El documento habla sobre la función social de la propiedad privada y colectiva según la doctrina social cristiana. Explica que la propiedad privada es un derecho secundario que está condicionado a servir al bien común. También promueve la difusión de la propiedad entre los trabajadores a través de la participación en utilidades, cogestión y copropiedad. Finalmente, destaca la responsabilidad social que tienen los empresarios y la necesidad de regular a las multinacionales.