1. ¡Presentación
del Señor!
Lc 2, 22-40 Ciclo B

2. 22. Cuando
se cumplieron
los días
en que debían
purificarse,
según la Ley de Moisés,

3. llevaron
a Jesús
a Jerusalén,
para
presentarle
al Señor…

4. 22. Pues la ley dice:
Todo varón primogénito
será consagrado al Señor,

5. 24. y llevaron
para ofrecer en sacrificio
un par de tórtolas
o dos pichones,

6. conforme lo que se dice
en la Ley del Señor.

7. 25. Vivía
entonces en
Jerusalén
En él, estaba
el Espíritu Santo.
un hombre
Llamado
Simeón…

8. 26 …le había revelado
que no vería
la muerte
antes de haber visto
al Salvador.

9. 27. Movido por el Espíritu,
vino al Templo,

10. y cuando los padres
entraron con el niño,

11. 28. le tomó
en brazos
y bendijo
a Dios
diciendo:

12. 29. «Ahora,
Señor,
dejar que tu siervo
se vaya en paz;
puedes, según
tu palabra,

13. 30. porque mis ojos
han visto a tu Salvador,

14. 31. al que has preparado para bien
de todos los pueblos,

15. 32. luz para iluminar
a las gentes,
y gloria
de tu pueblo,
Israel.»

16. 33. Su padre y su madre
estaban
admirados
de lo que se
decía de Él.
34. Simeón
les bendijo
y dijo a María,
su madre:

17. «Éste niño
está puesto
para caída
y elevación
de muchos
en Israel
y como signo de contradicción.

18. a fin de que queden
al descubierto
las intenciones
de muchos corazones.»
35. ¡y a ti
misma
una espada
te atravesará
el alma!

19. 36. Había
también
una profetisa,
Ana,
hija de Fanuel,
de la tribu de Aser,
de edad avanzada…

20. 37… no se apartaba
del Templo,
sirviendo a Dios noche
y día en ayunos y oraciones.

21. 38 … alababa a Dios
y hablaba del niño
a todos los que esperaban
la redención de Jerusalén.

22. 39. Así que cumplieron
todas las cosas
según la Ley del Señor
volvieron a Galilea,
a su ciudad de Nazaret.

23. 40. El niño crecía
y se fortalecía,
llenándose de sabiduría;
y la gracia de Dios
estaba sobre Él´.

24. ¡Gracias! Llenas de razones
nuestra vida.
Padre Dios:
¡Qué más podemos desear
si te tenemos a ti,
y a tu Hijo, nuestro Hermano!

25. Qué como Simeón
sepamos descubrirte.

26. Y como Ana,
nos demos a la tarea
de anunciar a todos
los que nos encontremos
en nuestro camino,
quién eres y qué haces
para salvarnos…
¡Así sea!
Ámbito Misionero