1. "CUENTOS PARA PORTARSE BIEN EL COLEGIO"
- Currículum explícito
Los cuentos son cortos, entretenidos y sencillos que conectan fácilmente con la
realidad del niño y la niña.
Las actividades serán gratificantes puesto que desarrollaremos la comprensión y
expresión oral, corporal y plástica.
-Currículum oculto
Buenos hábitos, habilidades de interacción social, dificultades en la conducta,...
2. EL GUSANITO SITO
Había una vez un gusanito de seda que se llamaba Sito.
Sito tenía 5 años e iba a la clase de 5 años.
Sito era un gusanito muy bueno y muy simpático.
Sito iba muy contento a la escuela de los gusanitos de seda. Lo mejor era que Sito trabajaba muy
bien.
Sito hacía las fichas que le mandaba la señorita Doña Gusana, poniendo mucho cuidado y haciéndolas
muy bien: coloreaba cada cosa como decía la “seño”, no manchaba las fichas, ni tampoco doblaba los
picos como hacían muchos gusanitos de la clase. Para ello, ponía mucha atención cuando la señorita
explicaba cómo hacer el trabajo y si de algo no se acordaba, se lo preguntaba antes de hacerlo.
¡Qué bien hacía las cosas Sito! Casi nunca acababa el primero, porque lo hacía con cuidado, pero no le
importaba, porque su mamá le decía que tenía que aprender y hacer las cosas bien hechas.
De todas formas, otros gusanitos acababan antes, pero luego la tenían que repetir porque la habían
hecho deprisa y mal.
Sito casi siempre se ganaba una sonrisa de su señorita Doña Gusana. Aunque otras veces tampoco le
salían las cosas del todo bien y aunque la señorita le ponía una tristeza, Sito no se enfadaba. Sito
escuchaba atento las explicaciones de su “seño” porque aprendía muchas cosas de ella, aunque algunas
veces los otros gusanitos charlaban y no podía oírla bien.
A Sito le daba pena algunas veces de su señorita, porque decía que le dolía la cabeza de lo que
charlaban los gusanitos mientras trabajaban.
Como Sito quería mucho a su señorita, no quería que le doliera la cabeza por su culpa. Por eso cuando
hacía sus trabajos, lo hacía en silencio o si hablaba era muy bajito.
Otras veces, Sito ayudaba a sus compañeros de mesa a hacer las tareas. Les decía cómo tenían que
recortar o pegar alguna cosa. Por eso a Sito lo querían todos los compañeros de la clase.
Sito también se cansaba algunas veces y otras no tenía ganas de trabajar, pero seguía trabajando
más despacito o descansaba un poco pero sin molestar. Él se había dado cuenta de que sus papás
también se cansaban de sus trabajos y sin embargo, lo hacían.
En otros momentos, a Sito le apetecía ir a jugar cuando estaba coloreando, pero sabía que un ratito
es de trabajo y otro de juego y así jugaba con más ganas y se lo pasaba mejor, porque veía que los que
no trabajan y siempre juegan, luego se aburren de tanto jugar y no aprenden nada.
Sito aprendió mucho en su clase. Doña Gusana, su señorita le quería mucho, porque trabajaba muy
bien y todo lo que le enseñaba lo aprendía. Sus papás y sus abuelos estaban muy orgullosos de él y
Sito estaba muy contento de ser capaz de hacer las cosas bien y de aprender mucho.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.