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Metafísica SUD
1. METAFÍSICA SUD
Autor: Rasmussen, Dennis
Enciclopedia del Mormonismo
Traducido por Claudio Sepúlveda para el
Grupo de Estudios SUD Parley P. Pratt
2. METAFÍSICA
La metafísica es la rama de la filosofía
que trata con la naturaleza última de la
realidad, incluyendo los aspectos de
ella, que si los hubiere, no pueden ser
sometidos a la investigación empírica.
El desarrollo histórico de la metafísica
en el pensamiento filosófico occidental ha sido llevado a cabo en
gran parte por los filósofos y teólogos, quienes han aspirado más a
desarrollar un sistema unificado de ideas más bien que dedicarse a
estudiar un conjunto diverso de hechos. Fue especialmente
importante para los teólogos la tarea de hacer que los conceptos
filosóficos abstractos estén en armonía con las enseñanzas
concretas de las escrituras. Sus sistemas difieren, pero su objetivo
común fue combinar la filosofía y las escrituras en una explicación
única y coherente sobre la naturaleza última de las cosas.
3. PROVISIONALIDAD
La metafísica SUD se destaca
por sobre las otras ya que la
iglesia no ha desarrollado una
teología metafísica tradicional
ni tampoco aspira a una. La
iglesia no ha sido influenciada
por el pensamiento filosófico.
La doctrina SUD nace de dos fuentes, la escritura y la experiencia
religiosa continua. La ausencia de cualquier sistema metafísico en la
iglesia se desprende de la creencia de que las escrituras, como un
registro de la revelación divina, pueden ser complementadas por
nueva revelación en cualquier momento. Un sistema metafísico,
para ser verdadero, debe ser integral. Pero la fe en la revelación
continua excluye la certeza de que tal sistema pueda existir.
4. De modo que la metafísica SUD
permanece incompleta, provisional,
y no sistemática, sujeta a revisión, a
la luz de las cosas que aún no han
sido reveladas por Dios. Esta
provisionalidad de ideas metafísicas
ha salvado a la iglesia de las crisis
que pueden surgir cuando las
creencias de una religión están ligadas a ideas filosóficas que luego
son abandonadas o desacreditadas. La ausencia de una teología
metafísica sistemática en la iglesia ha llevado a algunos estudiosos
de sus doctrinas, que están acostumbrados a ese tipo de teología, a
afirmar que la iglesia no tiene una teología, pero sería más exacto
decir que la metafísica y la teología de la iglesia no se formulan de
manera sistemática.
5. MATERIA Y ESPÍRITU
En ausencia de un sistema metafísico, nuestra fe sigue mostrando
algunas ideas metafísicas características. Los Santos de los Últimos
Días consideran a la materia como un principio fundamental de la
realidad y como la base principal para distinguir seres particulares.
Lo significativo de este punto de
vista se revela de manera más
sorprendente en la doctrina de la
encarnación material de Dios: “El
Padre tiene un cuerpo de carne y
huesos, tangible como el del
hombre, así también el Hijo” (D. y
C. 130:22). Esto no debe
entenderse a la ligera; la materia
de los cuerpos exaltados está en
un estado purificado,
transfigurado y glorificado.
6. Las enseñanzas SUD no hacen un contraste definitivo entre el
espíritu y la materia. De hecho, “todo espíritu es materia, pero es
más refinado o puro” (D. y C. 131:7). Esta posición evita las
dificultades tradicionales al querer explicar la interacción entre el
espíritu y el cuerpo.
7. [ESPACIO Y TIEMPO]. La realidad
de la materia implica la realidad del
espacio y el tiempo. Las escrituras
hablan del lugar donde Dios mora y
de “la computación del tiempo del
Señor” (Abr. 3:09), lo cual muestra
que Dios existe dentro de un
entorno espacial y temporal. Al aceptar el espacio, el tiempo y la
materia como los bloques de la realidad, los Santos de los Últimos
Días toman el mundo cotidiano de la experiencia humana como una
guía bastante fiable de la naturaleza de las cosas. Pero esta
aceptación no es un dogma, y la creencia en ellas se mantiene
abierta a la posibilidad de que estas tres ideas, tal como las
entendemos actualmente, puedan ser complementarias de otras
ideas más fundamentales aún no reveladas.
8. El sueño de Lehi (1 Nefi 8:2-36)
PLURALISMO. El pensamiento
SUD claramente hace hincapié en
la importancia de la pluralidad
fundamental en el mundo, con
sus eventos, cambios, conflictos y
acuerdos continuos: “Porque es
preciso que haya una oposición
en todas las cosas” (2 Nefi 2: 11).
El mundo no es estático sino
dinámico, no es completo, sino
que está aún en desarrollo. Este
aspecto inacabado y orientado al
futuro de las cosas proporciona la
base para el crecimiento y el
progreso.
9. Un mundo o universo monista [Ver monismo] en el que todas las
diferencias son finalmente absorbidas en una unidad superior es
vista como imposible. La iglesia SUD ha sido menos propensa que
otras religiones a la hora de considerar el mundo de la experiencia
común como parte de un orden inferior de algo que es fácilmente
distinguible de un reino superior y diferente. El cielo en sí mismo es
considerado como un lugar que ofrece la esperanza de un progreso
sin fin más bien que la tranquilidad de la satisfacción final.
10. LO NATURAL Y LO SOBRENATURAL. Los Santos de los Últimos Días
ven una continuidad entre las categorías tradicionales de lo natural
y lo sobrenatural. No niegan la distinción, sino que la entienden
como una cuestión de grado, no de clase. La obra creativa de Dios,
por ejemplo, no es, como se concibe tradicionalmente, una creación
ex nihilo, sino como un acto de organizar materia que ya existe (Abr.
3:24). Y la creación no es un evento singular y único, sino un
proceso continuo que se
perpetua a través del
curso del tiempo: “Y así
como dejará de existir
una tierra… así aparecerá
otra” (Moisés 1:38). Dios
actúa sobre la materia en
el contexto del espacio y
el tiempo.
11. En comparación con los atributos humanos, los atributos de Dios
son supremos y perfectos. Pero la diferencia entre Dios y la
humanidad sigue siendo una cuestión de grado. Dios busca
proporcionar la orientación y la ayuda necesaria para que los seres
humanos superen las diferencias y lleguen a ser como él. El
mandato de ser perfectos “como vuestro Padre que está en los
cielos es perfecto” (Mateo 5:48) quiere decir que la humanidad
puede efectivamente llegar a ser como Dios al seguir fielmente sus
mandamientos. Los principios o las leyes de la bondad que
subyacen a estos mandamientos tienen su propia realidad
permanente. Dios los ejemplifica pero no los crea arbitrariamente.
12. LIBERTAD Y PERFECTIBILIDAD.
Nada es más central en la
metafísica SUD que el principio
de la libertad [albedrío].
Las debilidades de la humanidad
que conducen al error y al
pecado son reconocidas. Pero la
afirmación de que la naturaleza
humana es totalmente
depravada es negada. La iglesia afirma que idealmente “los
hombres son suficientemente instruidos para discernir el bien del
mal” y que “los hombres son libres según la carne,.. son libres para
escoger la libertad y la vida eterna... o escoger la cautividad y la
muerte” (2 Nefi 2: 5, 27).
13. La experiencia humana tiene como su objetivo final el desarrollo de
la virtud y la santidad en un mundo que no es totalmente el
producto de la voluntad de Dios. La realidad en sí plantea el desafío
de superar los obstáculos y alcanzar un bien mayor. La vida de
cada persona es una respuesta a este desafío.