país: la
democracia amplia y directa de las bases mediante los cuerpos de delegados,
asambleas populares, sindicatos, multisectoriales y otras de formas de organi-
zación y la pueblada como una forma de imponer la voluntad popular surgida de
esas organizaciones. Distintas puebladas y conflictos que se desarrollaron en
las últimas décadas, y sobre todo el 20 de Diciembre de 2001, ratificaron ese
camino.
9. ¿Votar en blanco, anular el voto o abstenerse no expresa
ningún programa?
Falso. Votar de esta forma expresa los reclamos y derechos que están presen-
tes en cada lucha, todos los días y en las calles, fábricas, barrios y aulas a lo
largo de todo el país. Detrás del voto bronca está el rechazo a la inflación que se
come salarios e ingresos de los trabajadores, el reclamo contra la precarización
laboral y la desocupación, el 82% móvil para jubilados, la demanda de bienestar
para las mayorías populares que soportan el desamparo en la salud, educación,
transporte, vivienda y servicios esenciales. Detrás del voto bronca está el repu-
dio a los monopolios, banqueros y multinacionales que se la llevan en pala. Está
el rechazo a la fraudulenta deuda externa y la dependencia. Detrás del voto bron-
ca está el reclamo contra la persecución a los luchadores populares y pueblos
originarios. Está el hartazgo y la bronca por tanta falsedad e injusticia, junto con
la intención y esperanza de poder abrir un cauce distinto para que de la mano
de los trabajadores y el pueblo hagamos realidad una Argentina verdaderamente
popular y verdaderamente democrática.
10. Por todo esto, tanto en las primarias de agosto como en
las generales de octubre, el único voto útil para darle salida a
las necesidades del pueblo es el voto bronca: en blanco, nulo
o no votar. Las elecciones no van a resolver los problemas de
fondo. El único camino y la única salida posible son la lucha
y la organización popular como instrumentos imprescindibles
para producir un cambio real e imponer un gobierno que nos
represente, un gobierno popular y revolucionario para la libe-
ración nacional y social.