1. LA NACIONALIZACIÓN DE BANKIA
La nacionalización de Bankia a través de la intervención de BFA sigue siendo la noticia
del día. Sin embargo, muchos se preguntan, ¿qué es BFA? ¿En qué se diferencia de
Bankia? ¿Donde quedan Caja Madrid, Bancaja y compañía en todo este juego?
La historia comienza el 1 de enero de 2011. En pleno proceso de fusiones bancarias,
siete cajas de ahorro españolas decidieron fusionarse en un sólo banco. Las cajas
implicadas, todas muy perjudicadas por su exposición al ladrillo, fueron las siguientes:
Caja Madrid, Bancaja, Caja de Canarias, Caja de la Rioja, Caja Ávila, Caixa
Laietana y Caja Segovia.
Como resultado de este proceso de “fusión fría” nació el Banco Financiero y de
Ahorros (BFA). Tres meses después, en marzo de 2011, los consejos de administración
de las siete entidades que formaban BFA decidieron llevar a cabo una rocambolesca
operación para crear algo parecido a un “banco malo” dentro de la propia entidad, al que
arrojar todo el negocio vinculado con el ladrillo.
Con esta idea nace Bankia, filial propiedad 100% de BFA. Sin embargo, Bankia se
convirtió en el hijo predilecto de BFA, de tal forma que este último, empresa matriz, se
quedó con la mayoría de los activos más problemáticos haciendo el papel de “banco
malo” y Bankia salía al mercado teóricamente saneada de restos de ladrillo y en
condiciones de competir con total libertad en los mercados financieros.
Así, la honorífica Bankia anunciaba la salida a bolsa del 55% de sus acciones para el
20 de julio de 2011, de forma que BFA seguiría siendo el máximo propietario de su
empresa filial, con el 45% restante.
A partir de aquí, la historia es más o menos conocida por todos: mientras mucha gente
invertía en Bankia, el FROB (Fondo de reestructuración ordenada bancaria)
prestaba a BFA 4.465 millones de euros a un interés del 7,75% para sanear sus activos
tóxicos. En las condiciones del préstamo se estipulaba que el Estado podría convertir en
acciones del propio banco el préstamo si BFA no cumplía las condiciones, lo cual
finalmente se ha producido.
Tras la nacionalización de ayer, el Estado tomará el control sobre el 100% del capital de
BFA, el banco malo y mal saneado de Bankia, pero como este a su vez posee el 45% de
Bankia, se podría decir que el Estado pasará a controlar también a esta entidad.
Hoy todos somos Bankeros, rememorando la campaña de publicidad que puso en
marcha Bankia con su salida a Bolsa. El Gobierno ha convertido en acciones un
préstamo, que se supone que generaba intereses para comenzar el proceso de
socialización de pérdidas que tanto le gusta a nuestros dirigentes por la intervención
directa en la economía.
El camino de la nacionalización de Bankia es el peor camino posible para traspasar la
incompetencia e ineptitud de un puñado de políticos megalómanos y sus pésimos
gestores designados a dedo al mismísimo corazón de las arcas públicas. A partir de este
2. momento, todos nosotros vamos a asumir la ruína creada en una agrupación de
cajas de ahorros mediante nuestro dinero y si falta dinero para ellos, recortando todas
aquellas partidas de gasto público que tengan más volumen.
Historia reciente nos ha demostrado que la nacionalización de las entidades financieras
es un problema muy grave para las cuentas públicas; máxime si estas entidades tienen
una infección terminal provocada por la explosión de una burbuja inmobiliaria. Irlanda,
consiguió terminar de destruir su economía con el proceso de nacionalización de sus
entidades. En España, el Gobierno se ha empeñado en quebrar el país y ya ha dado un
paso irreversible en su titánica tarea.
La conversión en acciones del préstamo del FROB implica asumir de entrada el 45%
del desaguisado a pérdida y es muy previsible que continuemos inyectando dinero
público por la vía de ampliaciones de capital. El proceso de socialización de pérdidas
consiste en que el estado se trague los activos tóxicos (préstamos impagados) y
vendamos a otra entidad financiera la parte sana de la entidad.
En función del tamaño del agujero que nos vamos a tragar, tendremos un problema
importante a medio plazo y o bien una quiebra rápida a corto plazo. ¿Qué debería
hacer el Gobierno? Liquidar directamente la entidad y todos los acreedores que tengan
dinero en Bankia que lo pierdan, aún a riesgo de tirar al suelo el sistema financiero. Lo
explico en el siguiente post cómo sí hay una vía para hacer esto sin quebrar un país.