3. Cierta mañana de primavera cuando las flores
olían perfume, pasó una abejita en busca de
miel.
- (Abejita) Bzzzz…. Bzzzzz… De flor en flor
yo iré y mucha miel encontraré.
4. Pero en el camino observó a un patito que
estaba comiendo un rico pastel de cereza y
es donde se le acercaron al patito un conejo y
una gatita.
5. (Conejo)Hmmmm… Qué rico pastelito, tienes
mi amigo, puedes convidar un pedacito.
(Patito) No.. No.. Pues mis pastel son de cereza
y no son de Zanahoria, así que hazte un ladito.
6. (Gatita) Mrrrrr… A mi si me
gusta el pastel de cereza, me
puedes dar un pellizquito, solo
para probar.
El patito muy complacido dio un
pellizquito, pero no del pastelito
de cereza sino un pellizquito en
la colita del gatito.
(Gatita) Mrrrrrauuuuu…!!!
7. La abejita al ver
todo eso, le dio
temor acercarcelé al
patito, pero más
pudieron sus deseos
de probar pastel que
sus temores.
(Abejita) Bzzzz….
Hola Patito me
puedes dar solo la
miga del pastel que
estas comiendo.
8. (Patito)… Una abeja!!! Ve y sigue chupando la miel de las flores porque todo
este pastel, es mío!!! y no te daré ni siquiera las migas.
La abejita al igual que los demás animales se alejaron de aquel egoísta patito.
Minutos más tarde el patito por no dejarles nada del pastel de cereza, decidió
absorber con su pico las migajas de pastel sobrante: Shhp… Shhp…, en eso el
patito tosio y tosio, porque una migaja del pastel quedo atascado en su garganta
y no podía respirar.
Es entonces que nuevamente se acercó él:
(Conejo) Hmmmm… yo no soy doctor para ayudarte ve y que te cure uno.
(Gatito) Mrrrrrrrr… Por mi, te diera un peñisquito pero prefiero lamer mis
patitas.
(Abejita) Bzzzzzz… No me queda de otra que picarte la colita, para que no
te sigas ahogando.
La abejita tomo vuelo, apuntó su aguijón hacia la colita del patito y no fué una
si no dos, suacatez!!.. suacatez!!.. dos pinchazos que le dió la abejita al pobre
patito egoísta, hasta que por fin dejó de ahogarse.
Desde entonces gracias a su lección que el patito egoísta recibió, empezó a
compartir sus cosas y no a menospreciar a los demás.
9.
10.
11. Un día Juan y María salieron a pasear al campo, después de
tanto caminar llegaron a una montaña, y para sorpresa de ellos la
encontraron con mucho calor.
La triste montaña al verlos les pidió ayuda, diciendo por favor
visiten al sol y díganle que sus rayos solares son muy fuertes.
12. Entonces Juan y María le
pidieron al sol que se retirara
porque sus rayos eran muy
fuertes y entristecía a la
montaña. El señor sol al
escucharlos cumplió sus
deseos y se retiró.
Después de un largo rato
muchas nubes aparecieron
cargadas de agua,
produciendo lluvias muy
fuertes, la montaña se alegró
tanto que a su alrededor se
formaron riachuelos y lagunas
en donde Juan y María todos
los días iban a bañarse y a
jugar.