1. ESQUEMA CORPORAL
I. CONCEPTO
El esquema corporal es la imagen corporal o
representación de cada quien tiene de su propio
cuerpo, sea en un estado de reposo o en
movimiento.
Según los especialistas, el desarrollo del esquema
corporal tiene todo un proceso;
depende de la maduración neurológica como
también de las experiencias que el niño tenga.
Alcanza su pleno desarrollo hasta los 11 o12 años.
El esquema corporal es producto de un desarrollo
progresivo ontogénico y a partir de las siguientes
sensaciones:
a) Interoceptivas: (viscerales)
b) Exteroceptivas: Fundamentales
logradas por la vista y el tacto.
c) Propioceptivas: Que nos vienen de los
músculos, tendones y articulaciones; y
nos informan sobre la contracción o
relajación del cuerpo (Percepciones de
posición y tono muscular).
A lo largo de su evolución psicomotriz, la imagen
que el niño se forma de su propio cuerpo se
elabora a partir de múltiples informaciones
sensoriales de orden interno y externo que este
percibe.
Desde el punto de vista evolutivo, primero se dan
las sensaciones interoceptivas; la sensibilidad del
tubo digestivo y la actividad bucal a partir del
nacimiento.
A partir de la alimentación y de las funciones
excretoras, el niño va experimentando vivencias
acerca de su propio cuerpo.
En un segundo momento, los niños experimentan
sensaciones de origen cutáneo, es decir a partir de
la piel o el tacto; esto dará paso a las sensaciones
exteroceptivas, pues descubrirá sus manos como
parte de sí mismo y como nexo entre el mundo
exterior y su mundo interno. Las manos no solo
son parte de su cuerpo sino instrumentos de
exploración con lo que posteriormente irá
descubriendo otras partes de su cuerpo, cómo sus
pies, tronco y empezará a manejarse como un
todo, irá descubriendo su imagen total.
DEFINICIONES DE AUTORES
ROOSEL: El esquema corporal son las experiencias
cognoscitivas y afectivas del sujeto.
BUCHER: El esquema corporal es la toma de
conciencia de sí, el sentimiento de
unidad y pertenencia del cuerpo.
PIERON: El esquema corporal es el conjunto de
sensaciones relativas al propio cuerpo en relación
con los datos del mundo exterior.
Finalizan todos estos autores señalando que el
esquema corporal se va estructurando a lo largo de
toda la vida, mientras que nuestro cuerpo tenga la
necesidad de ir adaptándose a las propias
circunstancias.
II. PROCESO DE ESTRUCTURACIÓN
Hay aspectos básicos que coadyuvan a su
cumplimiento lógico que nos permite comprender
la importancia de su proceso de elaboración.
El constante desarrollo de la capacidad
sensorial, puerta de entrada de la
información externa e interna y camino
obligado para el enriquecimiento de la
capacidad perceptiva.
El ambiente del cual no puede dejar de
impregnarse.
Las relaciones humanas que juegan,
igualmente, un papel decisivo. Proceso éste,
en el que el sujeto, como un todo
indivisible, se manifiesta y exterioriza por
medio del movimiento.
Según Pierre Vayer, el Esquema Corporal se
alcanzando progresivamente a través de:
La toma de conciencia de sí.
Las relaciones con el mundo de los objetos
y de los demás.
ANÁLISIS DE SU ESTRUCTURACIÓN
Desde el nacimiento, el niño realiza acciones
reflejas e indiferenciadas, incoordinadas e
hipertónicas, que irán introduciéndolo al mundo e
identificándolo como persona. Experiencias
corporales cargadas de por igual de motricidad,
afectividad y cognición; que han de dar origen al
proceso de toma de conciencia de sí y de su
2. relación con el mundo de los objetos y el mundo de
los demás.
El niño pone en función diversos sistemas de
organización, siempre relacionados entre sí, que
contribuyen, decididamente, en la elaboración del
Esquema Corporal. Según Wallon, Piaget, de
Ajuriaguerra, Schilder, Bucher y otros; señalan a
los siguientes sistemas como los más significativos,
los cuales se relacionan con la evolución del TONO
y de la MOTILIDAD.
Cada uno de ellos como proceso relacional,
dialógico. En el primero incidiendo en la relación
consigo mismo, el segundo con el mundo exterior.
TONO
La palabra tono proviene del griego "tonos" que
significa tensión (Costallat 1984 citado por Sarre
2000).
"El tono se manifiesta por un estado de tensión
muscular que puede ir desde una contracción
exagerada (paratonía) o fuerte (hipertonía) hasta
una descontracción en estado de reposo
(hipotonía), en el que, aunque de forma muy débil,
todavía se percibe una tensión muscular" (Coste
citado por Berruezo 1990).
El sistema que se relaciona con la evolución del
TONO va constituyéndose a través de experiencias
corporales, que al poner preferentemente en
actividad el sentido propioceptivo lleva a la toma
de conciencia del propio cuerpo. Lo reconocemos
como DIÁLOGO TÓNICO.
El niño al nacer pasa de la hipertonía en flexión del
neonato al tono equilibrado en extensión de su
cuerpo. Posteriormente, descubre el placer de
jugar con sus manos, sus pies y otras partes de su
cuerpo, especialmente las que aparecen delante de
sus ojos. En esta actividad, modifican las posiciones
de su cuerpo, en busca de bienestar,
fortaleciéndose los músculos del cuello que son los
que controlan el movimiento de la cabeza, para
luego, ajustándose a la ley céfalo-caudal, ir
dominando diferentes posiciones de la columna
vertebral. El niño rueda, gatea y se pone de pie
para caminar.
La función tónica va regulándose progresivamente,
ligado a los estados afectivos, modificándose
constantemente de acuerdo a la satisfacción o no
de sus necesidades, que se pone de manifiesto en
las tensiones o distensiones de sus músculos.
IMPORTANCIA DE LA FUNCIÓN TÓNICA
• En primer lugar, la actividad tónica es
necesaria para realizar cualquier
movimiento; para cada movimiento,
debemos de ajustar el tono, utilizando el
grado de tensión necesaria para éste,
adaptándolo al objetivo. Éste se relaciona de
manera estrecha con la postura,
determinándola, por lo que se constituyen
como una unidad tónico–postural.
• En segundo lugar, el tono es uno de los
elementos fundamentales en la construcción
del esquema corporal (segundo contenido de
la psicomotricidad), pues es una fuente de
sensaciones propioceptivas, informándonos
como están nuestros músculos y nuestra
postura. Mediante el tono tenemos
conciencia de nuestro cuerpo.
• En tercer lugar, el tono entendido como
medio de expresión de las emociones. Las
tensiones emocionales se expresan mediante
tensiones musculares y viceversa. El tono es
un medio de comunicación mediante el cual
nosotros podemos expresar nuestros
sentimientos, angustias, placeres y
displaceres. En ocasiones nuestras palabras
(lenguaje verbal) pueden decir una cosa,
pero lo que realmente sentimos se expresa
mediante el tono de nuestro cuerpo.
En este proceso tónico, se distinguen dos maneras
en qué se hace presente. Como tono de ACTITUD y
como tono de SOSTÉN. En el primero, se inscriben
todos los gestos del niño sugeridos consigo mismo
y con los demás; gestos en cuyo ejercicio se ha de ir
formando el temperamento de cada uno. El tono de
SOSTEN, gestor de la postura y de la bipedestación,
se afianza por el equilibrio sinérgico; el armonioso
estado tensional de los grupos musculares que
comparten la responsabilidad de ejecutar una
acción o de mantener una posición.
Experiencias que en su constante repetición, se van
afirmando para dar lugar a la instauración de lo
que conocemos como “hábito tónico”, que es la
manera característica de reaccionar, de gesticular,
de moverse y actuar del niño; su modo de ser
particular.
3. En estos cambios permanentes del TONO el niño
comienza su vida emocional, a expresar y
comunicar en ellos sus reacciones frente a sus
circunstancias. En un principio se establece
directamente con la madre, como comunicación
“activa” que solo ella comprende, para
manifestarse luego en su actitud y postura.
Según Chauchard; los centro del tronco cerebral,
bajo control superior del cerebro, son los que dan
origen a la armonía del tono muscular necesaria a
las posiciones y movimientos. Son ellos los que
controlan los mecanismos musculares elementales,
para mantener el cuerpo en una posición
determinada. De esta manera, el cuerpo no
permanece flácido, como cuando se relaciona
únicamente con la médula, sino que puede
mantener diferentes posiciones al servicio de la
expresión.
DIALOGO CINÉTICO O DE MOTILIDAD
El segundo sistema organizativo que reconocemos
como DIALOGO CINETICO O DE MOTILIDAD surge
íntimamente relacionado con el que acabamos de
esbozar. Este sistema integra toda aquella
actividad motora propiamente dicha, que hace
posible la comunicación directa con el mundo
objetal, facilitando su dominio y transformación.
Igual que el proceso anterior, este también se
cumple progresivamente, sujeto a las leyes de
maduración del sistema nervioso, al afirmarse la
coordinación neuro- muscular que otorga al
movimiento la precisión y ajuste necesarios.
El niño inicia su vida con movimientos reflejos,
indiferenciados, sin intencionalidad, pero luego por
el ejercicio de sus actos, agregado a su instinto
relacional, se ve obligado a buscar y enriquecer sus
experiencias. El movimiento se hace entonces, más
funcional, porque conforme el niño toma mayor
conciencia del objetivo a alcanzar.
A los dos o tres meses, el niño se encuentra en el
periodo que Piaget denomina de inteligencia
senso-motora. Periodo en que se evidencia un
esfuerzo de comprensión de las situaciones, lo cual,
estimulado por el sentido de exploración del niño,
facilita la construcción de los denominados y ya
citados esquemas de acción, le van demandando la
coordinación de los esquemas ya estructurados
que le permitan culminar con éxito nuevas
acciones. De esta manera la motilidad se hace cada
vez más rica y provoca la constitución nuevos
sistemas de organización, conducentes a una
actividad más selectiva, al igual que una mayor
eficacia de movimientos.
A los 18 meses, dice Lezine, la inteligencia ha
alcanzado un cierto equilibrio y se basa en
conjuntos de acciones coordinadas, que se
convirtieron más tarde en operaciones mentales.
Entre los dos o tres años de edad, el niño ya es
capaz de encadenar varias acciones en sucesión, al
mismo tiempo empieza a asociar palabras, con lo
que establece un paralelismo entre las estructuras
del lenguaje y las estructuras de acción señalada
Luria.
Es así como en el proceso de interacción de estos
dos sistemas funcionales, el niño va identificando
su Yo y distanciándose su entorno. Las actividades
de exploración y las experiencias sensoriales, de
carácter exteroceptivas, junto con la actividad
propioceptiva, contribuyen debidamente a la
liberación del Yo en realidad- objetos y seres- para
llegar a afirmarse en su Yo y su No Yo.
A partir de esta etapa, surge una nueva
organización del sentido del cuerpo, nos dice
Maigre y Destrooper, debido al desarrollo de la
toma de conciencia de las diferentes partes del
cuerpo, de los segmentos corporales y, en especial
de sus inter-relaciones. Con ello se afirma,
apoyándose siempre en las leyes de maduración
nerviosa, y, el dominio y uso de los segmentos
corporales, en especial de la mano, cuya actividad
va desde su intervención en los actos globales
hasta los diferenciadas y precisos, propios de una
coordinación motriz segmentada.
Simultáneamente conforme el niños va elaborando
su espacio postural, aparece la dimensión afectiva,
en sus relaciones con los demás. “De la calidad d
esos intercambios va a depender la seguridad del
niño, de la buena formación de su Yo y del normal
desarrollo de su personalidad.
Por otro lado, el espacio postural se nutre
permanentemente de los distintos espacios
sensoriales los que luego se van integrando y
coordinando, conforme la percepción y la
motricidad se van constituyendo unidades
significativas.
Producto de estas experiencias es la elaboración de
la imagen el cuerpo primero fragmentada y
4. disgregada y, posteriormente, cuando mejora el
sentido de organización, de unidad en totalidad.
Más adelante, con la autonomía de las nociones
espaciales el niño reconoce: cerca-lejos; arriba-
abajo; adelante-atrás. Posteriormente, al afianzarse
su lateralidad, lo que es derecha e izquierda. Con
ello no solo consigue percibirse mejor así mismo,
en forma cada vez más concreta, sino que la ha vez,
su distanciamiento del mundo exterior es más
claro y definido.
Antes de los 3 años el espacio en que se muestra el
niño es un espacio funcional y que solo a partir de
esa edad (3-7) el niño accede al espacio, que Piaget
denomina, espacio euelidiano, el que va
enriqueciendo con las experiencias motrices y
gráficas. Ahora los conceptos arriba-abajo, dentro-
fuera, adelante-atrás se consolidad al ser
internalizados en la acción misma, al tener el
propio cuerpo como eje de referencia y de
orientación. .
Recién a los 6 años los niños es capaz de tomar
conciencia de la diferencia entre derecha e
izquierda.
A los 7 y 8 años d edad no solo reconoce su derecha
e izquierda sino que también es capaz de
reconocerlas en los objetos y en los otros.
La autonomía de la noción especial alcanzada
ahora otorga al niño la disponibilidad, activa y
eficaz, que le ha de permitir una mejor relación con
el mundo. Relación que ha de afirmarse cuando la
noción temporal también llegue a cobrar
autonomía, es decir cuando vaya surgiendo la
creación de un diseño de organización de las
relaciones temporales: antes- después, ayer-hoy y
mañana apoyándose en la organización en el
tiempo de las secuencias simples de movimiento.
Luego, cuando el niño es capaz de tomar conciencia
dl tiempo en la acción misma ira percibiendo la
noción de unidad de la misma.
El lenguaje sigue desempeñándose en todo este
proceso tan complejo un papel preponderante. La
palabra y la frase, cada vez convertida en símbolo
preciso del acto realizado, contribuye a fijarlo más
claramente en la conciencia a para evocarlo con
mayor precisión.
III. ETAPAS DE ELABORACIÓN DEL
ESQUEMA CORPORAL
SEGÚN PIERRE VAYER:
Primera etapa: Del nacimiento a los dos años
(Periodo maternal)
Empiezan a enderezar y mover la cabeza.
Enderezan a continuación el tronco.
Llegan a la posición sentado con el apoyo
primero y luego sin apoyo.
La individualización y el uso de los
miembros los llevan progresivamente a la
reptación y luego el gateo.
El uso de los miembros le permite la fuerza
muscular y el control del equilibrio, esto a
su vez le permite:
El enderezamiento hasta la postura
erecta.
El equilibrio y posición de pie con
ayuda y luego sin ella.
La marcha.
Las primeras coordinaciones
globales asociadas a la prensión
Segunda etapa: De los dos a los cinco años
A través de la acción, la prensión se hace
cada vez más precisa, asociándose una
locomoción cada vez más coordinada.
La motricidad y la cinestesia (sensación por
el cual se percibe el movimiento muscular,
posición de nuestros miembros) permiten
al niño el conocimiento y la utilización cada
vez más precisa de su cuerpo entero.
La relación con el adulto es siempre un
factor esencial de esta evolución que
permite al niño desprenderse del mundo
exterior y reconocerse como un individuo
autónomo.
Tercera etapa: De los cinco a los siete años
(Periodo de transición)
El desarrollo de las posibilidades del
control muscular y el control respiratorio.
La afirmación definitiva de la lateralidad
(predominio de uno de los lados de nuestro
cuerpo).
El conocimiento de la derecha y la
izquierda.
5. La independencia de los brazos con
relación al cuerpo.
Cuarta etapa: De los siete a los once-doce años
(elaboración definitiva del esquema corporal)
Gracias a que el niño toma conciencia de las
diversas partes del cuerpo y el control del
movimiento se desarrolla:
La posibilidad de relajamiento global o
segmentario (de su totalidad o de ciertas
partes del cuerpo).
La independencia de los brazos y tronco
con relación al tronco.
La independencia de la derecha con
relación a la izquierda.
La independencia funcional de diversos
segmentos y elementos corporales.
La transposición del conocimiento de sí al
conocimiento de los demás.
A partir de esta etapa, el niño ya habrá conquistado
su autonomía. A medida que toma conciencia de las
partes de su cuerpo y de su totalidad, será capaz de
imaginarse o de hacer una imagen mental de los
movimientos que realiza con su cuerpo, esto
permitirá planear sus acciones antes de realizarlas.
SEGÚN LE BOULCH:
1ª- Etapa del cuerpo vivido. (Hasta los 3 años).
Se caracteriza por un comportamiento motor
global. El movimiento en esta etapa está
fuertemente emocionalizado y mal controlado.
Poco a poco, el niño va delimitando su cuerpo,
separándolo de los objetos, con lo que el niño
adquiere el primer esqueleto del yo. Ésta
delimitación se realiza siguiendo las leyes del
desarrollo próximo-distal y céfalo-caudal.
Hacia los 18 meses puede llegar a reconocer
diferentes segmentos de su cuerpo, pasa de
realizar movimientos bilaterales (no hay
diferenciación de un lado y otro) a los unilaterales.
El esbozo de esquema corporal es de carácter
analítico; los diferentes miembros no forman para
él un todo, un conjunto.
Hacia los dos años va pasando a una vivencia
unitaria y global de su cuerpo.
2ª- Etapa de discriminación perceptiva. (De 3 a
7 años).
Al comienzo de esta etapa, el cuerpo se vive ya
como unidad afectiva y expresiva sobre la que se
centra todo como punto de referencia organizativo
y relacional. La motricidad sigue siendo global y los
mayores progresos se producen en el ajuste
postural, en la regulación tónica y en mejorar el
equilibrio; el movimiento es más armonioso,
progresa en habilidades manuales y en la
coordinación motriz general.
El uso del lenguaje posibilita la toma de conciencia
de las distintas partes del cuerpo y su
denominación. El niño es capaz de localizar los
desplazamientos segmentarios con mayor
exactitud, lo que permite el control de las distintas
partes y la independencia de los brazos respecto al
tronco, pero el impulso motor aún prevalece sobre
el pensamiento.
3ª- Etapa de la representación mental del
propio cuerpo en movimiento. (De 7 a 12 años).
Desde el punto de vista neuro-afectivo, con la
maduración cortical, el niño, a partir de un
esquema postural consciente, a los nueve años es
capaz de relajar voluntariamente un grupo
muscular concreto sin variar la postura global.
El control de las reacciones emocionales se refina y
se pasa de la expresión espontanea a la socializada
y convencional. Se instalan la independencia de los
brazos y piernas con relación al tronco, de la
derecha respecto a la izquierda y se traslada el
conocimiento de sí mismo a los demás.
A los 11-12 años, el esquema corporal está
elaborado, pasando a formar parte de los
esquemas generales del pensamiento y
posibilitando una adecuada relación del sujeto con
los demás y con el mundo.
IV. EDUCACIÓN DEL ESQUEMA
CORPORAL
El esquema corporal es elaborado a partir de:
„ Conocimiento del propio cuerpo.
„ Desarrollo de las capacidades perceptivo-
motoras.
„ Desarrollo de la lateralidad
1.-Conocimiento del propio cuerpo:
El conocimiento del cuerpo comienza en el
momento del nacimiento y progresa hasta la edad
6. adulta. Conocer el cuerpo le permite al niño darse
cuenta de su movilidad, flexibilidad y utilidad.
1 año:
-cabeza: caja, boca, ojos
- cuerpo: nalgas, barriga, pierna, pies
- Manos: dedos, brazos
2- 3 años:
-nariz, orejas.
-pene/vulva ( el propio).
- uñas, mejillas.
-cabello, ombligo.
3-4años:
Además de aproximarse a las partes visibles, habla
de aspectos más locales e internos.
-barriga.
-frente: pecho, muslo, codos, rodillas.
-pene/ vulva (de otros).
5-6 años:
- Perfila más las partes pequeñas y procura
localizar las más internas.
- Pulmones, corazón.
- Cejas, pestañas, párpados, muñecas,
tobillos.
2.-Desarrollo de las capacidades preceptivo-
motoras:
Es la capacidad que tiene el niño para coordinar
los sistemas sensoriales (principalmente la
visión) con los movimientos del cuerpo. El
desarrollo perceptivo motórico del niño se
realiza en dos vertientes:
Percepción de uno mismo.
Percepción de su entorno.
3.-Lateralidad:
Definiciones:
1- Le Boulch: “Es la expresión de un predominio
motor realizado con las partes del cuerpo que
integran sus mitades derecha e izquierda”.
2- Reid: “Es la tendencia a utilizar un lado con
preferencia del otro”.
ETAPAS:
‰Siguiendo a Montalbán:
1ª- 0-2 años. El niño realiza movimientos
bilaterales, es decir, lo que hace con una mano
repercute en la otra. Su cuerpo reacciona
globalmente. 2ª- 2-4 años. Va experimentando con
una y otra mano, lo que le permite comparar
resultados. Esto es extensible a todo el eje que va
de cabeza a pies (visión, mano y pie de un mismo
lado).
3ª- 5-7 años. La noción de derecha e izquierda se
tiene, pero con relación al propio cuerpo. A partir
de los ocho años el niño es capaz de comprenderlos
desde el punto de vista de los otros y de los
objetos.
Sin embargo desde el punto de vista docente nos
interesa mucho más esta otra clasificación, pues es
eminentemente práctica:
Fase de localización. (3-4 años). Mediante algún
test se observa que partes utiliza con preferencia.
Fase de fijación. (4-5 años). Una vez localizado el
segmento dominante realizar tareas de
potenciación con él, utilizando todo tipo de
materiales para buscar una mayor coordinación
del segmento dominante con el resto del cuerpo.
Fase de orientación espacial. (5-7 años). El
objetivo es ser capaz de orientar el cuerpo en el
espacio (conceptos de derecha e izquierda,
adelante-atrás), tomando como referencia el
propio cuerpo.
Fase de maduración. (8-10 años). Una vez fijada
la lateralidad, podemos empezar a trabajar la
ambidestría.
TIPOS DE LATERALIDAD:
‰DIESTRO: Predominio cerebral izquierdo. La
parte derecha del cuerpo es la que se usa con
preferencia.
7. ‰ZURDO: Nos encontramos en el caso totalmente
opuesto, ahora el manejo del cuerpo es el del lado
izquierdo, pero el predominio cerebral es el del
lado derecho.
‰DERECHO FALSO: Se da sobre todo en personas
que siendo zurdas se les obligó en su día a utilizar
el lado derecho.
‰ZURDO FALSO: Suele ser producto de algún
impedimento temporal de importancia o total. La
zurdería es consecuencia de motivos ajenos al
individuo.
‰AMBIDIESTRO: Son casos atípicos, pues se
muestran zurdos para algunas actividades y/o
segmentos corporales, siendo diestros en otros
aspectos.
‰LATERALIDAD CRUZADA: Propia de los que
presentan un predominio lateral diestro en unos
miembros y zurdos en los otros.
Una vez vistos aquellos conceptos, tipos y etapas
que influyen en el esquema corporal y por
extensión en la lateralidad, vamos a ver ahora
juegos que nos pueden servir para trabajar desde
edades tempranas estos términos tan importantes
en nuestra Educación
Física de Base, pudiendo servir, aparte del ámbito
de la Educación Física y Psicomotricidad, en
cualquier otro contexto (Educación
Especial, Educación Musical, Educación Social,
Pedagogía,...).
V. IMPORTANCIA
La imagen mental del cuerpo es el punto de
partida de la capacidad de relación consigo
mismo, con los demás y con el mundo que nos
rodea, algo así como el núcleo sobre el cual
edificamos nuestro yo y nuestros vínculos.
Esta imagen comienza a forjarse sobre las
primeras senso-percepciones: la mirada
propia y la de los demás; es decir cómo nos
vemos, cómo nos ven, cómo vemos a los
demás y cómo nos relacionamos con ellos. A
estas senso-percepciones se suma el papel
decisivo de la acción motriz.
Al descubrir el niño a través de sus sentidos y
del movimiento este mundo que lo rodea,
establece relaciones entre él y las personas. A
través del reconocimiento de su cuerpo
construye su espacio y sus límites, tomando
conciencia de cada una de sus partes y sus
usos así como el hecho de que cada una de
estas partes conforma un todo integrado capaz
de realizar múltiples funciones.
Para todo niño su cuerpo se convierte en el
canal más adecuado de comunicación con el
exterior. El cuerpo se convierte así en un
vehículo de la estructuración de la vida mental.
En la medida que el niño reconoce su propio
cuerpo y lo domina, se facilita la incorporación
de los aprendizajes.
¿Qué pasa cuando no logramos estructurar
una imagen unificada del propio cuerpo?
¿Qué pasa cuando se distorsiona esa
imagen corporal?
El desarrollo de la personalidad, de la
inteligencia, del conocimiento de las personas
y objetos que nos rodean tienen su base en una
adecuada estructuración del esquema
corporal, que de no ser así creará problemas
personales, escolares y de relación con los
demás.
Cuando no se logra esta estructuración
corporal se producen problemas perceptivos,
motrices y sociales.
- Perceptivos: dificultad en la percepción
del mundo que lo rodea. Mala
organización espacial y estructuración
espacio-temporal, déficits en la
coordinación viso-motora.
- Motrices: defectuosa coordinación,
lentitud y torpeza, mala lateralización.
- Sociales: dificultad en relaciones con el
medio: inseguridad, baja autoestima,
insociabilidad, etc. La noción de
esquema corporal se halla también
regida por los estados emocionales del
individuo como consecuencia de sus
experiencias vividas.
8. En el plano escolar, la mayoría de las veces los
trastornos en la configuración del esquema
corporal se traducen en problemas para el
aprendizaje de la lectura, escritura y cálculo.
Por todo lo mencionado anteriormente, reviste
suma importancia el desarrollo del Esquema
Corporal en el sujeto.
El amor y aceptación que reciba el niño como
ser único y original durante este período de
interiorización de su esquema corporal es vital
para su desarrollo y afianzamiento.
VI. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
ANTORAZ, Elena; VILLALBA, José. Desarrollo
Cognitivo y Motor. Editorial Editex. S.A. Junio 2010.
Impreso en España. (Pág. 238-239)
http://www.um.es/cursos/promoedu/psicomotric
idad/2005/material/esquema-corporal.pdf