1. Origen y sentido de las
Comunidades de Práctica:
el valor de compartir conocimiento
y aprender.
Compartim 19 (noviembre 2013)
Ya hace varios años que venimos impulsando comunidades de práctica pero , a pesar de
la experiencia alcanzada , no nos importa decir que seguimos teniendo dudas y
sorpresas . La historia comienza así: hace pocos días tuvimos la oportunidad y el
privilegio de asistir y participar -como un miembro más del grupo profesional- , en una
comunidad que se iniciaba en la dinámica de debate e interacción. La densidad de las
conversaciones (por utilizar este término) , la calidad de la interacción, el sentido de lo
que expresaban los participantes y , especialmente , el beneficio directo derivado de
esta interacción que se percibía , nos hicieron resituar ( si no replantear ) una premisa
básica que hemos mantenido férreamente en el programa Compartim: las CoP en las
organizaciones públicas, para ser eficientes, deben centrarse en la producción de
conocimiento y, por extensión ,en la innovación . Admitíamos también , pero como mal
menor , los enfoques de antena , de curación de contenidos y de compartición , pero
siempre en un segundo plano y como elementos inevitables en el proceso de transición
hacia CoPs productivas .
Y no se trata ahora de cambiarlo todo y renegar de lo que somos . Pero todo tiene
matices . Nos explicamos. Por razones obvias tenemos que mantener la mirada centrada
en la producción de conocimiento en un mundo donde todo se mide. Es lo de tanto en
produces, tanto vales.
Lo que queremos (matizar) reivindicar ahora , desde la autoridad que otorga una larga
trayectoria de impulso a comunidades de práctica, es el sentido inicial y el origen de las
CoPs . Y , para ello, nada mejor que invocar a los padres . Etienne Wenger y Jane Lave ,
en 1991, en la obra Situated learning. Legitimate peripheral participation (Cambridge
University Press, 1991), atribuían a las CoP , como elemento principal , el aprendizaje
que producían . O sea , el invento consistía en aprender, y aprender de los demás . En
este sentido, Wenger concibe el aprendizaje como un proceso de participación social y
defiende que el aprendizaje basado en la participación puede ser altamente beneficioso
para las organizaciones . Y añade una carga de profundidad extra a las unidades de
formación : " el aprendizaje no se puede diseñar , sólo se puede facilitar o frustrar " . Y,
en este sentido , 11 años WENGER, ETIENNE; MCDERMOTT, RICHARD; SNYDER, WILLIAM M. en
Cultivating Communities of Practice (Harvard Business Press, 2002), definen la comunidad de
práctica como un grupo de personas que comparten una preocupación , un cojunto de
problemas, interés común sobre un tema , y que profundizan en su conocimiento y
pericia a través de una interacción continuada . Simple y preciso .
Las preguntas que nos planteamo , por tanto, son : ¿Pueden convivir dos modelos
diferentes de orientación en comunidades de práctica ? ¿La organización defiende y
2. mantiene igual las comunidades que están orientadas a la producción de conocimiento y
las que se forman para compartir y aprender ?
Creemos que las dos orientaciones no se contraponen y que se trata de fases diferentes
en la evolución de la CoP : en una primera etapa toca hacer un acercamiento previo y
poner en común las rutinas y procedimientos de los que todos podemos aprender , y , en
una segunda, efectivamente , una vez consensuado el bagaje común , llega el momento
de producir conocimiento y plantearse esa fase mágica de intentar llegar donde nadie de
la profesión nunca ha llegado . Y es que , si hay algo de lo que no tenemos ninguna
duda , es aquel dicho que es una regla de oro para todas las CoPs prescindiendo de su
nivel de madurez : si quieres llegar rápido , haz el camino solo; si quieres llegar lejos ,
haz el camino acompañado.