2. INTRODUCCIÓN
Desde el antiguo Egipto, las aves simbolizan con gran frecuencia las almas humanas.
Todo ser alado es un símbolo de espiritualización. En general, aves y pájaros, como los
ángeles, son símbolos del pensamiento y de la imaginación. Conciernen al elemento
aire, son altura y, en consecuencia, espiritualidad. Así, Odón de Túsculo dice, en su
sermón XCII, que, así como son varias las propiedades de las aves, también son muy
diversas las costumbres de los hombres espirituales. Las aves son, prosigue: unas
sencillas, como la paloma, otras astutas, como la perdiz. Unas llegan a la mano, como el
halcón; otras huyen de ella. Unas aman convivir con los hombres, como la golondrina.
Otras, la soledad y el desierto. Las aves de bajo vuelo simbolizan la actitud terrena; las
de alto vuelo, la pasión espiritual.
Diccionario de Símbolos, Juan Eduardo Cirlot.
3. LOS PÁJAROS EN LA LITERATURA EUROPEA
y AmERICANA.
ALgUNAS PUbLICACIONES RECIENTES.
4.
5. Marek Rogalski es un joven estudiante de Arte polaco deportado a Auschwitz en
1940. Allí, por su pericia como dibujante, es elegido por el guarda y ornitólogo Hans
Grote para que sea su asistente en la tarea de documentar la población de pájaros del
lugar, un importante punto de encuentro de aves migratorias. En el transcurso de su
tarea, durante las excursiones que realizan fuera del campo, los dos hombres establecen
una relación de relativa proximidad. Mientras registran minuciosamente la cantidad de
nidos de somormujos o la variación en la población de cornejas y alondras, ambos
intercambian confidencias sobre la familia de Grote o el carácter de Elisa, la prometida
de Marek. Sin embargo, si éste se interroga sobre el fatídico destino que lo aguarda, y
espera encontrar en Grote una tabla de salvación, el oficial nazi parece dispuesto a
acatar ciegamente las órdenes que recibe. Así pues, la afinidad y la complicidad
surgidas con naturalidad entre dos seres unidos por el azar entrarán en un inevitable
conflicto con el abismo que los separa, el de víctima y verdugo.
6. Every January 1, a quirky crowd storms out across North America for a
spectacularly competitive event called a Big Year -- a grand, expensive, and
occasionally vicious 365-day marathon of birdwatching. For three men in particular,
1998 would become a grueling battle for a new North American birding record.
Bouncing from coast to coast on frenetic pilgrimages for once-in-a-lifetime rarities, they
brave broiling deserts, bug-infested swamps, and some of the lumpiest motel mattresses
known to man. This unprecedented year of beat-the-clock adventures ultimately leads
one man to a record so gigantic that it is unlikely ever to be bested. Here, prize-winning
journalist Mark Obmascik creates a dazzling, fun narrative of the 275,000-mile odyssey
of these three obsessives as they fight to win the greatest -- or maybe worst -- birding
contest of all time.
7. Una tierna historia de amor en el corazón de África Oriental: El atildado señor
Malik lleva años enamorado de Rose, su compañera en la sociedad ornitológica. Cuando
por fin reúne el valor para invitarle a un baile, tendrá que enfrentarse a un inesperado
rival, el fanfarrón Harry Kahn. Los dos caballeros deciden jugarse a la dama en un
singular reto: la llevará al baile aquel que sea capaz de avistar más especies de pájaros
en una semana.
8. Ever since the Anglo Saxon elegist behind The Seafarer sought comfort from his exile in 'the
gannet’s noise and the voice of the curlew’, poets have been drawn to birds. This handsomely
produced anthology bears testament to a continuing fascination.
The book contains almost 300 pages of poems on birds ranging from the ubiquitous sparrow to
the fantastical phoenix. The selection, organised rather nattily by ornithological classification,
encompasses Chaucer and Wordsworth, W?B Yeats and Philip Larkin, while also including
leading contemporary poets as well as examples of the various American species; Wallace
Stevens, Emily Dickinson and Marianne Moore.
The editors have chosen not to dwell on any one bird too long, with many only having a single
poem. However in classification they have found a rather clever way of spreading the net.
Accordingly, Thomas Hardy’s 'The Darkling Thrush’ is one of two poems included about the
mistle thrush rather than the song thrush or the simple thrush, which also have two poems each.
As Tim Dee explains in his foreword; where more than one poem is included it is in the hope
that the echoes in the poems give 'a ghostly sense of birds through the human centuries’. This
would stand as a good description of the impact of the anthology as a whole.
The poems are set in acres of space which makes the reading experience pleasurable, as does the
quality of the book design, right down to the striking red end papers. The book is augmented by
a 'notes’ section which the editors claim is 'selective and subjective’, but nevertheless is rich in
detail on the etymology of bird names, the species and the historical context and genesis of the
poems. It is written in a fluid, poetic, style; the Goldfinch’s song is 'a lovely liquid metallic
tinkle’, while the crow is described as having 'crowded blackly into the human mind’.
This is a wonderful, generous anthology, selected with all the care and attention we have come
to expect from one of our leading poets and enriched by Dee (author of The Running Sky, a
memoir of his birdwatching life). A life-affirming celebration of the commonplace yet
enduringly mysterious creatures we share this world with and the poetry they have inspired.
9. LAS AVES y LA POESíA
William Blake’s “The Birds”
William Cullen Bryant’s “Robert of Lincoln”
John Burrough’s “The Bluebird”
John Clare’s “In Summer Showers a Skreeking Noise is Heard”
Emily Dickinson’s “A Bird Came Down the Walk”
Emily Dickinson’s “October”
Emily Dickinson’s “The Robin is the One”
Robert Frost’s “The Oven Bird”
Goethe’s “March”
Gerald Manley Hopkins “The Windhover”
Henry Wadsworth Longfellow’s “Birds of Passage”
Mary Howitt’s “The Coot”
James Russell Lowell’s “The Vision of Sir Launfal”
Ogden Nash’s “The Grackle”
Edgar Allan Poe’s “The Raven”
Carl Sandburg’s “Purple Martins”
Wallace Stevens’ “Thirteen Ways of Looking at a Blackbird”
Alfred, Lord Tennyson’s “The Eagle”
Walt Whitman’s “To the Man-of-War-Bird”
William Butler Yeats’ “The White Birds”
12. LA GARZA
Siglo XIV. Libro de Buen Amor
¡Ay Dios, y quán fermosa viene doña Endrina por la plaça!
¡Qué talle, qué donayre, qué alto cuello de garça!
¡Qué cabellos, qué boquilla, qué color, que buenandança!
Con saetas de amor fiere quando los sus ojos alça.
13. LA GOLONDRINA
Don Juan Manuel
Exemplo VIº - De lo que contesçió a la golondrina con las
otras aves cuando vio sembrar el lino
Un día fablava el conde Lucanor con Patronio, su consejero, et díxol’:
-Patronio, a mí dizen que unos mis vezinos, que son más poderosos que yo, se andan
ayuntando et faziendo muchas maestrías et artes con que me puedan engañar et fazer
mucho damno; et yo non lo creo, nin me reçelo ende; pero por el buen entendimiento
que vós avedes, quiérovos preguntar que me digades si entendedes que devo fazer
alguna cosa sobresto.
-Señor conde Lucanor -dixo Patronio-, para que en esto fagades lo que yo entiendo que
vos cumple, plazerme ía mucho que sopiésedes lo que contesçió a la golondrina con las
otras aves.
El conde Lucanor le preguntó cómo fuera aquello.
-Señor conde Lucanor -dixo Patronio-, la golondrina vido que un omne senbrava lino, et
entendió, por el su buen entendimiento, que si aquel lino nasçiesse, podrían los omnes
fazer redes et lazos para tomar las aves. Et luego fuesse para las aves et fízolas ayuntar,
et díxoles en cómo el omne senbrava aquel lino et que fuesen çiertas que si aquel lino
nasçiesse, que se les seguiría ende muy grant dampno et que les consejava que ante que
14. el lino nasçiesse que fuessen allá et que lo arrincassen. Ca las cosas son ligeras de se
desfazer en el comienço et después son muy más graves de se desfazer. Et las aves
tovieron esto en poco et non lo quisieron fazer. Et la golondrina les afincó desto muchas
veces, fasta que vio que las aves non se sintían desto, nin davan por ello nada, et que el
lino era ya tan cresçido que las aves non lo podrían arrancar con las manos nin con los
picos. Et desque esto vieron las aves, que el lino era cresçido, et que non podían poner
consejo al daño que se les ende seguiría, arripintiéronse ende mucho por que ante non
avían ý puesto consejo. Pero el repintimiento fue a tiempo que non podían tener ya pro.
Et ante desto, cuando la golondrina vio que non querían poner recabdo las aves en aquel
daño que les vinía, fuesse para’l omne, et metiósse en su poder et ganó de’l segurança
para sí et para su linage. Et después acá biven las golondrinas en poder de los omnes et
son seguras dellos. Et las otras aves que se non quisieron guardar, tómanlas cada día con
redes et con lazos.
-Et vós, señor conde Lucanor, si queredes ser guardado deste dampno que dezides que
vos puede venir, apercebitvos et ponet ý recabdo, ante que el daño vos pueda acaesçer.
Ca non es cuerdo el que vee la cosa desque es acaesçida, mas es cuerdo el que por una
señaleja o por un movimiento cualquier entiende el daño quel’ puede venir et pone ý
consejo porque nol’ acaezca.
Al conde plogo esto mucho, et fízolo segund Patronio le consejó et fallóse ende bien.
Et porque entendió don Johan que este enxienplo era muy bueno fízole poner en este
libro et fizo estos viessos que dizen assí:
En el comienço deve omne partir
el daño que non le pueda venir.
15. EL HALCÓN
SIGLO XV
La Celestina
Acto I
Entrando CALISTO una huerta empos de un falcon suyo, hallo alli a MELIBEA, de cuyo amor
preso, comenzole de hablar; de la cual rigurosamente despedido, fue para su casa muy
angustiado. Hablo con un criado suyo llamado SEMPRONIO, el cual, despues de muchas
razones, le enderezo a una vieja llamada Celestina, en cuya casa tenia el mismo criado una
enamorada llamada ELICIA, la cual, viniendo SEMPRONIO a casa de CELESTINA con el negocio
de su amo, tenia a otro consigo llamado CRITO, al qual escondieron. Entretanto que
SEMPRONIO estaba negociando con CELESTINA, CALISTO estaba razonando con otro criado
suyo, por nombre PARMENO; el qual razonamiento dura hasta que llega SEMPRONIO y
CELESTINA a casa de CALISTO. PARMENO fue conocido de CELESTINA, la cual mucho le dice de
los hechos y conocimiento de su madre, induciendole a amor y concordia de SEMPRONIO.
Acto XXI
¿En qué pararon tus siruientes y sus ministros? La falsa alcahueta Celestina murió a manos de
los más fieles compañeros que ella para su seruicio enponçoñado jamás halló. Ellos murieron
degollados. Calisto, despeñado. Mi triste hija quiso tomar la misma muerte por seguirle. Esto
todo causas.
16. Del mundo me quexo, porque en sí me crió, porque no me dando vida, no engendrara en él a
Melibea; no nascida, no amara; no amando, cessara mi quexosa y desconsolada postrimería.
LITERATURA RENACENTISTA
17. Égloga I. Garcilaso de la Vega. Siglo XVI
Con mi llorar las piedras enternecen
su natural dureza y la quebrantan;
los árboles parece que se inclinan;
las aves que me escuchan, cuando cantan,
con diferente voz se condolecen
y mi morir cantando me adivinan;
las fieras que reclinan
su cuerpo fatigado,
dejan el sosegado
sueño por escuchar mi llanto triste.
Tú sola contra mí te endureciste,
los ojos aun siquiera no volviendo
a lo que tú hiciste.
Salid sin duelo, lágrimas, corriendo [...].
NEMOROSO
Corrientes aguas, puras, cristalinas,
árboles que os estáis mirando en ellas,
verde prado de fresca sombra lleno,
aves que aquí sembráis vuestras querellas,
hiedra que por los árboles caminas,
torciendo el paso por su verde seno:
yo me vi tan ajeno
del grave mal que siento
que de puro contento
con vuestra soledad me recreaba,
donde con dulce sueño reposaba,
o con el pensamiento discurría
18. por donde no hallaba
sino memorias llenas de alegría.
BARROCO
Aves y Mitología. El Ave Fénix
FRANCISCO DE QUEVEDO. SIGLO XVII
Ave del yermo, que sola
haces la pájara vida,
a quien, una, libró Dios
de las malas compañias;
que ni habladores te cansan,
ni pesados te visitan,
ni entremetidos te hallan,
ni embestidores te atisban;
tú, a quien ha dado la aurora
una celda y una ermita,
y sólo saben tu nido
las coplas y las mentiras;
tú, linaje de ti propria,
descendiente de ti misma,
19. abreviado matrimonio,
marido y esposa en cifra,
mayorazgo del Oriente,
primogénita del día,
tálamo y túmulo junto,
en donde eres madre y hija;
tú, que engalanas y hartas,
bebiendo aljófar, las tripas,
y, a puras perlas que sorbes,
tienes una sed muy rica;
avechucho de matices,
hecho de todas las Indias,
pues las plumas de tus alas
son las venas de tus minas;
tú, que vuelas con zafiros;
tú, que con rubíes picas,
guardajoyas de las llamas,
donde naciste tan linda;
tú, que a puras muertes vives,
los médicos te lo invidian,
donde en cuna y sepultura
el fuego te resucita;
parto de oloroso incendio,
hija de fértil ceniza,
descendiente de quemados,
nobleza que arroja chispas;
tú, que vives en el mundo
tres suegras en retahíla,
y, medula de un gusano,
esa máquina fabricas;
tú, que del cuarto elemento
la sucesión autorizas;
estrella de pluma, vuelas;
pájaro de luz, caminas;
tú que te tiñes las canas
con las centellas que atizas,
y sabes el pasadizo
desde vieja para niña;
20. suegra y yerno en una pieza,
invención que escandaliza,
la cosa y cosa del aire,
y la eterna hermafrodita;
ave de pocos amigos,
más sola y más escondida
que clérigo que no presta
y mercader que no fía;
ave duende, nunca visto,
melancólica estantigua,
que como el ánima sola,
ni cantas, lloras, ni chillas;
ramillete perdurable,
pues que nunca te marchitas,
y eres el ave corvillo
del miércoles de ceniza:
ansí de cansarte dejen
similitudes prolijas,
que de lisonja en lisonja
te apodan y te fatigan,
que, para ayuda de Fénix,
si hubiere lugar, recibas,
por únicas y por solas,
mi firmeza y mi desdicha.
No te acrecentarán gasto,
que el dolor las vivifica,
y al examen de mi fuego
ha seis años que te imitan.
Si no, cantaré de plano
lo que la razón me dicta
y los nombres de las pascuas
te diré por las esquinas.
Sabrán que la Inquisición
de los años te castiga,
y que todo tu abolorio
se remata en chamusquinas.
22. LA CIGÜEÑA
Samaniego. SIGLO XVIII
Fábula XVI. El labrador y la cigüeña
Un Labrador miraba
Con duelo su sembrado,
Porque gansos y grullas
De su trigo solían hacer pasto.
Armó sin más tardanza
Diestramente sus lazos,
Y cayeron en ellos
La Cigüeña, las grullas y los gansos.
«Señor rústico, dijo
La Cigüeña temblando,
Quíteme las prisiones,
Pues no merezco pena de culpados;
La diosa Ceres sabe
Que, lejos de hacer daño,
Limpio de sabandijas,
De culebras y víboras los campos.»
«Nada me satisface,
Respondió el hombre airado:
Te hallé con delincuentes,
Con ellos morirás entre mis manos.»
La inocente Cigüeña
23. Tuvo el fin desgraciado,
Que pueden prometerse
Los buenos que se juntan con los malos.
ROMANTICISMO
24. SIGLO XIX
Gustavo Adolfo Bécquer, RIMA LIII
Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán.
Pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha a contemplar,
aquellas que aprendieron nuestros nombres...
¡esas... no volverán!
Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar,
y otra vez a la tarde aún más hermosas
sus flores se abrirán.
Pero aquellas, cuajadas de rocío
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer como lágrimas del día...
¡esas... no volverán!
Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar;
tu corazón de su profundo sueño
tal vez despertará.
Pero mudo y absorto y de rodillas
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido...; desengáñate,
¡así... no te querrán!
26. EL COLIBRÍ
Poema Gacela del Amor Imprevisto, de Federico García Lorca
Nadie comprendía el perfume
de la oscura magnolia de tu vientre.
Nadie sabía que martirizabas
un colibrí de amor entre los dientes.
Mil caballitos persas se dormían
en la plaza con luna de tu frente,
mientras que yo enlazaba cuatro noches
tu cintura, enemiga de la nieve.
Entre yeso y jazmines, tu mirada
era un pálido ramo de simientes.
Yo busqué, para darte, por mi pecho
las letras de marfil que dicen siempre.
Siempre, siempre: jardín de mi agonía,
tu cuerpo fugitivo para siempre,
27. la sangre de tus venas en mi boca,
tu boca ya sin luz para mi muerte.
Diván del Tamarit es un poemario que García Lorca comenzó a escribir antes de 1931 y
que concluyó recién en el verano de 1935, siendo publicado en 1936, pocos meses antes
de su muerte. Diván es una palabra persa que primero designó la habitación donde los
escribas hacían el inventario; más tarde denominó el libro donde se escribía. En árabe
llegó a significar un cancionero, es decir, un conjunto determinado de una clase de
poesías. Tamarit era el nombre de una propiedad que la familia de los García Lorca
tenía en Granada (también llamada de San Vicente). Gran parte de los poemas fueron
compuestos en Granada, al parecer, mientras también realizaba García Lorca la lectura
de Poemas arábigo-andaluces, antología realizada por Emilio García Gómez.
El poemario Diván del Tamarit está compuesto de dos partes. La primera incluye doce
gacelas y la segunda parte incorpora nueve casidas. La Gacela (del árabe ghazel) es una
composición estrófica breve dedicada exclusivamente al tema amoroso, aunque en este
caso incorpora elementos del tema de la muerte, también. La casida (del árabe kasida),
en cambio, es una composición estrófica más extensa, de carácter clásico, de tema
variado y que generalmente empieza por una introducción.
Aquí, en Diván del Tamarit, la estructura formal pertenece a esta tradición arábiga-
andaluza, mientras que la experiencia de mundo que se detalla pertenece casi por
completo a la voz de los poemas. Y, aun, notando que aquí la elaboración artística de
los materiales lingüísticos es la actividad primordial del hablante, es necesario destacar
que existe la asimilación de lo folclórico (la presencia de la siguiriya, por ejemplo, en
"Gacela del amor con cien años"), y por ende, de lo popular.
Las doce gacelas que componen la primera parte configuran una órbita alrededor del
tema del amor, y cada una de ellas proporciona un diferente ángulo de visión. Cada una
de las gacelas, al reconstruir una situación amorosa, está estructurando una verdad que
sólo se yergue al integrar la lectura de las doce piezas. Una de las experiencias más
básicas en esta poesía se refiere al ciclo de la búsqueda, entrega y separación, que
aparece en varias composiciones. Aquí, la búsqueda del otro del cuerpo del otro, las más
de las veces es una ansiedad que no sólo se yergue como fuerza motora sino que,
también, como única dirección del hablante.
LECTURA DE DIVÁN DEL TAMARIT,
DE FEDERICO GARCÍA LORCA (1898-1936)
MANUEL ALCIDES JOFR
30. La grajilla
TRES PAJAROS DE CUENTA Y TRES CUENTOS OLVIDADOS, MIGUEL
DELIBES
El cuco, la grajilla y el cárabo, tres pájaros de cuenta, son los protagonistas de
otras tantas historias vividas por Miguel Delibes, en las que el escritor aborda uno de los
temas constantes en su obra: la naturaleza.
31. Los Tres pájaros de cuenta son estampas centradas en hábitos de las referidas aves.
Delibes, gran amante de la naturaleza, observa sus comportamientos y los presenta en
un entorno familiar directo; recrea experiencias reales ocurridas en su retiro burgalés de
Sedano.