PregóN Stma. Cruz De La Calle La Fuente. 31 De Mayo De 2008
1. Pregón
en
Honor
de la 31 de mayo de
2008
Stma.
Cruz
de la
Calle
La
Fuente
José Carlos
Rociana del Condado Huelva
Betanzos
2. A mi abuela, Carmelita “La Pirula”
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3. Supongo que con esta misma alegría con la que comenzamos el ciclo
de fiestas en honor de Ntro. Sto. Madero en este año 2008, hace 193 años se
enfrentaban unos vecinos de este pueblo a una aventura que no se atreverían
nunca a decir que llegaría tan lejos y ni que dejaría una seña identificativa y
tan marcada en un pueblo como el ser Calatrava. Con esta aventura me
refiero a fundar la 1ª Cruz de Mayo en Rociana, La Cruz de la Calle La Fuente.
Fueron los Ordoñez, una familia bien avenida de nuestro pueblo los que
hicieron posible que comenzaran con la llegada al pueblo de la Cruz de la
Calle La Fuente, unas fiestas que han entrado en pleno siglo XXI llenas de
esplendor, en todo su apogeo, y que continúan gracias a Dios, marcando unos
meses de júbilo y alegría donde la fe reposa sin tambalearse en la
Resurrección de Ntro. Señor representada en este Madero. Es la Cruz de la
Victoria, la Victoria sobre la muerte, la Victoria sobre muchos que intentando
caerla no hacen más que levantarla, y aquí está buena muestra de ello. Es
una Cruz de la Victoria, llena de buenos momentos, momentos
incomparables, situaciones inigualables, vivencias irrepetibles.
Si quisiera expresar mis vivencias con esta Sta. Cruz, me llevaría días,
meses, quizás años hablando sin parar y aun en ese momento no habría
llegado a transmitir la mitad de lo que esas vivencias podrían describir y
suponen. Podría explicarlo diciendo “son unas fiestas muy bonitas del
pueblo”, sí, y es verdad, lo son, pero al hablar de la Santísima Cruz de la Calle
La Fuente, el referirme a unas fiestas, sabe a poco, no alcanza el matiz que
ella se merece y queda lejos de reflejar, sin duda, el sentir, las ganas, la
ilusión al trabajar, la alegría desenfrenada, la desmesura en sus actos, el arte,
la fe, la constancia de medio pueblo, la devoción, el fervor, la fidelidad de sus
gentes. Si me refiero sólo a unas simples fiestas, no me estaría refiriendo a la
Cruz de la Calle La Fuente.
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4. Referirme a la Cruz de la Calle La Fuente es referirme a un sentimiento.
Es pensar en ese niño que con sólo un año se portó como un hombre e hizo
dado de la mano de su tata un camino interminable en procesión. Un rosario
de alegrías marcaba sus pequeños pies, cada llaga, una cuenta de ese
rosario, pero no importaba nada, si era por acompañar al Simpecado de la
Cruz.
Es también recordar a una novia impaciente, emocionada de ver a su
“cari” cargar con el peso de la Cruz, alegre de ser eterna acompañante,
orgullosa de alabar sin cesar a la Sta. Cruz. Hablo de una novia comprensiva,
que por amor, quiso entender ese sentimiento y acogerlo como suyo. Una
novia que fue dama, que ya casada fue Hmna. Mayor y que cada mes de
mayo, como si fuera la primera vez, se hace de sus mejores galas para
acompañar a la Sta. Cruz de la Calle La Fuente.
Hablar de esta Cruz, es para mí hablar también de una familia, de
muchas familias. Es hablar de una madre que, como si transmitiera el mayor
de los tesoros, ha transmitido con su ejemplo en todos los momentos de su
vida, un amor y un fervor incondicional a la Stma. Cruz de la Calle La Fuente.
Es también hablar de una abuela que incansable trabajó por la Cruz hasta
casi los últimos días de su vida. Es hablar de una abuela que cuando yo aun
no levantaba dos palmos del suelo, me enseñó a voz en grito cantar que la
Cruz de la Calle La Fuente ha ganado y ganará. Es también hablar de unos
hermanos y una tata que han acatado el mensaje, y que ya mayores, hacen
suyo ese sentimiento que han visto y vivido desde pequeños y ahora
transmiten a sus hijos.
Ser Calatrava es contagiarse de una emoción, vivirlo día a día, minuto
a minuto, en todo lo que hagas. Es impregnar tu vida de unos sentimientos
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5. que, lejos de envidias, te llevan a lo más alto. Ser Calatrava me ha llevado a
tener una familia que no me toca nada, a tener unos amigos incondicionales
aquí, y allá por el hemisferio sur, me ha llevado a tener dos familias, una
familia en la fe, con un sentir común, orgullosos de ese sentir y perpetuados
en él.
Y en este sentir me regocijo, en este vivir en la gloria que me ha dado
en la vida momentos que no merezco, momentos emocionantes, momentos
en los que las palabras no dicen lo suficiente para describirlo. ¿Cómo podría
yo describir el ver cómo a pulso la Sta. Cruz es sacada por sus devotos, ver
cómo sale el sábado por la noche bajo la humilde luz de unas velas y fuegos
artificiales?¿Cómo podríamos describir los pétalos que al día siguiente se
pelean con el viento para caer en la fuente? Es el momento en el que las
campanas de la iglesia, como locas están repicando, y trompetas y tambores
en la calle están sonando.
Qué derroche de belleza, cuánto colorido y arte
Y cuántas mujeres bellas y bonitas en todas partes.
Qué plaza con más salero, ese día cuánto reluce,
Qué bonita Rociana y que alegre la mañana cuando salen toas las
Cruces
Y qué momento más bello, más emotivo y diferente
Cuando sale por la puerta la más antigua, la de la Calle La Fuente.
Hasta las flores más bellas quieren estar a tu lado esa mañana bendita
Y se hacen luna y estrella para que estés más bonita.
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6. Los geranios de los balcones, cuando tú pasas se hacen decoro
Para gritar que tú eres nuestra esperanza y de los Calatravas tesoro.
Tú eres esmeralda de cielo y tierra
Tú eres broche de perla rocianero
Tú eres Cruz de la Calle La Fuente, lo que más quiere la gente,
El más bello y Santo Madero.
Fíjate si eres grande, que cuando vas paseando
Todos te dicen bendita y te van piropeando.
Te dicen luz del cielo, te dicen Cruz de mi Dios
Te dicen estrella y lucero, te dicen cuna de amor.
Te dicen madre de toas, con qué salero caminas
Te dicen esta es mi Cruz y es una joya divina.
Esta es mi Cruz, sí señor, la más antigua y diferente
Corazón de los Calatravas, la de la Calle La Fuente.
¿Cómo podría yo describir la impaciencia de unos devotos que esperan
todo un año para que su Sta. Cruz ilumine su calle, su terreno, su barrio. Unas
gentes que en ella encuentran alivio y consuelo en el peregrinar diario. La
Cruz de la Calle La Fuente ha sido compañera de una y muchas vidas,
compañera de enfermedades, aliento en la desesperanza, vigía en el largo, y
a veces, pesado caminar diario. Es sobre todo confianza, es un “con este
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7. signo vencerás” del Rey Constantino, son unos dulces leños y unos dulces
clavos. Es fuente de Vida que mira al futuro que le prepararán esos niños que
ahora le acompañan. Es en el presente, lo que unos inocentes niños, allá por
los ochenta y muchos y noventa y pocos soñaban que sería cuando ella
tuviera 193 años de historia, cuando ellos, ahora hombres y mujeres, ayudan
a llevar las riendas a los padres de ayer y abuelos de hoy, aquellos que fueron
nuestros ídolos porque eran, y aun hoy son, los que siempre estaban allí.
En ella permanece el recuerdo de muchos. ¿Cuántos no habrán pasado
por este sentimiento en casi dos siglos de historia? Si Jesús contara desde la
Cruz todas las historias que ha escuchado, todos los cantos que ha oído, las
veces que ha olido a romero… si contara las fotos que se ha hecho, las veces
que ha visto pasar a otra Hermandad camino del Rocío… Si contara las
exposiciones por las que ha pasado, Si hablara de las oraciones que en
silencio ha escuchado…. Seguro que nos contaría la alegría con la que vive el
primer fin de semana de mayo, lo acompañado que va. Nos contaría si
pudiera, cómo baja la calle Sevilla tras ver a su Madre del Socorro el domingo
por la noche, alumbrado por bengalas rojas, para disponerse a darle las
“cabezás” a las otras Cruces que, con igual entusiasmo, esperan. Nos
contaría cómo le gusta que en ese momento, todos seamos hermanos, y nos
despidamos con un abrazo fraternal hasta el siguiente año, cuando en otra
noche mágica, repitamos lo mismo. Nos contaría cómo ha ido evolucionando
la fiesta, cómo antiguamente junto con la Cruz de la Calle Sevilla, la Cruz de
la Calle La Fuente presidía el altar mayor para la función principal por ser la
madre de todas.
¿Y si la Cruz fuera una mujer? Si la Cruz fuera una mujer… ¿Qué nos
contaría? Nos contaría como durante 193 años ha ido custodiando a sus hijas
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8. en procesión. Nos contaría cómo por ella se ha cantado, se ha llorado, se ha
bailado, ha habido coronaciones, cambios de varas… cómo una corte de
devotos la cortejan cada año. Nos contaría en verdad, tantas cosas, que ni
nos las imaginamos. Nos hablaría de esperas, flores, música, risas, amigos,
emociones, nos hablaría sin duda de lo mejor que tiene, su gente, y nos
recordaría llena de orgullo, que como ella no hay otra, que es la más antigua,
y que es la Cruz de la Calle La Fuente.
Si por boca de una mujer hablara, nos contaría de vivas, de obras en
nuestra Ermita, de cómo hace ahora 30 años, unos intrépidos jóvenes, con su
esfuerzo, sudor y limosnas de los devotos, transformaban una cueva de
ratones en un hermoso quasi-palacio donde ahora la miman y cuidan con
todo lujo de detalles. Nos contaría de qué hablan las mujeres de las
croquetas, de cómo con la mayor dedicación y por amor a ella, echan sus
ratos para luego premiarla con lo mejor, comprarle las más cuidadas y
olorosas flores y la acompañen las más afamadas bandas. Nos hablaría,
volviendo atrás en el tiempo, de Serafín, Juana la Bautista, Lola la Carreta,
Carmelita la Pirula o Diego la Canónica, de cómo sus poesías le han llegado al
alma, de cómo con cada uno de sus poemas, Diego arrancaba una sonrisa de
su cara.
Nos hablaría de las majorettes, de la banda de cornetas y tambores.
Tendría una y mil cosas que contarnos. Nos contaría lo contenta que está de
ver cómo sus fieles, por muchos años que pasen, no perecen, no disminuyen,
no se quedan atrás, de cómo trabajan por ella y el amor propio que tienen. De
cómo antes le arrullaban las serenatas de la tuna y cómo ahora reza la Salve
tras el Sto. Rosario con la Charanga. Nos contaría que ha sido testigo de
guerras y de muchos cambios.
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9. Si la Cruz fuera una mujer y hablara, sería un pozo de sabiduría, sería
bonita canción que se cantara, sería fuego y llama en las gamonitas, sería la
niña a la que mis labios rezara. Sería luz incandescente, sería un cúmulo de
emociones encontradas, sería amor incondicional perdonando todo, sería
quien al Señor le curara sus llagas. Sería una mujer de pies a cabeza, sería a
la que esperaran, estaría perfumada por flores y en ella cobijaría mi alma.
Sería por dos siglos ella, sin que el tiempo se le notara. Si la Cruz fuera una
mujer y hablara, le pediría que no me contara nada, que es la que mejor
guarda los secretos, y que cuando estoy bajo sus andas, siento que el cielo y
la tierra se unen, y que quisiera que el tiempo ahí se parara, o que al menos
transcurriera lentamente, que su peso sentir me dejara, que de ella me
hablaron de niño, y que su historia, no olvidada, se la contaré a mis hijos, y de
ella en “tos” sitios haré gala, allá donde me encuentre, allá donde me vaya,
que si hay algo que llevo a mucha honra, es el ser Calatrava, que también a
mí, como a Jesús, cuando me haga falta, me cure las llagas, que nunca jamás
me abandone, que sea esa novia, esa mujer y esa madre de las que antes
hablaba, que sea esa familia unida, que sea cuando me llegue la hora, la que
sostenga mi alma, la que acompañe mi último aliento, que sea eso, mi
compaña, que sea el sábado por la tarde el pasacalles de mi vida, que sea el
soniquete del Romerito en mi mente, que fuera todo lo que quisiera ser, que
sea verbena, que sea Rosario, que sea noche de romería, que sea un eterno
viva a la Santísima Cruz de la Calle La Fuente.
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