2. El
trastorno
específico
del
lenguaje
(TEL)
o
trastorno
específico
del
desarrollo
del
lenguaje
(TEDL)
es
un
trastorno
en
el
lenguaje
caracterizado
por
la
incapacidad
para
usarlo.
El
Trastorno
Específico
del
Lenguaje
(TEL)
es
una
patología
del
lenguaje
que
tradicionalmente
ha
sido
considerada
como
evolu>va
(Aguado,
G.,
2002).
El
TEL
es
definido
por
la
ASHA
(American
Speech-‐Language-‐Hearing
Associa>on)
como:
"Una
anormal
adquisición,
comprensión
o
expresión
del
lenguaje
hablado
o
escrito.
El
problema
puede
implicar
a
todos,
uno
o
alguno
de
los
componentes
-‐
fonológico,
morfológico,
semán>co,
sintác>co
o
pragmá>co
-‐
del
sistema
lingüís>co.
Los
individuos
con
TEL
suelen
tener
problemas
de
procesamiento
del
lenguaje
o
de
abstracción
de
la
información
significa>va
para
el
almacenamiento
y
recuperación
por
la
memoria
a
corto
plazo"
(Aram,
D.
M.,
1991).
3. “Los
límites
de
mi
lenguaje,
representan
los
límites
de
mi
mundo”
Ludwing
Wi9genstein
• El
trastorno
específico
del
lenguaje,
TEL
es
un
trastorno
que
retrasa
la
adquisición
del
lenguaje
en
niños
que
no
>enen
pérdida
de
audición
ni
ninguna
otra
causa
de
retraso
en
su
desarrollo.
El
trastorno
específico
del
lenguaje
también
se
conoce
como
trastorno
del
desarrollo
del
lenguaje,
retraso
en
el
lenguaje
o
disfasia
de
desarrollo.
Es
una
de
las
discapacidades
del
aprendizaje
más
comunes
durante
la
niñez,
que
afecta
aproximadamente
del
7
al
8
por
ciento
de
los
niños
en
el
jardín
de
infancia.
El
impacto
del
TEL
persiste
en
la
edad
adulta.
4. Caracterís;cas
generales
de
este
trastorno:
Hay
un
nivel
lingüís>co
inferior
a
lo
esperado
para
el
grupo
de
edad
(se
considera
que
>ene
que
exis>r
un
retraso
de
al
menos
12
meses,
o
de
al
menos
1,25
desviaciones
picas
por
debajo
de
la
media
de
la
población
normal
en
un
test
de
lenguaje).
︎
El
niño
presenta
un
desarrollo
normal
a
nivel
cogni>vo,
social,
de
autoayuda
y
motor.
︎
No
existen
déficits
sensoriales
ni
alteraciones
cerebrales
asociadas.
︎En
defini>va,
no
existe
una
causa
conocida
que
pueda
explicar
la
gravedad
del
retraso
en
el
lenguaje.
Los
déficits
afectan
a
la
competencia
lingüís>ca
(comprensión
y
producción)
pero
no
a
la
comunica>va;
es
decir,
que
los
niños
con
TEL
suelen
mantener
una
intención
comunica>va
importante.
El
problema
es
evidente
desde
las
primeras
etapas
de
adquisición
del
lenguaje
(2-‐3
años).
Los
déficits
>enen
un
carácter
evolu>vo,
de
manera
que
si
no
se
realiza
una
intervención
adecuada,
los
problemas
suelen
ir
empeorando
a
lo
largo
del
>empo
y
los
niños
pueden
acabar
recibiendo
un
diagnós>co
más
severo
(retraso
mental,
au>smo,
etcétera)
5. Evaluación
Debido
a
la
variedad
de
déficits
que
pueden
presentarse
en
un
caso
de
trastorno
específico
del
lenguaje,
y
a
la
diversidad
de
problemas
similares
que
deben
descartarse
diferencialmente,
la
evaluación
del
TEL
es
necesariamente
compleja
y
abarca
prác>camente
todas
las
capacidades
y
habilidades
relacionadas
con
el
lenguaje
y
su
adquisición.
6. Para
poder
establecer
un
correcto
diagnós>co
del
TEL,
la
mayoría
de
inves>gadores
y
clínicos
recomiendan
evaluar
las
siguientes
áreas:
Como
siempre,
una
prác>ca
necesaria
en
la
evaluación
de
las
alteraciones
logopédicas
consiste
en
determinar
el
estado
general
del
niño;
es
decir,
conocer
su
grado
de
funcionamiento
en
general.
De
esta
forma,
podremos
obtener
una
imagen
amplia
de
sus
capacidades
y/o
limitaciones,
y
evitaremos
el
error
de
centrarnos
exclusivamente
en
el
problema
sin
tener
en
consideración
las
circunstancias
del
mismo.
Además,
en
el
caso
del
TEL
resulta
esencial
conocer
cuatro
aspectos
generales
del
niño,
ya
que
son
muy
importantes
para
confirmar
que
efec>vamente
estamos
ante
un
problema
de
este
>po,
o
por
el
contrario
corresponde
otro
diagnós>co:
︎
El
grado
de
desarrollo.
︎
La
inteligencia.
︎
La
existencia
de
posibles
problemas
neurológicos.
︎
El
nivel
de
interacción
social.
7. Otro
aspecto
que
es
necesario
determinar
para
descartar
la
existencia
de
otros
problemas
que
pudieran
dar
cuenta
del
retraso
en
el
lenguaje,
es
que
el
niño
no
posea
dificultades
a
nivel
de
bases
funcionales:
︎
Audición:
el
nivel
audi>vo
debe
ser
normal
y
no
corresponder
a
una
hipoacusia
o
sordera.
Para
ello,
se
emplearán
los
exámenes
audiológicos
per>nentes
(generalmente
llevados
a
cabo
por
un
audiólogo
u
OTL).
︎
Bases
bucofonatorias:
igualmente,
no
deben
exis>r
problemas
a
nivel
motor
ni
morfológico
en
los
órganos
bucofonadores,
lo
que
se
comprueba
mediante
los
exámenes
habituales.
Por
supuesto,
el
grueso
de
la
evaluación
de
un
posible
caso
de
TEL
debe
centrarse
en
el
nivel
de
competencia
lingüís>ca
que
muestra
el
niño,
y
la
relación
entre
este
nivel
y
el
que
correspondería
a
su
nivel
de
edad.
Debido
a
la
importancia
de
realizar
un
buen
diagnós>co
de
este
punto,
y
a
la
necesidad
de
comparar
el
nivel
lingüís>co
encontrado
con
un
nivel
ideal,
es
conveniente
tener
en
cuenta
tres
consideraciones:
• ︎
Es
importante
que
los
instrumentos
empleados
permitan
una
evaluación
lo
más
amplia
y
general
posible,
de
manera
que
se
cubran
todos
los
aspectos
formales
del
lenguaje,
tanto
en
comprensión
como
producción.
• ︎
Es
recomendable
emplear
más
de
un
instrumento,
para
evitar
que
posibles
problemas
en
la
aplicación
del
mismo
conduzcan
a
un
diagnós>co
erróneo.
• ︎
Al
menos
uno
de
los
instrumentos
debería
ser
un
test
estandarizado
de
lenguaje,
de
fiabilidad
y
validez
contrastadas.
8. En
general,
las
técnicas
de
intervención
logopédica
que
se
emplean
con
mayor
asiduidad
se
centran
en
ocho
aspectos
fundamentales:
– Atención
a
las
familias.
– Adquisición
de
requisitos
básicos
para
el
lenguaje.
– Nivel
fonológico
del
lenguaje.
– Nivel
léxico-‐semán>co
del
lenguaje.
– Nivel
morfosintác>co
del
lenguaje.
– Nivel
pragmá>co
del
lenguaje.
– Enseñanza
de
la
lectoescritura.
– Atención
escolar.
9. El
niño
que
sufre
El
niño,
en
muchos
casos,
no
sabe
en
qué
momento
pronuncia
mal,
debido
a
que
no
discrimina
todavía
el
sonido
correcto
del
incorrecto,
lo
cual
suele
ocurrir
a
los
5
ó
6
años
aproximadamente.
Pese
a
esto,
él
"sabe",
intuye
o
se
da
cuenta
de
que
habla
mal
o
con
defecto;
que
no
habla
igual
que
los
demás
niños.
Además,
en
el
contexto
familiar,
así
como
en
la
escuela,
se
lo
van
haciendo
notar
su;l
o
manifiestamente.
Frente
a
esta
situación,
el
niño
puede
reaccionar
con
tensión
y
frustración,
manifestándose
agresivo,
comportamiento
que
es
una
reacción
lógica
ante
la
contrariedad.
Otra
forma
de
reaccionar
del
niño
ante
su
incapacidad
para
expresarse
correctamente,
es
el
retraimiento
y
la
;midez.
En
estos
casos
el
niño
evitará
todos
los
contactos
y
posibilidades
de
relacionarse
con
los
demás,
por
temor
a
tener
que
hablar
y
no
saber
expresarse
en
forma
correcta.
En
el
peor
de
los
casos,
el
niño
que
sufre
algún
trauma
o
humillación
por
esta
causa,
va
cerrándose
cada
vez
más,
disminuyendo
su
confianza
en
sí
mismo
y
en
sus
posibilidades
de
superación,
con
un
grado
creciente
de
inseguridad
que,
en
suma,
afecta
el
desarrollo
de
su
personalidad
integral.
Esta
es
la
razón
por
la
que
los
padres
deben
asumir
una
ac;tud
comprensiva,
afectuosa
y
tolerante
con
el
niño,
buscando
también
la
ayuda
del
profesional
especialista
para
tratarlo
oportuna
y
eficazmente,
evitando
consecuencias
futuras
en
la
vida
del
niño.
10. TEL
y
colegio
Cuando
el
niño
inicia
la
escolaridad
presentando
el
defecto
en
el
habla,
esto
por
lo
general
cons>tuirá
un
desventaja
para
su
integración
social
y
para
conseguir
el
rendimiento
escolar
en
proporción
a
su
capacidad.
En
el
medio
escolar,
el
niño
puede
sen>rse
fácilmente
marginado
por
los
compañeros
que,
a
veces,
ni
le
entenderán
cuando
se
expresa,
esto
es,
si
se
trata
de
un
defecto
severo.
Con
frecuencia
le
dirán
que
habla
mal
y
lo
humillarán,
creándole
nuevos
traumas
e
inhibiciones
que
irán
comprome>endo
y
empeorando
la
situación
del
niño.
Si
los
efectos
de
estas
experiencias
nega>vas
son
bastante
trauma>zantes,
no
solamente
le
harán
disminuir
ostensiblemente
su
rendimiento
escolar,
sino
también
le
generarán
otros
desajustes
de
conducta,
incluso
comportamientos
fóbicos
a
la
escuela
y
a
las
relaciones
sociales.
Estos
niños
suelen
presentar
correla>vamente
al
defecto
del
habla,
ciertas
conductas
como
distraibilidad,
poca
concentración
y
dificultades
en
la
lecto-‐escritura.
También
suelen
tener
fallas
en
la
percepción,
orientación
espacial
y
en
la
discriminación
audi>va.
11. Cuando
estos
defectos
o
errores
que
comete
el
niño
no
son
muchos
o
no
son
marcados,
los
padres
no
suelen
darles
importancia
y
no
procuran
ponerles
remedio
sino
hasta
cuando
llega
a
la
edad
escolar,
situación
en
la
que
se
hacen
más
patentes
sus
manifestaciones,
afectando
otras
áreas
del
comportamiento.
El
ambiente
escolar
es,
entonces,
una
fuente
de
tensión
y
frustración
para
esta
clase
de
niños,
empeorando
y
haciendo
didcil
el
tratamiento
del
problema.
Para
evitar
todo
esto,
es
conveniente
realizar
el
tratamiento
lo
más
tempranamente
posible,
antes
que
ingrese
el
niño
a
la
escuela.
Esto
es
lo
correcto
y
más
conveniente,
ya
que
dentro
del
ambiente
de
confianza
del
hogar,
bajo
un
tratamiento
bien
planeado,
el
niño
>ene
la
posibilidad
de
ir
superando
su
defecto
sin>éndose
capaz
y
notando
su
progreso,
lo
cual
no
es
posible
cuando
está
expuesto
a
con>nuos
impactos
emocionales
trauma>zantes,
como
suele
ocurrir
en
la
escuela.
12. TEL
y
familia
La
familia
es
el
medio
psicológico
donde
el
niño
va
encontrando
progresivamente
los
esmulos
y
las
respuestas
para
su
maduración
y
desarrollo
armónico.
En
ella
es
donde
por
primera
vez
va
adquiriendo
la
necesidad
y
la
capacidad
de
comunicarse,
es
decir,
donde
el
niño
da
los
primeros
pasos
por
la
senda
de
la
comunicación
humana.
Pero,
toda
alteración
en
las
relaciones
familiares
pueden
retardar
o
frenar
su
desarrollo
afec>vo
o
emocional,
dando
lugar,
a
veces,
a
los
trastornos
del
habla
como
un
síntoma
más
de
ese
desequilibrio.
Las
condiciones
afec>vas
que
priman
en
el
hogar
como
producto
de
las
relaciones
entre
sus
miembros,
padres
e
hijos,
influyen
en
la
adquisición
y
desarrollo
del
habla,
que
es
uno
de
los
aspectos
del
desarrollo
integral
del
niño.
Para
que
aparezca
y
se
desarrolle
el
habla,
es
preciso
que
el
niño
exteriorice
una
necesidad
emocional
para
comunicarse,
como
una
forma
de
abrirse
a
los
demás.
Esta
necesidad
es
aprendida
en
el
seno
ín>mo
y
afec>vo
de
la
familia,
donde
los
padres,
especialmente
la
madre,
lo
inician
en
el
proceso
de
socialización
y
comunicación
a
través
del
lenguaje
verbal,
cuando
no
se
dan
esas
condiciones
propiciadoras,
el
niño
>ene
problemas
para
la
adquisición
del
habla,
siendo
esta
la
causa
del
retraso
y,
en
el
peor
de
los
casos,
de
los
trastornos
del
lenguaje
verbal.
13. Debemos
saber
que
el
desarrollo
del
habla
no
>ene
un
curso
evolu>vo
uniforme,
sino
que
hay
irregularidades
o
desfases
que
pueden
deberse
a
una
diversidad
de
causas.
Por
ejemplo,
en
algunos
niños,
después
de
haber
alcanzado
un
nivel
lingüís>co
acorde
con
su
edad,
reaparecen
en
su
lenguaje
formas
y
modalidades
expresivas
propias
de
edades
anteriores.
Así,
un
niño
de
4
ó
5
años
vuelve
a
hablar
como
lo
hacía
a
los
3
años
o
como
lo
hace
el
hermanito
menor,
por
quien
se
siente
desplazado
en
el
cariño
y
atención
de
los
padres.
Indudablemente,
cuando
los
padres
no
comprenden
y
no
saben
proceder
de
manera
adecuada
ante
estas
conductas
verbales
o
"solicitudes"
de
atención,
le
generan
tensiones
y
frustraciones,
dando
lugar
a
la
aparición
de
trastornos
del
habla
u
otros
>pos
de
desajustes
de
conducta,
como
un
síntoma
que
puede
afectar
el
desarrollo
de
la
personalidad
del
niño.
14. En
otros
casos,
suele
suceder
que
pese
a
la
aparente
estabilidad
afec>va
que
prima
en
la
familia,
surge
"inexplicablemente",
sin
causa
aparente,
el
trastorno
del
habla
en
el
niño,
mo>vando
lógicamente
reacciones
de
desconcierto
y
desajuste
en
la
familia.
Como
tal,
los
padres
se
resisten
a
aceptar
el
problema,
manifestando
ante
esto,
de
manera
encubierta
comportamientos
y
ac>tudes
de
sobreprotección
hacia
el
niño.
Todo
esto
no
hace
sino
rodear
al
afectado
de
un
ambiente
familiar
que
agrava
más
el
defecto
en
lugar
de
facilitar
la
mejoría
y
su
tratamiento
oportuno.
Así
pues,
el
clima
afec>vo
que
hay
en
la
familia,
así
como
las
ac>tudes
de
los
padres
hacia
el
niño
con
defecto
del
habla,
influyen
de
manera
importante
y
crucial
en
la
situación
o
estado
del
mismo
y,
consiguientemente,
en
sus
ac>tudes
hacia
el
tratamiento.
Por
eso
los
padres
que
son
comprensivos
y
tolerantes,
sobre
todo
prudentes
y
cautos
en
sus
comportamientos
con
el
niño,
le
brindan
un
mejor
apoyo
y
es>mulación
para
superar
el
problema,
incluso
acudiendo
al
especialista,
ya
que
esto
no
es
una
cues>ón
que
debe
enfrentarse
en
forma
casera,
sobre
todo
cuando
el
defecto
>ende
a
progresar.
15. Reflexión
Que
diferente
sería
si
por
un
momento
pudieramos
sen;r
por
lo
que
está
pasando
un
niño
con
TEL,
ya
que
en
muchos
casos,
no
sabe
en
qué
momento
pronuncia
mal,
debido
a
que
no
discriminan
todavía
el
sonido
correcto
del
incorrecto,
Pese
a
esto,
él
"sabe",
intuye
o
se
da
cuenta
de
que
habla
mal
o
con
defecto;
que
no
habla
igual
que
los
demás
niños,
razón
por
la
cual
ya
se
empieza
a
sen;r
aislado
o
peor
aún
es
objeto
de
burla
de
sus
comapeños,
muchas
veces
los
papás
los
presionan
exigiéndoles
que
hablen
bien,
como
si
fuera
algo
así
tan
fácil,
¿
qué
pensarán,
que
lo
hacen
por
puro
gusto
?
Más
bien
creo
que
tanto
padres
como
educadores
deberíamos
ser
los
principales
responsables
de
iden;ficar
lo
más
pronto
posible
cualquier
;po
de
trastorno
de
lenguaje.
16. Como
docente
que
soy
creo
que
debemos
tener
más
que
>no,
corazñon
para
saber
como
reaccionar
frente
a
un
niño
con
TEL,
para
así
evitar
el
retraimiento
y
la
>midez.
Es
importante
hacerle
saber
a
sus
compañeros
cuál
es
problema,
siempre
creo
importante
el
trabajo
en
equipo,
recalcarle
que
lo
que
>ene
es
únicamente
un
problema
de
lenguaje,
pero
que
sobretodo
es
un
niño
muy
inteligente
y
que
vamos
a
explotar
esas
habilidades
que
>ene,
hay
que
ayudarlo
a
que
su
autoes>ma
este
en
lo
más
alto,
es>mulando
sus
capacidades,
que
él
sobresalga
por
ejemplo
haciendo
experimentos,
manualidades,
etc
.
17. No
hay
que
olvidar
la
comunicación
con
los
padres,
y
la
importancia
de
que
deben
asumir
una
ac;tud
comprensiva,
afectuosa
y
tolerante
con
el
niño,
buscando
también
la
ayuda
del
profesional
especialista
para
tratarlo
oportuna
y
eficazmente,
evitando
consecuencias
futuras
en
la
vida
del
niño.
De
nosotros
depende
que
estos
niños
disfruten
cada
momento,
salgan
adelante
y
se
sientan
seguros
de
sí
mismos.