1. COLEGIO JUAN FEDERICO HERBART El cuervo y la culebra El joven pastor anunciando al lobo El padre y sus dos hijas Los hijos desunidos del labrador El lobo y la zorra SALIR
2. Andaba un cuervo escaso de comida y vio en el prado a una culebra dormida al sol; cayó veloz sobre ella y la raptó. Mas la culebra, despertando de su sueño, se volvió y la mordió. El cuervo viéndose morir dijo: -- ¡Desdichado de mí, que encontré un tesoro pero a costa de mi vida! Antes de querer poseer algún bien, primero hay que valorar si su costo vale la pena . El cuervo y la culebra REGRESAR
3. Un joven pastor, que cuidaba un rebaño de ovejas cerca de una villa, alarmó a los habitantes tres o cuatro veces gritando -¡El lobo, el lobo! Pero cuando los vecinos llegaban a ayudarle, se reía viendo sus preocupaciones. Mas el lobo, un día de tantos, sí llegó de verdad. El joven pastor, ahora alarmado él mismo, gritaba lleno de terror: - Por favor, vengan y ayúdenme; el lobo está matando a las ovejas. Pero ya nadie puso atención a sus gritos, y mucho menos pensar en acudir a auxiliarlo. Y el lobo, viendo que no había razón para temer mal alguno, hirió y destrozó a su antojo todo el rebaño. Al mentiroso nunca se le cree, aun cuando diga la verdad. El joven pastor anunciando al lobo REGRESAR
4. Un padre tenía dos hijas. Una casó con un hortelano y la otra con un fabricante de ladrillos. Al cabo de un tiempo fue a visitar a la casada con el hortelano, y le preguntó sobre su situación. Ella dijo: -Todo está de maravilla conmigo, pero sí tengo un deseo especial: que llueva todos los días con abundancia para que así las plantas tengan siempre suficiente agua. Pocos días después visitó a su otra hija, también preguntándole sobre su estado. Y ella le dijo: -No tengo quejas, solamente un deseo especial: que los días se mantengan secos, sin lluvia, con sol brillante, para que así los ladrillos sequen y endurezcan muy bien. El padre meditó: si una desea lluvia, y la otra tiempo seco, ¿a cual de las dos le adjunto mis deseos? No trates nunca de complacer y quedar bien con todo el mundo. Te será imposible. El padre y sus dos hijas REGRESAR
5. Los hijos de un labrador viv í an en discordia y desuni ó n. Sus exhortaciones eran in ú tiles para hacerles mudar de sentimientos, por lo cual resolvi ó darles una lecci ó n con la experiencia. Les llam ó y les dijo que le llevaran una gavilla de varas. Cumplida la orden, les dio las varas en haz y les dijo que las rompieran; mas a pesar de todos sus esfuerzos, no lo consiguieron. Entonces deshizo el haz y les dio las varas una a una; los hijos las rompieron f á cilmente. - Ah í tienen! les dijo el padre-. Si tambi é n ustedes, hijos m í os, permanecen unidos, ser á n invencibles ante sus enemigos; pero estando divididos ser á n vencidos uno a uno con facilidad. Nunca olvides que en la uni ó n se encuentra la fortaleza . Los hijos desunidos del labrador REGRESAR
6. Una vez un lobo muy grande y fuerte nació entre los lobos, que excedió a todos sus compañeros del mismo tipo en fuerza, tamaño, y rapidez, de modo que ellos unánimemente decidieran llamarlo "León". El lobo, con una carencia de sentido igual a su tamaño enorme, pensó que ellos le dieron este nombre por ser en verdad como un león, y, dejando su propia raza, se fue a vivir finalmente con los leones. Una vieja zorra, viendo eso, le dijo, --Es mi intención no llegar nunca a hacerme tan ridícula como usted lo hace con su orgullo y vanidad; porque aunque usted tiene el tamaño de un león entre lobos, pero en una manada de leones usted es y seguirá siendo definitivamente un lobo. Ninguna apariencia puede quitar la esencia El lobo y la zorra REGRESAR