Este documento discute la soltería y el noviazgo cristiano. Explica que aunque lo normal es que un cristiano se case, la soltería también es una opción válida para servir mejor a Dios. Describe algunos ejemplos bíblicos de personas destacadas que permanecieron solteras y los peligros y frustraciones particulares de los solteros. También presenta principios para guiar el noviazgo cristiano como valorar la nobleza del carácter sobre las apariencias, amar hasta estar dispuesto a darse a sí mismo
Santa Luisa de Marillac nos muestra: Los escollos a evitar
Soltería y noviazgo cristiano
1. LA SOLTERÍA Y
EL NOVIAZGO
CRISTIANO
Donald R. Alves
No Todo Creyente Se Casa
Tres razones por no casarse, Mateo 19.12
1. Hay eunucos que nacieron así del vientre de su madre; en otras palabras, algunas
personas sencillamente no tienen el deseo de casarse, o tienen un impedimento físico. 2.
Hay eunucos que son hechos eunucos por los hombres; en otras palabras, para otros, algún
suceso les ha hecho incapaces. 3. Hay eunucos que a sí mismos se hicieron eunucos por
causa del reino de los cielos; en otras palabras, hay quienes renuncian el matrimonio para
servir mejor al Señor. 1 Corintios 7.26,27 trata de esto. ¡El que sea capaz de recibir esto,
que lo reciba!
Hay ejemplos de solteros / solteras destacados
Jeremías, un profeta sobresaliente: No tomarás para ti mujer, Jeremías 16.2
Ana la profetisa perdió a su esposo a los siete años de casada y vivió 84 años más sin
casarse. Lucas 2:36.
Las hijas del evangelista Felipe servían sabiamente en calidad de solteras, Hechos 21.9.
Posiblemente Lidia sea otra; Hechos 16.14. El apóstol Pablo no tenía esposa, por lo
menos en la época en que escribió sus epístolas, 1 Corintios 9.5.
2. Hay peligros y frustraciones peculiares al creyente no casado
(¡Pero, hay otros para el casado!)
Una de estas frustraciones se afirma en 1 Corintios 7.9: Si no tienen don de
continencia, cásense; pues mejor es casarse que estarse quemando.
Lo Normal Es Que Un Cristiano Se Case
El principio básico
Adán tenía razón al hablar de “la mujer que me diste,” Génesis 3.12. El que halla
esposa halla el bien, Proverbios 18.22. No es bueno que el hombre esté solo, Génesis 2.18.
El hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, Génesis 2.24, Mateo 19.5. Honroso
sea en todos el matrimonio, Hebreos 13.5.
Normalmente uno se enamora en la juventud
Alégrate con la mujer de tu juventud, Proverbios 5.18.
… la fidelidad de tu juventud,… el amor de tu desposorio, Jeremías 2.2
El Espíritu Santo quiere manejar las circunstancias
El criado de Abraham dudaba de su viaje en busca de esposa para Isaac, pero
Génesis 24 nos proporciona una hermosa secuencia de comentarios acerca de esa
diligencia: El criado... puesto en camino... llegó, 24.10. Jehová... prosperará tu
camino, 24.40. ... guiándome Jehová en el camino, 24.27. Bendije a Jehová Dios... que
me había guiado por camino de verdad, 24.48. Nótese: El desenlace no hubiera sido feliz
sin esa frase clave en el versículo 10: "El criado se puso en camino." Jehová hizo el resto.
Algunos Principios Que Gobiernan El Noviazgo
Tener amores no es estar realmente enamorado.
El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso,
no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no
se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo
espera, todo lo soporta, 1 Corintios 13.4 al 7.
Se valora la pareja en función de las intenciones del corazón
y la nobleza del carácter.
No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura... el hombre mira lo que está
delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón, 1 Samuel 16.7.
3. El respeto pasa a ser un profundo afecto, veraz y real.
La meta es amar hasta el punto de estar dispuesto a darse a sí mismo, como dice de
Cristo en Efesios 5.25.
La regla divina es “con tal que sea en el Señor,” 1 Corintios 7.39.
Esto quiere decir que la otra parte sea del Señor —un creyente— y que la relación
tenga como finalidad honrar al Señor en vez de complacer la carne.
“Que en todo Él tenga la preeminencia.”
Por muy enamorado que uno se encuentre, siempre arreglará su día de tal manera
que Cristo, su Palabra y su obra, ocupen el lugar que les corresponde.
Otros también tienen su legítimo reclamo.
Uno no deja de atender a otros simplemente porque ha encontrado a esa persona que cree debe ser
su esposo o esposa.
El amor comienza por casa.
Quien no practica el amor donde está, difícilmente amará como debe a su pareja.
"Que os améis unos a otros," Juan 15.12, es un mandamiento polienvolvente.