2. El Kiri, conocido como árbol Emperatriz o Paulownia tormentosa, es originario
de China. Gracias a sus características, podría ser de gran ayuda contra
el calentamiento global, la contaminación y la desertificación del planeta.
Puede llegar hasta los 27 m de altura y un tronco entre 7 y 20 m de diámetro.
Tiene unas hojas de 40 cm de ancho. Resiste al fuego al regenerar sus raíces y
vasos de crecimiento rápidamente y también tolera la contaminación. No es
necesario replantar ya que rebrota de cepa después del corte. Prospera en
suelos y aguas contaminadas y purifica la tierra según crece.
Emite grandes cantidades de oxígeno y absorbe hasta diez veces más dióxido
de carbono que otros árboles. Se trata del árbol que más rápido crece de
todo el planeta y con tan sólo ocho años alcanza el tamaño de, por ejemplo,
un roble de 40 años.
Sus hojas ricas en nitrógeno proveen buena abonadura y sus raíces previenen
la erosión del suelo. Soporta bien el frío y el calor y resiste condiciones
moderadas de sequía una vez desarrollado, de 1-2 años.
3. Las hojas pueden ser útiles como forraje ya que poseen un valor nutricional
muy alto, excelentes para la alimentación de ganado y también para hacer
compost.
Otro de los usos de la Paulownia es la generación de biomasa para centrales
térmicas o calefacción casera, mediante la transformación de los cultivos en
pellets. El pellet de madera tiene forma de pequeñas pastillas cilíndricas que
se elaboran mediante la aglomeración y densificación de la madera, es un
excelente biocombustible sólido como sustituto o complemento del carbón,
coque y fuel-oil y además tiene emisiones neutras de CO2. 2 kg de pellets
equivalen a 1L de gasóleo, por lo que el coste por unidad de energía es la
mitad.