2. Introducción
Años 40
La Guerra Civil (1936-1939), el inicio de la dictadura franquista y el exilio de muchos españoles,
entre ellos numerosos intelectuales, interrumpen la evolución natural de la cultura y de la
literatura españolas, en especial, las tendencias de vanguardia, y las sumen en un profundo
aislamiento, vigilado por una férrea censura política e ideológica.
La España de los años 40 ha sido certeramente definida como un “páramo intelectual”, sin
embargo, en lo referente a la creación literaria, la poesía es quizá el ámbito en el que hay
mayor diversidad artística. Para referirse a la creación poética de esos años, Dámaso Alonso
creó las denominaciones “poesía arraigada” y “poesía desarraigada”. La primera aprobaba la
nueva situación, la segunda reflejaba la desesperanza en el presente y el futuro.
Asimismo, hay que recordar la importancia de la literatura creada en exilio, que se extiende en
el tiempo desde la Guerra Civil hasta el fin de la dictadura. La poesía del exilio la desarrollan
autores de todas las generaciones anteriores: Juan Ramón Jiménez, la mayor parte de la
Generación del 27, León Felipe... Por las propias circunstancias personales de los poetas
exiliados, la poesía española en el exilio no va a contar con gran uniformidad temática, sin
embargo sí podemos señalar un tema en que todos –o casi todos- van a coincidir en los primeros
años de destierro. Se trata del tema de la nostalgia por la patria perdida para siempre.
3. León Felipe
Llamadme publicano (1950)
Yo no sé muchas cosas, es verdad.
Digo tan sólo lo que he visto.
Y he visto:
Que la cuna del hombre la mecen con cuentos,
Que los gritos de angustia del hombre los ahogan con
cuentos,
Y que el llanto del hombre lo taponan con cuentos,
Que los huesos del hombre los entierran con cuentos,
Y que el miedo del hombre...
Ha inventado todos los cuentos.
Yo sé muy pocas cosas, es verdad,
Pero me han dormido con todos los cuentos...
Y sé todos los cuentos.
4. Poesía arraigada
La poesía arraigada es cultivada por autores de la llamada Generación del 36,
afines ideológicamente al régimen en mayor o menor grado. Desde un punto de
vista formal constituye un regreso a las formas clasicistas, pues retoma la
métrica clásica y los temas tradicionales a la manera de Garcilaso; además exhibe
un tono heroico (a veces claramente panfletario), ya que recurre al pasado
imperial español para ensalzar el orden presente. Se trata de una poesía
arraigada, porque muestra conformidad con el orden presente, ensalza el glorioso
pasado imperial de España y reivindica la importancia del sentimiento religioso.
Estos poetas se aglutinan en torno a dos revistas: Escorial y Garcilaso. Los
más destacados son:
-Luis Rosales. Su principal obra, La casa encendida (1949) se caracteriza por la utilización
del versículo y la imaginería surrealista.
-Leopoldo Panero. Su poesía se define por su religiosidad y carácter reaccionario. Entre
sus obras destaca Escrito a cada instante (1949).
-Dionisio Ridruejo. En su obra muestra su falangismo militante: Poesía en armas (1940) o
Sonetos a la piedra (1943).
-Luis Felipe Vivanco. Poesía Tiempo de dolor arraigada
(1940).
-José García Nieto. Principal representante del garcilasismo. Víspera hacia ti (1940).
5. Dionisio Ridruejo
“Al Monasterio del Escorial” de Sonetos a la piedra (1943)
Monte ornado en líneas de llanura,
¡Oh, gigante rendido a la armonía!,
mar y bosque de piedra bajo el día,
base de cielos en la noche oscura.
¡Qué entereza! Tu carne tan madura
para la eternidad, ¡qué plena y fría!
¡Qué segura en las torres tu porfía
y qué fiel a la tierra tu armadura!
Unidad de los siglos en las formas
que desnuda el paisaje en la medida,
cuerpo de razas, que al rigor conformas.
Constancia y ambición, si grave, erguida.
¡Oh templo de las sangras y las normas!
Cumbre de muertes en eterna vida.
1. Resume la idea esencial del
poema.
2. Analízalo métricamente.
3. Selecciona dos metáforas y
explícalas.
4. ¿Es un poema intimista?
Justifica tu respuesta.
5. Redacta uno o dos párrafos
en los que justifiques que el
poema pertenece a la poesía
arraigada.
6. Poesía desarraigada
En 1944 se producen tres importantes hitos poéticos: la publicación de Sombra
del paraíso de Vicente Aleixandre, la de Hijos de la ira de Dámaso Alonso y la
aparición del primer número de la revista Espadaña. Estas publicaciones son el
punto de partida de la llamada “poesía desarraigada”, una poesía existencialista
que muestra los primeros indicios de una protesta social y política.
Frente al mundo armonioso de los poetas arraigados, los existencialistas
muestran su disconformidad con el mundo circundante. La tenacidad y la
afirmación de vida conviven con la presencia de la muerte, la tristeza, la soledad
y la desesperación, por un lado, y la búsqueda de la fe o del amor, por otro: la
existencia es una lucha con el medio o con el mundo interior.
La poesía desarraigada encuentra su cauce de expresión en la revista
Espadaña, en cuyas páginas se propone una poesía antiformalista alejada del
retoricismo de la lírica garcilasista. Entre los principales representantes de esta
“poesía desarraigada” figuran: Victoriano Crémer, Eugenio de Nora, José
Hierro, Ángela Figuera, Carlos Bousoño, así como los primeros poemarios de
Gabriel Celaya o Blas de Otero.
Poesía arraigada
7. Dámaso Alonso
“Insomnio” de Hijos de la ira (1944)
Madrid es una ciudad de más de un millón de
cadáveres (según las últimas estadísticas).
A veces en la noche yo me revuelvo y me
incorporo en este nicho en el que hace 45 años que me pudro,
y paso largas horas oyendo gemir al huracán, o
ladrar los perros, o fluir blandamente la luz de la luna.
Y paso largas horas gimiendo como el huracán,
ladrando como un perro enfurecido, fluyendo
como la leche de la ubre caliente de una gran vaca amarilla.
Y paso largas horas preguntándole a Dios,
preguntándole por qué se pudre lentamente mi alma,
por qué se pudren más de un millón de
cadáveres en esta ciudad de Madrid,
por qué mil millones de cadáveres se pudren
violentamente en el mundo.
Dime, ¿qué huerto quieres abonar con nuestra podredumbre?
¿Temes que se te sequen los grandes rosales del día,
las tristes azucenas letales de tus noches?
1. Resume la idea esencial del
poema.
2. ¿Puedes realizar un análisis
métrico del poema? Justifica
tu respuesta.
3. Selecciona dos metáforas y
explícalas.
4. ¿Es un poema intimista?
Justifica tu respuesta.
5. Redacta uno o dos párrafos
en los que justifiques que el
poema pertenece a la poesía
desarraigada.
8. Blas de Otero
Ángel fieramente humano (1950)
Luchando, cuerpo a cuerpo, con la muerte,
Al borde del abismo, estoy clamando
A Dios. Y su silencio, retumbando,
Ahoga mi voz en el vacío inerte.
Oh, Dios. Si he de morir, quiero tenerte
Despierto. Y, noche a noche, no sé cuándo
Oirás mi voz. Oh Dios. Estoy hablando
Solo. Arañando sombras para verte.
Alzo la mano, y tú me la cercenas.
Abro los ojos: me los sajas vivos.
Sed tengo, y sal se vuelven tus arenas.
Esto es ser hombre: horror a manos llenas.
Ser –y no ser- eternos, fugitivos.
¡Ángel con grandes alas de cadenas!
9. Otras tendencias
Al lado de la poesía arraigada y la desarraigada,
surgen en la década de los cuarenta otras
tendencias minoritarias, pero de gran
importancia.
- El postismo, que se propone rescatar y
continuar la poética surrealista mediante un
lenguaje de imágenes nuevas y sorprendentes.
Carlos Edmundo de Ory, Ángel Crespo y Juan
Eduardo C i r l o t s o n s u s p r i n c i p a l e s
representantes.
- El grupo Cántico surge en Córdoba y
representa una poesía sensual y barroca. Poetas
ligados a este grupo son Pablo García Baena
Ricardo Molina o Juan Bernier.
10. Poesía social
Años 50
La poesía desarraigada de tono existencial -pesimista e individualista- acaba
derivando en una poesía social dirigida a la “inmensa mayoría”, como
pregona Blas de Otero. Los poetas abandonan la expresión de la angustia
interior y adoptan un tono enérgico de testimonio, protesta y denuncia de
la situación social. Exigen una transformación de la sociedad y tienen fe en la
importancia de la poesía como motor de ese cambio (“arma cargada de
futuro”, así la concibe Gabriel Celaya). Desde un punto de vista formal esta
poesía se caracteriza por la utilización de un estilo coloquial y directo que a
veces raya en el prosaísmo o incluso en la vulgaridad (“escribo como
escupo” confiesa Blas de Otero).
Con respecto a los poetas sociales, en realidad, son los mismos que habían
cultivado la poesía desarraigada: Blas de Otero, Gabriel Celaya, Victoriano
Crémer, Eugenio de Nora, José Hierro, etc., pero ahora sustituyen el
pesimismo por la denuncia y exigen justicia y paz para España, la auténtica
protagonista de sus versos.
Obras fundamentales: Pido la paz y la palabra (1955) de Blas de Otero y
Cantos iberos (1955) de Gabriel Celaya.
11. Blas de Otero
“A la inmensa mayoría” de Pido la paz y la palabra (1955)
Aquí tenéis, en canto y alma, al hombre
aquel que amó, vivió, murió por dentro
y un buen día bajó a la calle: entonces
comprendió: y rompió todos sus versos.
Así es, así fue. Salió una noche
echando espuma por los ojos, ebrio
de amor, huyendo sin saber adónde:
a donde el aire no apestase a muerto.
Tiendas de paz, brizados pabellones,
eran sus brazos, como llama al viento;
olas de sangre contra el pecho, enormes
olas de odio, ved, por todo el cuerpo.
¡Aquí! ¡Llegad! ¡Ay! Ángeles atroces
en vuelo horizontal cruzan el cielo;
horribles peces de metal recorren
las espaldas del mar, de puerto a puerto.
Yo doy todos mis versos por un hombre
en paz. Aquí tenéis, en carne y hueso,
mi última voluntad. Bilbao, a once
de abril, cincuenta y uno.
1. A la inmensa mayoría es una
verdadera declaración de principios
con los planteamientos temáticos de
la poesía social. Sintetiza su tema.
2. Analiza su métrica.
3. Señala los recursos que puedes
apreciar en el poema.
4. El título “A la inmensa mayoría” se
opone al de “A la minoría, siempre”
de Juan Ramón Jiménez. Señala las
diferencias entre la poesía pura y la
poesía social.
12. Blas de Otero
“Fidelidad” de Pido la paz y la palabra (1955)
Creo en el hombre. He visto
espaldas astilladas a trallazos,
almas cegadas avanzando a brincos
(españas a caballo
del dolor y del hambre). Y he creído.
Creo en la paz. He visto
altas estrellas, llameantes ámbitos
amanecientes, incendiando ríos
hondos, caudal humano
hacia otra luz: he visto y he creído.
Creo en ti, patria. Digo
lo que he visto: relámpagos
de rabia, amor en frío, y un cuchillo
chillando, haciéndose pedazos
de pan: aunque hoy hay sólo sombra, he visto
y he creído.
1. En este poema el tema avanza
estrofa por estrofa: justifícalo.
2. Analiza su métrica.
3.Señala los recursos que puedes
apreciar en el poema.
13. Promoción de los 60
Años 60
Se trata de un grupo de poetas que comienzan a publicar en la
década de 1950, los más representativos son Ángel González, José
Ángel Valente, Claudio Rodríguez, Jaime Gil de Biedma, José
Agustín Goytisolo, Francisco Brines y Antonio Gamoneda. Algo
más jóvenes que los poetas sociales, comparten con ellos la visión
crítica de la realidad, unas actitudes éticas comunes y una similar
atención a los problemas de la colectividad. Sin embargo, cada poeta
posee su propio estilo y trata unos temas diferentes, por ello se
puesto en duda su consideración como grupo generacional.
Las características fundamentales de estos poetas son:
1) Una mayor elaboración del lenguaje poético que sus predecesores.
2) La consideración de la poesía como un medio de conocimiento.
3) Un desplazamiento de lo colectivo (poesía social) a lo personal.
4) Un tono coloquial y un predominio del verso libre.
5) Una actitud humanista que se traduce en la preocupación por los
problemas del ser humano.
14. Ángel González
“Ciudad cero” de Tratado de urbanismo (1967)
Una revolución.
Luego una guerra.
En aquellos dos años —que eran
la quinta parte de toda mi vida—,
ya había experimentado sensaciones distintas.
Imaginé más tarde
lo que es la lucha en calidad de hombre.
Pero como tal niño,
la guerra, para mí, era tan sólo:
suspensión de las clases escolares,
Isabelita en bragas en el sótano,
cementerios de coches, pisos
abandonados, hambre indefinible,
sangre descubierta
en la tierra o las losas de la calle,
un terror que duraba
lo que el frágil rumor de los cristales
después de la explosión,
y el casi incomprensible
dolor de los adultos,
sus lágrimas, su miedo,
su ira sofocada,
que, por algún resquicio,
entraban en mi alma
para desvanecerse luego, pronto,
ante uno de los muchos
prodigios cotidianos: el hallazgo
de una bala aún caliente,
el incendio
de un edificio próximo,
los restos de un saqueo
—papeles y retratos
en medio de la calle...
Todo pasó,
todo es borroso ahora, todo
menos eso que apenas percibía
en aquel tiempo
y que, años más tarde,
resurgió en mi interior, ya para siempre:
este miedo difuso,
esta ira repentina,
estas imprevisibles
y verdaderas ganas de llorar.
15. Para que yo me llame Ángel González,
para que mi ser pese sobre el suelo,
fue necesario un ancho espacio
y un largo tiempo:
hombres de todo el mar y toda tierra,
fértiles vientres de mujer, y cuerpos
y más cuerpos, fundiéndose incesantes
en otro cuerpo nuevo.
Solsticios y equinoccios alumbraron
con su cambiante luz, su vario cielo,
el viaje milenario de mi carne
trepando por los siglos y los huesos.
De su pasaje lento y doloroso
de su huida hasta el fin, sobreviviendo
naufragios, aferrándose
al último suspiro de los muertos,
yo no soy más que el resultado, el fruto,
lo que queda, podrido, entre los restos;
esto que veis aquí,
tan sólo esto:
un escombro tenaz, que se resiste
a su ruina, que lucha contra el viento,
que avanza por caminos que no llevan
a ningún sitio. El éxito
de todos los fracasos. La enloquecida
fuerza del desaliento...
Ángel González
“Para que yo me llame Ángel González”
16. Los Novísimos
Años 70
Dos son los acontecimientos que marcan el inicio de esta tendencia poética: la publicación en 1966
de Arde el mar de Pere Gimferrer, libro que rompe con las poéticas anteriores, y la aparición en
1970 de la antología Nueve novísimos poetas españoles de José María Castellet, antología que
da nombre a la generación. Los Novísimos son presentados como un movimiento de ruptura
vanguardista, portador de un nuevo lenguaje que llega, incluso, al experimentalismo formal. Estos
poetas, en efecto, ya no piensan que la poesía pueda cambiar la realidad, así que se alejan del
compromiso, del testimonio o de la solidaridad, y adoptan una actitud formalista. El mismo Castellet
señala en la antología sus características:
• Una absoluta libertad formal.
• Un estilo innovador que retoma hallazgos de las vanguardias como la escritura automática o la técnica del collage.
• La incorporación de la cultura de los medios de comunicación de masas, especialmente la frívola mitología del cine de
Hollywood, la música popular y el cómic.
• La artificiosidad y el fetichismo.
En un sentido amplio, el grupo de los novísimos no se restringe a los poetas antologados por
Castellet, pues se podrían incluir otros poetas culturalistas que presentan un estética afín. En este
sentido cabe citar a Manuel Vázquez Montalbán, Leopoldo María Panero, Pere Gimferrer o Ana
María Moix, pero también a Antonio Colinas o a Luis Alberto de Cuenca.
17. Leopoldo María Panero
“Blancanieves se despide de los siete enanos” de Así se fundó Carnaby Street (1970)
Prometo escribiros, pañuelos que se pierden en el horizonte, risas que palidecen, rostros que caen
sin peso sobre la hierba húmeda, donde las arañas tejen ahora sus azules telas. En la casa del
bosque crujen, de noche, las viejas maderas, el viento agita raídos cortinajes, entra sólo la luna a
través de las grietas. Los espejos silenciosos, ahora, qué grotescos, envenenados peines,
manzanas, maleficios, qué olor a cerrado, ahora, qué grotescos. Os echaré de menos, nunca os
olvidaré. Pañuelos que se pierden en el horizonte. A lo lejos se oyen golpes secos, uno tras otro los
árboles se derrumban. Está en venta el jardín de los cerezos.
1. Es este un poema en sentido estricto? Si crees que no lo es, explica qué tipo de texto se trata.
2. ¿Presenta elementos poéticos? Señala cuáles.
3. Analiza su estructura externa e interna.
4. ¿Cuál es el tema principal?
5. Justifica que se trata de una obra de los novísimos.
18.
19.
20. Últimas tendencias
La poesía posterior a 1975, más realista,
no presenta una ruptura con la anterior de
los Novísimos, sino más bien indiferencia
hacia ella, y los poetas, llevados por un
personalismo extremo, se adscriben a
diversas tendencias, unas continuistas y
otras recuperadas del pasado. En esa
pluralidad surgen, en efecto, tendencias
continuadoras, como la poesía visual y
varios ismos (surrealista, culturista, purista,
etc.), y tendencias recuperadas de otros
tiempos (poesía de la experiencia,
neorromanticismo, neobarroquismo,
poesía épica, neorrealismo, etc.). Esto es,
o se vuelve a la tradición o se afirma la
individualidad, bien por razones de estilo,
bien por un deseo de diferenciación.
Años 80 y 90
Ana Rosseti
Blanca Andreu
Luis García Montero Andrés Trapiello