Documento de la exposición “Bodegones. Otras visiones de las cosas”, compuesta por esculturas exentas y en relieve (realizadas con materiales sólidos, objetos y pintura) y construcciones fotográficas. Las obras están ejecutadas empleando técnicas muy variadas en las distintas artes. Ver vídeo en: http://www.youtube.com/watch?v=Y49Jqrjp3fY
Ver exposición: https://luisjferreira.es/1-obra-plastica-exposiciones/4-bodegones-otras-visiones-de-las-cosas/
Bodegones. Otras visiones de las cosas. Fichas técnicas
1. OBRA PLÁSTICA
ESCULTURAS EXENTAS
1. “Bodegón consumista M.”. (pág. 2)
2. “Bodegón consumista H.”. (p. 3)
3. “Bodegón de esculturas bodegón”.
3.1. “Manantial”. (p. 4)
3.2. “Caracola”. (p. 4)
3.3. “Lote”. (p. 4)
3.4. “Imagen onírica”. (p. 5)
3.5. “Homo erectus”. (p. 5)
3.6. “Tótem”. (p. 5)
ESCULTURAS EN RELIEVE
1. “Vestigios”. (p. 7)
2. “Bodegón surrealista”. (p. 8)
3. “Cordegón”. (p. 9)
4. “Ecolavavajillas”. (p. 10)
5. “Después de los platos rotos”. (p. 11)
6. “Listo para tomar”. (p. 13)
7. “Bodegón con tanque”. (p. 14)
8. “Expositor de prendas petrificadas”. (p. 15)
9. “Eclosión de objetos”. (p. 16)
10. “Incomunicación”. (p. 18)
11. “Frente a frente”. (p. 19)
12. “Los objetos también expresan”. (p. 20)
CONSTRUCCIONES FOTOGRÁFICAS
1. “Composición de botijos surrealistas levitando sobre el mar”.
(p. 22)
2. “Composición de botijos surrealistas ante un tragaluz”. (p. 22)
3. “Menú completo”. (p. 23)
4. “Untando mar”. (p. 23)
5. “Escenificación carnal”. (p. 24)
6. “Desdramatizando”. (p. 25)
7. “Botellas petrificadas, tiempo fosilizado”. (p. 25)
8. “Panal de rica miel”. (p. 25)
9. “La filosofía emperchada”. (p. 26)
10. “Doble realidad en un escaparate”. (p. 27)
11. “Todo es posible”. (p. 28)
12. “Pájaros exóticos atrapados en un espejo”. (p. 28)
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2. ESCULTURAS EXENTAS
1. TÍTULO: “Bodegón consumista M.”.
MEDIDAS: 53 x 37 x 34 cm.
FECHA DE CONCLUSIÓN: Febrero de 2005.
MATERIALES: Elementos de composición: Cabeza de fibra de vidrio y
resina de poliéster y objetos diversos: trozo de colcha, resto de cortina,
felpa, cestita, collares, pulseras, pendientes, brazo de batidora, zapato,
recipientes de crema, platillos, bolso, pinceles, pinta labios, atomizador,
lima, limpia uñas, lápices, rulos, pinza, sujetador, coletero, reloj y broche.
Pintura acrílica y barniz incoloro satinado y mate.
INSTRUMENTOS: Un globo, un bote como soporte y papel de periódico y
engrudo para modelar la cabeza, un trozo de PVC, otro de botella de
plástico y un pedazo de madera para elaborar el cuello, herramientas
eléctricas (batidora, taladro, sierra caladora, radial y amoladora), aceite,
pincel, soplete, tijeras, cola de contacto, puntas, martillo, fibra de vidrio,
resina de poliéster, recipiente, hierros y arena con resina para hacer
contrapeso, aguja, hilo, cinta adhesiva, alicates, escofina, lija y pintura
plástica blanca para imprimar.
TÉCNICA: Escultura–collage elaborada con materiales sólidos, objetos y
pintura extendida, lavada y presionada.
COMENTARIO:
Dado que todo bodegón es una composición que representa objetos
cotidianos, de consumo a la sazón, pretendía con esta cabeza de mujer
unificar el bodegón y la consumidora de los objetos; de ahí el título.
Aunque pueda resultar paradójico, porque un bodegón por su naturaleza
de objeto no pueda ser consumista (únicamente podría ser consumible, al
igual que lo son los objetos que represente y, en este caso, como lo
fueron los objetos que integra a modo de tocado), no es propiamente
contradictorio, porque este bodegón representa a la vez una persona (una
mujer) y como tal consumidora, incluso consumidora en exceso, es decir
consumista. Hasta tal punto se unifican ambos términos (bodegón e
individuo consumista) que llegan a identificarse, de tal forma que la
cabeza, al igual que los otros objetos, constituye un elemento del
bodegón, el más relevante; como si fuera un frutero en el que se dispone
convenientemente distintas piezas de fruta.
Los individuos en nuestra sociedad del bienestar, del mismo modo que
constituyen elementos del paisaje o de múltiples paisajes, son elementos
de un bodegón o bodegones, los más importantes quizás desde una visión
antropocéntrica; seres a menudo y en alguna medida cosificados, vulgares
por vulgarizados, y consumidores consumidos. Esa idea queda reforzada
por la indefinición –impersonalidad- del rostro (únicamente podemos
aventurar que es femenino por los objetos “específicos” que consume, que
a su vez son los que la definen, como si lo importante fuera el tocado, lo
2
3. decorativo, lo externo –aunque llegue a interiorizarse-, lo superficial, lo
aparente..., y como si de sedimentos geológicos se tratara o de restos
arqueológicos de nuestra forma de vida). Está también alentada esa idea
por la cierta homogeneidad cromática de la pieza; símbolo de la
despersonalización de los individuos y de la homogenización que
presentan en cada sociedad o cultura.
La obra constituye un bodegón antropomórfico al igual que: “Después
de los platos rotos” (Agosto de 2004), con la diferencia de que en esa
ocasión empleé trozos de objetos (platos) conformando un relieve, y en
ésta objetos completos por lo general, integrados en una escultura.
En esa sintonía de pérdida de la esencia está también la peana,
forrada de arena de playa negra cernida -a modo de enlucido-, que muta
su naturalidad por artificialidad al ser coloreada.
Este bodegón consumista forma pareja con otra cabeza de hombre de
las mismas características, realizada al tiempo que ésta.
2. TÍTULO: “Bodegón consumista H.”.
MEDIDAS: 53 x 35 x 38 cm.
FECHA DE CONCLUSIÓN: Marzo de 2005.
MATERIALES: Elementos de composición: Cabeza de fibra de vidrio y
resina de poliéster y objetos diversos: chaqueta, botella, pistola para
pintar, recipiente de desodorante, tirantes, copa, pelota de golf, corbatas,
calzoncillo, máquina de afeitar y cepillo para limpiarla, carburador con
manguera, cinturón, reloj, suela de calzado, gafas, pipa y peine. Pintura
acrílica y barniz incoloro satinado y mate.
INSTRUMENTOS: Un globo, un bote como soporte y papel de periódico y
engrudo para modelar la cabeza, un trozo de PVC, otro de botella de
plástico y un pedazo de madera para elaborar el cuello, herramientas
eléctricas (batidora, taladro, sierra caladora, radial y amoladora), aceite,
pincel, soplete, tijeras, cola de contacto, puntas, martillo, fibra de vidrio,
resina de poliéster, recipiente, hierros y arena con resina para hacer
contrapeso, cinta adhesiva, alicates, escofina, lija y pintura plástica blanca
para imprimar.
TÉCNICA: Escultura–collage elaborada con materiales sólidos, objetos y
pintura extendida, lavada y presionada.
COMENTARIO:
Dado que todo bodegón es una composición que representa objetos
cotidianos, de consumo a la sazón, pretendía con esta cabeza de hombre
unificar el bodegón y el consumidor de los objetos; de ahí el título. Aunque
pueda resultar paradójico, porque un bodegón por su naturaleza de objeto
no pueda ser consumista (únicamente podría ser consumible, al igual que
lo son los objetos que represente y, en este caso, como lo fueron los
objetos que integra a modo de tocado), no es propiamente contradictorio,
porque este bodegón representa a la vez una persona (un hombre) y
3
4. como tal consumidor, incluso consumidor en exceso, es decir consumista.
Hasta tal punto se unifican ambos términos (bodegón e individuo
consumista) que llegan a identificarse, de tal forma que la cabeza, al igual
que los otros objetos, constituye un elemento del bodegón, el más
relevante; como si fuera un frutero en el que se dispone convenientemente
distintas piezas de fruta.
Los individuos en nuestra sociedad del bienestar, del mismo modo que
constituyen elementos del paisaje o de múltiples paisajes, son elementos
de un bodegón o bodegones, los más importantes quizás desde una visión
antropocéntrica; seres a menudo y en alguna medida cosificados, vulgares
por vulgarizados, y consumidores consumidos. Esa idea queda reforzada
por la indefinición –impersonalidad- del rostro (únicamente podemos
aventurar que es masculino por los objetos “específicos” que consume,
que a su vez son los que le definen, como si lo importante fuera el tocado,
lo decorativo, lo externo –aunque llegue a interiorizarse-, lo superficial, lo
aparente..., y como si de sedimentos geológicos se tratara o de restos
arqueológicos de nuestra forma de vida). Está también alentada esa idea
por la cierta homogeneidad cromática de la pieza; símbolo de la
despersonalización de los individuos y de la homogenización que
presentan en cada sociedad o cultura.
La obra constituye un bodegón antropomórfico al igual que: “Después
de los platos rotos” (Agosto de 2004), con la diferencia de que en esa
ocasión empleé trozos de objetos (platos) conformando un relieve, y en
ésta objetos completos por lo general, integrados en una escultura.
En esa sintonía de pérdida de la esencia está también la peana,
forrada de arena de playa negra cernida -a modo de enlucido-, que muta
su naturalidad por artificialidad al ser coloreada.
Este bodegón consumista forma pareja con otra cabeza de mujer de
las mismas características, realizada al tiempo que ésta.
3. TÍTULO: “BODEGÓN DE ESCULTURAS BODEGÓN”.
ESCULTURA BODEGÓN 1: “Manantial”.
MEDIDAS: 35 x 16 x 27 cm.
MATERIALES: Toallita, teléfono de ducha con manguera, peine, tenedor,
mortero, serrín con resina de poliéster, marmolina con cola polivinílica,
pintura acrílica y barniz incoloro satinado y mate.
ESCULTURA BODEGÓN 2: “Caracola”.
MEDIDAS: 26 x 11 x 23 cm.
MATERIALES: 2 platos, 2 recipientes pequeños de cerámica, 1 pomo de
cerámica, serrín con resina de poliéster, marmolina con cola polivinílica,
pintura acrílica y barniz incoloro satinado y mate.
ESCULTURA BODEGÓN 3: “Lote”.
MEDIDAS: 35 x 16 x 33 cm.
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5. MATERIALES: Suela de zapato, botella con cuello de rosca alargado y
tapón, libro con ventana de ojo buey y cordón, cafetera con la parte
superior de cafetera, la inferior de botella de coca cola (rellena de arena
de playa con resina de poliéster) y mango de madera, copa-receptáculo
con múltiples objetos (tubo de pegamento, destornillador, regla, bolígrafo,
rotuladores, lápiz, coleteros, típex, tableta de pastillas, llaves, pendientes,
pincel, pinzas, cepillo de dientes, cortaúñas y frasco de colonia), sargento,
poliéster, marmolina con cola polivinílica, pintura acrílica y barniz incoloro
satinado y mate.
ESCULTURA BODEGÓN 4: “Imagen onírica”.
MEDIDAS: 31 x 10 x 38´5 cm.
MATERIALES: Recipiente de suavizante para lavadora (relleno de mortero
y arena de playa), 9 lápices de colores, un guante con las puntas
cortadas, polvos de talco, resina de poliéster, marmolina con cola
polivinílica, pintura acrílica y barniz incoloro satinado y mate.
ESCULTURA BODEGÓN 5: “Homo erectus”.
MEDIDAS: 27 x 16´5 x 39 cm.
MATERIALES: Soporte de globo terráqueo, zapato con el tacón
transformado, dos puntas gruesas, arena de playa, resina de poliéster,
madera, marmolina con cola polivinílica, pintura acrílica y barniz incoloro
satinado y mate.
ESCULTURA BODEGÓN 6: “Tótem”.
MEDIDAS: 39 x 14´5 x 41cm.
MATERIALES: Cuatro sprays, bombilla, casquillo, tirador de aplique de luz
forrado con tela de toalla, objetos de plástico fundidos (pala de remo,
trozos de perchas, carrete de esparadrapo, tenedor, tubo de P.V.C., trozo
de cuchara, frascos y rotulador), serrín, arena de playa, resina de
poliéster, maderas, tela asfáltica, marmolina con cola polivinílica, pintura
acrílica y barniz incoloro satinado y mate.
INSTRUMENTOS: Metro, herramientas eléctricas (taladro, sierra caladora,
radial, amoladora, soldador y pistola decapante), tornillos, destornillador,
puntas, martillo, tijeras, aguja, hilo, escofina, lima, sierra, alicates, cuchilla,
soplete, lija, espátulas, cucharas, recipientes, pinceles y pintura plástica
blanca para imprimar.
TÉNICA: Instalación de esculturas-collages realizadas con objetos,
materiales sólidos y pintura aplicada con diferentes técnicas.
COMENTARIO:
Una vez realizada la pareja de esculturas “Bodegón consumista”, de
mujer y de hombre (Febrero y Marzo de 2005, respectivamente), sentí el
deseo de confeccionar más esculturas–bodegón; entonces concebí la idea
de realizar un bodegón de unas 6 esculturas–bodegón variadas, a modo
de instalación. Aunque las esculturas conformen un conjunto en ella,
5
6. tienen identidad propia y, por consiguiente, pueden entenderse también
por separado; como ocurre con cada uno de los elementos que componen
un bodegón tradicional, que se juntan precisamente para eso, para
componer.
En estas obras, que a diferencia de la “Serie proyectos” (otro grupo de
obras, también de pequeño formato, aunque en relieve, realizadas en
1997) no las considero menores, empleo los objetos cubriendo las
distintas posibilidades de utilización que aparecen en los 12 bodegones en
relieve, tomadas en su conjunto, es decir: objetos o parte de los mismos
en su estado habitual, y objetos o partes modificados, a base de destruir
(fundiéndolos o deformándolos, seccionándolos o troceándolos,
descomponiéndolos, vaciándolos…) y de construir (adicionando,
componiendo o recomponiendo, llenando, alargando…), para originar
nuevos objetos con capacidad representativa, simbólica y estética.
El título del conjunto “Bodegón de esculturas bodegón” refleja la idea
que quería plasmar y los títulos de las diferentes piezas van desde lo
arbitrario (“Imagen onírica”), pasando por lo sugerente (“Caracola” o
“Tótem”), o por la expresión de lo que la pieza es (”Lote”), a lo simbólico y
conceptual (“Manantial” y “Homo erectus”).
El conjunto se presenta sobre una mesa con una cortina de fondo,
pero la instalación puede concebirse también de otras formas (con una
cortina colocada en su posición habitual, pero cubriendo en su caída una
mesa sobre la que disponer las 6 piezas; con 2 o 3 receptáculos de
madera, cristal o metacrilato –fijados en la pared o como volúmenes
exentos- colocando 2 o 3 piezas en cada uno; en un armario antiguo con
alguna talla, equipado con 2 o 3 repisas, sobre las que montar las piezas;
en una mesa antigua cubierta con un tapete de ganchillo y un cajón o dos
semiabiertos, conteniendo en su interior –o no- objetos y materiales
diversos, etc.). Podría admitirse otra instalación más amplia con la
incorporación de “Eclosión de objetos” (Enero de 2005), de forma que el
“Bodegón de esculturas bodegón”, dispuesto sobre una mesa con tapete,
se colocaría delante y debajo de “Eclosión de objetos”, que quedaría
detrás suspendida en una pared; dado que esta composición de fondo
representa una especie de parto de objetos, el conjunto se interpretaría en
la misma línea, es decir, las esculturas que reposan sobre la mesa
(objetos elaborados con objetos) habrían brotado previamente del mismo
modo que lo están haciendo los objetos que están eclosionando en la obra
vertical.
Todas las piezas están ejecutadas entre Septiembre y Diciembre de
2005.
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7. ESCULTURAS EN RELIEVE
1. TÍTULO: “Vestigios”.
MEDIDAS: 111 x 78 x 14 cm.
FECHA DE CONCLUSIÓN: Enero de 2004.
MATERIALES: Soporte: Dos trozos de aglomerado y listones .
Elementos de composición: Pantalla de luz transformada, piezas de
mecánica (culata de motor de explosión de moto, junta de culata, piñón de
bicicleta, bujía, pastilla de freno, tobera, horquilla de caja de cambios,
carcasa de motor de explosión de coche, ...), tiradores de gavetas, guías
para gavetas, soporte de bidón de bicicleta, piezas de lavadora (desagüe,
arco de puerta, ...), mango de sartén, pieza de frutero, sartén troceada,
tubo de manguera de ducha, arco de madera, trozo de bayeta, tierra de
zahorra con resina de poliéster y mortero para texturar y pintura acrílica.
INSTRUMENTOS: Metro, escuadra, herramientas eléctricas (sierra
caladora, taladro, radial, cepillo, fresadora), cola polivinílica, brochas,
puntas, martillo, tirafondos, destornillador, cola de contacto, resina de
poliéster, recipientes, cucharas, espátulas, colador, llana, mortero, trozo
de jersey con trama labrada para texturar y pintura plástica blanca para
imprimar.
TÉCNICA: Collage con materiales sólidos modelados y texturados, objetos
transformados y pintura extendida, presionada, lavada y raspada.
COMENTARIO:
Dado que mi obra está en buena medida construida sirviéndome de la
integración de objetos, como si fueran bodegones en cierta manera, decidí
realizar un grupo de “naturalezas artificiales” (más propiamente que
naturalezas muertas), siendo ésta la primera de ellas. Me plantee, pues,
desde la concepción de esta obra, realizar una composición con una serie
de objetos (completos y parciales, modificados de diversas maneras y sin
modificar) más o menos reconocibles, a modo de bodegón.
El título se debe a que la obra ofrece vestigios en un triple sentido:
1. Todas las texturas son propiamente vestigios o huellas realizadas con
diferentes instrumentos sobre mortero de construcción (llana, espátulas,
jersey con trama abierta y brocha).
2. Los objetos empleados pueden considerarse vestigios de nuestra
sociedad de consumo, específicos de nuestra civilización, que son
expulsados desde su interior como si de una emanación volcánica se
tratara; de ahí la presencia de una especie de cono y del cromatismo
volcánico de la pieza, conectando con el grupo anterior de obras integrado
en la exposición: “Paisajes exteriores-íntimos-interiores”, (si la última obra
de esta colección “Paisaje–bodegón” -Octubre de 2003- era un paisaje
concebido como un bodegón, ésta puede ser un bodegón concebido como
un paisaje).
7
8. 3. La obra, como cualquier otra, constituye un vestigio de una emanación
creativa personal.
Existe otra obra con el mismo título de agosto de 1997, perteneciente
al grupo de trabajos de pequeño formato denominado: “Proyectos”
2. TÍTULO: “Bodegón surrealista”. (“Otra visión de las cosas”).
MEDIDAS: 107 x 93´5 x 19 cm.
FECHA DE CONCLUSIÓN: Marzo de 2004.
MATERIALES: Soporte: Trozo de madera D M reforzada.
Elementos de composición: Marco de espejo modificado, dándole
profundidad y saliente a la repisa inferior, añadiendo madera y una tira
plástica, moldurando y texturando con polvo de mármol y cola polivinílica.
Cinco piezas de “cerámica”: 2 creadas, que no son de cerámica (la jarra
realizada con tela de sábana tratada con resina de poliéster y base de
madera, a la que se le añadió una cremallera, y el jarrón, realizado su
parte más ancha con el mismo procedimiento que la jarra, las gavetas con
madera DM. y los tiradores con cuentas, y el cuello con tubería de
plástico, madera, y cordeles de distintas secciones tratados con resina de
poliéster) y 3 piezas modificadas (la tetera, que fue ampliada con masilla
de resina de poliéster y polvos de talco, después de haber sido
seccionada, a la que se le invirtió el colador y se le añadió el agarradero
de la tapadera fuera de su lugar; el botijo (carente de pitorro, porque lo
utilicé en un trabajo previo), que fue seccionado y se le añadieron 3
pitorros creados, y el platito seccionado). Las 5 piezas han sido texturadas
con polvo de mármol y cola polivinílica. El fondo está realizado con un
tejido plástico encolado. Se pintó el conjunto con pintura acrílica.
INSTRUMENTOS: Metro, escuadra, herramientas eléctricas (sierra
caladora, cepillo, taladro, amoladora, radial, lijadora y fresadora), cola
polivinílica, brochas, puntas, martillo, tirafondos, destornillador, lija,
cuchilla, alicates, segueta, tijeras, telas, jarra de barro y jarrón de cerámica
empleados como moldes, verga, recipientes, cucharas, espátulas, colador,
resina de poliéster, mortero y aditivo para el mismo, escayola, lavavajillas
y pintura plástica blanca para imprimar.
TÉCNICA: Collage con materiales sólidos, objetos creados y modificados
y pintura extendida, presionada y lavada.
COMENTARIO:
Pretendí realizar un bodegón con 5 piezas de “cerámica” que pudiera
asociarse a un bodegón tradicional, pero que permitiera que enseguida
saltaran a la vista sus diferencias.
La composición se realiza sobre la base de una especie de ventana, o
quizás de alacena u hornacina (receptáculos para objetos corrientes e
incluso para iconos sagrados), que constituye a su vez el marco de la
obra.
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9. Las piezas de “cerámica”, perfectamente reconocibles, presentan
diversos elementos que suponen alteraciones de sus componentes,
disposiciones irregulares o introducción de otros improcedentes desde el
contexto habitual, y que por ello las hacen alógicas, familiarmente
extrañas, absurdas, imposibles, enigmáticas, a la vez que ambiguas y
poéticas. Estas piezas son lo que parecen, y al tiempo dejan de serlo para
ser otras cosas (el jarrón con su boca cerrada es un mueble con sus
espacios registrables o utilizables en forma de cajones, aunque con un
absurdo cuello alto; la jarra es una prenda impermeabilizada cuya
cremallera impediría el uso como jarra; el botijo es un botijo imposible,
pues presenta 3 pitorros dispuestos en línea vertical –podría ser una
fuente de decoro, porque no permitiría beber-; la tetera es imposible
también, ya que tiene invertido el colador y presenta el absurdo de la
ubicación del pomo de la tapa adherido a un lateral; el platito, que se sabe
que lo es, deja de serlo pues está seccionado en dos mitades y una de
ellas está dispuesta en posición invertida). Los objetos podrían ser
también lo que cada cual imagine.
Este juego de incertidumbre que se abre entre realidad y fantasía,
entre verdad y ficción, se amplía al no quedar evidenciada la naturaleza
de las cerámicas (si son de cerámica propiamente –de barro, loza o
porcelana- o de otros materiales) y su autoría (si son piezas “auténticas”
realizadas por ceramistas profesionales o creadas por mí).
El título y el subtítulo expresan la concepción de la obra; y el subtítulo,
además, es el que toma la exposición de todos los bodegones.
3. TÍTULO: “Cordegón”. (“Esta no es como la cortina que pintó Parrasio”).
MEDIDAS: 112 X 93 X 13 cm.
FECHA DE CONCLUSIÓN: Mayo de 2004.
MATERIALES: Soporte: Barra de madera para colgar la cortina con sus
accesorios.
Elementos de composición: El propio soporte, una cortina, tres
reproducciones modificadas de cerámicas y pintura acrílica.
INSTRUMENTOS: Tijeras, hilo, aguja, sierra, cola polivinílica, papel de
aluminio, tela de sábana, recipientes, brochas, espátulas, resina de
poliéster, dos vasijas de cerámica y una de cristal empleadas como
moldes, aceite para desmoldear, tubo de P.V.C., cordel, amoladora,
escofina, lija y pintura plástica para imprimar.
TÉCNICA: Collage con materiales sólidos, objetos (tres de ellos
moldeados y modificados) y pintura extendida, lavada y presionada en
algunas zonas.
COMENTARIO:
Desde hacía tiempo tenía el deseo de realizar una composición
empleando una cortina que ocultara algo, pero que al tiempo dejara
entreverlo, y en la ejecución de este grupo de bodegones encontré la
9
10. ocasión. La pieza ofrece una cortina con sus accesorios de cuelgue, que
en su caída, al término de algunos de sus pliegues, parece que oculta tres
recipientes y, en realidad, más bien los configura.
La cortina incluye de manera inherente dos elementos más: uno
representado en su superficie de naturaleza material, real (unos molinillos
de manivela para moler café, bordados en la tela), y otro tras ella de tipo
ideal, irreal (la ventana que inevitablemente podemos imaginar detrás de
la cortina, aunque con esta presencia no ignoremos que la cortina está
descontextualizada y que, por tanto, no encontraremos una ventana tras
de sí; por ello, “no es como la cortina que pintó Parrasio” –paradigma del
ilusionismo pictórico que pretendía hacer que se confundiera lo pintado
con lo real y viceversa-, la que llevó a Zeuxis al error de pensar que
ocultaba algo detrás, según la historia narrada por Plinio).
He pretendido operar con ambigüedad y crear la duda de si la cortina
es propiamente una cortina o no, de si lo son o no las piezas de cerámica
que parece esconder ésta, así como con la inutilidad de los objetos
(viendo la procedencia de los mismos –son jarrones que se adquieren o
regalan para poner flores, pero normalmente están vacíos- y su estado
actual en el que al estar cerradas sus bocas les es negada su utilidad,
aunque al ser empleados en una composición plástica su utilidad práctica
quede necesariamente transformada).
La obra se presenta como una cortina bodegón, ya que incluye una
serie de objetos, siendo la cortina uno de ellos. El título se forma, en
consecuencia, con la síntesis de la primera sílaba de cortina y con las dos
últimas de bodegón, pues pretende ser más bodegón que cortina, aunque
en realidad pueda parecer más cortina y consecuentemente pudiera
denominarse también “Cortigón”.
4. TÍTULO: “Ecolavavajillas”. (“Estado y función mutados”).
MEDIDAS: 118 X 86´5 X 16 cm.
FECHA DE CONCLUSIÓN: Junio de 2004.
MATERIALES: Soporte: Trozo de aglomerado y listones.
Elementos de composición: Diversos componentes de lavavajillas de
distinto tipo (depósito, mangueras, bandejas, rieles, resistencia, panel
frontal de mandos, apoyos, trozos de tejido aislante, etc.), piezas de vajilla
(platos, cubiertos, vaso, taza, cazo y pinzas), arena y marmolina para
texturar y pintura acrílica.
INSTRUMENTOS: Metro, escuadra, herramientas eléctricas (sierra
caladora, cepillo, fresadora, amoladora y taladro), martillo, clavos, cola
polivinílica, destornillador, tornillos, punzón, alicates, sierra, soplete,
espátulas, cola de contacto, tijeras, resina de poliéster, recipientes,
brochas, masilla de polvos de talco y resina, pintura plástica blanca para
imprimar, trapos y pinceles.
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11. TÉCNICA: Collage con materiales sólidos y objetos manipulados y pintura
extendida, lavada y presionada.
COMENTARIO:
La obra surgió de manera totalmente espontánea y azarosa en un
momento en el que tenía diversas ideas de composición de bodegones,
pero no contaba con los materiales que pretendía emplear, por lo que me
disponía a vivir unos días de relativa inactividad plástica; pero se nos
estropeó el lavavajillas, sin posibilidad de arreglo, y empecé a desmontarlo
a la búsqueda de piezas de interés plástico. Ocupado en esta tarea,
enseguida empecé a concebir una idea compositiva nueva, para cuya
ejecución estaba sobrado de materiales. Se trataba de realizar un
bodegón empleando solamente piezas y materiales del lavavajillas, junto
con algunos elementos de vajilla tomados del último lavado que hizo la
máquina, manteniendo la asociación natural que existe entre vajilla y
electrodoméstico que la lava, aunque fuera de su contexto. Esta obra es,
pues, un lavavajillas transformado en composición plástica, a modo de
bodegón, del que pueden reconocerse algunos componentes y en el que
la presencia de piezas de vajilla da fe de su naturaleza.
El lavavajillas y las piezas de vajilla mantuvieron su relación mientras
la máquina estuvo útil; sin embargo, contrariando la lógica de nuestra
dinámica de consumo, negándome a aceptar que tuviera que ser ya
inservible, quise perpetuar esa relación más allá de la utilidad
convencional del electrodoméstico. A partir del último lavado –de su última
relación “natural”- tomé unas muestras representativas de unos y otros, y
efectué un cambio de estado y de función (de ahí el subtítulo de la obra);
es decir, esos enseres relacionados en vida, negada ésta, adquirieron un
nuevo dinamismo en una dimensión plástica, quedando de paso el
lavavajillas liberado del desahucio.
El cromatismo, en el que destaca una amplia gama de verdes, tiene un
sentido simbólico, ya que el verde simboliza lo ecológico, y me sirve para
presentar este prototipo de lavavajillas (como cualquier otro de naturaleza
plástica) como auténticamente ecológico, a diferencia de los funcionales;
por otro lado, para activar la atención y ponernos en alerta, me valgo de la
llamativa viveza del colorido, que puede llegar a extrañar e incluso a
perturbar, como la naturaleza que conserva su equilibrio cuando estamos
habituados a la desnaturalización.
La composición de la obra surgió de manera muy fluida y su ejecución
fue del mismo modo. Su título está en consonancia con estas ideas.
5. TÍTULO: “Después de los platos rotos”. (“Bodegón antropomórfico”).
MEDIDAS: 124´5 x 94´5 x 11 cm.
FECHA DE CONCLUSIÓN: Agosto de 2004.
MATERIALES: Soporte: Trozo de aglomerado.
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12. Elementos de composición: Mantel, platos y fuente rotos, trozo de
tapadera de azucarero, pintura acrílica y marco.
INSTRUMENTOS: Metro, escuadra, herramientas eléctricas (sierra
caladora, cepillo, taladro, amoladora y radial), cola polivinílica, tornillos,
destornillador, tijeras, brocha, cola de contacto, resina de poliéster,
cordones, pinceles y pintura plástica blanca para imprimar.
TÉCNICA: Collage con objetos rotos y seccionados, tejido y pintura
extendida, lavada y presionada.
COMENTARIO:
En el inicio de la obra estuvo el deseo de realizar una composición
utilizando únicamente platos rotos; objetos estos -o las piezas de vajilla-
habituales en los bodegones clásicos y modernos. Junto a ese deseo
estaba el de expresión de la idea de que, en líneas generales, se puede
intentar construir a partir de lo roto accidentalmente o de lo destruido,
aparte de reconstruir lo construido con anterioridad, no solamente en el
plano material -del cual esta obra pretendería ser un ejemplo-, sino
también en el plano relacional. Este último es el sentido de la obra y lo que
le da título, ya que las expresiones: “haberse roto los platos”, “estar los
platos rotos”, “romper los platos”..., aluden al estado de ruptura de una
relación. La pieza, así concebida, presenta, pues, un mensaje de
esperanzadora recuperación, de dinamismo creador a partir de lo
considerado como acabado o inservible -aunque también lógicamente de
lo meramente dañado-, de nueva construcción o de afán constructivista,
de síntesis dialéctica, etc.
La composición fue generándose con grandes dosis de azarosidad
conducida con intencionalidad. Comencé la misma por la parte superior
sin ninguna idea preconcebida, pero enseguida lo construido me sugirió la
idea de cabeza. Empeñado en desarrollar un formato horizontal, realicé
bajo esa especie de cabeza una línea longitudinal con platos rotos, lo que
me dio la idea de brazos abiertos e hizo que acabara dándole al trabajo un
formato vertical y configurando una figura humana -sin género definido- en
posición vertical. Por último, para cerrar la composición, coloqué bajo la
figura partes centrales de platos (en los brazos habían sido empleadas las
arqueadas) a modo de soporte material.
El conjunto me sugería una especie de surfista en un medio no
definido (sabemos que puede practicarse el surfing sobre el agua, sobre la
hierba, sobre la nieve y también en el aire). La obra podría verse también
como una mesa puesta recubierta con un mantel, con vajilla distribuida
siguiendo un diseño antropomórfico, como si emergiera del propio mantel,
y presentando rasgos tatuados. La composición evidencia que, aunque los
platos se hayan roto, si no se acepta ese estado como definitivo y
terminal, puede crearse algo satisfactorio suficientemente definido,
aunque no lo sea plenamente; e indica que lo que es posible en el ámbito
plástico puede serlo en otros de distinta naturaleza.
12
13. 6. TÍTULO: “Listo para tomar”. (“La mesa está puesta, sírvase usted
mismo”).
MEDIDAS: 96´5 x 91 x 10 cm.
FECHA DE CONCLUSIÓN: Septiembre de 2004.
MATERIALES: Soporte: Trozo de aglomerado plastificado.
Elementos de composición: El propio soporte con metacrilato y texturado
con marmolina, tapete de labor de lana fina, 9 paquetes tetra pak
enrollados y dispuestos en una bandeja hecha a la medida, 1 jarra
troceada, 2 copas rotas, 2 tazas con sus respectivos platos, 1 cafetera
seccionada, 1 bandeja circular y pintura acrílica.
INSTRUMENTOS: Metro, escuadra, herramientas eléctricas (sierra
caladora, cepillo, radial, taladro y fresadora), sierra, brocha, resina de
poliéster, recipientes, arena, martillo, puntas, espátulas, cola polivinílica,
listones, cilindros torneados, alambre, tabla, polvos de talco y serrín para
hacer masilla con poliéster, colador, marmolina, fibra de vidrio y pintura
plástica blanca para imprimar.
TÉCNICA: Collage con materiales sólidos, objetos con su presencia
habitual, modificados o creados y pintura extendida y lavada.
COMENTARIO:
En mi ánimo de ofrecer variedad de bodegones decidí crear uno con
objetos de mesa, relacionados con la alimentación (bebida), y dispuse
sobre una especie de tablero de mesa los distintos elementos: uno
empleado como se usa habitualmente (el tapete sobre la mesa), otros sin
modificar, pero con una presencia inhabitual (los platos y sus
correspondientes tazas y la bandeja circular incrustada en la mesa), otros
modificados accidentalmente (las copas rotas) o voluntariamente (la jarra
troceada, la cafetera seccionada y los envases manipulados) y otro creado
(la bandeja rectangular).
Se trata de una mesa peculiar. Los envases dispuestos en la parte
inferior recogían diferentes artículos líquidos de origen vegetal (jugo de
naranja, gazpacho, caldo de verduras, etc.); o sea, naturaleza envasada y
uniformizada por el tratamiento industrial, por ello aparecen idénticamente
enrollados (como doblegados todos del mismo modo), matemáticamente
seriados (impersonalizados, al igual que una formación militar),
aparentemente repetidos y acumulados (aunque convenientemente
dispuestos), llenando el receptáculo (en señal de excesiva abundancia) y
encerrados en una bandeja ajustada. Todo ello hace referencia a la
pérdida de identidad de la naturaleza y, a la par, de los individuos en la
sociedad, también naturaleza y parte de ella. Como contrapartida,
presento en la parte superior otra acumulación y seriación con trozos de
jarra, pero en este caso ordenados en línea curva abierta, dinámica y libre,
ya que por un extremo se sale levemente del soporte y por el otro se
prolonga con los platos y la propia bandeja, haciendo un guiño a los
13
14. valores contrarios de dinamismo, autonomía, singularidad, naturalidad,
libertad, apertura, expansión, etc.
Aunque la mesa esté puesta lo está lógicamente desde el punto de
vista plástico, y la incitación a servirse ha de entenderse en ese ámbito; es
decir, la obra con sus ingredientes está servida, lista para tomar y quien
esté dispuesto ha de servirse lo que quiera o lo que pueda: percibir, sentir,
imaginar, reflexionar, evocar, emocionarse, etc., o sencillamente renunciar
a servirse si no está dispuesto a ello.
7. TÍTULO: “Bodegón con tanque”.
MEDIDAS: 68 x 123´5 x 21 cm.
FECHA DE CONCLUSIÓN: Octubre de 2004.
MATERIALES: Soporte: Dos trozos de chapa marina.
Elementos de composición: El propio soporte texturado, objetos
texturados, algunos sin modificar (panera, tanque, cuadrito ovalado, bolso
y reproducciones de frutas) y otros modificados (zapato, plancha y jarra) y
pintura acrílica.
INSTRUMENTOS: Metro, escuadra, herramientas eléctricas (sierra
caladora, cepillo, taladro, fresadora, radial y plancha), escuadras, tornillos,
destornillador, pinceles, cola polivinílica, sierra, punzón, martillo, puntas,
madera, tijeras, lámina adhesiva de chapar, escofina, recipiente,
marmolina, espátulas, llana, tapaporos y protector de madera para texturar
con marmolina, resina de poliéster, fibra de vidrio y pintura plástica para
imprimar.
TÉCNICA: Collage con materiales sólidos texturados, objetos sin modificar
y modificados y pintura extendida y lavada.
COMENTARIO:
Desde hacía mucho tiempo tenía la idea de realizar un bodegón con
tanque, y al abordar el trabajo de este grupo de obras vi la oportunidad.
Como en todo bodegón empleo objetos familiares, de nuestra vida
cotidiana, pero introduciendo descontextualizaciones y, con ellas,
extrañezas más o menos impactantes, fruto no ya de la realidad
lógicamente sino de la imaginación. Así, aparecen dos receptáculos que
no recogen lo que es habitual sino algo que les es impropio (la panera un
zapato troceado, como si fuera un pan, y el bolso una serie de frutas, al
modo de los útiles que las mujeres suelen acumular en sus bolsos; pero
también, en el primer caso la panera se convierte en una zapatera y en el
segundo el bolso en frutero). Se recogen dos objetos ilógicos, pues
presentan aditamentos o modificaciones absurdas que impedirían o
dificultarían su uso (la plancha, con su asidero excesivamente largo, al
igual que la jarra, que a su vez presenta un corte frontal que disminuiría
considerablemente su capacidad. Por último, aparece un tanque que no
presenta en sí ninguna extrañeza (salvo la escala, dado que la del resto
de objetos es la natural); lo extraño estriba precisamente en su propia
14
15. presencia en un bodegón; sin embargo, está perfectamente justificada
porque, desgraciadamente, la presencia de los tanques (como de
cualquier otro tipo de armamento) se ha convertido en algo familiar,
común, cotidiano en los países en guerra, desde luego, pero también en
los que no lo están, a través de los medios de comunicación. Este
componente está asociado al colocado en el otro extremo de la
composición; tanque y zapato de infante se relacionan en diferentes
sentidos: las tropas que actúan a pie con armamento ligero y que suelen
acompañarse de tanques se denominan infantería, vocablo que deriva de
infante; además, las fuerzas armadas me parecen un cuerpo atrapado en
el estadio evolutivo infantil (son como niños jugando al yo mando y tú
obedeces, a uniformarse, a colocarse en formación y desfilar, a realizar
simulacros en maniobras, a montar guardia,... a guerrear juegan incluso,
actividad básicamente primitiva, como primitiva es la infancia –aunque
afortunadamente con otro sentido- en el plano ontogenético).
El protagonismo del tanque, que contiene una carga de denuncia, es
lo que da título a la obra. El pequeño bodegón floral se incluye con la
intención de integrar un bodegón enmarcado (clásico) dentro de otro de
naturaleza moderna y, además, con fines estéticos (para equilibrar los
volúmenes) y simbólicos (la presencia del tanque está asociada a la de la
guerra y con ella a la de la muerte, y a la muerte asociamos flores, al
tiempo que a la vida, del mismo modo que, paradójicamente, los
militaristas asocian también el tanque a la vida).
La composición tiene un cierto carácter escénico, dado que los objetos
son como personajes que cuentan sus historias, como en una
representación teatral; historias que, a su vez, se producen en un contexto
del que emanan, provocando en ellas un cierto efecto de uniformización;
por ello, desde el punto de vista cromático, los objetos salen de la repisa y
del fondo en consonancia con estos planos.
8. TÍTULO: “Expositor de prendas petrificadas”.
MEDIDAS: 72´5 X 121 X 15 cm.
FECHA DE CONCLUSIÓN: Diciembre de 2004.
MATERIALES: Soporte: Trozo de madera D.M., varillas de madera y
largueros de cama también de madera.
Elementos de composición: Las propias varillas y los largueros que
conforman el receptáculo, prendas diversas (dos camisetas, una blusa, un
pantalón corto, unas bragas y un calzoncillo), un cinturón, pintura acrílica,
barniz y cera.
INSTRUMENTOS: Metro, escuadra, herramientas eléctricas (sierras
circular y caladora, cepillo, taladro, fresadora, amoladora, lijadora y pistola
decapante), tornillos, destornillador, clavos, martillo, recipientes, cuchara,
brochas, resina de poliéster, colador, materiales para texturar el fondo y
las prendas (marmolina, arena de playa y zahorra fina), espátulas, lija,
15
16. maniquíes, barro, medios aislantes para moldear (lavavajillas, aceite y
papel de aluminio), escofina, alicates, tijeras y pintura plástica blanca para
imprimar.
TÉCNICA: Collage con materiales sólidos, objetos y pintura extendida y
lavada.
COMENTARIO:
La idea tuvo su inicio al ver una camiseta terciada en el respaldo de
una silla; ello me hizo pensar enseguida en las prendas de vestir como
contenido de un bodegón. Decidí disponer seis prendas, destinadas a
cubrir el tronco (tres en la parte superior y otras tantas en la inferior),
sobre unas varillas y dentro de un receptáculo de cálida madera, a modo
de expositor, apoyándome en el hecho de que en nuestra sociedad de
consumo el escaparate y el expositor son una clara materialización del
bodegón, o quizás los bodegones por antonomasia.
Las prendas se presentan endurecidas, como fosilizadas o petrificadas
por el paso del tiempo, indicando que, en términos generales, las
vestimentas son objetos ancestrales, duraderos en el plano cultural, casi
tan antiguos como el hombre mismo, como si el vestir fuera un árbol de
hoja perenne en nuestra forma de vida; pero, a la vez, y de manera
particular, paradójicamente son cada vez más perecederos, por el uso
limitado, breve que se tiende a hacer de cada una de ellas. Es decir, se
mantiene la práctica del vestirse, pero se sustituyen rápidamente unas
prendas por otras, tendiendo prácticamente a fijar el hábito de “usar y
tirar”. Al recuperar yo estas prendas y petrificarlas en la obra (por el hecho
de integrarlas en ella y por presentarlas de ese modo), las vuelvo a hacer
duraderas (tanto como la obra aguante) y manifiesto mi rechazo a esa
tendencia de uso escaso y desahucio, cada vez más dominante. Por otro
lado, el hecho de petrificar las prendas conecta esta obra con las
precedentes de paisajes, particularmente íntimos (las prendas, aunque
pétreas, necesariamente están asociadas al cuerpo y, además, dos de
ellas conforman claramente una parte del cuerpo, siendo a la par prendas
y cuerpos) aunque, a diferencia de “Vestigios” (Enero 2004) o de “Eco-
lavavajillas” (Junio 2004), no pueda verse como un bodegón concebido
como paisaje, o viceversa.
El título expresa lo que la obra es.
9. TÍTULO: “Eclosión de objetos”.
MEDIDAS: 131 x 95 x 20 cm.
FECHA DE CONCLUSIÓN: Enero de 2005.
MATERIALES: Soporte: Trozos de aglomerado, chapa marina y listones.
Elementos de composición: Cortina, joyero de cerámica, dos jarras: una
elaborada a partir de un envase de suavizante (recipiente híbrido de ese
tipo de envase modificado y cuello-boca de jarra), y otra creada partiendo
de un modelado en barro, sobre estructura de madera, con resina de
16
17. poliéster, tela, una pata de mueble y una cuenta de madera (híbrido
también de cuerpo de jarra y salida de pata de mueble). Se ha texturado
con arena de playa y marmolina y policromado con pintura acrílica.
INSTRUMENTOS: Metro, escuadra, herramientas eléctricas (sierra
caladora, cepillo, taladro y radial), destornillador, tornillos, martillo, puntas,
alicates, barro, espátulas, recipientes, resina de poliéster, brochas,
pinceles, tela, fibra de vidrio, escofina, lija, cola polivinílica, marmolina,
grapadora de tapizar, tijeras, arena de playa, cartulina, cinta adhesiva y
pintura plástica blanca para imprimar.
TÉCNICA: Collage con materiales sólidos modelados, moldeados y
texturados, objetos (uno tal y como se adquiere en el mercado y dos
creados) y pintura extendida.
COMENTARIO:
La idea inicial consistía en presentar unos objetos de cerámica
saliendo de un muro al romperse éste. Enseguida esa idea me sugirió la
de parto de objetos y transformé el muro en genitales femeninos. Esta
postrera idea conectaba con la obra: “Tierra entreabierta” (Agosto de
2000), en la que una vulva se convertía en paisaje, quedando sacralizada
por un marco ovalado muy labrado, como si de un icono religioso se
tratara. En esta nueva pieza, aunque sin enmarcar, concebida también
como paisaje a la par que como bodegón (al igual que “Vestigios” -Enero
de 2004- y “Eco-lavavajillas –Junio 2004-), es la representación de los
propios labios vaginales mayores, a modo de mandorla, quien ensalza y
dignifica los objetos, iconos también venerados en nuestra cultura de
consumo y sacralizados por ella.
“Eclosión de objetos” forma parte de una terna de bodegones, en los
que presento básicamente objetos supuestamente de cerámica, junto con
“Bodegón surrealista” (Marzo de 2004) y “Cordegón” (Mayo de 2004). Al
igual que en “Cordegón” empleo una cortina, pero mientras que en ese
caso la cortina representa sencillamente una cortina, en éste representa
una vulva, aunque en ambos casos los objetos salen o nacen de ella,
luego la idea de nacimiento estaba ya latente en esa obra anterior.
La vulva, el cuarto objeto del bodegón (objeto en la medida en que lo
genital –en este caso lo femenino- se objetualice o cosifique), puede
entenderse como una versión reduccionista de Gradiva, ese personaje
ambiguo de la literatura de los albores del siglo XX, que Freud recuperó y
que los surrealistas se apropiaron como símbolo del flujo libre de la
imaginación, de la liberación de lo oculto, o de los deseos latentes. Se
trata de una reducción del personaje (quizás de la reducción más
significativa en la teoría freudiana y en la filosofía surrealista –el sexo-)
que da a luz lo extraño que lleva oculto: unos objetos de alguna manera
inquietantes (por lo inesperado, por sus modificaciones y por sus
connotaciones sexuales) que son deseados por nuestra insaciable
sociedad de consumo. El hecho de que la vulva pueda asociarse por sus
17
18. pliegues con un paisaje térreo remite al origen natural de las cerámicas: la
tierra de la que nacen, ayudados por las manos del alfarero, comadrón en
el proceso de parto múltiple; además, queda también asociado el hecho
de la creación (acción artesanal) y expulsión natural (parto) con el de la
producción industrial y plástica, que también produce objetos aunque de
distinto tipo, modo y sentido.
10. TÍTULO: “Incomunicación”.
MEDIDAS: 90 x 70 x 12 cm.
FECHA DE CONCLUSIÓN: Mayo de 2005.
MATERIALES: Soporte: Trozo de aglomerado y listones.
Elementos de composición: Tela plástica de vallado, dos teléfonos con sus
cables, un botín y un zapato, dos calcetines, un marco modificado, pintura
acrílica, esmalte sintético para dorar y cera líquida.
INSTRUMENTOS: Metro, escuadra, herramientas eléctricas (sierra
caladora, taladro, radial, cepillo y soldador), tijeras, grapadora de tapizar,
cola polivinílica, pinceles, colador, recipientes, espátulas, cuchara, mortero
con aditivo y pintura impermeabilizadora de caucho con arena y
marmolina para texturar, tornillos, destornillador, alambres, alicates,
clavos, martillo, cola de contacto, cuchilla, resina de poliéster, fibra de
vidrio, brocha y pintura plástica blanca para imprimar.
TÉCNICA: Collage con materiales sólidos, objetos y pintura extendida y
lavada.
COMENTARIO:
Cuando estaba realizando “Bodegón consumista H.” (Marzo de 2005)
y “Bodegón consumista M.” (Febrero de 2005), dos cabezas bodegón de
hombre y de mujer, pedí dos auriculares-micrófonos de teléfono público,
uno con líneas curvas y otro con líneas rectas, para utilizar uno de ellos en
una de las cabezas (con más probabilidad el curvo en la cabeza
femenina). Cuando los conseguí tenía ya las cabezas acabadas y,
enseguida, concebí la idea de esta composición, partiendo, pues, de esos
objetos como elementos centrales y de su función posibilitadora de la
comunicación.
La composición representa a una mujer y a un hombre (contenido de
numerosas obras previas, de forma evidente o evocada), simbolizados por
un auricular-micrófono con su respectivo cable y una pieza de calzado
cada uno (la mujer por el auricular-micrófono de diseño curvo y el botín de
uso femenino, y el hombre por el de líneas rectas, anguloso y casi
poliédrico y por el zapato de caballero). Los auriculares-micrófonos están
dispuestos en paralelo, en posiciones opuestas (de espaldas) y con sus
cables evolucionando en sentidos contrarios y desconectados (sin
posibilidad de comunicación); en consonancia, el botín y el zapato están
orientados en direcciones contrarias y en posiciones diferentes.
18
19. El conjunto expresa la idea de incomunicación, de ahí el título de la
obra; estado y sensación tan propia de nuestra civilización, a pesar de
estar invadidos por múltiples tipos de medios de comunicación y rodeados
habitualmente de personas. Quise valerme precisamente de los teléfonos
(instrumentos que empleamos para comunicarnos) para evidenciar esta
paradoja y, a la vez, falacia. El botín aparece abierto y el zapato desatado
para reforzar esa idea de incomunicación, de ausencia de apertura a los
otros, a pesar de que estén abiertos; ya que el calzado comúnmente nos
permite desplazarnos por la realidad exterior, ponernos en contacto o
comunicarnos con ella (mientras que con los calcetines mantenemos el
contacto con nuestra realidad corporal, interior), situación en la que los
llevamos atados o cerrados, pero los desatamos o abrimos cuando
queremos suspender ese contacto, y nos los quitamos (el zapato, incluso,
ha sido desposeído de su suela, pieza que es en realidad la que contacta).
La maya del fondo, que se usa en las obras para aislar, incomunicar,
alude a lo mismo y, al tiempo, a las condiciones estructurales (de fondo)
que alientan o imponen, a veces, esa incomunicación; en algunos lugares
se desdibuja su trama para hacer referencia a que esas condiciones de
fondo no suponen un condicionamiento ineludible o un determinismo.
El marco, como estructura cerrada, establecedora de límites
(inhabitual en mis obras, que suelen presentarse pretendidamente
abiertas), ahonda en esa idea de incomunicación estructural, casi
predeterminada artificialmente, por ello empleo un marco comercial
convencional, fabricado en serie; incluso su cierto aire de religiosidad, por
asociación de su cromatismo con el habitual en los marcos de la pintura
sacra, está en consonancia con la idea de cerrazón.
11. TÍTULO: “Frente a frente”.
MEDIDAS: 116 x 101´5 x 12 cm.
FECHA DE CONCLUSIÓN: Junio de 2005.
MATERIALES: Soporte: Trozo de chapa (madera fina) y listones.
Elementos de composición: Dos chaquetas, una corbata, dos sombreros y
pintura acrílica.
INSTRUMENTOS: Metro, escuadra, herramientas eléctricas (sierra
caladora, cepillo y taladro), pincel, cola polivinílica, puntas, martillo,
tornillos, destornillador, tenazas, escofina, lija, tijeras, grapadora de
tapizar, resina de poliéster, espátulas, cuchara, recipientes, pintura
impermeabilizadora de caucho con arena y marmolina para texturar y
pintura plástica blanca para imprimar.
TÉCNICA: Collage con materiales sólidos, prendas y pintura extendida,
lavada y presionada.
COMENTARIO:
El origen de esta obra fue similar al de “Incomunicación”; pieza que
realicé simultáneamente con ésta. Necesité una chaqueta de caballero
19
20. para “Bodegón consumista H” y conseguí dos. Al tener una sobrante
decidí hacerme con otra de mujer y realizar esta composición.
En este relieve presento una pareja heterosexual, al igual que en
numerosas composiciones previas, simbolizada en esta ocasión por las
chaquetas (una de cada género), por los gorros respectivos (uno entero y
otro parcial), por la corbata (símbolo fálico) y por los pliegues realizados
con la “piel interior” o forro de la chaqueta femenina (pliegues vaginales).
Si en “Incomunicación” la pareja simbolizada se presentaba de espaldas,
en esta composición aparece frente a frente, de ahí su título. Si en el
primer caso la escena estaba bien definida, en este preferí plantearla en
términos de ambigüedad: la pareja está frente a frente, pero no sabemos
si en actitud dialogante, desafiante o indiferente, si se aprecian o se
desprecian, si se conocen o desconocen, si son personas parecidas o
muy diferentes, si emplean la misma lengua o no, si pertenecen a la
misma nacionalidad o a dos distintas, etc.
Al igual que en la obra referida, se trata de una pareja sin identidad,
despersonalizada, común, vulgar; desecho de una sociedad, como las
prendas que la representan, aunque se le haya dado una presencia
atractiva en la obra, pero no deja de ser pura apariencia.
12. TÍTULO: “Los objetos también expresan”.
MEDIDAS: 92 x 110 x 12´5 cm.
FECHA DE CONCLUSIÓN: Julio de 2005.
MATERIALES: Soporte: Tablero de mesa de jardín modificado, reforzado
con tubo de hierro.
Elementos de composición: El propio soporte, una tapadera de taza de
W.C. con nueve tornillos, tuercas y arandelas, seis tazas, una lechera /
tetera, dos barras arqueados de balancín, dieciséis peones de ajedrez,
pastilla de freno, polvo de mármol texturado, pintura acrílica, esmalte
sintético para platear y para dorar y cera líquida.
INSTRUMENTOS: Metros, escuadra, herramientas eléctricas (sierra
caladora, taladro, cepillo, equipo de soldadura, radial y fresadora), puntas,
martillo, tornillos de barrena y de tuerca, destornillador, cola polivinílica,
pinceles, lija, lima, alicates, llave inglesa, fibra de vidrio, resina de
poliéster, tijeras, recipientes, remachadora, barro, maderitas para
confeccionar moldes con los que unir las tazas, marmolina, cuchara,
colador y pintura plástica blanca para imprimar.
TÉCNICA: Collage con materiales sólidos, objetos transformados y pintura
extendida.
COMENTARIO:
El punto de partida de la obra lo constituyó la decisión de utilizar, como
soporte de un nuevo bodegón, el tablero de una mesa de jardín circular
abierto en listas, que preferí transformar en ovalado. Enseguida dispuse
sobre la mesa la tapadera de taza de W.C. y las dos barras arqueadas,
20
21. como elementos de composición estética meramente. A partir de ahí
empecé a elaborar la idea y a disponer el resto de los componentes de la
obra.
Al igual que en “La mesa está puesta, sírvase usted mismo” (Octubre
de 2004) presento una serie de objetos sobre un tablero de mesa, pero en
este caso no todos guardan relación directa con la alimentación, aunque sí
con el cuerpo en un sentido más amplio, al tiempo que con lo mecánico;
confiriendo a la pieza otro significado y provocando más extrañeza e
incluso perplejidad.
Esta mesa reúne elementos de dos tipos diferentes de tazas: un
tándem de tazas comunes y una tapadera de taza de W.C., convertidas
ambas en piezas de mecánica (el tándem –asociado a un vehículo, la
bicicleta- formando una especie de engranaje con la barra arqueada y los
peones, y la tapadera por la tornillería). Ambos tipos de tazas están
relacionados por la función digestiva, ya que vienen a ser como apéndices
culturales del principio y del fin respectivamente del aparato digestivo. El
conjunto unido de tazas representaría la abundancia, repetitividad y
unicidad o poca variedad de lo que a menudo ingerimos (características
de lo que por extensión consumimos en todos los órdenes, casi
compulsivamente), y la tapa de W.C. la mecanización de la función
excretora, no solamente en el plano fisiológico, sino también en el socio-
económico-cultural y, en último término, la producción de todo tipo de
desechos o excrecencias.
La mesa muestra también dos barras arqueadas, procedentes de la
base de un caballo-balancín, con ocho peones de ajedrez cada una;
elementos lúdicos ambos, relacionados con funciones corporales y
mentales, del mismo modo que los anteriores con las digestivas. Las
piezas del ajedrez, aunque descontextualizadas del territorio que les es
propio, además de estar conectadas con lo corpóreo-mental, representan
cuerpos –individuos- sobre el terreno de batalla, en su sentido estricto y
genérico. Sendos elementos constituyen la base o soporte del juego y,
simbólicamente, de todo tipo de estructura, sistema u orden vertical o
piramidal (como los soldados en un ejército, los ciudadanos en un estado,
los feligreses en una Iglesia o los alumnos en una concepción tradicional
de la enseñanza; seres que siendo casi todo, son casi nada).
La lechera o tetera, que está también de manera cultural asociada a la
ingesta, al ofrecerse descompuesta (como si se tratara de un ingenio
mecánico desmontado) y toda ella a la vista, sin ocultamientos, alude a la
sencillez –incluso al simplismo- de todo mecanismo y de toda estructura,
sistema u orden.
La pastilla de freno –única pieza realmente de mecánica-, simboliza la
función o mecanismo de control; de autocontrol en el plano individual y de
heterocontrol en el colectivo.
21
22. El título de la obra reclama la atención sobre el valor narrativo de los
objetos en la expresión plástica. Ciertamente pueden decir algo, aún
después de haber sido despreciados; o quizás precisamente por eso, ya
que mientras son apreciados tienen un sentido meramente utilitarista, son
elementos de uso y valen explícita y exclusivamente para lo que han sido
producidos, no contando en realidad nada, pero cuando pierden ese
sentido, pueden ser recuperados y dotados de función expresiva.
CONSTRUCCIONES FOTOGRÁFICAS
1. TÍTULO: “Composición de botijos surrealistas levitando sobre el
mar”.
MEDIDAS: Variables.
MATERIALES: Tres fotografías (mar, cielo y botijo).
FECHA DE CONCLUSIÓN: Mayo de 2007.
TÉCNICA: Composición fotográfica con recursos digitales.
COMENTARIO:
Este enigmático bodegón está construido a partir de la transformación,
multiplicación y distorsión de un solo botijo. Por un lado, la cerámica está
dotada absurdamente de tres pitorros, que la convierten en un instrumento
imposible, o en un útil inútil y, por otro, el botijo originario con las tres
salidas (empleado en otra composición fotográfica denominada “Fuente”,
de Junio de 2007) es multiplicado y distorsionado caprichosamente
adoptando diversas formas, que añaden al doméstico contenedor de agua
más afuncionalidad.
El hecho de que la composición esté dispuesta en una marina abre la
posibilidad de que el bodegón pueda ser interpretado como paisaje, en
mayor medida si además las cerámicas son percibidas como extrañas
edificaciones. Al estar el conjunto levitando, en vez de flotando o anclado
en el mar, la imagen toma un aire de cierto misticismo, del que participa
en consonancia la composición de nubes.
Todo ello impregna a la obra un manifiesto carácter de surrealidad y
motiva su título.
2. TÍTULO: “Composición de botijos surrealistas ante un tragaluz”.
MEDIDAS: Variables.
FECHA DE CONCLUSIÓN: Mayo de 2007.
MATERIALES: Dos fotografías (tragaluz y botijo).
TÉCNICA: Composición fotográfica con recursos digitales.
COMENTARIO:
Se trata de una versión, en buen grado diferente, de la composición
que muestra los “botijos surrealistas levitando sobre el mar” (también de
Mayo de 2007). En este caso la absurda transformación de uno de los
22
23. componentes del botijo se practica con la boca, en lugar de hacerlo con el
pitorro, y está presentada en duplicado; además, en vez de disponer la
caprichosa composición de botijos sobre una marina, se hace delante de
un tragaluz. Aunque también en este trabajo la distribución de las piezas
de alfarería aparece como si estuviera levitando, el estado aquí es menos
definido, creando la sensación incluso de estar el conjunto de cerámicas y
el fondo algo fusionados, como buscando cierta identidad; ese efecto se
produce porque el tragaluz se comporta contradictoriamente, pues más
que captar luz y arrojarla sobre los objetos y contribuir a su definición, lo
que hace es absorberlos parcialmente y diluirlos en esa medida, actuando
como un traga-objetos. La surrealidad de la obra tiene, en parte entonces,
otro carácter diferente del de la original, pero no es menos surreal.
3. TÍTULO: “Menú completo”.
MEDIDAS: Variables.
FECHA DE CONCLUSIÓN: Junio de 2007.
MATERIALES: Siete fotografías (pasarela de madera, botella de vino,
chorro de vino, recipiente, pan, manzana y pescado).
TÉCNICA: Composición fotográfica con recursos digitales.
COMENTARIO:
Esta es una versión moderna del clásico bodegón, creado con la
representación o la captación de artículos alimentarios sobre una
plataforma. Consiste en una oferta de menú completa (pescado, pan, vino
y postre), pero humilde, dispuesta sobre un muelle flotante de tabla sobre
el mar, como si fuera un menú de trabajador nocturno o, quizás, de
pescador dominguero.
La modernidad en el tratamiento de este bodegón estriba en la
distribución de los elementos, en su perspectiva, en la colocación
descuidada de los alimentos directamente encima de la superficie sobre la
que se construye, en lugar de hacerlo sobre receptáculos y,
particularmente, en la concepción surrealista del elemento central: la
peculiar botella de vino, cortada por su cuello (dispuesto en una posición
imposible) y que, aún así, es capaz de servir autónomamente el vino en
un recipiente no muy usual para este fin.
Se trata de una composición fotográfica más en consonancia con la
representación austera del bodegón barroco español que con la
exhuberancia del holandés de la misma época.
4. TÍTULO: “Untando mar”.
MEDIDAS: Variables.
FECHA DE CONCLUSIÓN: Julio de 2007.
MATERIALES: Cinco fotografías (mar, 2 de olas, rebanada de pan y
cuchillo).
TÉCNICA: Composición fotográfica con recursos digitales.
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24. COMENTARIO:
Este sencillo bodegón realiza una síntesis entre la tarea humana de
untar un producto de consistencia cremosa sobre una superficie dura
comestible, utilizando un cuchillo (por ejemplo margarina sobre un trozo
de pan) y el fenómeno natural de la formación de espuma al bañar el mar
una playa. Consigue convertir la margarina en espuma de mar,
asimilándolas ambas mediante una metáfora visual y, como resultado, nos
ofrece un cuchillo untando espuma (mar) en una rebanada de pan. Al
efectuar esa síntesis de tareas y al ejecutar este acto de magia,
identificamos ambos fenómenos, el humano y el natural. Naturalizando lo
humano podríamos decir, también metafóricamente por supuesto, que la
margarina baña la rebanada, y humanizando lo natural que el mar unta la
playa; pero nos damos cuenta, además, de que son fenómenos que tienen
mucho en común: son cotidianos, familiares, reiterativos, rítmicos,
sensuales, apetecibles, dejan impronta de inmediato para luego
desvanecerse (siendo devorados), etc.
5. TÍTULO: “Escenificación carnal”.
MEDIDAS: Variables.
FECHA DE CONCLUSIÓN: Julio de 2007.
MATERIALES: Siete fotografías (lechazos en una pared, pared exterior de
casa, botijo, 3 fotos de velas y alfeizar).
TÉCNICA: Composición fotográfica con recursos digitales.
COMENTARIO:
En esta composición fotográfica me he servido sencillamente de la
descontextualización de dos mitades de cordero, tomadas de la pared de
una carnicería, de su recontextualización en el interior de una habitación
de una casa (podría tratarse de un comedor o de un dormitorio),
sugiriendo un montaje escenográfico, y de la insinuación de un espacio
religioso con la presencia, en el exterior, de una palmatoria con sus tres
velas encendidas, creada con uno de los botijos surrealistas que aparecen
en “Composición de botijos surrealistas levitando sobre el mar” (Mayo
de2007).
La referencia al ámbito religioso-eclesiástico es plural, aunque
desigual en su evidencia, e irreverente en su contenido. La presencia en
las iglesias católicas de abundante imaginería, su instalación con un claro
sentido escénico en capillas, sobre pedestales o formando parte de
retablos y la variada liturgia que en ellas tiene lugar, las convierten en
prototipos de teatralización; pero además, el gusto que desbordan por la
dramatización, por lo descarnado, le da impronta a la escenificación. El
cordero partido en dos bien podría simbolizar al Mesías crucificado
(denominado cordero de Dios) o a cualquier santo martirizado, o al menos
evocarlos; pero también podría aludir a lo antitético tabuizado por esa
corriente religiosa, es decir, lo carnal como cuerpo disfrutable, como
24
25. pasional, como placentero (en lo sexual o en lo alimenticio –presente
también en las iglesias como pecaminoso-); en cuyo caso, la
escenificación carnal, liberada de la prohibición y del sentido de pecado,
tendría un carácter laico.
6. TÍTULO: “Desdramatizando”.
MEDIDAS: Variables.
FECHA DE CONCLUSIÓN: Agosto de 2007.
MATERIALES: Dos fotografías (lechazos colgados y vidriera).
TÉCNICA: Composición fotográfica con recursos digitales.
COMENTARIO:
En este bodegón aparecen varias mitades de cordero, como en
“Escenificación carnal” (Julio de 2007), pero el sentido y la presencia de
esta composición fotográfica es totalmente diferente. Si en la obra
precedente las dos mitades de cordero se presentaban con un carácter
escénico, de cierta religiosidad y claramente dramático, en esta otra
desaparece cualquier viso de esa impronta. Aquí las tres mitades de
cordero se muestran tras el cristal translúcido de la puerta de una cocina y
fusionadas con él, adquiriendo el bodegón un aire netamente pictórico,
bidimensional, parecido a un acrílico de colores diluidos, o incluso a una
acuarela, con guiños fauvistas, y con una intención evidentemente
desdramatizadora, de ahí el título.
7. TÍTULO: “Botellas petrificadas, tiempo fosilizado”.
MEDIDAS: Variables.
FECHA DE CONCLUSIÓN: Agosto de 2007.
MATERIALES: Tres fotografías (pared rocosa, reloj y botellas de un
relieve escultórico).
TÉCNICA: Composición fotográfica con recursos digitales.
COMENTARIO:
Se trata de un sencillo bodegón, casi clásico en cuanto al contenido,
que nos brinda un grupo de botellas y un reloj. Su peculiaridad consiste en
que las botellas han perdido su identidad, de manera que en la actualidad
no es posible conocer cual fue su destino como contenedores, y en que
han conseguido eternizarse, permanecer en el tiempo, puesto que se han
petrificado y, con ello, fosilizado, convirtiéndose en estimulantes objetos
de atención, de estudio y de veneración. El reloj es el elemento que
atestigua esa permanencia de las botellas en el tiempo y que, a la postre,
también se fosiliza. Así, pues, las botellas petrificadas son restos fósiles,
como lo es el reloj, e incluso el propio tiempo.
8. TÍTULO: “Panal de rica miel”.
MEDIDAS: Variables.
FECHA DE CONCLUSIÓN: Septiembre de 2007.
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26. MATERIALES: Dos fotografías (panal y botellas de un relieve escultórico).
TÉCNICA: Composición fotográfica con recursos digitales.
COMENTARIO:
Del mismo modo que en “Botellas petrificadas, tiempo fosilizado”
(Agosto de 2007), este bodegón se construye con unas botellas
despersonalizadas también, sin identidad, aunque abundando más en
esta característica al no estar petrificadas, incluso al ofrecerse
desposeídas de cromatismo. Así, pues, este componente de fondo, casi
omnipresente, no da muestras del líquido que ha contenido, ni otros
detalles identitarios como el material del que está realizado, en contraste
con las celdas del panal que no precisan de indicios que desvelen qué han
guardado en su interior y de qué están confeccionadas; por si pudiera
haber dudas sobre su naturaleza y función, la presencia de unas abejas
no puede por menos que disiparlas.
Sobre el panal se dice que es de rica miel, como si de un mensaje
publicitario se tratara, pero existe una circunstancia que compromete esta
consideración: las abejas están muertas, pegadas al panal, por lo que se
puede deducir que está en desuso y que ya no puede contener rica miel,
aunque en algún momento lo hiciera.
9. TÍTULO: “La filosofía emperchada”.
MEDIDAS: Variables.
FECHA DE CONCLUSIÓN: Febrero de 2008.
MATERIALES: Siete fotografías (pared rocosa, mano, chaqueta, zapato,
pescado, mar y cielo).
TÉCNICA: Composición fotográfica con recursos digitales.
COMENTARIO:
Al indicar el título que la filosofía está emperchada, se evidencia que la
chaqueta -colgada de una singular percha- queda asimilada a esa
actividad de reflexión; el por qué es sencillo, y no es meramente porque
sea una chaqueta de Merce, cuya profesión consiste precisamente en
enseñar a filosofar, sino porque entiendo que la especulación mental es
una especie de prenda de vestir que nos colocamos, a la que nos
acomodamos, con la que nos identificamos, que conservamos e incluso
cuidamos y a la que nos aferramos; pero también hay que añadir que la
vestimenta -como las ideas- es cambiante, que nos puede quedar
desajustada, que puede ser pesada o ligera, interior-íntima o exterior-
superficial, de un tipo-estilo u otro, impersonal o personal, impuesta -o
más suavemente condicionada-, aunque también puede ser libre. Ambas,
la indumentaria y la filosofía, son específicamente humanas.
La filosofía aparece emperchada puesto que permanece suspendida
de una percha, hasta que llegue el momento de amoldarse a alguna
anatomía; de igual modo, la filosofía vista como acumulación del
pensamiento o historia, o entendiéndola como recurso individual de
26
27. pensamiento, está disponible, lista para ser empleada, colgada del propio
ser humano capaz de poseerla (por ello la percha es una mano, también
de Merce). La filosofía está utilizable, pues, colgada en un muro de bello
cromatismo y texturas, que muestra líquenes, hongos y vestigios fósiles
(elementos vivos del pasado y del presente, como la propia dinámica de la
filosofía) y del que se abre un ventanal por el que penetra luz y a través
del cual se puede percibir una hermosa realidad (parodiando de nuevo a
esa actividad mental).
El extraño espécimen que se muestra apoyado en el ventanal, mitad
zapato mitad pez, alude a que ese ejercicio del pensamiento nos permite
nadar como pez en el agua y caminar protegidos y seguros al igual que
cuando lo hacemos calzados, aunque a veces sea con alguna dificultad o
incomodidad, como cuando empleamos zapatos de tacón fino y alto, y
remite también a que esa habilidad superior nos permite crear sin límites,
de lo que ese extraño híbrido de naturaleza y artificio es un claro ejemplo.
10. TÍTULO: “Doble realidad en un escaparate”.
MEDIDAS: Variables.
FECHA DE CONCLUSIÓN: Febrero de 2008.
MATERIALES: Una fotografía de un escaparate, reconstruida a partir de
varias.
TÉCNICA: fotografía digitalizada.
COMENTARIO:
En un austero escaparate de un humilde establecimiento irlandés
tenemos correctamente colocados una serie de sencillos objetos, en
perfecta consonancia con su entorno, es decir, con el escaparate y el
local. Esa constituye la primera realidad presente en el escaparate; su
presencia es física, permanente mientras no se altere y allí permanezca.
La otra es una realidad reflejada, virtual; está presente, pero no allí, sino
posicionada enfrente del escaparate; lo que está en su cristal es
meramente el reflejo de esa realidad, no la contiene en sí, sino que atrapa
su imagen como si de un espejo se tratara, testimoniando su presencia en
otro lugar. Esa otra realidad, el reflejo de los edificios que están al otro
lado de la calle, no es física, aunque es estudiada por la Física, y su
permanencia es más inestable puesto que está en función de las variables
luz y posición del observador, mientras que la primera no conocía este tipo
de variables, dado que los objetos están al margen de la luz y de la
posición del observador, incluso de su existencia.
La doble realidad indicada admite una duda, e introduce en la
composición más ambigüedad: ¿El planteamiento correcto no será el
contrario al manifestado? ¿No estará tomada la fotografía directamente a
los edificios desde el interior del escaparate, de forma que en el cristal
(situado entre medias) quede retenido el reflejo de los banales objetos,
invirtiéndose ambas realidades?
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28. 11. TÍTULO: “Todo es posible”.
MEDIDAS: Variables.
FECHA DE CONCLUSIÓN: Febrero de 2008.
MATERIALES: Diez fotografías (agua en una fuente, libro, pared, ventana,
cafetera-botella, bandeja con zapatos, tabla de cortar con corbata y
cuchillo, copa con polvo de zahorra, copa con vino y copa con zahorra).
TÉCNICA: Composición fotográfica con recursos digitales.
COMENTARIO:
La denominación de este bodegón lanza un mensaje consonante con
el subtítulo de esta muestra: “Otras visiones de las cosas”. Me resulta
evidente que cuando la mirada se abre y se extiende, que cuando se
percibe la realidad desde diferentes puntos de vista, que cuando el ser
humano está impulsado por un espíritu imaginativo y creativo, puede
afirmarse, sin ningún temor a dudas, que “todo es posible”, porque todo es
concebible y, de alguna manera, realizable. Podría considerarse que mi
obra plástica (escultural y fotográfica) es una clara muestra de esa
máxima.
En esta construcción fotográfica he concebido cinco elementos
netamente surrealistas dispuestos en un lugar impropio (una especie de
remanso de una fuente, sobre cuya agua están como flotando), de manera
que están creados a partir de un proceso de descontextualización de
objetos-imágenes, que se recontextualizan al componer cada uno de ellos,
pero que al final, al hacer la composición del bodegón, vuelven a
descontextualizarse porque se ubican en un medio que les es extraño.
Esos cinco elementos están constituidos por: una bandeja que exhibe
sorpresivamente como suculento alimento dos zapatos femeninos de
tacón alto; una cafetera con un imposible depósito de agua tomado de una
botella plástica donde se envasa y expende ese líquido; un libro
extrañamente ilustrado en su portada con una ventana cerrada a cal y
canto, instalada en su pared, cuando es de suponer que un libro es una
ventana abierta a cualquier mundo; tres copas de vino, una con vino
líquido, otra en polvo y la otra petrificado, estados estos últimos en los que
sabido es que no se encuentra ,y por último, una tabla de cortar alimentos
con un cuchillo, pero inesperadamente lo que tenemos sobre ella es una
corbata.
Por muy sorprendente que pueda parecer, a la vista está que todo es
posible.
12. TÍTULO: “Pájaros exóticos atrapados en un espejo”.
MEDIDAS: Variables.
FECHA DE CONCLUSIÓN: Marzo de 2008.
MATERIALES: Múltiples fotografías (2 de cielos, playa, marco, nido,
pájaro y varias de huevos y zapatos).
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29. TÉCNICA: Composición fotográfica con recursos digitales.
COMENTARIO:
Este enigmático bodegón ofrece dos componentes extraños en un
medio marino: un nido concebido como un arrastre del mar (aquello que
esa inmensidad de masa acuática acaba expulsando de su seno porque
no le pertenece), que está ocupado por numerosos huevos procedentes
de diversas especies de aves, y un espejo cuyo origen, a diferencia del
anterior, no queda manifiesto, de forma que no puede saberse si también
se trata de un arrastre o de un particular elemento de contaminación de la
playa procedente del exterior. Si el primer componente se presenta como
un receptáculo natural de los pájaros en estado embrionario y
encapsulados, el segundo lo es también pero artificioso, inesperado y
fugaz, que acaba atrapando el reflejo del vuelo de una bandada de
pájaros que, en realidad, están directamente ausentes de la escena. Es un
grupo de exóticos pájaros, de zapatos convertidos en aves como por arte
de magia, que al volar por encima quedan apresados en el espejo, donde
un pájaro real, apoyado en su marco, los observa con perplejidad y
desconfianza, como si necesitara contemplarse también en él para
confirmar su identidad y poder diferenciarse de los otros, a quienes no le
gustaría parecerse, o quizás sí.
No empleo los zapatos femeninos por su reconocido carácter de
fetiches (aunque para mí carecen de él), sino como meros elementos
estéticos y expresivos que en la obra asumen un simbolismo: Los zapatos
son el elemento que nos ponen en contacto con el suelo y que, como
reptiles, están condenados a desplazarse por ese medio; pero, al
convertirlos en pájaros, quedan liberados de sus ataduras, al igual que el
parapentista cuando se lanza al vacío. Curiosamente cuando realizaba
esta composición, me veía "atado" a una cama por una larga
convalecencia.
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