1. Las abejas son insectos que miden alrededor de quince milímetros de largo y forman colonias
compuestas por una única hembra fecundada (Reina), varias hembras estériles(obreras) y una
gran cantidad de machos (zánganos). Por lo general, estas diminutas criaturas viven en los
huecos de los árboles o en las colmenas desarrolladas por el ser humano.
Las abejas, productoras tanto de cera como de miel, constituyen el conjunto Anthophil, de la
familia conocida como Apoidea. Existen, según los expertos, cerca de 20 mil especies de abejas
identificadas, que se localizan en todos los continentes, a excepción de la Antártida, y se
alimentan de polen y néctar.
Poseen carácter polinizador, ya que se ocupan de trasladar el polen desde el órgano masculino
de las flores (conocido como la antera) hasta el órgano femenino (es decir, el estigma), lo que
posibilita que se concrete la fusión del gameto masculino con el femenino del óvulo. Cabe
resaltar que los primeros polinizadores de las flores no fueron las abejas, aunque con el paso de
los años se hayan convertido en los más eficientes, sino los escarabajos y las moscas.
2. Las abejas son criadas por los seres humanos para conseguir miel, una sustancia dulce que ellas
producen a partir del néctar que recogen de las flores, de los fluidos de las plantas o de las
excreciones de otros insectos. Las abejas capturan estos elementos, los mezclan con una enzima
presente en su saliva denominada invertasa y los conservan en el interior de los panales. Allí
alcanzan la madurez y se transforman en miel, cuya extracción se realiza a través de la técnica
conocida como apicultura.
La reproducción de estos animales tiene lugar a través de huevos, los cuales se depositan en
compartimentos llamados alvéolos. De los huevos que son fecundados nacerán abejas hembras
que más tarde se convertirán en obreras; de los que no son fecundados surgen los machos. Las
larvas que se convertirán en las reinas de la colmena, por otro lado, son alimentadas con jalea
real; el resto ingieren papilla hecha con polen y miel.
Obreras, zánganos y reinas
3. Las obreras viven cerca de 45 días y son las encargadas de realizar todas las tareas que hacen a
la organización de la colmena. De acuerdo al tiempo de vida, sus responsabilidades van
cambiando. En los cuatro primeros días, su labor consiste en limpiar la colmena y los alvéolos.
Después, hasta el día 11, su trabajo es ser nodriza y alimentar a las larvas reales. Los siguientes
tres días debe almacenar el polen y el néctar y ventilar y mantener la humedad y temperatura
en la colmena agitando sus alas. Luego, hasta el día 17, como ya sus glándulas productoras de
cera se han desarrollado, su trabajo es edificar los panales. Desde el día 18 hasta el 21 es
centinela y debe cuidar la entrada de la colmena. El resto de los días se encarga de recolectar
polen y néctar, y de traer alimento al resto de la colonia.
Los zánganos no son más que 100 (contra 70.000 que pueden llegar a ser las obreras), son
redondos, gordos y peludos. No son capaces de alimentarse solos, por lo que las obreras se
encargan de darles de comer; además carecen de aguijón por lo que ni siquiera sirven para
proteger la colmena. Su único trabajo es fecundar a la reina, y algunos ni siquiera lo consiguen.
Además, una vez que lo han hecho, la reina los destripa; aquellos que consiguen salir con vida
de la colmena perecen irremediablemente. Si intentan regresar, son echados por las guardianas
ya que se los considera inútiles bocas que alimentar.
Por camada, son varias las larvas que podrían convertirse en reinas; sin embargo sólo una lo
conseguirá. La primera abeja real que nace tiene como misión matar al resto; en otras palabras,
eliminar a la competencia. En el caso de que dos abejas reinas nazcan al mismo tiempo,
comenzará una lucha a muerte. A los seis días, la que haya salido victoriosa emprenderá un
único vuelo nupcial, en el que será fecundada por alrededor de diez zánganos y después
regresará a la colmena. Desde ese momento, su tarea será poner huevos durante toda su vida,
la cual dura entre 4 y 5 años. Cabe señalar que la reina es la única abeja que posee capacidad
reproductiva. Además, es la encargada de segregar una sustancia química que recibe el nombre
de feromona, que, al ser lamida por el resto de las abejas les transmite la información necesaria
para conocer cómo debe organizarse el trabajo de la colmena.