MENSAJE EVANGELÍSTICO EN UN TRATADO QUE TRATA SOBRE EL TESTIMONIO DE NUESTRO APRECIADO HERMANO RUBEN MEDINA. ESTE CASO SIRVE DE ILUSTRACIÓN QUE PUEDE AYUDAR A OTROS A ENTENDER COMO LLEGAR A CRISTO Y CAMBIAR SU VIDA PARA BIEN.
MI TESTIMONIO. MIS DOS NACIMIENTOS Y MIS DOS ADOPCIONES. TRATADO EL MAESTRO SILENCIOSO . No. 227
1. MI TESTIMONIO.
En la Biblia la palabra de Dios, leemos en
Juan 3:3 de un nuevo nacimiento, y en
Efesios 1:5 de la adopción que Dios hace al
nuevo nacido. Cuando creí en el Señor
Jesucristo como mi Salvador personal
entendí después como el Señor me salvó, y
he titulado mi testimonio, como:
MIS DOS NACIMIENTOS Y
MIS DOS ADOPCIONES.
1) MI PRIMER NACIMIENTO: Nací en
la ciudad de Acarigua en marzo 16 del año 1969, estando mi madre en
condiciones económicas muy escasas, debido a que mi padre la había
abandonado, teniendo un número de hijos de 11, tuvo que devolverse a
su ciudad natal en Palito Blanco, Estado Yaracuy, siendo muy difícil
sustentar la familia por la continua escasez de recursos para alimentar a
sus hijos sin la figura del padre.
2) MI PRIMERA ADOPCION: Mi madre se traslada de ese pueblito,
a Puerto Cabello, estado Carabobo. Dios providencialmente estaba
moviendo los hilos de las circunstancias en mi vida. Llegamos a Puerto
Cabello, mis condiciones de salud estaban muy deficientes. Por la
creciente desnutrición, por falta de alimentos en la familia. Mi madre se
enfermó hasta el punto que ya no podía criarme por problemas de salud,
tuvo que ser hospitalizada. Dios obró de tal manera en mi vida que
permitió que una familia en Puerto Cabello se interesara en mí y mi
madre, y le pidieron a mi madre que me diera en adopción, debido la
2. demostración de misericordia y caridad para atender mis necesidades
urgentes de salud y alimentación. Mi madre accedió y de 9 meses de
nacido llegue a la familia Medina.
3) MI SEGUNDO NACIMIENTO: Durante años, crecí con atenciones
y formación de valores en mi educación, criado bajo las enseñanzas de la
religión tradicional de la sociedad, bautizado por aspersión, y la
comunión, pero yo no sentía que la religión cambiaba mis mala
conciencia hacia Dios, fuimos visitados en casa muchas veces por
religiones que nos presentaban mensajes diversos en cuanto a la
salvación del alma.
Pero, un día mi abuela me confesó que ella había estudiado en el
Colegio Evangélico de Puerto Cabello en el año 1925, y que conservaba
un Biblia en su cuarto, un día me pidió que le leyera la Biblia y sus
bellas historias, día tras día se la leía, y aparte en mi cuarto también la
leía, sentía que era un libro diferente a los otros libros que yo había leído
en mi vida, no entendía muchas cosas, pero sentía frescura y descanso al
leerla.
Pasaban los años, y un día mi mama biológica me visitó, ella había
creído en el Señor Jesucristo, y me dijo que ella era la mamá que me
trajo al mundo, me impresionó porque vestía diferente, y en una de sus
visitas me cantó un himno, llamado: “Eran cien ovejas”. Crecí, en mi
adolescencia no me sumergí ruinmente en el pecado, pero sabía que no
estaba bien con Dios. Llegó un día cuando estaba afuera de mi casa
sentado, pasaron unos hermanos repartiendo tratados con mensajes del
evangelio, entre ellos estaba un amigo de la infancia y al verme me
invitó a una reunión de predicación del evangelio esa noche. Yo le dije
que no podía esa noche que para el día siguiente, y evidentemente el
amigo fue a buscarme, esa noche escuché el mensaje de los
3. predicadores, no entendía, pero me llamaba la atención que un
predicador negrito señalaba mucho el pináculo de la muerte.
Seguí asistiendo, una noche de regreso a mi casa el amigo de la infancia
venía hablándome del mensaje del evangelio y en la conversación, me
citó un Versículo, que fue la llave que abrió mi entendimiento el cual se
encuentra en (Mateo 24:38-39) y dice: 38 Porque como en los días
antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando
en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, 39 y no
entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será
también la venida del Hijo del Hombre. Entendí en ese momento que
si el Señor venía me perdía, que tenía la oportunidad de ser salvo esa
noche. Génesis 6 y 7 eran unos de los pasajes que yo más había leído en
mi juventud, llegué a mi casa y le dije a mi mamá adoptiva mi decisión
de aceptar a Cristo como mi Salvador personal, la reacción de ella fue
insultarme y regañarme, hablando mal del evangelio. Yo sabía que no
era verdad y llorando me encerré en mi cuarto, me arrodille y le dije al
Señor que lo aceptaba como mi Salvador personal, esa noche nací de
nuevo y comencé a disfrutar la verdadera vida.
4) MI SEGUNDA ADOPCIÓN: el 01 de abril del año 1988, Dios me
bendijo con toda bendición espiritual, sentándome y adoptándome como
su hijo suyo en la familia de Dios para la alabanza de la gloria de su
gracia, guardándome y cuidándome hasta el día de hoy y por la
eternidad.
Esperamos en el Señor que mi testimonio, sea de ayuda a otros para que
ellos también acudan a Cristo y lo reciban y así podrán satisfacer todas
sus necesidades espirituales y cambiar su vida para bien. Jesús dice:
Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré
descansar. (Mateo 11:28).
Ldo. Rubén Medina