1. MI PALABRA RHEMA II
GRACIAS SEÑOR, POR BENDECIRNOS Y PROTEGERNOS TODOS LOS DÍAS DE NUESTRA VIDA.
TE BENDIGO Y TE ALABO, MI SEÑOR Y DIOS.
LEONIDAS ORTEGA.
2. 1Disputa, oh Jehová, con los
que contra mí contienden;
pelea contra los que me
combaten.
6. 29El da esfuerzo al cansado, y multiplica
las fuerzas al que no tiene ningunas. 30Los
muchachos se fatigan y se cansan, los
jóvenes flaquean y caen; 31pero los que
esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas;
levantarán alas como las águilas; correrán,
y no se cansarán; caminarán, y no se
fatigarán.
7. 1Jehová es mi pastor; nada me
faltará.
2En lugares de delicados pastos me
hará descansar; junto a aguas de
reposo me pastoreará.
8. 3Confortará mi alma; me guiará por
sendas de justicia por amor de su
nombre. 4Aunque ande en valle de
sombra de muerte, no temeré mal
alguno, porque tú estarás conmigo; tu
vara y tu cayado me infundirán
aliento.
9.
10. Mi Dios, pues, suplirá todo lo que
os falta conforme a sus riquezas
en gloria en Cristo Jesús.
11. 6Humillaos, pues, bajo la poderosa
mano de Dios, para que Él os
exalte cuando fuere tiempo;
7echando toda vuestra ansiedad
sobre Él, porque Él tiene cuidado
de vosotros.
12. 25Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra
vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber;
ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No
es la vida más que el alimento, y el cuerpo más
que el vestido? 26Mirad las aves del cielo, que no
siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y
vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis
vosotros mucho más que ellas?
13. 3Tú guardarás en completa paz a
aquel cuyo pensamiento en ti
persevera; porque en ti ha confiado.
4Confiad en Jehová perpetuamente,
porque en Jehová el Señor está la
fortaleza de los siglos.
14. 6Por nada estéis afanosos, sino sean
conocidas vuestras peticiones delante de
Dios en toda oración y ruego, con acción
de gracias. 7Y la paz de Dios, que
sobrepasa todo entendimiento, guardará
vuestros corazones y vuestros
pensamientos en Cristo Jesús.
15. 16Estad siempre gozosos. 17Orad sin
cesar. 18Dad gracias en todo,
porque esta es la voluntad de
Dios para con vosotros en Cristo
Jesús.
16. 15Porque no tenemos un sumo sacerdote
que no pueda compadecerse de nuestras
debilidades, sino uno que fue tentado en
todo según nuestra
semejanza, pero sin pecado.
16Acerquémonos, pues, confiadamente al
trono de la gracia, para
alcanzar misericordia y hallar gracia para
el oportuno socorro.
17. El corazón alegre constituye
buen remedio; mas el espíritu
triste seca los huesos.