1. Tema 4. España en el siglo XIX.
Índice.
1. Introducción.
2. La crisis del Antiguo Régimen.
2.1. El reinado de Carlos IV.
2.2. La Guerra de la Independencia (1808 - 1814)
2.3. Las Cortes de Cádiz.
2.4. El reinado de Fernando VII (1814 – 1833).
2.5. La independencia de las colonias americanas.
3. La construcción del Estado Liberal.
3.1. El reinado de Isabel II.
3.2. El Sexenio Democrático.
4. La Restauración
4.1. Bases políticas.
4.2. Oposición política y social.
4.3. La crisis de 1898.
5. Transformaciones económicas y sociales.
1. Introducción.
Como el resto de Europa occidental, España va a experimentar en el siglo XIX algunas
transformaciones fundamentales: la población creció, la sociedad estamental fue sustituida por una
sociedad de clases, y se abandonó el absolutismo para implantar un régimen liberal. Este periodo
se caracteriza por la inestabilidad política, como ponen de manifiesto los múltiples cambios de
gobierno, las sucesivas constituciones y los conflictos sociales que se producen a lo largo de todo
el siglo.
El siglo XIX en España comienza con la Guerra de la Independencia contra los franceses, y
estará marcado por la independencia de las colonias americanas y por un escaso desarrollo
económico. España deja de ser una potencia importante y la población española pasa a ser una
de las más pobres de Europa.
2. 2. La crisis del Antiguo Régimen.
Cronológicamente en España la crisis del Antiguo Régimen se extiende desde el inicio del
reinado de Carlos IV (1788) hasta la muerte de Fernando VII (1833). El periodo va estar marcado
por la Guerra de la Independencia contra los franceses, el enfrentamiento entre los absolutistas y
los liberales y la independencia de las colonias.
2.1. El reinado de Carlos IV.
Carlos IV es proclamado rey en 1788, un año más tarde se
produce el estallido de la Revolución Francesa que tendrá
importantes consecuencias en España: en primer lugar, se
paraliza la política de reformas lustradas que había iniciado
Carlos III, se cierran las fronteras a las ideas revolucionarias por
el temor a que se produzca una revolución en España y se inicia
una guerra contra Francia. La derrota española provoca que se
convierta en aliada militar de Francia contra Gran Bretaña
(Tratado de San Ildefonso 1796).
En 1805 España es derrotada por los ingleses en la batalla naval
de Trafalgar, lo que aumenta el descontento popular y el rechazo
de la población hacia Carlos IV y su secretario de Estado Manuel
Godoy. Dos años más tarde Godoy firma con Napoleón el Tratado
de Fontainebleau en el que acuerdan invadir Portugal, ya que
este país se había convertido en aliado de los ingleses que eran el
principal enemigo de Francia. Para llevar a cabo la invasión las
tropas francesas debían atravesar España hasta llegar a Portugal. La situación fue aprovechada
por el ejército francés para establecerse de forma permanente en algunas ciudades españolas, lo
que provocó el rechazo de la población.
Fernando (hijo de Carlos IV) aprovechó este descontento e instigó el Motín de Aranjuez (1808),
que supone, no sólo la caída del favorito Godoy, sino también la abdicación del rey Carlos IV, en su
hijo que se convertirá en Fernando VII.
El descontento de la población por la presencia de tropas francesas se agrava por una importante
escasez de alimentos que acaba provocando el levantamiento del pueblo de Madrid el 2 de mayo
de 1808 que supone el inicio de la Guerra de la Independencia y que será duramente reprimido por
las tropas francesas.
Esta situación de inestabilidad es vista por Napoleón como una oportunidad de intervenir en la
política española. Convoca en la ciudad de Bayona a Carlos IV ya Fernando VII y los obliga a
abdicar en su hermano José Bonaparte, que pasa a convertirse en rey de España.
Carlos IV.
Godoy
3. 2.2. La Guerra de la Independencia (1808 - 1814).
La Guerra de la Independencia (1808-1814)
es uno de los acontecimientos más trascendentes de la
historia de España en primer lugar, por la intensidad del
conflicto que provoca numerosas víctimas e importantes
pérdidas económicas, en segundo lugar, porque por
primera vez en la historia existe una resistencia popular,
al ejército regular se le unen ciudadanos que se
organizan en guerrillas para hacer frente a los
franceses. A todo esto, debemos añadir que es una
guerra con importantes implicaciones políticas:
• La población española se divide en dos grupos, los afrancesados que apoyan a José
Bonaparte, y los patriotas que lo rechazan.
• Durante la Guerra se va a iniciar en España una revolución liberal con la convocatoria de
Cortes y la proclamación de la Constitución de Cádiz de 1812.
En el desarrollo del conflicto podemos distinguir tres fases:
1. Resistencia popular (hasta finales de 1808), el alzamiento popular en Madrid sirvió de
ejemplo para otros lugares. Los franceses sitiaron (bloqueo militar que impide el
abastecimiento de la población) las ciudades de Zaragoza y Gerona, y comenzaron su
avance hacia el sur. Las tropas francesas son derrotadas en Bailén.
2. Ofensiva francesa. La derrota en Bailén provoca la intervención directa de Napoleón que
consigue ocupar toda la Península excepto la ciudad de Cádiz. En esta fase serán
especialmente importante las guerrillas que hostigan a las tropas francesas.
3. Victoria anglo-española, la guerra dará un giro en 1812 cuando la campaña de Napoleón
en Rusia le obliga a trasladar a parte de su ejército a ese país. Esto unido a la llegada de
refuerzos británicos liderados por el general Wellington, cambian el rumbo de la guerra. Los
franceses son derrotados en la batalla de Arapiles. Le guerra termina definitivamente con la
firma del tratado de Valençay por el que Napoleón retira sus tropas de España y Fernando
VII recupera la corona.
2.3. Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812.
Durante la guerra los que rechazan el
gobierno de José I Bonaparte deciden crear un
gobierno paralelo, fiel a Fernando VII. Se crean
juntas provinciales que asumen el poder político y
que se encargan de coordinar la resistencia a los
franceses, estas juntas de unen en la
denominada Junta Central Suprema, que asume
la labor de gobernar España.
En 1810 la Junta Central convocó una
reunión de Cortes constituyentes en Cádiz, ya
que era la única ciudad que no había sido
ocupada por los franceses. La mayoría de los
diputados que asisten a esta reunión eran
liberales, aunque también había una minoría de
absolutistas. En la primera sesión se decide que
los presentes son los representantes de los
españoles, es decir que tienen la soberanía
nacional.
Caricatura de José Bonaparte
4. El logro más importante de estas Cortes fue la redacción y aprobación de la Constitución
de 1812, que refleja los principios básicos del liberalismo y que servirá de modelo para otros textos
constitucionales españoles y extranjeros. Entre sus principales características podemos destacar:
• Soberanía Nacional, que reside en la nación española.
• Reconoce derechos individuales como la libertad de expresión, el derecho a la propiedad,
la igualdad ante la ley, etc.
• Separación de poderes, el ejecutivo lo ejerce el rey y los ministros, el legislativo las Cortes
(aunque controladas por el rey) y el judicial para los tribunales.
• Sufragio universal masculino e indirecto.
• Importancia de que la educación primaria llegue a toda la población.
• El catolicismo, religión oficial del Estado.
2.4. El reinado de Fernando VII (1814 – 1833).
Tras la Guerra de la Independencia Fernando VII recupera el
trono de España, se inicia un periodo en el que se enfrentarán los
que defienden una vuelta al absolutismo con los defensores de los
principios liberales que habían establecido las Cortes de Cádiz. En el
reinado de Fernando VII podemos distinguir tres etapas:
a. 1814-1820: vuelta al absolutismo.
b. 1820-1823: Trienio liberal.
c. 1823-1833: Década final.
A. 1814-1820: vuelta al absolutismo.
Los liberales querían que Fernando VII jurase la Constitución
de 1812 pero desde su llegada a España el monarca demuestra sus
intenciones absolutistas y declara nulos la Constitución y todos los
decretos que se habían aprobado en las Cortes de Cádiz.
Esta política se sitúa en el contexto internacional de la
Restauración (Intento de volver a los principios del Antiguo Régimen tras las guerras
napoleónicas).
Fernando VII va a iniciar una persecución de los liberales que serán asesinados,
encarcelados o enviados al exilio. Los liberales tratarán de recuperar el poder mediante
conspiraciones, la mayoría de las cuales fracasa, hasta que en 1820 el Coronel Riego encabeza un
exitoso pronunciamiento (levantamiento militar) en Cabezas de San Juan que obliga a Fernando VII
a jurar la Constitución de 1812.
B. 1820-1823 Trienio Liberal.
Tras el levantamiento de Riego se inicia un periodo de tres años en el que se recupera gran
parte de la obra legislativa y política de las Cortes de Cádiz. Entre los liberales comienzan a
definirse dos grupos, los partidarios de pequeñas reformas (moderados) y los que defienden unas
reformas más profundas (exaltados).
Los enfrentamientos entre los dos grupos liberales y la oposición de los absolutistas
contribuyeron al rápido fracaso del Trienio. A esto hay que añadir, como factor decisivo la
intervención exterior con los llamados “Cien mil hijos de San Luis” que reponen a Fernando VII
como monarca absolutista.
C. 1823-1833 Década final.
La vuelta de Fernando VII se inicia con una dura represión contra los liberales, uno de los
mejores ejemplos es la muerte de Mariana Pineda, acusada de bordar una bandera liberal o el
fusilamiento del general Torrijos en las playas de Málaga.
5. El gobierno de Fernando VII centró sus preocupaciones en los problemas económicos del
Estado, agravados por la pérdida de las colonias. A partir de 1825 se produce un acercamiento
entre el monarca y los sectores más moderados de la burguesía financiera e industrial, lo que
provocó el descontento de los absolutistas, quienes comienzan a agruparse en torno a la figura de
Don Carlos, hermano del rey.
En 1830 nace Isabel, hija de Fernando VII. El rey aprueba la Pragmática Sanción, que anula
la ley Sálica (que impedía el acceso al trono a las mujeres), lo que pone fin a posibilidades de Don
Carlos de acceder al trono. El conflicto se convertirá, no sólo en la disputa entre tío y sobrina por el
trono, sino en un enfrentamiento entre dos modelos de sociedad: los partidarios del Antiguo
Régimen que se agrupan entorno a Carlos (los denominados carlistas), y los sectores más
partidarios del liberalismo, entre los que la reina María Cristina, busca apoyos para asegurar el
trono de su hija.
Fernando VII muere en 1833 dejando como heredara a su hija Isabel, que tenía solo tres
años.
2.3. La Independencia de las colonias americanas.
El acontecimiento más importante del reinado de Fernando VII es la pérdida de las
colonias en América, que tendrá graves consecuencias económicas para España.
El inicio de la independencia de las colonias americanas es consecuencia de directa de
distintas causas:
• El éxito de las colonias británicas del norte que en 1776 se proclamaron independientes
(Estados Unidos).
• La difusión de las ideas y principios ilustrados de igualdad y libertad.
• El descontento de los criollos, descendientes de españoles nacidos en América, que se
sienten marginados de la vida política de las colonias, y que consideran que el dominio de
España es un freno para el desarrollo económico de las colonias.
Cuando se inicia la Guerra de la Independencia, en América también se crean Juntas
contrarias al gobierno de José Bonaparte. Algunas de estas Juntas, encabezadas por los criollos,
no reconocen a Fernando VII y comienzan a actuar de manera independiente.
Los primeros focos secesionistas se localizaron en Venezuela (Simón Bolívar), Chile y
México. La derrota de las tropas realistas en Ayacucho, en Perú (1824) marca el fin de la presencia
española en la América continental.
3. La construcción del Estado Liberal.
Durante el reinado de Isabel II triunfa el régimen liberal en España. Tras
la muerte de Fernando VII estalla la primera guerra carlista que enfrenta a los
partidarios de don Carlos (Carlistas) con los partidarios de Isabel II, todavía
menor de edad.
El reinado de Isabel II estará marcado por los continuos conflictos entre
las diferentes tendencias políticas que conviven en España y que se concretan
en los siguientes partidos:
• Moderados, defienden la soberanía compartida entre la reina y
las Cortes, sufragio limitado y que España sea un Estado
católico. Son apoyados por las clases altas: terratenientes y
burguesía con más poder económico.
6. • Progresistas: defienden la Soberanía Nacional, aunque la monarquía mantiene su
poder y un sufragio más amplio. Su principal objetivo es impulsar políticas
económicas que permitan la modernización del país. Son apoyados por hombres de
negocios, abogados, periodistas, etc.
• Unión Liberal, es un partido de centro creado por el general O´Donell.
• Demócratas, aunque no llegan a gobernar en este periodo comienzan a ser
importantes sobre todo en los últimos años del reinado de Isabel II. Defienden la
Soberanía Nacional, el sufragio universal y un Estado no confesional. Son apoyados
por la baja burguesía.
3.1. El reinado de Isabel II.
El reinado de Isabel II puede dividirse en dos etapas:
• Durante su minoría de edad, las regencias de María Cristina y Espartero, de 1833 a 1843.
• A los 13 años es nombrada reina iniciándose su reinado efectivo de 1843 a 1868.
A. Las regencias de María Cristina y Espartero (1833 a 1843).
En 1833 muere Fernando VII dejando como heredera a su hija Isabel de tan sólo tres años,
su tío Carlos María Isidro rechaza el testamento y se proclama rey de España, se inicia así la
Primera Guerra Carlista que enfrentó a absolutistas y liberales.
Entre los carlistas (defensores de Don Carlos) se
encuentran los sectores más tradicionales de la
sociedad, que aspiran a que se mantengan los
privilegios del Antiguo Régimen, la propiedad señorial
y la importancia de la Iglesia. Los carlistas serán
especialmente importantes en algunas regiones como
Navarra y el País Vasco, y defienden que estos
lugares mantengan sus fueros. (leyes particulares de
estos territorios). En el bando contrario la madre de
Isabel II, María Cristina, que ejercía como regente,
buscó el apoyo de los liberales que aspiran a
conseguir establecer una monarquía constitucional.
Entre 1833 y 1840 se produce la primera guerra carlista, el carlismo se limitará a controlar
algunas zonas del País Vasco, Navarra, Aragón, Cataluña y Valencia, pero no consiguen controlar
ciudades importantes. A partir de 1836 el ejército liberal consigue dominar la situación, lo que,
unido a los problemas internos de los carlistas, hace que se inicien las conversaciones de paz que
terminan con el Abrazo de Vergara, entre el general carlista Maroto y el liberal Espartero.
Además de este enfrentamiento durante la regencia de María Cristina se produjeron
importantes cambios en el gobierno. Inicialmente el gobierno estará en manos de los moderados
que aprueban una serie de reformas que los progresistas consideran insuficientes. El descontento
popular y político obliga a la regente a entregar el poder a los progresistas, encabezados por
Mendizábal, con ellos en el gobierno se aprueba la Constitución de 1837 que defiende la Soberanía
Nacional, la separación de poderes (aunque controlados por la Corona) y los derechos individuales.
Se inicia también la desamortización (incautación y venta por el Estado de los bienes de otras
instituciones) de los bienes del clero.
Los problemas internos provocan la dimisión de María Cristina, la regencia es asumida por
Espartero de ideología progresista, pero que gobernará de manera autoritaria, lo que descontenta a
progresistas y moderados que se unen y acaban forzando su dimisión. Isabel será nombrada reina
con 13 años en 1843.
7. B. El reinado de efectivo de Isabel II (1843-1868).
Durante este periodo se suceden diferentes gobiernos:
• Década moderada (1844-1854). El jefe de gobierno es el liberal moderado Narváez. En
1845 se aprueba una nueva constitución mucho más moderada ya que establece la
soberanía compartida entre las Cortes y la Corona, limita el derecho de voto solo a los más
ricos y restringe la libertad de prensa. En 1851 se firma el Concordato con la Santa Sede,
por el que se compromete al mantenimiento del culto y del clero y se paralizan las
desamortizaciones. Se llevan a cabo importantes reformas en la administración estatal y
municipal, se aprueba el Código penal y en 1844 se
crea la Guardia Civil para mantener el orden en las
zonas rurales.
• Tras el pronunciamiento de Vicálvaro, se inicia el
Bienio Progresista (1854-1856). El nuevo gobierno
liderado por Espartero con el apoyo de la Unión Liberal
pone en marcha un nuevo proceso de desamortización
y aprueba la Ley de Ferrocarriles, se inicia la redacción
de una nueva constitución que no llega a aprobarse. La
situación de crisis económica y las protestas de obreros
y campesinos provocan que la reina devuelva el poder
a los moderados.
• En los últimos años del reinado de Isabel II se alternan
en el gobierno los moderados y la Unión Liberal de
O´Donell. La mala situación interior lleva a los distintos
gobiernos a realizar intervenciones en el exterior
(Indochina y Marruecos) con el objetivo de desviar la atención de los problemas internos.
En política interior la actuación del gobierno fue muy autoritaria ejerciendo una fuerte
represión. La oposición va en aumento y aparecen nuevos grupos políticos como los
demócratas (defienden el sufragio universal) y los republicanos.
La situación se agrava en 1866 cuando una crisis económica provoca el descontento
popular, ese mismo año progresistas, demócratas y republicanos firman el Pacto de
Ostende con el que pretenden coordinar la oposición, destronar a Isabel II y convocar
elecciones.
3.2. El Sexenio democrático (1868-1874)
a. La revolución de 1868.
La revolución de 1868, conocida como la Gloriosa, se inició
en Cádiz y fue liderada por el Almirante Topete y apoyada
por otros militares como Prim y Serrano. El levantamiento
fue seguido por revueltas en las principales ciudades. Los
militares sublevados vencen al ejército gubernamental en
Alcolea (Córdoba) lo que supuso el exilio de Isabel II.
En el triunfo del levantamiento influyeron muchos
intereses, además del apoyo de la mayoría de los grupos
políticos, la revolución cuenta con el apoyo de grupos
financieros e industriales, que veían al gobierno de Isabel II
incapaz de superar la profunda crisis económica. Tras el
triunfo de la revolución se forma un gobierno provisional
que convoca elecciones.
8. b. La Constitución de 1869.
El nuevo gobierno elegido por sufragio universal masculino,
apruebo la Constitución de 1869:
• Soberanía nacional.
• División de poderes.
• Sufragio universal masculino.
• Se establece como sistema de gobierno para España la
monarquía parlamentaria.
• Libertad de expresión, reunión, asociación, etc.
Ante la ausencia de monarca, Serrano se convierte en regente
y Prim en jefe de gobierno. Las primeras medidas llevadas a cabo
tratan de reactivar la economía, se crea una nueva moneda, la peseta
y se tratan de favorecer las inversiones extranjeras. Pero la recuperación económica, que habría
conseguido fortalecer al nuevo gobierno, se ve frenada por la insurrección cubana y por los
continuos levantamientos de campesinos y republicanos.
El nuevo gobierno debe también buscar un nuevo rey, finalmente el elegido será Amadeo
de Saboya, hijo de Víctor Manuel II que había sido el artífice de la unificación italiana. El principal
apoyo del nuevo rey era Prim, unos días antes de la llegada de Amadeo a España Prim es
asesinado.
El nuevo rey tiene que hacer frente a una situación muy difícil, desde los primeros días de
su reinado debe hacer frente a numerosos problemas:
• Cuenta con el rechazo de importantes sectores políticos, los carlistas, los partidarios de la
vuelta de los borbones, los republicanos y los movimientos obreros.
• Se produce un nuevo levantamiento carlista.
• Sublevación independentista cubana.
Ante esta situación Amadeo renuncia al trono español el 11 de febrero de 1873, ese mismo
día las Cortes proclaman la I República española.
c. La Primera República. (1873-1874)
La Primera República tiene, desde el primer momento, graves problemas, carece de
apoyos internacionales y en España es rechazada por una gran parte de la población. Entre los
partidarios de la República no hay acuerdo, la burguesía quiere que se fortalezca la democracia
mientras que las clases más populares esperan cambios más profundos. A esto se añade la
división interna que existe entre unionistas y federales que discrepan sobre la organización
territorial del Estado. El primer presidente, Estanislao Figueras, es pronto sustituido por Francisco
Pi i Maragall, quien proclama la República Federal y propone una nueva Constitución, la de 1873,
que no llegará a aprobarse
Los problemas internos se agravan con las insurrecciones cantonalistas, (creación de
Estados soberanos dentro del territorio español). Finalmente, el 3 de enero de 1874 el General
Pavía disuelve las Cortes con el objetivo de devolver a los Borbones al trono de España.
Los partidarios del federalismo apuestan por instaurar un estado federal sin esperar a la
regulación de una constitución, con lo que provocan la insurrección cantonalista que se extiende
por todo el territorio. Mientras, siguen la Guerra carlista y el levantamiento cubano. Todo esto
provocará la dimisión de Pi i Maragall. Los dos últimos gobiernos republicanos (Nicolás Salmerón y
Emilio Castelar) serán más autoritarios y conservadores.
Finalmente, el 3 de enero de 1874, el General Pavía disuelve las Cortes y entrega el poder
al general Serrano; en diciembre el general Martínez Campos proclama rey a Alfonso XII, hijo de
Isabel II.
9. 4. La Restauración.
El pronunciamiento de Martínez Campos en Sagunto
(diciembre de 1874) pone fin a la Primera República y restablece la
monarquía borbónica en la figura de Alfonso XII, hijo de Isabel II. Se
inicia así un largo periodo histórico denominado “Restauración”, que se
mantendrá vigente hasta bien entrado el siglo XX (Dictadura de Primo
de Rivera, 1923, Segunda República, 1931). El objetivo principal de su
ideólogo más importante, el conservador Cánovas del Castillo, era
garantizar la estabilidad política y la paz interior en el país frente a los
desequilibrios y conflictos de las etapas precedentes.
4.1. Bases políticas del sistema.
a. Constitución de 1876.
En 1876 se aprueba una nueva constitución que estará vigente hasta 1923. Este texto tiene
un carácter conciliador, ya que incorpora principios moderados y progresistas. Para contentar a los
progresistas y a los demócratas el texto contiene una amplia
relación de derechos y libertades. Y para satisfacer a los
moderados proclama el catolicismo como religión oficial y la
soberanía compartida entre las Cortes y el rey, al que se le
conceden amplios poderes. No establece el tipo de sufragio.
b. El turno pacífico.
El sistema ideado por Cánovas del Castillo se basa en la
alternancia pacífica de dos partidos en el poder:
• Los conservadores liderados por Antonio Cánovas,
que se proclaman defensores de la Iglesia y del orden
social. Apoyado por los terratenientes y la alta
burguesía.
• Los liberales, liderados por Sagasta, que se muestra
partidario de realizar mayores reformas. Bajo su
gobierno en 1890 se aprueba el sufragio universal
masculino. Cuenta con el apoyo de las clases medias.
El monopolio del gobierno por parte de estos dos partidos fue posible por la existencia de la
corrupción electoral. El rey decidía primero qué partido tenía que formar gobierno y después se
convocaban elecciones que se amañaban para que las ganase el partido elegido. En el campo esta
corrupción política tenía su base en los caciques, individuos poderosos que presionan a la
población a votar al partido que convenía, esta práctica se denomina caciquismo. En las
ciudades, donde la influencia de los caciques resultaba más complicada, se amañaban los votos si
los resultados no eran los esperados, es lo que se conoce como pucherazo.
4.2. Oposición política y social.
La Restauración trajo a España una cierta estabilidad política si la comparamos con las
etapas anteriores, llenas de cambios de gobiernos, guerras, pronunciamientos y revueltas
populares. Todo esto conllevó también una importante mejora en la economía. Aunque lo que no
consiguió fue la democratización del país. El sistema de la Restauración se basaba en la
alternancia en el poder de dos partidos, lo que dejaba fuera del gobierno a cualquier otra opción
política como los anarquistas, los socialistas o los nacionalistas que cada vez eran más populares
entre la población.
10. • Anarquistas. Surgen tras la revolución de 1868, serán especialmente importantes en
Andalucía y Cataluña. Fueron duramente perseguidos debido a los atentados que cometían.
Crearon la CNT (Confederación Nacional del Trabajo) que se convirtió en el sindicato más
importante del país.
• Socialistas. Liderados por Pablo Iglesias, que en 1879 funda el PSOE (Partido Socialista
Obrero Español), años más tarde se creó la UGT (Unión General de Trabajadores),
sindicato que se vinculó estrechamente al partido socialista.
• Nacionalismos. En esta época surgen los partidos nacionalistas que serán especialmente
importantes en Cataluña, País Vasco y Galicia. Las causas de su aparición son muy
variadas podemos destacar la centralización del Estado, el desarrollo de una amplia clase
burguesa en estas regiones que apoya el nacionalismo o la pervivencia de reclamaciones
forales en muchos territorios.
4.3. La crisis de 1898.
A comienzos del siglo XIX España pierde la
mayoría de sus colonias americanas, y con ellas su
prestigio internacional, tan solo conserva Cuba, Puerto
Rico y Filipinas. Cuba se había convertido en el territorio
más importante para España en el exterior. El
enriquecimiento de la población local gracias al comercio
de tabaco, cacao y azúcar provocó un aumento de los
deseos de independencia. En 1895 estalló una nueva
insurrección en Cuba, que en esta ocasión contará con
el apoyo de Estados Unidos, país al que perjudican los
aranceles que limitan el comercio con la isla. Tras tres
años de guerra el conflicto termina en 1898 cuando
EEUU declara la guerra a España tras el hundimiento
del acorazado Maine en la Habana. Después de una
rápida derrota España pierde sus últimas colonias: Cuba, Puerto Rico y Filipinas.
La derrota del 1898 provocó en la sociedad española un estado de frustración y
pesimismo. Como reacción surgió el denominado regeneracionismo, un movimiento intelectual que
pide la verdadera democratización del Estado y el fin del caciquismo y la corrupción.
5. Transformaciones económicas y sociales.
Mientras en otros países europeos, con Gran Bretaña a la cabeza, se estaba produciendo
un intenso proceso de industrialización desde fines del siglo XVIII, en España esta importante
transformación socioeconómica se produjo de una manera más lenta e incompleta. Así, a finales
del siglo XIX, España era todavía un país de base agraria, con un escaso comercio interior y un
desarrollo industrial limitado a unas pocas regiones y a unos sectores concretos. Este escaso
desarrollo se explica por una serie de factores como la escasez de materias primas, las malas
comunicaciones, la falta de un mercado (pobreza de la población y pérdida de las colonias) y la
falta de capital.
a. Principales sectores y regiones industriales.
• Sector textil, al igual que ocurre el modelo inglés, las industria textil fue el primer motor de
la industrialización en España. Será en Cataluña donde se produce una rápida
mecanización de las fábricas (husos y telares mecánicos). Inicialmente utilizan como fuente
11. de energía tanto el carbón como la fuerza
hidráulica. Los productos textiles estarán
destinados al mercado interior.
• Industria siderúrgica. Los primeros altos
hornos españoles se instalan en Marbella. Pero, a
partir de 1875, el País Vasco intensifica la
explotación de sus minas de hierro lo que, unido a
la importación de carbón británico – más barato y
de mayor poder calórico- le permiten convertirse
en el principal centro siderúrgico español. La
siderurgia andaluza no puede competir con estos
precios por lo que termina cerrando.
• Ferrocarril. Uno de los símbolos de la
Revolución Industrial es el ferrocarril, que inicia su
despegue en España gracias a la Ley General de
Ferrocarriles de 1855. El desarrollo del ferrocarril favorece la demanda de productos
siderúrgicos, dinamiza capitales y facilita también la creación de un mercado interior. Pero,
en el caso español, también presenta algunas limitaciones: el ancho de vía elegido,
diferente al europeo, complica las comunicaciones, así como el diseño del mapa ferroviario,
con una estructura radial centrada en Madrid. El difícil medio físico español, muy
montañoso, dificulta y encarece su construcción y, finalmente, la mayor parte de inversiones
son extranjeras, con lo que los beneficios salen del país.
• Otro sectores. La producción agraria de las regiones del interior se industrializa, aunque
sólo en parte. Por otra parte, destaca la intensa explotación de los recursos mineros,
especialmente tras la Ley de Minas (1868) que atrae capitales extranjeros. Un buen ejemplo
son las minas de cobre de Riotinto (Huelva).
• Comercio interior. El mercado interior se caracteriza por su debilidad, ya que gran parte de
la población es todavía demasiado pobre para consumir, y el lento desarrollo agrícola e
industrial limita también la demanda de productos. Las comunicaciones, por su parte, se
desarrollan lentamente, lo que no favorece crecimiento del mercado nacional.
• Comercio exterior, los gobiernos se debaten entre el proteccionismo, que limita las
importaciones desde el extranjero, lo que es bueno por ejemplo para los industriales
catalanes y vascos, que evitan la competencia extranjera; el librecambismo, que favorece,
los intercambios internacionales, lo que es demandado por sectores que desean exportar,
como los dedicados a la producción agrícola de vino u hortofrutícola.
b. Transformaciones sociales.
Durante el siglo XIX en gran parte de Europa se pasa de una sociedad estamental a una
sociedad de clases, en España también se produce este fenómeno, pero con algunos matices
como consecuencia de la evolución política y del escaso desarrollo industrial:
• La aristocracia no desaparece, sino que incluso se fortalece y se une a los nuevos grupos
dirigentes en ascenso.
• Aunque el clero desaparece como clase social, sigue manteniendo una gran influencia en la
sociedad.
• La burguesía se convierte en el grupo social más influyente, pero no es tan dinámico como
en el resto de Europa.
• Las escasas reformas agrarias impiden el desarrollo de una clase de propietarios agrícolas.
• Aunque aparece un proletariado asociado a las fábricas, existe una enorme variedad de
tipos en las clases urbanas (artesanos, pequeños comerciantes, trabajadores de servicios,
etc.).