2. Tras la Primera Guerra Mundial surgieron los movimientos fascista (Italia, 1922) y nazi (Alemania, 1933). Ambos se consolidaron como dictaduras totalitarias en las cuales el Estado controlaba todos los aspectos de la vida pública y privada. Su política exterior, de carácter agresivo e intimidatorio, se impuso a la de los Estados democráticos que, atemorizados ante la crisis económica y el miedo a la revolución social, se mostraron sumisos a la voluntad de los dictadores. El rearme de Alemania e Italia, y la aparición de una gran potencia expansionista asiática, Japón, condujeron al mundo hacia la Segunda Guerra Mundial.
7. 1.2. EL ASCENSO DEL FASCISMO En esta situación apareció Benito Mussolini, quien en 1919 creó los Fascios de Combate, también llamados “camisas negras”. Eran grupos paramilitares con los que Mussolini pretendía frenar el movimiento obrero a base de atacar violentamente a los sindicatos obreros y a sus líderes. En 1921, los Fascios se transformaron en el Partido Nacional Fascista, cuyo programa pretendía la construcción de un Estado fuerte que garantizase la propiedad privada y una política exterior expansionista.
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9. 1.3. INSTAURACIÓN DE UN RÉGIMEN DICTATORIAL A pesar de mantener la apariencia de un régimen parlamentario, Mussolini, entre 1922 y 1925 desarrolló un proceso de restricción de las libertades y de persecución de sus adversarios (socialistas, comunistas y democratacristianos). Tras ganar las elecciones de 1924, gracias a la violencia ejercida contra sus oponentes, Mussolini anunció la instauración de un régimen totalitario en el que el Estado y el Partido quedaron totalmente identificados. Mussolini se atribuyó plenos poderes y se hizo llamar Duce.