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EL VÍDEO DE HOY:
La propuesta del Papa Francisco en
Lumen Fidei y Evangelii Gaudium
"Vacunas" de la ONU en Kenia:
Esterilización encubierta
28/01/2015
Un supuesto "programa de vacunación" de la ONU está bajo fuego por los médicos y los obispos
católicos acusando de querer esterilizar deliberadamente a millones de mujeres.
La Unicef implicada
Las revelaciones explosivas fueron realizadas después de que los
investigadores médicos y la Iglesia católica encontraran un agente de
esterilización, en inoculaciones del tétanos que se administraba a las mujeres
de Kenia, por dos agencias de las Naciones Unidas en cooperación con el
gobierno nacional.
Por increíble que parezca, no es la primera vez que las campañas
internacionales de vacunas por parte de la ONU dirigidas a las poblaciones del
Tercer Mundo han sido expuestas como programas de esterilización y
eugenesia encubiertos.
En un comunicado difundido por la Asociación de Médicos católicos de
Kenia, dijo que había ordenado pruebas en laboratorio de las vacunas contra el
tétanos que se administran en Kenia por la Organización Mundial de la Salud
(OMS) y el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF). "La triste verdad es
que la vacuna se entrelazó con el agente esterilizante de la gonadotropina
coriónica humana (hCG) igual que el utilizado en los casos de América del
Sur", dijo el Dr. Wahome Ngare en una declaración para el grupo de médicos
católicos que ayudó a exponer el esquema después de que los resultados de
las pruebas dieran positivo. "Además, ninguna de las niñas y mujeres que
recibieron la vacuna fueron informados de su efecto anticonceptivo".
De acuerdo con la organización y otros expertos médicos, la hCG
encontrada en las vacunas contra el tétanos que proporciona la ONU hace que
los cuerpos de las mujeres desarrollen una respuesta inmune a atacar a la
hormona, que es esencial para el embarazo. Así que, cuando una mujer que ha
recibido las inyecciones de la ONU se queda embarazada, su cuerpo combate
la hormona – lo que resulta en la muerte del feto en el útero.
Con el tiempo, las supuestas inoculaciones – suministradas a las
mujeres de Kenia por la ONU bajo el disfraz de "prevenir el tétanos neonatal" –
dan como resultado la esterilidad permanente después de dosis múltiples. Las
muestras de la vacuna de la ONU recogidas de todo Kenia dieron positivo para
el antígeno hCG en laboratorios independientes, dijeron los investigadores.
"Esto ha dado la razón a nuestros peores temores; que esta campaña
de la OMS no se trata de erradicar el tétanos neonatal, sino el control de una
población a partir de un ejercicio de esterilización bien coordinado mediante
una vacuna que regulariza la fertilidad como ha quedado probado", explicó el
Dr. Ngare, el portavoz de la Asociación de Médicos Católicos de Kenia, que
apoya y administra vacunas -siempre y cuando no vayan ligadas con agentes
de esterilización". Esta evidencia fue presentada ante el Ministerio de Salud
antes de la tercera ronda de la inmunización, pero fue ignorada".
El 6 de noviembre, la Conferencia de Obispos Católicos de Kenia emitió
un comunicado firmado por los 27 obispos que confirman los hallazgos. "La
Iglesia católica luchó y adquirió varios viales de la vacuna, que enviamos a
cuatro laboratorios gubernamentales y privados en Kenia y en el extranjero",
dijo en la conferencia. "Queremos anunciar aquí, que todas las pruebas
mostraron que la vacuna utilizada en Kenia en marzo y octubre 2014 estaba de
hecho, ligada con la hormona beta-HCG".
Los obispos expresaron su preocupación por el programa de eugenesia
de la ONU que se está llevando en secreto haciéndose pasar por un esquema
de vacunación, como en marzo de este año, pero no recibió ninguna
cooperación por parte de las autoridades.
Con base en la información y los resultados, los obispos católicos de
Kenia dijeron que estaban "conmocionados por el nivel de la falta de honradez
y de manera informal en el que un tema tan serio está siendo manejado por el
Gobierno".
Los obispos dijeron que un informe del Ministerio de Salud donde se
afirmaba que las vacunas estaban libres del beta-hCG era "falso" y un "intento
deliberado de distorsionar la verdad y engañar a 42 millones de keniatas". Los
líderes católicos también señalaron que estaban consternados por los intentos
de "chantaje e intimidación" a los profesionales médicos que corroboran los
hechos acerca de la peligrosa vacuna.
Por otra parte, los obispos católicos, citando los planes anteriores de
"vacunación" de la ONU " para esterilizar a las mujeres, advirtieron acerca de
esta trama ya en marzo . "Es de dominio público que la vacuna toxoide tetánico
(TT) mezclada con la subunidad beta-gonadotropina coriónica humana (b-
HCG) se ha utilizado en Filipinas, Nicaragua y México para vacunar a las
mujeres contra el embarazo en el futuro", dijeron los obispos de Kenia en un
comunicado en aquel momento.
"Cuando se inyecta como una vacuna a una mujer no embarazada, esta
subunidad Beta HCG combinada con el toxoide tetánico desarrolla anticuerpos
contra el tétanos y la HCG por lo que si el óvulo de una mujer se fertiliza, su
propia HCG natural será destruida dejándola permanentemente infértil".
Fuente: Before it´s News
El tráfico de niños en China es un hecho
28/01/2015
La policía china desmanteló varias redes de tráfico de recién nacidos y de niños, algunos de los cuales
eran albergados en sórdidas condiciones en antiguas morgues, informaron el miércoles los medios
oficiales.
Más de un centenar de personas, pertenecientes a ocho diferentes
redes, fueron detenidas en esta gran operación policial llevada a cabo en la
provincia de Shandong (este), según el diario Global Times. Entre ellos, había
un grupo sospechoso de acoger a mujeres embarazadas, para luego vender a
los niños poco después de su nacimiento.
La policía halló a niños víctimas de los traficantes "escondidos en la
morgue de un hospital para enfermedades infecciosas, ahora fuera de uso y
alimentados únicamente con tallarines instantáneos" prosigue el diario. De los
37 niños recogidos por las fuerzas de seguridad, siete están afectados por
enfermedades sexualmente transmisibles, añadió.
El caso ha provocado fuertes reacciones de indignación en las redes
sociales. Las autoridades dicen que tratan de luchar contra el lucrativo mercado
de los recién nacidos, estimulado por la preferencia tradicional de los chinos
hacia los niños varones y por la llamada política del "hijo único", pese a que
recientemente ha sido flexibilizada.
"Los niños son más caros que las niñas", confirmó uno de los
sospechosos detenidos, y precisó que un bebé de sexo masculino puede ser
vendido por 60.000 yuanes (8.290 euros), según sus declaraciones
reproducidas por el Global Times.
Fuente: El Espectador
Grietas en el muro XXXVII: Rebajas
éticas y sostenibles
Creado el 28 enero 2015 por CiJ
Voces. María Muñoz. [eldiario.es] “Nuestro objetivo es lograr la Economía Circular, que la materia
prima que se use para elaborar cualquier prenda de moda sirva como alimento al final de su vida útil a la
tierra de donde salió”. Quien habla es Paloma García, impulsora de The Circular Project Shop, la primera
tienda física que se abre en Madrid donde solo se puede comprar ropa y complementos que hayan sido
elaborados bajo unos criterios éticos y sostenibles. Lleva en marcha hace menos de un mes y encara ahora
su primera temporada de rebajas.
García puso en marcha hace dos años una marca de ropa, Elsinvivir, que elabora prendas de algodón
ecológico y había participado en varios mercados. “Me di cuenta que lo mejor que funcionaba era el cara
a cara”, explica. Empezó a hablar con otras marcas, que como la de ella, ofrecieran a los trabajadores
unas condiciones laborales justas y emplearan procesos con el mínimo impacto al medio ambiente, y
comenzó a elaborar un estudio de mercado. “Vi que podía ser viable y me lancé a la búsqueda de un
local”, explica.
En apenas dos meses encontró el sitio: una pequeña tienda situada en la calle Ventura Rodríguez 22, muy
cerca de la plaza de España. “Todo el espacio ha sido diseñado haciendo mucho hincapié en la
sostenibilidad, buscando la eficiencia energética y el uso de materiales lo más naturales posibles”, señala
para subrayar que todas las marcas que se pueden encontrar en el local cumplen esos criterios éticos y
sostenibles que promueve el movimiento Slow Fashion. “Nosotros somos todo lo contrario a la Fast
Fashion ”, explica en referencia a las grandes multinacionales textiles, sin querer concretar ningún
nombre, que fabrican en cadena, a veces en condiciones de semi esclavitud y con unos altos índices de
contaminación.
Industria contaminante
“La industria textil es ahora una de las más contaminantes y si no cambiamos esta
forma de fabricar y consumir agotaremos las existencias del planeta”, afirma la
responsable de la tienda. “Nuestro objetivo es cambiar un sistema que está en marcha desde la Revolución
Industrial y que crea unas necesidades donde no las hay”, explica. Y añade: “Siempre decimos que la ropa
más ecológica es la que está en el armario porque antes de comprar hay que pensar si realmente lo
necesitamos”, subraya.
Con la tienda física, García no solo pretende ofrecer al público un espacio donde sabe que puede comprar
ropa que ha sido elaborada bajo criterios éticos y sostenibles, sino que también funcione como una
herramienta de concienciación. “La gente tiene que empezar a cuestionarse de dónde
viene y cómo está hecha la ropa que compra y preguntarse por qué alguna es tan barata; lo
que no puede ser es que una camiseta cueste lo mismo que la bobina de hilo que se ha empleado para
fabricarla”, apunta.
Entre las marcas que pueden encontrase en la ropa está Idunnbags, que fabrica bolsos elaborados con piel
de pez que se destina al consumo humano y que se trata y trabaja con procesos vegetales. O Sense Nu, un
marca de ropa para hombres que elabora las prendas con tejidos ecológicos y las confeccionan en un taller
de Apramp, una asociación que atiende a personas víctimas de explotación sexual y de trata de seres
humanos. “Todas las marcas que están en la tienda trabajan con personas en riesgo de exclusión social”,
señala García, quien añade que “toda la producción es local para que la huella de carbono sea lo más
reducida posible”.
Que no se privatice la salvación, pidió el
Papa en su homilía
2015-01-29 Radio Vaticana
(RV).- No siguen la vía nueva
inaugurada por Jesús cuantos
privatizan la fe encerrándose en
“elites” que desprecian a los demás.
Lo afirmó el Papa Francisco en su
homilía de la Misa matutina
celebrada en la Capilla de la Casa de
Santa Marta.
No privatizar la fe
Al comentar la Carta a los Hebreos,
el Papa Francisco afirmó que Jesús
“es la vía nueva y viva” que
debemos seguir como Él quiere.
Porque hay formas equivocadas de
vida cristiana. Jesús “da los criterios
para no seguir modelos equivocados. Y uno de estos modelos equivocados es privatizar la salvación”:
“Es verdad, Jesús nos ha salvado a todos, pero no en general, ¿no? Todos, pero cada uno, con nombre y
apellido. Y ésta es la salvación personal. Verdaderamente yo soy salvado, el Señor me ha mirado, ha dado
su vida por mí, ha abierto esta puerta, esta vía nueva para mí, y cada uno de nosotros puede decir ‘para
mí’. Pero existe el peligro de olvidar que Él nos ha salvado individualmente pero en un pueblo. En un
pueblo. El Señor siempre salva en el pueblo. Desde el momento en que llama a Abram, le promete que
hará un pueblo. Y el Señor nos salva en un pueblo. Por esto el autor de esta Carta nos dice: ‘Prestemos
atención los unos a los otros. No hay una salvación sólo para mí. Si yo entiendo la salvación así, me
equivoco; equivoco el camino. La privatización de la salvación es un camino equivocado”.
Comunicar fe, esperanza y caridad
Son tres los criterios para no privatizar la salvación: “la fe en Jesús que nos purifica”, la esperanza que “te
hace ver las promesas e ir adelante” y “la caridad: es decir, prestemos atención unos a otros, para
estimularnos recíprocamente en la caridad y en las obras buenas”:
“Y cuando yo estoy en una parroquia, en una comunidad – cualquiera que sea – yo esto allí, yo puedo
privatizar la salvación y estar allí un poco socialmente. Pero para no privatizarla debo preguntarme a mí
mismo si yo hablo, comunico la fe; hablo, comunico la esperanza; hablo, hago y comunico la caridad. Si
en una comunidad no se habla, no se anima uno al otro, en estas tres virtudes, los componentes de aquella
comunidad han privatizado la fe. Cada uno busca su propia salvación, no la salvación de todos, la
salvación del pueblo. Y Jesús ha salvado a cada uno, pero en un pueblo, en una Iglesia”.
Grupitos eclesiales que desprecian a los demás
El autor de la Carta a los Hebreos – prosiguió explicando el Papa – da un consejo “práctico” muy
importante: “no disertemos nuestras reuniones, como algunos tienen la costumbre de hacer”. Esto sucede
“cuando nosotros estamos en una reunión – en la parroquia, en el grupo – y juzgamos a los demás”, “hay
una especie de desprecio hacia los demás. Y ésta no es la puerta, la vía nueva y viva que el Señor ha
abierto, ha inaugurado”:
“Despreciamos a los demás; abandonan a la comunidad total; abandonan al pueblo de Dios; han
privatizado la salvación: la salvación es para mí y para mi grupito, pero no para todo el pueblo de Dios. Y
esta es una equivocación muy grande. Es lo que llamamos – y que vemos – ‘las elites eclesiales’.
Cuando en el pueblo de Dios se crean estos grupitos, piensan que son buenos cristianos, también – quizás
– tengan buena voluntad, pero son grupitos que han privatizado la salvación”.
Dios nos salva en un pueblo, no en las elites
“Dios – subrayó el Papa Bergoglio – nos salva en un pueblo, no en las elites que hemos hecho nosotros
con nuestras filosofías o nuestro modo de entender la fe. Y estas elites no son gracias de Dios. Y concluyó
pidiendo: “Que el Señor nos dé la gracia de sentirnos siempre pueblo de Dios, salvados personalmente.
Eso es verdad: Él nos salva con nombre y apellido, pero salvados en un pueblo, no en el grupito que yo
hago para mí”.
(María Fernanda Bernasconi - RV).
Chiara Lubich encendió una luz nueva
en la Iglesia en el camino de unidad,
mensaje del Papa
2015-01-29 Radio Vaticana
(RV).- Con el anhelo de que «el luminoso ejemplo de vida» de la Sierva de Dios Chiara
Lubich «suscite, en cuantos conservan su preciosa herencia espiritual, renovados propósitos de fiel
adhesión a Cristo y de generoso servicio a la unidad de la Iglesia», el Santo Padre se unió
espiritualmente a la celebración de la apertura de la causa de beatificación y de canonización de
la fundadora de la Obra de María, que es el nombre oficial, como quiso la misma Chiara - del
Movimiento de los Focolares. E invocando abundantes dones del Espíritu divino sobre cuantos
están empeñados en su postulación, el Papa Francisco los exhortó a «hacer conocer al pueblo de Dios
la vida y las obras» de Chiara Lubich, que «acogiendo la invitación del Señor, encendió para la Iglesia
una luz nueva sobre el camino hacia la unidad».
El Cardenal Secretario de Estado de Su Santidad Francisco, Pietro Parolin, que firmó el mensaje,
señaló que el Papa, «al tiempo que pide oraciones para sostenerlo en su ministerio universal como
sucesor del apóstol Pedro, por intercesión de la Virgen Santa, envía al obispo de Frascati, a la
Postulación, a la entera Obra de María y a cuantos participan en el gozoso evento la implorada bendición
apostólica».
El Mensaje pontificio dirigido a Mons. Raffaello Martinelli, Obispo de Frascati, en calidad de
encargado de la apertura oficial del «Proceso sobre la vida, virtudes, fama de santidad y signos», se leyó
en la solemne apertura de dicho proceso. La diócesis de Frascati, cerca de Roma, de hecho, es el territorio
en el cual se encuentra el Centro Internacional del Movimiento de los Focolares, cerca del cual Chiara
vivió gran parte de su vida y donde murió el 14 de marzo de 2008.
Por su parte, María Voce, presidenta del Movimiento de los Focolares y en nombre todos los
miembros del movimiento en el mundo, que siguieron el evento vía Internet, expresó la gratitud de todos
y afirmó: «Queremos, en primer lugar, expresar la alegría, la conmoción, la sorpresa, por este
mensaje del Santo Padre, al cual queremos enviar nuestro agradecimiento y asegurarle nuestra
oración, que él nos ha pedido; así como asegurarle nuestro empeño en seguir difundiendo esa “luz nueva”
que él ha indicado como don de Chiara a la Iglesia y a la humanidad».
(CdM – RV)
La belleza de la paternidad y de la
maternidad. El Papa anuncia su próxima
catequesis y recuerda a Jesús: Camino,
Maestro y Esperanza
2015-01-29 Radio Vaticana
(RV).- «¡Deseo a todos que la visita a las Tumbas de los Apóstoles suscite en cada uno renovados
propósitos de alegre testimonio cristiano en la familia y en la sociedad!»
«Hoy nos dejamos guiar por la palabra padre», palabra tan querida para nosotros los
cristianos, porque es el nombre con el que Jesús nos ha enseñado a llamar a Dios, dijo el Papa
Francisco al reanudar sus catequesis sobre la familia, anunciando que el próximo miércoles proseguirá
sobre este tema, con el anhelo de destacar la «belleza de la paternidad y de la maternidad, la
belleza y la responsabilidad de ser padres y madres».
Y, en sus saludos a los peregrinos de tantas partes del mundo, invitó a que en ocasión de su peregrinación
a Roma, se pongan a la escucha de Jesús, que nos revela que Dios es un Padre que nos ama y en
el Él somos todos hermanos y hermanas. El Papa dirigió también su cordial bienvenida a los peregrinos
de lengua árabe, en particular a los de Oriente Medio, reiterando su exhortación a confiar en Jesús -
Camino, Maestro y Esperanza – el amor puede hacer que en el mundo haya paz y fraternidad:
«Queridos hermanos y hermanas, ¡no tengan miedo de afrontar los desafíos de la vida! ¡Cuenten
con Jesús! Él es, en efecto, el Camino que hay que seguir, el Maestro que hay que escuchar, la
Esperanza de que el mundo puede cambiar, que el amor vence el odio, que puede haber un futuro de
fraternidad y de paz para todos»
Tras invocar sobre las familias la gracia y la paz del Señor Jesucristo, el Obispo de Roma invitó a
aprender de los Santos:
«Aprendamos de los Santos a vivir con el poder de la oración dirigida a Dios nuestro Padre
comprometiéndonos al servicio de las necesidades y la salvación de los hermanos. Que el Espíritu Santo
los ayude a ser santos y los guíe en su camino».
El Santo Padre alentó asimismo a orar por todas las familias, con especial atención a las más necesitadas:
«Oremos por todas las familias, en especial por aquellas que se encuentran en dificultad, con la
certeza de que ¡ellas son un don de Dios para nuestras comunidades cristianas!»
En el día de la memoria de Santo Tomás de Aquino, dirigiéndose en especial a los jóvenes, a los
enfermos y a los recién casados, el Obispo de Roma recordó el ejemplo de este sacerdote
dominico, Doctor de la Iglesia y Patrono de las escuelas católicas:
«Hoy celebramos la memoria de Santo Tomás de Aquino, Doctor de la Iglesia. Que su dedicación al
estudio impulse en ustedes, queridos jóvenes, el empeño de la inteligencia y de la voluntad al servicio
del Evangelio. Que su fe los ayude a ustedes, queridos enfermos, a dirigirse al Señor, también en la
prueba. Y que su mansedumbre indique, a ustedes, queridos recién casados, el estilo de las relaciones
entre los cónyuges en la familia».
(CdM – RV)
Audiencia General Audiencia General con catequesis completa del Papa
Los metropolitanos ya no recibirán el
palio en Roma, sino en sus diócesis
La ceremonia de imposición del palio
La decisión de Francisco comunicada a los nuncios por
el ceremoniero Marini: se encargará de la investidura
el nuncio apostólico del país. Se confirma la
concelebración con el Papa para la fiesta de los santos
Pedro y Pablo
andrea tornielli
Ciudad del vaticano
La carta firmada por el Maestro de Ceremonias Pontificias, Guido Marini, lleva la fecha del 12 de enero
de 2015, y su contenido fue revelado por el vaticanista Gerard O’Connell. Con una comunicación enviada
a todas las nunciaturas apostólicas se dio a conocer la decisión de Francisco de cambiar las modalidades
para entregar el palio, la franja de lana blanca decorada con cruces negras, que simboliza la oveja sobre
los hombros del Buen Pastor y que usan el Papa y los arzobispos metropolitanos como signo de la
comunión con Roma. Ya no será, pues, el obispo de Roma quien imponga el palio, sino que los
metropolitanos lo recibirán en privado y después será el nuncio apostólico del respectivo país quien lo
imponga en la diócesis de origen, para resaltar la sinodalidad: en la ceremonia, efectivamente, deben
participar todos los obispos de las diócesis llamadas «sufragáneas», es decir que dependen de alguna
manera de la sede metropolitana del titular del palio.
Hasta ahora, el palio, tejido de lana de cordero en forma de doble «Y», era impuesto a los nuevos
arzobispos metropolitanos nombrados durante el año anterior en la misa celebrada por el Pontífice en San
Pedro, el día de la fiesta de los santos Pedro y Pablo, el 29 de julio. La regla tenía algunas excepciones: en
el caso de que el arzobispo no pudiera por alguna razón viajar a Roma, el nuncio u otro obispo delegado
le imponía el palio. En otros casos particulares, el Papa en persona lo imponía en privado, incluso fuera
de la ceremonia de junio, como sucedió, por ejemplo, con los últimos dos arzobispos de Milán, Dionigi
Tettamanzi y Angelo Scola, que lo recibieron individualmente de manos de Juan Pablo II y Benedicto
XVI respectivamente.
«El Papa dispuso que el palio bendecido en la misa de los santos Pedro y Pablo -escribe monseñor Marini
en la carta que llegó a todas las nunciaturas del mundo- sea impuesto a los arzobispos metropolitanos en
sus residencias diocesanas por un representante». Sigue en vigor lo que establece el párrafo 1 del canon
437 del Código de derecho canónico, es decir que no se trata de una investidura automática, sino que cada
uno de los nuevos metropolitanos deben pedirlo a Roma. El nuevo procedimiento prevé que al final de la
misa de los santos Pedro y Pablo, el 29 de junio, los nuevos arzobispos metropolitanos sean invitados a
concelebrar con el Papa en el Vaticano; los que participen en el rito recibirán el palio «en privado, de
manos del Santo Padre». Ya no existe, pues, la imposición oficial durante el rito, en el que desfilaban
delante del Pontífice los nuevos metropolitanos para irse arrodillando y recibir el palio uno a uno. El
verdadero rito de la imposición del palio se llevará a cabo en las respectivas iglesias locales, involucrando
no solo a la comunidad diocesana metropolitana, sino también a las comunidades sufragáneas, sobre las
cuales el nuevo metropolitano ejerce algunas funciones limitadas de vigilancia.
La carta de monseñor Marini indica que deberá ser el nuncio apostólico, en calidad de representante del
Papa, quien presida el rito: «El Santo Padre -se lee en el documento- le confiere a usted el mandato
apostólico» de imponer el palio, en una celebración «con la participación de los obispos de las diócesis
sufragáneas». El cambio de la imposición a las sedes locales del antiguo símbolo (que, como paramento
episcopal, data del siglo IV, por lo que es más antiguo que la mitra y el pastoral) en servirá a «favorecer la
participación de la Iglesia local» en este momento «importante» para su vida y su historia.
Esta es la segunda decisión de Francisco relacionada con el palio. La primera había sido la de volver a
usar, en el segundo año del Pontificado, el palio que tradicionalmente usaban los Pontífices en los últimos
siglos, idéntico al que se impone a los arzobispos. Quien había modificado la hechura de este antiguo
símbolo fue el ex ceremoniero Piero Marini, quien hizo confeccionar para el nuevo Papa, durante la sede
vacante de 2005, un palio de mayores dimensiones, que perdía su simetría y se apoyaba a uno de los
hombros, y decorado con cruces rojas: un modelo que se acercaba más a los de los primeros siglos de la
Iglesia, tal y como indican algunos mosaicos bizantinos. Pero Benedicto XVI, después de haberlo usado
durante el primer periodo de su Pontificado, quiso cambiarlo porque era un poco incómodo (y tendía a
deslizarse por el hombro). En lugar de volver al modelo que usaban los Papas antes que él, el nuevo
ceremoniero, Guido Marini, diseñó uno semejante, pero con algunas diferencias (era un poco más grande)
Ahora, Francisco decidió volver al modelo que usaban sus predecesores durante los últimos siglos, y,
como es igual al palio impuesto a los nuevos arzobispos metropolitanos, representa visualmente el
particular vínculo de estos últimos con la sede de Roma.
Una película sobre Pío XII, «Schindler
del Vaticano»
Pío XII
Se estrena en La Santa Sede el trabajo de la directora
Liana Marabini, con testimonios inéditos de la
comunidad judía
Redacción
Roma
El estreno de «una película sobre Pío XII y los judíos», que describe a Papa Pacelli como el “Schindler
del Vaticano”, se llevará a cabo en el Vaticano, el próximo 2 de marzo, según indicó “L’Osservatore
Romano”, en donde se subraya que la fecha fue elegida porque es el aniversario del nacimiento y de la
elección de Pacelli. Titulada “Shades of Truth” y dirigida por Liana Marabini, la película será proyectada
también en el festival de Cannes en mayo y, en septiembre, en Filadelfia, en ocasión del encuentro
mundial de las familias.
«La película, que fue posible gracias a los testimonios inéditos de algunos judíos salvados por Pacelli,
cuyo proceso de beatificación está en curso, pretende demostrar –afirma “L’Osservatore Romano”– la
inconsistencia de la leyenda negra sobre los silencios de Pío XII frente a la tragedia de la Shoah». «Fue el
“Schindler del Vaticano”», declaró la directora Marabini, y recordó que «Pío XII salvó a más de 800 mil
judíos», según lo que indica el periódico de la Santa Sede.
En la antigua polémica en contra de los “silencios” de Pío XII ante el Holocausto, es significativo
recordar la decisión que en 1945 tomó el entonces rabino de Roma, Israel Zolli, quien, al convertirse al
catolicismo, se hizo bautizar con el nombre de Eugenio en honor de Pío XII y de su actividad en defensa
de los judíos.
Simone Weil, de María Clara Bingemer
Simone Weil. Mística de frontera
María Clara Bingemer
Ciudad Nueva
14 euros
Este libro es un acercamiento al recorrido vital de una mujer excepcional y desconcertante: Simone Weil
(1909-1943), activista política, brillante intelectual, filósofa, pensadora y mística.
En una Europa dominada por regímenes autoritarios, abocada a la Segunda Guerra Mundial, donde las
fábricas son sinónimo de deshumanización e intelectualmente marcada por la filosofía existencial atea,
este espíritu indomable denuncia las contradicciones del sistema capitalista, la brutalidad del nazismo y la
paradoja del pensamiento burgués. Su trabajo intelectual no está disociado de los conflictos y
sufrimientos del mundo. Testigo de la fe como búsqueda permanente de la justicia, la misericordia y la
solidaridad, Simone Weil vive una auténtica experiencia cristiana no institucionalizada, en diálogo con el
ateísmo y el agnosticismo de su tiempo y con otras tradiciones religiosas.
Pese a sus reparos respecto a la Iglesia como institución, pocos han vivido tan radicalmente el ideal de
amor oblativo como esta judía enamorada de Jesucristo y de su Evangelio. Su coherencia y generosidad,
su enseñanza y su amor encarnado pueden inspirar las vidas humanas de hoy y de mañana.
María Clara Bingemer, teóloga brasileña laica y casada, es doctora en Teología Sistemática por la
Universidad Gregoriana de Roma y profesora asociada en la Pontificia Universidad Católica de Rio de
Janeiro, entre otros méritos. En los últimos años se ha especializado en el pensamiento de Simone Weil,
sobre quien ha escrito numerosos libros y artículos.
Chiara Lubich [Nº 36]
Fundadora de los Focolares
Gillet, Florence
Sinopsis: Chiara Lubich (1920-2008) vivió para «que todos sean uno» (Jn 17, 21) y abrió un camino
para llegar a Dios juntos, «como pueblo».
Fue una de las personalidades eclesiales más destacadas del siglo XX, fuertemente comprometida en el
campo ecuménico e interreligioso.
Por su acción a favor de la unidad y de la paz, recibió importantes reconocimientos. En este libro la autora
introduce al lector en la pedagogía que Dios siguió con Chiara y sus primeros compañeros cuando les dio
a conocer el Evangelio bajo el signo de la alegría, del amor fraterno que se entrega y se recibe, de la
resurrección.
Florence Gillet, doctora en teología por la Universidad Pontificia Gregoriana, ha enseñado teología
espiritual e historia de la Iglesia en la escuela de formación de los Focolares en Loppiano (Florencia).
Trabajó seis años en el «Consejo pontificio para la unidad de los cristianos» y colaboró estrechamente
con Chiara Lubich durante los últimos 10 años.
Gillet, Florence
Doctora en teología por la Universidad Pontificia Gregoriana, ha enseñado teología espiritual e historia de
la Iglesia en la escuela de formación de los Focolares en Loppiano (Florencia). Trabajó seis años en el
«Consejo pontificio para la unidad de los cristianos» y colaboró estrechamente con Chiara Lubich durante
los últimos 10 años.
Diez periodistas literarios
Los perfiles de algunas de las grandes firmas surgidas
del papel de periódico
Manuel Vicent 28 ENE 2015 - 19:44 CET
Un repaso a los perfiles de las grandes firmas literarias surgidas del periodismo. Una serie iniciada el 21
de abril de 2012, cuando Manuel Vicent buceaba en la figura de Julio Camba, y que llega a su fin en
enero de 2015, de la mano de Manuel Vázquez Montalbán. Esta es una selección de diez de los artículos
publicados en Babelia.
Julio Camba | Un anarquista bajo la cúpula del Palace
Miraba todo lo que sucedía a su alrededor con una ironía perpleja, como si el mundo se acabara de
inventar solo para él. Fue un cosmopolita literario, comprometido con los placeres de la inteligencia
sarcástica
Azorín | Paraguas rojo, paraguas negro
El joven periodista provocador y anarquista, que dio nombre a la generación del 98 y se inventó Castilla
como género literario, acabó siendo un personaje gélido, sobrio y discreto que disolvió su vida en un
latente franquismo
Chaves Nogales | Disparar a la distancia precisa
Aventurero, comprometido y romántico, puso su afilada inteligencia y un estilo literario sin ninguna veta
de tocino al servicio de la historia: contó de primera mano las cosas que pasaban y estuvo donde había
que estar
Corpus Barga | Galgo aristocrático con luz propia
El hombre que ayudó a Antonio Machado a cruzar la frontera de Francia en 1939 fue novelista, escribió
memorias, pero sus mejores páginas eran los relatos de los lances que protagonizó en los momentos más
duros de la vida
D'Ors: La esencia está en la máscara
En castellano escribía en barroco. Leía un artículo a la criada y si esta lo entendía, murmuraba: hay que
oscurecerlo
Pedro Luis de Gálvez | Pícaros, bohemios, sablistas y hampones
El ingenio y la miseria recorren la vida de este autor, cuyo éxito literario le llegó en la cárcel
Gómez de la Serna | El escritor como espejo cóncavo
Hablador inagotable y autor prolífico, su literatura fue un salto en el aire. De él se decía que todo lo que
se le ocurría lo escribía, todo lo que escribía lo publicaba y todo lo que publicaba lo regalaba, porque
apenas vendía libros
Haro Tecglen | El pesimismo como estado de lucidez
Los oráculos suelen habitar en la trasera de los tabernáculos. Así trabajaba Haro Tecglen bajo un cúmulo
de libros y periódicos abiertos sobre la mesa, con las gafas en la punta de la nariz, comprometido solo con
su inteligencia
Francisco Umbral | El estilo como venganza
Tenía un ángel lírico, libre y violento en cada yema de los dedos con que machacaba la Olivetti. Se le
hurtó la Academia y se desquitó escribiendo mejor que ninguno
Vázquez Montalbán | Marxismo-pop y gente derrotada
Un ejemplar raro de comunista, que no quería privarse del humor ni del placer. Nunca dejó de
reconocerse en los suyos cuando le llegó el éxito
El desencanto que viene
El País | Manuel Cruz
No es verdad que no haya nada nuevo bajo el sol (el sol mismo hubo un instante en que fue nuevo). Como
tampoco lo es que seamos por completo inaugurales, cual Adán en el paraíso. En el primer caso no habría
nada que hacer; en el segundo no sabríamos qué hacer. En realidad, incluso la más rabiosa novedad
contiene siempre alguna proporción de mezcla entre lo inédito, lo absolutamente original, y lo conocido,
lo déjà vu.Este principio general, presente a lo largo de toda la historia, se conjuga con una relativa
facilidad en las diferentes situaciones particulares. Afirmar que actualmente en España estamos a punto
de volver a vivir una segunda Transición, y reservarse los papeles que hace casi cuarenta años
representaron los viejos actores sale gratis, en el fondo porque no es más que un deseo (aceptemos, con
benevolencia, que tal vez incluso piadoso) cuya verosimilitud todavía no se ha puesto a prueba. Así, en la
comunidad autónoma en la que vivo hay uno que se cree Suárez y, fascinado por la leyenda de maestro
del regate corto que se le suele atribuir al primer presidente de la democracia española, se dedica a todo
tipo de trapacerías, argucias y engaños (incluso a su propio electorado), en el convencimiento de que de
esta forma pasará él también, al igual que el de Ávila, a la historia, como si la determinación de semejante
destino le correspondiera al propio interesado.
EDUARDO ESTRADA
A escala española parece estarse llevando a cabo un reparto que, en ocasiones, más parece de disfraces
que de papeles. Hay quien se pide el de Felipe González, como los hay que desearían que hubiera quien
se hiciera cargo del de Fraga, y así sucesivamente. El reparto incluso podría alcanzar a los actores
secundarios, y no faltará el malvado que señale que a Íñigo Errejón le ha correspondido en (mala) suerte
el papel de Pilar Miró, únicamente cambiando en el guion bolsos por becas, y a Juan Carlos Monedero, el
de Alfonso Guerra (o el de su hermano, no sabría decirlo).
Por supuesto que a los obsesionados en fantasear repeticiones les convendría no olvidar el célebre destino
que, según Marx, aguarda a los que se empeñan en que la historia regrese tal cual (como es sabido,
terminar haciéndolo, en efecto, pero en forma de farsa). De poco sirve el recordatorio si no se señala a
continuación su razón de ser. Porque lo que realmente impide que se materialice la fantasía de la
repetición no es ninguna ley o fatalidad de signo opuesto (una presunta ley de la caricatura en este caso),
sino precisamente la contingencia misma de la historia. Con otras palabras: el hecho de que, en general,
no se puede olvidar lo que alguna vez se supo y, en particular, el de que cuando muchos ciudadanos
experimentan la sensación de que toda una serie de actitudes, gestos, iniciativas y discursos ya no les
vienen de nuevas (como sí ocurrió cuando se dieron por vez primera) no reaccionan de la misma forma
que lo hicieron en el pasado.
A este carácter resabiado de la ciudadanía habría que añadir otro elemento, relacionado con las
específicas características que viene adoptando de un tiempo a esta parte la política en nuestra sociedad.
La creciente tendencia a plantear las relaciones sociales en términos psicológicos o, por enunciarlo con
los términos del Richard Sennett de El declive del hombre público, la saturación completa de la vida
pública con elementos procedentes de la vida privada, como sentimientos o motivaciones personales, ha
terminado por exasperar algo que siempre estuvo en germen, aunque bajo un relativo control.
En efecto, la espectacularización de la vida pública ha consagrado el desplazamiento de la atención de la
ciudadanía desde las políticas a los políticos. Se ha convertido en completamente habitual que los
ciudadanos hayan dejado de justificar sus preferencias electorales en términos propiamente
programáticos, esto es, manifestando su acuerdo con una determinada propuesta de medidas o con el
modelo de sociedad que consideran deseable, para pasar a hacerlo en términos casi exclusivamente
personales, tales como “X me inspira confianza”, “Y parece honrado”, “Z transmite ilusión” y similares.
Semejante desplazamiento, lejos de constituir un signo de nuestro tiempo irrelevante, banal o exento de
conclusiones, merece ser considerado como una auténtica bomba de efectos retardados. Hacer descansar
el peso de la propia opción política en una dimensión subjetiva, convirtiendo la participación en lo
colectivo en mero consumo de los valores personales que expresan los políticos, implica consagrar una
idea del compromiso de los ciudadanos con la cosa pública extremadamente frágil y vulnerable. Si
comparamos este tipo de vínculo con el que era más habitual hasta hace no tanto, se comprenderá mejor
lo que estoy intentando señalar.
Al elector que en el pasado confiaba su voto a un determinado partido por los ideales globales que
postulaba y por las políticas concretas que proponía, la hipotética frustración ante el comportamiento de
un determinado candidato al que había apoyado no le llevaba a alterar sus convencimientos de fondo. La
consideraba una mera decepción por un incumplimiento programático que, como mucho, le movía a
exigir la sustitución de quien hubiera faltado a sus promesas por alguien que sí estuviera dispuesto a
cumplirlas.
Pero cuando las cosas se plantean en términos personales (subsumiendo, como dije, la política en los
políticos) y, por añadidura, se descalifica a todos ellos en sumarios términos moralistas (por su condición
de casta, por ejemplo), se corre el serio riesgo de que tales argumentos acaben volviéndose, como un
bumerán,contra quienes tan a la ligera los lanzaron. El eco obtenido en las últimas semanas por el goteo
de noticias que daban cuenta de determinadas contradicciones personales de algunos de estos políticos
emergentes constituye, al margen de la evidente intencionalidad política de las presuntas denuncias, un
serio aviso del tipo de efectos a que acaba dando lugar una determinada lógica discursiva.
Porque en el instante en el que esta otra decepción personalizada se produzca, de manera necesaria habrá
de adoptar un carácter muy diferente al abiertamente politizado que acabamos de comentar, y se
presentará en unos términos que a algunos habrán de resultarles lejanamente familiares, esto es, en
términos de desencanto. Esta específica forma de desafección respecto a lo político siempre fue un
recurso cómodo para ciudadanos poco dispuestos a un compromiso político fuerte y, por tanto,
necesitados de una justificación de apariencia convincente que legitimara la rápida desvinculación de su
apoyo anterior a un determinado proyecto (el término se puso de moda a partir del estreno ¡en 1976! de la
película de Jaime Chávarri del mismo nombre, cuando tan poco había de lo que estar desencantado).
Por añadidura, la apelación al desencanto parece orlar a quien la plantea de una dimensión ética, de una
expectativa ilusionada de honradez, de cuya frustración el político presuntamente nuevo sería por
definición el absoluto responsable. La argumentación es, sin duda, falaz y constituye un obsceno ejercicio
de ventajismo moral por parte de quienes se acogen a ella. Pero tal vez más importante que denunciar
tales razonamientos sea dejar constancia de la responsabilidad de las fuerzas políticas que en el fondo los
están alentando con sus actitudes y sus discursos.
El desencanto que viene no será, como el original (el de la Transición), respecto a la democracia misma,
sino respecto a las promesas de regenerarla empezando desde cero y, sobre todo, respecto a quienes se
presentan hoy como los únicos en condiciones de cumplir tan virginal promesa. Porque los mismos que
han planteado su proyecto en términos fuertemente personalistas y vaporosamente políticos corren el
peligro de acabar siendo víctimas del tipo de vínculo que, con tales actitudes, habrán establecido con los
ciudadanos. Un vínculo débil y volátil en extremo, basado en la sintonía emocional y carente de
contenidos teórico-políticos definidos (a fin de cuentas, afirmar, como gustan de hacer algunos en los
últimos tiempos, que lo importante no son las etiquetas ideológicas —“recurso de trileros”, acabamos de
saber— sino resolver los problemas de la gente, está asombrosamente cerca del tan denostado en su
momento “gato negro, gato blanco, lo importante es que cace ratones”). Un vínculo incapaz de soportar la
menor contrariedad de lo real. En suma, toda una invitación a sus propios votantes para que, a las
primeras de cambio, abandonen el barco de la presunta ilusión por la escotilla de emergencia del
desencanto.
Manuel Cruz es catedrático de Filosofía Contemporánea en la Universidad de Barcelona.
De la ciencia a la metafísica: el “ajuste
fino” del universo y el significado de la
realidad
¿Qué aportan los modelos cosmológicos recientes a la
posibilidad de encontrar un “propósito cósmico”?
Desde siempre, los seres humanos se han planteado el sentido y el
propósito del universo y de la propia vida. Se trata de preguntas cuyas
respuestas siempre han parecido fuera del alcance y capacidad del
método científico. ¿Qué aportan los modelos cosmológicos recientes a la
posibilidad o no de encontrar un “propósito cósmico”, a partir de los
datos de las ciencias? Por Enrique Iáñez.
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Universum, Grabado Flammarion, xilografía, publicada en París en 1888. Fuente: Wikipedia.
En el presente artículo pretendo revisar brevemente los modelos cosmológicos recientes, sobre todo por
lo que hace al debate sobre la justificación del ajuste fino de los parámetros básicos del universo (y del
principio antrópico). El objetivo es contribuir al diálogo sobre la posibilidad o no de encontrar un
“propósito cósmico” a partir de los datos de las ciencias, y mostrar cómo se crean y se usan ciertos
modelos de base científica para apoyar o socavar visiones filosóficas y teológicas contrapuestas.
La idea teológica de creación es compatible (pero no se identifica) con la visión científica sobre el origen
físico y evolución del universo, aunque esta última puede ser relevante para la acotación de aquella y para
la idea que los creyentes puedan tener sobre la relación y acción de Dios con el mundo material.
Introducción
El único dios verdaderamente bien muerto es el dios tapa-agujeros. Y nadie llora su muerte. Tenemos
todas las razones para creer que las cuestiones científicamente estables llegarán a recibir respuestas
científicamente estables, por difícil que sea a veces encontrarlas. Pero tenemos también todas las razones
para creer que hay muchas cuestiones llenas de sentido y dignas de preguntarse, que van más allá del
poder interpelador auto-limitado de las ciencias. Se trata de meta-cuestiones, para las que el Dios de la
explicación total puede resultar la respuesta adecuada.
John Polkinghorne (2000)
Desde siempre, los seres humanos se han planteado una serie de cuestiones relacionadas con el sentido y
el propósito (del universo y de la propia vida personal). Se trata de preguntas en las que, aunque la ciencia
puede esclarecer y purificar la búsqueda, las respuestas finales parecen quedar fuera del alcance y
capacidad del método científico.
En primer lugar, tenemos todo ese mundo de intenciones, deseos, pensamientos, afectos, relaciones, etc.
que impulsan la búsqueda de sentido y significado a la vida humana. Las neurociencias pueden estudiar el
cerebro, soporte de la actividad mental, pero a lo más que llegan es a ver los correlatos neuronales o
cerebrales de la consciencia, sin dar cuenta completa del mundo de la intencionalidad tal como se
vive en primera persona (ese es el núcleo del viejo debate mente-cerebro, antes conocido como alma-
cuerpo).
Ningún experimento, ninguna tomografía o resonancia cerebral nos va a mostrar el mundo interior,
afectivo y espiritual del ser humano concreto, incluyendo el sentido de finalidad y motivación tan
característico de los individuos de nuestra especie. Es muy improbable que la ciencia llene nunca el hiato
entre la descripción física del mundo y la experiencia subjetiva, en primera persona, que todos tenemos de
él. Ahí, aparte de los aspectos “inefables”, quien quiera dar cuenta y razón de tales experiencias, tendrá
que recurrir a otros tipos de racionalidades (filosóficas, estéticas, éticas, etc.).
Por otro lado, tenemos el mundo de los fines. Incluso para productos tecnológicos es imposible
probar científicamente su razón de ser, que solo puede venir de la expresión de un agente consciente.
Ahora bien, podemos inferir alguna finalidad a partir del estudio de sus propiedades. Es importante no
caer en los errores de la vieja teología natural del diseño al estilo de William Paley, ya que una cosa es
atribuir diseño consciente y fines impuestos a un producto tecnológico y otra distinta es deducir fines
externos a los organismos o a seres concretos de la naturaleza, por el hecho de que tengan diseños
“adaptados” a su mantenimiento, supervivencia y reproducción.
Finalmente, tenemos la pregunta de por qué hay algo en vez de nada, que nos introduce en la
cuestión de la creación. “Si ha de darse una realidad material allí donde se comienza con nada, es preciso
admitir la actividad de un infinito no material, un Creador de potencia trascendente que no encaja en la
descripción de realidades físicas, por no estar siquiera en el marco espacio-temporal en que actúa la
materia” (Manuel Carreira) [1].
Así pues, no podemos remitirnos a otra causa de esa causa (cadena de causas materiales) ni caer en una
regresión matemática infinita, sino a algo totalmente nuevo, no constreñido por mecanismos ni leyes.
Incluso un universo infinito y eterno, por el hecho de ser material, tendría que tener un Creador que le
diera el ser para comenzar a existir y lo mantuviera en su existencia, como ya vio Tomás de Aquino. La
idea de Creación no alude a un proceso material, sino que se refiere a la razón explicativa de la existencia
del universo.
Por lo tanto, la idea teológica de creación es compatible (pero no se identifica) con la visión científica
sobre el origen físico y evolución del universo, aunque esta última puede ser relevante para la acotación
de aquella y para la idea que los creyentes puedan tener sobre la relación y acción de Dios con el mundo
material.
En el presente artículo pretendo revisar brevemente los modelos cosmológicos recientes, sobre todo por lo
que hace al debate sobre la justificación del ajuste fino de los parámetros básicos del universo (y del
principio antrópico). El objetivo es contribuir al diálogo sobre la posibilidad o no de encontrar un
“propósito cósmico” a partir de los datos de las ciencias, y mostrar cómo se crean y se usan ciertos
modelos de base científica para apoyar o socavar visiones filosóficas y teológicas contrapuestas.
La revista Studies in History and Philosophy of Modern Physics, en un recomendable número
monográfico reciente (2014) ha abordado las relaciones entre filosofía y cosmología. Su coordinador,
Henrik Zinkernagel, en el artículo introductorio [2] reconoce que “la cosmología es una de las pocas
disciplinas científicas en las que los científicos debaten abiertamente sobre cuestiones filosóficas”. En el
mismo número, el cosmólogo y matemático George Ellis, afirma que “la filosofía subyace a nuestros
acercamientos a la cosmología, y ésta se beneficiará al hacer explícitos tales temas filosóficos […] En
lugar de negar la relevancia de la filosofía, deberíamos considerar con cuidado la relación filosofía-
cosmología y desarrollar una filosofía de la cosmología adecuadamente profunda” [3].
Una moraleja que se puede sacar del debate sobre el significado profundo de los actuales modelos
cosmológicos, es una llamada a evitar usarlos como garantes de ideas filosóficas que caen fuera de la
competencia de tales modelos (nos referimos a los grandes temas que podríamos etiquetar como
cuestiones limítrofes, donde la física confluye con la meta-física, y que incluyen cuestiones de
significado).
Origen y evolución del Universo
Según el Modelo Estándar actual que, desde los años ochenta incluye la llamada inflación
cósmica, el Universo que observamos (el propio espacio-tiempo) se originó hace unos 13.820 millones
de años en un estado microscópico de extrema densidad conocido habitualmente como Big Bang (Gran
Estallido). En ese inicio, las fuerzas electromagnética, nuclear fuerte y nuclear débil estaban unificadas
(época GUT). A los 10—35
segundos la fuerza nuclear fuerte se separa de la electro-débil y solo a los 10—
10
segundos se separa la débil respecto de la electromagnética.
Hasta los 10-34
segundos (prácticamente coincidiendo con la época GUT) se debió producir una fase de
inflación, en la que el universo, aún vacío y frío, pasó de ser 1017
veces más pequeño que un átomo a
tener el tamaño de una moneda (o sea, aumentó en un factor de por lo menos 1026
). Este brutal “estirón”
alisó las inhomogeneidades iniciales del espacio-tiempo, haciéndolo muy uniforme, salvo pequeñas
irregularidades aleatorias (atribuidas hoy al carácter cuántico del inflatón, el campo cuántico propuesto
como responsable de la inflación) que sirvieron más delante de semillas gravitatorias para la formación de
estrellas y galaxias.
Al terminar esta fase de expansión exponencial del espacio, la energía potencial de esa descomunal
inflación se convirtió en las “familiares” formas de materia-energía que hoy dominan (materia ordinaria
bariónica, materia oscura y radiación), y el universo se continuó expandiendo a un ritmo más moderado,
acorde con la teoría original del Big Bang [4].
En esta fase de expansión moderada, la materia oscura (mayoritaria hoy respecto de la ordinaria) permitió
la acción gravitatoria sobre las semillas de inhomogeneidades, lo que dio origen al agrupamiento de las
estrellas en grandes estructuras de supercúmulos de galaxias.
Frente a la extrema simplicidad del universo en el tiempo cero del Big Bang, hoy vemos un universo lleno
de estructuras complejas en una gran jerarquía de niveles, desde el nivel microfísico (partículas
elementales) hasta las grandes escalas, y en el que (para sorpresa reciente de los científicos), domina
desde hace unos 5.000 millones de años una misteriosa energía oscura, opuesta a una gravitación cada vez
menor, y responsable de una expansión acelerada (que en el futuro se hará exponencial y conducirá a la
total disgregación).
Estamos en un universo evolutivo en el que, por encima de los grandes números cósmicos, en al menos
uno de sus rincones, la materia ha generado dos fenómenos nuevos, la vida y la autoconsciencia,
manifestaciones de la emergencia (surgimiento) de novedad y complejidad [5].
El modelo cosmológico estándar (cuya versión actual más aceptada se denomina Lambda-Materia Oscura
Fría, L-CDM) está apoyado en un gran número de evidencias de observación (que se siguen acumulando)
[6]:
1. La teoría predice un remanente “fósil” (procedente de 377.000 años después del Big Bang) en forma de
fondo de radiación cósmica de microondas (CMB), indicio de la llamada “era de la recombinación” en la
que los electrones y los protones se asociaron para formar los primeros átomos neutros, y los fotones
quedaron libres para viajar por el espacio, por lo que el universo se hizo por fin transparente. Tal CMB ha
sido efectivamente detectado por una serie de observatorios en satélites (COBE, WMAP, Planck).
Por cierto, esta CMB nos muestra el horizonte visual que nos es permitido conocer: la materia que
detectamos así es la más antigua y lejana visible por ondas electromagnéticas, pero los eventos anteriores
a esta época no los podemos “ver” directamente.
2. Más aún, la teoría actual nos dice que durante la anterior y brevísima fase de inflación debió producirse
una serie ondas de choque (ondas gravitacionales), y predice que si es así deberíamos poder detectar las
huellas de estas “arrugas” en el espacio-tiempo bajo la forma de un patrón definido de polarización de la
radiación de fondo de microondas (CMB) [7]. Se espera que en breve, el satélite Planck y otros ensayos
en curso puedan detectar tales ondas gravitacionales primigenias.
3. La teoría predice galaxias más activas a mayores distancias (que corresponden a galaxias muy antiguas,
las primeras que se formaron debido a las pequeñas inhomogeneidades del fondo de microondas que
sirvieron de “semillas” gravitacionales), que de hecho, igualmente es lo que se observa.
4. La teoría predice con éxito la composición y proporción de los tres elementos químicos mayoritarios,
que son los elementos más ligeros (hidrógeno, helio y litio). El resto de los elementos químicos que
observamos en el universo (en mucha menor proporción) proceden de dos tipos de procesos:
En primer lugar de reacciones nucleares en el centro de las estrellas. Esta nucleosíntesis estelar solo puede
llegar hasta el nivel del hierro dentro de la tabla periódica de los elementos, en la secuencia hidrógeno-
helio-carbono-oxígeno àsilicioàhierro. Por otro lado, cuando las estrellas muy masivas agotan su
combustible nuclear, explotan como supernovas, expulsando violentamente al medio interestelar una gran
cantidad de material enriquecido con elementos más pesados que el hierro.
Más tarde, las nubes de gas y polvo (enriquecidas en estos elementos pesados) expulsadas por las
supernovas se pueden contraer por la fuerza gravitatoria, generando discos giratorios que a su vez
originan estrellas de nueva generación, eventualmente dotadas de sistemas planetarios. Se piensa que el
sistema solar se comenzó a constituir de este modo hace unos 4.600 millones de años. La Tierra se formó
como uno de los planetas interiores rocosos que orbitan alrededor del Sol. Según indicios, hace unos
3.800 millones de años parece que surgió la vida en nuestro planeta, que a su vez generó formas sensibles,
conscientes y, muy recientemente, autoconscientes.
Volviendo al modelo cosmológico estándar, diremos que aunque existe una notable concordancia entre
dicho modelo y sus predicciones exitosas, aún existen importantes cuestiones que resolver: cuál es la
naturaleza de la inflación (hay varias teorías al respecto, e incluso modelos alternativos a la inflación);
cómo pudieron las supuestas perturbaciones cuánticas durante la inflación servir de semillas para las
ulteriores estructuras a gran escala dominadas por la gravedad (cúmulos de galaxias); cuál es la naturaleza
de la materia oscura (que constituye el 26,8 % de la materia-energía total actualmente y que preside la
dinámica galáctica); qué es la aún más enigmática y mayoritaria energía oscura (68,3 %), responsable de
que el universo haya entrado en una fase de expansión acelerada, etc.
El ajuste fino
Desde mediados del siglo XX se fueron acumulando datos desconcertantes sobre el universo que venían a
indicar que ciertas leyes, constantes y parámetros eran tales que de haber sido ligeramente diferentes, el
universo hubiera evolucionado de un modo que no hubiera generado vida ni observadores inteligentes. A
esto se le llama “ajuste fino” del universo, y dio pie a la formulación del llamado principio
cosmológico antrópico [8].
Es decir, los parámetros básicos de la física y las condiciones del Big Bang (que podrían haber sido
diferentes) fueron tales que hacen posible la vida y la existencia de los humanos en este rincón del
universo.
Dicho de otra forma: el universo tiene rasgos que no parecen impuestos por ninguna necesidad física
previa, gracias a los cuales es posible la vida inteligente en al menos un lugar de dicho universo. Esto
desencadenó un apasionado debate sobre cómo interpretar esta intrigante coincidencia cósmica.
Veamos en primer lugar los rasgos especiales de nuestro universo que hacen posible que
nosotros estemos aquí [9].
1. Carácter abierto: el surgimiento de novedad auténtica (“emergencia”) en el universo depende de
la existencia de dinámicas “al borde del caos”, en las que orden y desorden se entrelazan de modos
sutiles, como podemos ver en la evolución biológica, que es un juego entre el azar y la necesidad. El
carácter básico de la ley física es la mecánica cuántica, la ley más demostrada de la ciencia, y que incluye
tanto la fiabilidad (ej., la estabilidad de los átomos) como la apertura (impredecibilidad de los resultados
de medida). Si el universo se comportara a nivel básico al modo determinista newtoniano-laplaciano, no
habría surgido novedad, ni por lo tanto, la vida ni nosotros.
2. Escenario general: si el espacio hubiera tenido cuatro dimensiones espaciales en vez de tres, la ley
de la gravedad seguiría no la ley del inverso del cuadrado de las distancias, sino la del inverso de su cubo,
lo que hubiera dado órbitas planetarias inestables.
3. Especificidad cuantitativa de las constantes físicas [10]: Hay cuatro fuerzas o
interacciones fundamentales en la Naturaleza (gravitatoria, electromagnética, nuclear fuerte y nuclear
débil), que determinan ciertas constantes de nuestro universo. Pues bien, los valores de muchas de estas
constantes, así como ciertas proporciones entre ellas están finamente ajustadas, de modo que de haber
adoptado otros valores (igualmente posibles), el universo no habría evolucionado como lo ha hecho ni
habría generado vida basada en el carbono, incluyéndonos a nosotros.
a. Si la fuerza nuclear débil no estuviera relacionada de cierta forma (aparentemente casual) con la fuerza
gravitatoria, o bien todo el hidrógeno se habría convertido en helio a los pocos segundos del Big Bang, o
bien (en sentido contrario), nada del hidrógeno habría pasado a helio, y no se podría haber formado agua,
disolvente universal para la vida. Por otro lado, si quisiéramos “diseñar” un universo con supernovas para
generar elementos pesados para la vida, nos encontraríamos de nuevo con que las relaciones entre ambas
fuerzas (gravitatoria y nuclear débil) deben estar limitadas a ciertos valores muy estrechos.
b. La vida requiere un universo con muchos elementos químicos (carbono, nitrógeno, azufre, fósforo,
potasio, etc.), de modo que si el universo se hubiera quedado a nivel de los generados solamente en el Big
Bang, que son los más sencillos (hidrógeno y helio), hubiera sido un universo “aburrido” e inerte (y por
supuesto, sin observadores internos).
El elemento fundamental para la vida es el carbono, el único capaz de formar moléculas complejas con
más carbono y con otros elementos. El carbono solo se forma en las “calderas” de las estrellas, y a su vez
se “quema” para producir oxígeno, y otros elementos de la tabla periódica. Pues bien, ello depende de un
fino ajuste entre la fuerza nuclear fuerte (que mantiene unidos los núcleos atómicos) y la fuerza
electromagnética.
c. Como ya dijimos, los elementos más pesados que el hierro, algunos de los cuales también participan en
la materia de los seres vivos, no pueden generarse en el interior de las estrellas, y solo se producen
durante las explosiones de supernovas, que además “siembran” el medio interestelar de un “polvo” rico
en los elementos generados. La relación entre la masa del protón y la del electrón tiene que ser la
observada de 1.840 para que las estrellas produzcan esos elementos interesantes para la vida.
d. Las estrellas tienen otro papel fundamental, ya que al menos algunas de ellas deben de durar miles de
millones de años (nuestro Sol lleva 4.600 millones). Para ello, hay un límite estrecho a la relación entre la
constante del electromagnetismo y la constante de la gravedad. Si no hubiera sido así, o bien las estrellas
se habrían agotado en unos pocos millones de años, o bien habrían sido tan débiles que no habrían
generado la química necesaria para la vida.
4. Rasgos relacionados con las condiciones iniciales del universo:
a. La constante cosmológica, que parece estar detrás de la expansión acelerada del universo (y asociada
con la misteriosa energía oscura antigravitatoria) está ajustada de un modo sorprendente, a un valor de
decenas de órdenes de magnitud. (Las estimaciones teóricas sobre la energía del vacío que hace la teoría
cuántica de campos se equivocan en 70 órdenes de magnitud respecto del valor real, cosa
extraordinariamente llamativa).
b. Al parecer estamos en un universo “plano”: las fuerzas expansivas y contractivas del universo están
afinadas en grado extremo: la densidad media en el universo está ajustada tan finamente como con un
error de 1 en 1060
de la densidad crítica que separa un universo abierto (en expansión indefinida) de un
universo cerrado (que se contrae en un “Big crunch” o gran implosión). Si ese dato fuera ligeramente
menor, el universo se expandiría tan rápidamente que no se formarían estrellas ni galaxias; si fuera
mayor, todo el universo se derrumbaría por gravedad sobre sí mismo. En ambos casos, se obtiene un
universo aburrido y sin observadores.
c. El famoso matemático y físico Roger Penrose, usando principios termodinámicos, llegó a la conclusión
de que obtener un universo plano sin inflación es muchísimo más probable que con inflación. Para ello,
contabilizó las configuraciones iniciales posibles del campo gravitatorio y del hipotético campo escalar
del inflatón (necesario para explicar la inflación cósmica).
Resulta que un universo uniforme y plano como el nuestro es relativamente improbable, pero aun así, tal
tipo de universo es muchísimo más probable que se obtenga sin inflación que con ella, en un increíble
factor de 10100
Es decir, al contrario que el caos inicial de la teoría inflacionaria, nuestro universo debió
de comenzar con un grado de orden increíblemente alto. Eso significa que, de los muchísimos universos
posibles, el nuestro es de los pocos (si no el único) con el orden suficiente para producir seres como
nosotros.
d. La anisotropía (“arrugas”) de la radiación de fondo de microondas (popularizadas por las imágenes
coloreadas de los satélites COBE, WMAP, Planck) muestra las pequeñas inhomogeneidades que sirvieron
de semillas para las grandes estructuras del universo (galaxias agrupadas en cúmulos y supercúmulos).
Pues bien, la amplitud de la fluctuación responsable de dicha anisotropía está “ajustada” en torno a una
parte por 100.000. De modo que un valor solamente diez veces más alto habría originado un universo solo
a base de objetos extremadamente densos como agujeros negros y estrellas de neutrones; y por otro lado,
con un valor diez veces menor el universo actual sería una masa laxa y en expansión de hidrógeno y
helio, sin capacidad de formar galaxias, estrellas, planetas, vida, etc.
e. En su evolución, el universo tiene que alcanzar una gran edad, un enorme tamaño y una gigantesca
cantidad de galaxias (100.000 millones), cada una de ellas con unas 100.000 millones de estrellas, antes
de generar vida y seres inteligentes. A primera vista, la enormidad del universo parece apuntar a la
insignificancia de una especie de un planeta perdido en esta inmensidad, pero en realidad el argumento se
vuelve del revés, ya que, como decimos, es debido a su inmensidad por lo que podemos estar aquí (de
haber sido más pequeño o con menos galaxias y estrellas, no habría vida inteligente).
5. Precondiciones químicas para la vida:
Hay tres propiedades del agua que son indispensables para la vida, y que dependen de ajustes finos: a) el
agua es líquida a las temperaturas en que ocurren las reacciones químicas vitales; b) el agua actúa como
disolvente universal; c) posee un alto índice de calor específico que la hace un excelente estabilizador
térmico. Estas u otras propiedades dependen de una combinación de tres factores: enlace covalente fuerte
entre oxígeno e hidrógeno; forma peculiar de sus moléculas y puentes de hidrógeno entre dichas
moléculas. Y estos tres factores, a su vez, dependen de sutiles “ajustes finos” en parámetros básicos de las
fuerzas físicas fundamentales.
Ante todo este panorama de “coincidencias cósmicas”, el famoso físico, Freeman Dyson dijo: “Cuanto
más examino el universo y los detalles de su arquitectura, más evidente encuentro que el universo, en
cierto modo, debía de saber que nosotros estábamos en camino”. Todo ello requiere una justificación. Y
sin embargo, la vida autoconsciente es un producto cuantitativamente insignificante aparecido en un
pequeño planeta perdido en un cosmos inimaginablemente grande.
Ahora bien, ya advirtió Pierre Teilhard de Chardin que lo importante en el universo tiene que ver más
bien con la complejidad y la consciencia [11]. Un moderno teilhardiano, Schmitz-Moormann, ha insistido
igualmente en que aquí no valen los argumentos cuantitativos del tipo “solo es relevante lo más
abundante” para descalificar el principio antrópico como antropocéntrico; es decir, no sirve apelar a
nuestra pequeñez e irrelevancia a escala cósmica, ya que “cualquier investigación no respaldada por el
parámetro cuantitativo se convierte en una empresa antropocéntrica… Tenemos que buscar otra clave
para interpretar el universo”.
“El hecho de relegar a los seres humanos a la insignificancia en el universo basándose en su presencia
cuantitativa podría considerarse como un artilugio ideológico: la cantidad no dice gran cosa sobre el
significado del universo” [12].
El cosmólogo y matemático George Ellis, en un notable artículo reciente, aludiendo a las “grandes
cuestiones de la cosmología”, argumenta que el hecho de que el universo haya generado un subespacio de
posibilidades donde se despliega la acción dotada de propósito de seres inteligentes obliga a conectar la
cosmología con el significado de la vida humana, pero para ello hay que introducir datos que se
relacionan con la vida en general, y con la humana en particular, incluyendo la experiencia humana
ordinaria. Y para ello, el mundo de las ecuaciones no nos sirve, ya que la física no engloba el concepto de
mente [13].
Por ahora no seguiremos esta línea de relación entre la antropología y la cosmología, aunque en un
próximo artículo intentaremos abordar este fleco reflexivo, sobre todo por lo que se refiere a la evolución
biológica y de la humanidad, y sobre los fenómenos dotados de aparente finalidad (teleología) e
intencionalidad.
Por el momento nos quedaremos con la pregunta de qué sentido dar al intrigante ajuste fino del universo.
Aquí es donde, lo queramos o no, estamos obligados a reflexionar de modo racional, partiendo de la
ciencia, pero más allá de ella.
Breve inciso epistemológico
Resumamos lo dicho hasta ahora. El modelo estándar de interacciones físicas y de cosmología
inflacionaria contiene unas quince constantes libres especificables. Nadie sabe nada acerca del por qué
estas constantes tienen los valores que tienen (dichos valores son empíricos, o sea, se obtienen por
observación, sin que ninguna teoría dé razón de su existencia).
Aunque desde Hume algunos (incluidos ahora algunos físicos) nos exhortan a aceptar las propiedades de
la materia como datos brutos (“son cosas que pasan”), el descubrimiento del ajuste fino nos pide alguna
explicación, interpretación o justificación.
Para dar sentido al enigma de este universo antrópico, en primer lugar debemos mostrar la epistemología
que subyace a la cosmología física. Pero como veremos luego, más allá nos enfrentamos a las “grandes
preguntas” que nos empujan a cosmologías (cosmovisiones) abiertamente metafísicas.
Una primera cuestión de fundamental importancia es no perder de vista lo que son los modelos
explicativos en ciencia (por lo pronto, “el mapa no es el territorio”). Algunos de los modelos sobre el
ajuste fino han abandonado uno de los núcleos irrenunciables de lo que hasta ahora se consideraba como
ciencia respetable: veremos que algunos de ellos (más allá de su coherencia interna y de su simplicidad o
elegancia) son por principio imposibles de contrastar empíricamente (o sea, no son falsables en sentido
popperiano).
Como dice Javier Monserrat, “a un modelo imaginado, por muy elegante y bien construido que esté,
dando por supuesto que no es contradictorio con los hechos, que es armónico con ellos y pudiera
explicarlos, no puede atribuírsele, eo ipso la realidad” [14].
Los modelos científicos, que son provisionales y solo nos hablan de partes de la realidad, no de toda la
realidad, están además infradeterminados por la limitación de datos de observación de que disponemos.
Por ello, siempre tenemos que hacer suposiciones teóricas para sustentar los modelos, que no dejan de ser
tanteos provisionales de captar “lo que hay ahí fuera”.
La cosmología física tiene además dificultades añadidas extraordinarias: se trata de una ciencia histórica
(el cosmos tuvo un nacimiento y un desarrollo temporal) pero a diferencia de otras ciencias históricas,
cuenta solo con un solo “ejemplar” a estudiar (nuestro universo). Y por otro lado no podemos construir
universos en el laboratorio.
Esto nos lleva al problema de la variancia cósmica: la diferencia entre lo que predicen los modelos
teóricos (posibles universos alternativos imaginables) y el universo real, el único del que tenemos datos.
Estas dificultades no ocurren en otras ciencias.
Ellis llama la atención sobre el giro que ha dado la cosmología desde la década de los setenta del siglo
XX: mientras que entonces se daba por supuesto que el universo tenía una naturaleza muy especial, ahora
el péndulo se ha ido al extremo opuesto, y muchos cosmólogos, en su búsqueda de explicaciones del
ajuste fino, nos dicen que nuestro universo no tiene nada en especial, salvo el trivial de que sus
parámetros permiten que estemos aquí. Y para ello se han propuesto todo tipo de especulaciones, muchas
de las cuales asumen filosóficamente que nuestro universo en realidad no es improbable, sino que es un
ejemplar concreto de múltiples universos sujetos a leyes estadísticas.
Interpretaciones del ajuste fino
Aun si dispusiéramos de todo tipo de datos para elaborar un modelo “completo”, siempre nos tendríamos
que enfrentar a la tarea de interpretar dicho modelo. Y como veremos, interpretaciones no faltan, ni
mucho menos, pero en ellas es irremediable acudir a razonamientos y conjeturas que van más allá de la
ciencia.
Las posturas interpretativas se pueden clasificar en tres tipos:
a. “La existencia del universo se debe a una necesidad emanada de las leyes físicas”. ¿Se pueden
proponer teorías científicas capaces de dar cuenta o predecir las magnitudes fundamentales que vemos
como necesarias y no como arbitrarias? Einstein lo resumió en otra de sus conocidas frases: “¿Tuvo Dios
alguna alternativa al crear?”. Porque si las constantes físicas son “necesarias” y no contingentes (o sea, no
pueden ser de otra manera), según algunos se podría “descartar” la “hipótesis teísta” (por ahí va en parte
la teoría de cuerdas).
Por otro lado, dotar a las leyes físicas de una existencia platónica y una necesidad metafísica separadas de
su plasmación en el mundo real es decir demasiado: no parece que se pueda plantear la existencia de leyes
preexistentes al espacio-tiempo y a la materia.
Además, si el universo es único (solo hay uno), y dado que la cosmología es una ciencia histórica en la
que no podemos realizar experimentos, no está claro cómo podemos distinguir la leyes universales
necesarias respecto de las condiciones iniciales y de frontera (contingentes) [15]. Por ejemplo, la famosa
segunda ley de la termodinámica, responsable de la flecha del tiempo, parece que se debe a las especiales
condiciones iniciales del comienzo del universo.
b. “El universo se debe al azar”. Esta idea es tan chocante que, para evitar lo absurdo de atribuir a la
mera suerte la existencia de un cosmos tan peculiarmente ajustado, se han propuesto diversas hipótesis
sobre la existencia de multitud de universos, cada uno con una combinación de parámetros básicos y su
propia evolución, de modo que nosotros simplemente estaríamos en uno de ellos, sin ninguna
peculiaridad especial, aparte de que estamos aquí constatando el que nos ha tocado en la lotería. O sea, se
sugiere un juego de azar cósmico que, llevado al extremo propone infinitos universos, lo que quitaría
misterio al ajuste fino del nuestro. Lo veremos en una sección ulterior.
c. “El universo se debe a un propósito o finalidad impartida por algo o alguien ajeno al propio
universo”. Por aquí van las propuestas que tratan de mostrar la verosimilitud (que no demostración) de la
tesis teísta. Por ejemplo, para Soler Gil, el universo posee unos rasgos de racionalidad, carácter de objeto
e indicios de finalidad suficientes para confiar en la razonabilidad de la tesis teísta [16], un Creador que
llama a la existencia a nuestro mundo. El riesgo subyacente en esta tercera alternativa es caer en una
teología natural con las connotaciones negativas asociadas a la teología del diseño de siglos anteriores (al
estilo de Paley), desacreditada para los seres vivos por el evolucionismo darwiniano.
Pero como dice Polkinghorne, la nueva teología natural derivada del principio antrópico es diferente a la
del siglo XVIII, ya que afecta al origen de las mismas leyes de la naturaleza, “algo que una ciencia
honrada no puede explicar, ya que tiene que asumirlas como la base inexplicada de su registro detallado
de fenómenos” [17].
Obsérvese, pues, que una cosa es un modelo explicativo científico sobre cómo es y se comporta el
universo que observamos, y otra es explicar la mera existencia del universo: es este segundo caso
traspasamos los límites de los modelos causales de base física y pasamos a otros tipos de causación, y
entramos en el terreno de la especulación meta-física.
Veamos en resumen las interpretaciones y modelos teóricos que se han propuesto, en los que casi
inevitablemente la ciencia entra en diálogo con la filosofía y la teología.
Fuente: Flickr.
1. Modelos de inflación
Es el modelo aceptado hoy día, sugerido en su día por Alan Guth [18], que propone un período de
expansión muy rápida en los primeros 10-34
segundos tras el Big Bang (inflación) seguido de una
expansión “normal·”.
La teoría de la inflación no implica negar la posibilidad de diseño divino, porque podemos preguntar:
“¿Por qué la teoría da los valores que da?” Pero además, la inflación a su vez muestra signos poderosos
de ajuste fino entre las fuerzas expansivas y las contractivas, responsable del universo tal como lo
observamos. Para explicar este equilibrio se han propuesto decenas de modelos de inflación, de modo que
como dice Holder [19], se ha producido un fenómeno parecido a lo que ocurrió con la proliferación
alambicada de epiciclos sobre epiciclos en la astronomía ptolemaica.
2. Teorías de la gran unificación
Se puede proponer que nuestro universo es único, pero que los valores de los parámetros libres
fundamentales no son arbitrarios, sino obligatorios. A las dificultades no resueltas de unificar la
gravitación de la relatividad general con las otras tres fuerzas ya explicadas por mecánica cuántica se ha
respondido con un aluvión de modelos totalmente hipotéticos. Se intenta conseguir un modelo cuántico de
la gravedad, a pesar de que el modelo explicativo actual (basado en la relatividad general) es plenamente
satisfactorio.
Por ahora no hay soporte empírico, pero hay experimentos en camino que pueden lograr en el futuro
pruebas de dicho carácter cuántico, al igual que se han cuantizado las otras tres fuerzas de la naturaleza.
Ahí nos encontramos teorías de gran unificación que pretenden llegar a una deducción (predicción) de las
leyes y parámetros fundamentales, en un intento de convertir estos parámetros hoy libres (o sea,
contingentes) en necesarios. Algunas de dichas teorías se fundamentan a su vez en modelos de teorías de
cuerdas o supercuerdas, como la llamada “teoría M”.
Pero las propias teorías de cuerdas se enfrentan a numerosos problemas, entre los cuales hay que destacar
su carácter no falsable, es decir, que violan principios básicos de la epistemología científica tal como se
entienden desde Popper, como destaca Lee Smolin [20]. En concreto, las teorías predicen seis
dimensiones espaciales ocultas a añadir a las cuatro conocidas del espacio-tiempo [21].
Es más, las cinco teorías de cuerdas distintas con capacidad de “predecir” el mundo se pueden interpretar
como límites matemáticos de una sola teoría subyacente, llamada teoría M [22]. Sin embargo, las propias
teorías no conducen a predicciones unívocas, resultando un espacio abstracto de resultados posibles
denominado “paisaje” [23].
Otro problema, al que aludiremos luego, es que dichas teorías parecen exigir la existencia de numerosos
universos incomunicados con el nuestro. Cabe preguntarse qué clase de “ciencia” es esta que no puede
hacer predicciones unívocas, ni contrastables ni falsables. (Para salir del atolladero en que se encuentran
las teorías de cuerdas, se están planteando modelos de intersección de “branas”, planos
multidimensionales del espacio-tiempo, algunos de cuyos postulados podrían contrastarse por
observaciones cosmológicas y en experimentos de aceleradores de partículas como el LHC).
De todos modos, imaginemos que logramos una teoría de todo (TOE, theory of everything). En este caso
la mayor coincidencia antrópica sería que esta teoría, establecida sobre bases de consistencia lógico-
matemática, está tan finamente ajustada que genera un mundo evolutivo capaz de producir seres
inteligentes capaces de comprender dicha consistencia. Además, habría que explicar cómo tales leyes se
encarnan en el mundo real: no podríamos nunca probar por qué ese mundo debería haber llegado a existir
[24].
Una "teoría (física) de todo" no explicaría todo
Hay que aclarar que una teoría de todo solo sería aplicable al ámbito de la física, ya que hoy sabemos que
estamos en un universo en evolución, por lo tanto con una historia irreversible que incluye contingencias
imprevisibles; un universo el que más allá de lo cuantitativo de los grandes números, han surgido
minoritarias pero fundamentales novedades ontológicas como la vida y la consciencia, con sus propias
leyes y dinámicas, emergidas de los niveles más básicos de la materia, pero irreductibles a ellos [25].
El propio Stephen Hawking reconoce que quizá la teoría omniabarcadora se nos escapará para siempre, y
que necesitaremos diferentes teorías para diferentes ámbitos, cada una con su propia versión válida de la
realidad [26]. El universo no se deja atrapar por modelos unitarios, sino que su conocimiento requiere
multitud de disciplinas no reducibles unas de otras).
De todos modos, si se llegara a una teoría (física) de todo al estilo de la citada teoría M, el teorema de
Gödel nos advierte de que ella no podría dar cuenta de su propia validez. El teorema de incompletitud de
Gödel viene a decir que no puede probarse que ningún sistema racional de enunciados sea al mismo
tiempo consistente y completo [27].
Si la consistencia se acepta como una condición necesaria de toda descripción de la realidad, no podemos
llegar a un sistema racional que al mismo tiempo sea completo.
Como se sabe, este golpe a la pretensión de formalizar completamente el lenguaje matemático fue
seguido por la demostración por parte de Alan Turing de que no es posible demostrar siempre que la
ejecución de un algoritmo en una máquina de cómputo se detenga en un tiempo finito. Este llamado
“problema de la detención” implica que no toda la matemática es decidible semánticamente [28]. En esa
estela, más recientemente, Gregory Chaitin, ha mostrado que no es posible una teoría de todo para la
matemática [29].
Años después de sus aspiraciones iniciales a una teoría de todo, Hawking ha llegado a reconocer que “si
existen resultados matemáticos que no pueden ser demostrados, entonces existen problemas físicos que
no pueden ser predichos”, de modo que las teorías físicas se hallan referidas a sí mismas, así que “cabe
esperar que o bien sean contradictorias o bien sean incompletas”.
Por lo tanto, necesitamos una pluralidad de enfoques y lenguajes, incluido el interdisciplinar, para hacer
honor a la complejidad irreducible de lo real sin incurrir en realismos ingenuos [30].
Pasemos a un breve resumen de los modelos de gran unificación.
Universo como resultado de una fluctuación cuántica
En los años setenta del siglo pasado se intentó ampliar teoría cuántica de campos (victoriosa en el ámbito
de la microfísica) al plano cosmológico, es decir, tratando el universo en su origen como una partícula
elemental sometida a las leyes de la mecánica cuántica. Ello produjo la idea de que nuestro universo
podría haber surgido como resultado de una fluctuación cuántica del vacío físico.
En el vacío cuántico se producen continuamente pares de partículas y antipartículas virtuales, que
inmediatamente se aniquilan entre sí. La hipótesis propone que el universo pudo ponerse en marcha por
un evento en el que la energía fue tomada “en préstamo” durante un instante brevísimo. Además, la
energía total no tuvo necesariamente que ser muy grande, a juzgar por lo que nos dice la cosmología del
balance total incluyendo energía gravitatoria negativa.
 El primer modelo de este tipo (Edward Tryon, 1973) llevaba a la insatisfactoria respuesta de que
nuestro universo es fruto de una mera probabilidad estadística, o sea, que “esto son cosas que
pasan, simplemente porque sí”. Algunas de estas ideas volverán a aparecer cuando hablemos de
modelos de multiverso.
 Pero aparte de los problemas técnicos, estas teorías usan a veces un lenguaje confuso, como
“tiempo antes del tiempo” y caen en una reificación de entidades matemáticas.
 Aún más fundamental es la identificación errónea que estas propuestas hacen entre el vacío (una
entidad física) y la nada metafísica. Porque el vacío cuántico no es la nada, sino otra entidad
material más, descrita por las propias leyes cuánticas, y dotada de los rasgos de lo material [31].
De hecho, esta confusión es frecuente en los divulgadores científicos de moda. Recientemente se ha
editado en España un libro con el significativo (y mixtificador) título de “Un mundo de la nada”. Son
textos que no esconden su militancia atea (cosa legítima), pero que confunden al público, al hacer pasar
como “científico” un postulado metafísico producto de sus propios prejuicios antiteológicos.
Los intentos de llegar a un cosmos autosuficiente no parecen tener mucho éxito. Como dice Mark
Worthing, “en el mismo momento en que uno afirma poseer una teoría explicativa de cómo podría el
universo haberse originado de la nada, cae uno en una contradicción inevitable (…) Naturalmente, podría
afirmarse que no había nada y de repente hubo algo, sin razón ni causa aparente. Pero esto más bien sería
el enunciado de una creencia filosófica o teológica que una genuina teoría científica [32].
b) Modelo de Hawking
Stephen Hawking intentó hace años un modelo de universo autocontenido “que no dependiera de un
Creador”, a partir de la gravedad cuántica. Buscó una función de onda para el universo como un todo,
tratándolo de modo análogo a la función de onda de Schrödinger asociada a las partículas subatómicas.
Para ello Hawking y Jim Hartle aplicaron el método de Feynman para el cálculo de probabilidades de la
transición de estado de las partículas cuánticas. Ahora bien, para lograr esto, hay que partir de unos
presupuestos arbitrarios, como el tiempo imaginario y las “condiciones de frontera” del universo (se trata
de una especie de apuesta a priori).
Sin embargo, tras muchos años en esta línea, no se ha producido ni una sola predicción correcta, por lo
que esta vía ha sido abandonada incluso por el propio Hawking.
Pero incluso imaginando que Hawking llevara razón en su apuesta científica, de ella no se seguiría la
conclusión de la ausencia de un Creador [33]. Pues una cosa es el modelo científico y otra muy distinta
las conclusiones filosóficas. Además, la idea que tiene Hawking del concepto de Creación es bastante
pobre, como le han criticado muchos autores.
Entre otros, comete el tipo de error, ya señalado por Tomás de Aquino, de pensar que ex nihilo (de la
nada) necesariamente significa post nihilum (después de la nada), de modo que negando la segunda, se
deduciría la negación de la primera, y por lo tanto, del Creador [34].
Lo que nos dice la creatio ex nihilo es la dependencia fundamental del mundo con respecto a Dios, es
decir, su contingencia de existencia y de condiciones límite [31] (véase más adelante). Por otro lado,
Hawking comete la simpleza de pensar que lo que no tiene inicio cronológico no tiene causa o principio
ontológico, algo que habría hecho sonreír a cualquier aprendiz de filósofo desde Grecia en adelante [36].
c) Modelo de gravedad cuántica de bucles
Martin Bojowald propuso un modelo consistente en cuantizar directamente las ecuaciones de Friedman
del modelo cosmológico estándar con ayuda de las matemáticas asociadas a la gravedad cuántica de
bucles. Ello hace que el espacio y el tiempo no sean continuos, sino discretos, “a saltos” infinitesimales.
De ahí derivaría un universo que colapsa “antes” del Big Bang, alcanza un volumen mínimo, pasa por un
estado de energía cero y “rebota”, expandiéndose ya según el modelo estándar [37].
Sin embargo, este curioso universo sigue teniendo los rasgos de un objeto físico: es un objeto aislable y
dinámico, y es racionalmente comprensible. De hecho, aquí la racionalidad matemática llega a nuevos
extremos insospechados, levantando, una vez más, las objeciones ya aludidas antes. Por lo tanto, sigue
siendo un universo tan contingente como otras descripciones de la física [38].
Multiverso. Fuente: Wikimedia Commons.
3. Multiverso(s)
Decir que todos los parámetros físicos iniciales del universo tienen esas proporciones y relaciones
solamente por casualidad es absurdo si postulamos un solo universo, ya que las “casualidades” aluden a
hechos probabilísticos, o sea, el azar depende de la probabilidad de diversos resultados.
Para hacer que lo muy improbable se convierta en probable o incluso en obligatorio, algunos han
propuesto modelos de múltiples universos (multiverso), bien sean simultáneos o sucesivos.
Las primeras ideas de multiverso arrancan con la interpretación que hizo Hugh Everett del principio de
incertidumbre de la mecánica cuántica. Este principio nos viene a decir que antes de una observación,
solo existen probabilidades, y que la observación “selecciona” una entre todas esas posibilidades
estadísticas. Pues bien, Everett, un opositor acérrimo a la interpretación de Copenhague del principio de
incertidumbre, en su propuesta (llamada “de los muchos mundos”) nos dice que para escapar de la
paradoja del principio de Schrödinger hay que postular que todas las posibilidades en realidad ocurren,
aunque en universos separados y paralelos.
En cada momento estarían surgiendo versiones alternativas de cualquier evento, que por así decir se
“ramificarían” a partir del momento previo. O sea, habría infinitos universos, y cada uno de ellos se
estaría desdoblando continuamente en otros infinitos nuevos universos [39].
Se han propuesto varios modelos de multiverso con muchos o infinitos universos coexistentes o sucesivos
[40]. Como dice, John Leslie, “los teóricos modernos encuentran cosa fácil el inventar mecanismos para
lograr que la física aparente y las propiedades manifiestas difieran de un universo a otro, incluso cuando
la física subyacente y las propiedades más fundamentales sigan siendo las mismas”.
Resumamos los principales modelos de múltiples universos:
En el peldaño más sencillo o “comprensible” de multiversos tenemos en realidad un solo universo de
enorme tamaño o incluso infinito, a base de múltiples dominios coexistentes, a modo de burbujas
separadas. En este mega-universo solo podemos tener noticia de un dominio parcial (el nuestro),
correspondiente a lo que se llama “volumen de Hubble”, calculado teniendo en cuenta la velocidad finita
de la luz y el tiempo que ha pasado desde el Big Bang. Lo que exista más allá de nuestra “burbuja” no lo
sabemos (ni lo podremos saber), e incluso las leyes de la física allí podrían ser distintas.
El segundo tipo de multiversos se sustenta en ciertas hipótesis físico-cosmológicas que hoy día no
cuentan con apoyo empírico:
 Ya Edward Tryon postuló en 1973 un vacío físico con una constante actividad de formación y
destrucción de partículas diversas con propiedades y masas infinitamente variables. Esas
fluctuaciones cuánticas del vacío darían lugar a semillas de universos con todas las
combinaciones posibles de rasgos físicos. Cada uno de esos universos sufriría una expansión y
evolución distinta e independiente de los otros universos “hermanos”, con los cuales nunca
podría conectar. La inmensa mayoría de esos universos serían aburridos o estériles (no podría
surgir vida ni vida inteligente).
 Inflación eterna de Andrei Linde y Alex Vilenkin: como consecuencia directa de la mecánica
cuántica asociada a una expansión acelerada, una vez iniciado el proceso de inflación cósmica,
este no se detiene jamás; ello implica que el espacio en expansión va formando dominios
(“universos burbuja”) desconectados entre sí, de modo que nuestro universo observable sería uno
de dichos dominios [41].
La extrapolación que se hace aquí desde la física cuántica conocida no solo no está comprobada, sino que
seguramente es inverificable. El mecanismo por el que se realizan diferentes vacíos de la teoría de
cuerdas en diferentes dominios es totalmente especulativo.
En tal tipo de universo con inflación eterna, tal como dice Alan Guth, “todo lo que puede llegar a ocurrir,
sucederá; de hecho sucederá un número infinito de veces”. De esta manera, el ajuste fino pierde su
misterio, ya que la combinación de constantes y parámetros se vuelve estadísticamente necesaria debido a
la ley de los grandes números.
En esta y otras propuestas parecidas (como algunas de las que Hawking expone en su libro El gran
diseño) subyace la idea de la existencia de una especie de meta-universo en estado de superposición
cuántica, cuya función de onda colapsa, produciendo los diferentes multiversos o universos. Pero como
vienen a decir Javier Monserrat y George Ellis, esto es ilegítimo, porque la base en que se apoyan
(incluyendo la electrodinámica cuántica de Feynmann) está pensada para los fenómenos dentro de nuestro
universo, y no se puede extrapolar al hipotético meta-universo. Además, en la mecánica cuántica solo es
real el estado colapsado medido, no las posibles trayectorias o historias posibles en el estado de
superposición [42].
 El “paisaje cósmico” de Leonard Susskind: la búsqueda de una teoría cuántica de la gravedad
(por supercuerdas-teoría M o por gravedad cuántica de bucles) conduce a un multiverso con un
número inimaginable de versiones (en torno a 10500
; a título comparativo digamos que nuestro
universo contiene “solo” 1080
átomos). Susskind propone que todas esas posibilidades son
exploradas realmente por la realidad física, viviendo nosotros en una de ellas [43]. De nuevo nos
encontramos con una extrapolación ilegítima y no falsable.
- En su momento, Lee Smolin propuso la idea de multiversos generados por colapso de agujeros
negros.
- Una de las propuestas más atrevidas es la de Max Tegmark, según la cual todas las estructuras
matemáticas consistentes imaginables existen también de modo físico, real. Nosotros estaríamos en el
único universo que es consistente con nuestra existencia [44].
Crítica de los modelos de multiverso
En este apartado comenzaremos retomando algunas de las críticas epistemológicas ya apuntadas en
secciones anteriores, centradas en la pregunta de que, dado que todas o casi todas las propuestas de
multiversos son por principio inverificables (no falsables), si se pueden considerar como científicas.
Hasta ahora, el núcleo de lo que consideramos como ciencia es su apoyo en los datos de observación y
experimentación y su capacidad predictiva. No parece que los modelos de multiversos cumplan dicho
requisito.
Ahora bien, dado que en ciencia admitimos ciertas entidades inobservables, ¿podríamos justificar la
existencia del multiverso o meta-universo? La respuesta, según Ellis, es negativa porque estas hipótesis
(a) carecen de buenos fundamentos; (b) no cuentan con resultados predecibles; (c) el multiverso no es la
única manera de explicar los datos del ajuste fino, existiendo otras alternativas, y sobre todo porque (d)
carecen de base observacional y experimental [45].
[Un inciso: sin embargo, para algunos científicos, como Lee Smolin, el debate cosmológico del ajuste
fino en versión de los multiversos, junto con las especulaciones de las teorías de cuerdas y los intentos de
lograr una teoría de todo obligan a replantear seriamente los mismos fundamentos epistemológicos de la
propia empresa científica [46]. Para Leonard Susskind, uno de los padres de la teoría de cuerdas, hay que
renunciar a la idea de que podamos llegar a comprender la realidad, y defiende que las paradojas y
contradicciones de la física actual dan más razones que nunca para adscribirse a las ideas
instrumentalistas de Niels Bohr, debiendo conformarnos con realizar y verificar predicciones empíricas
(«la palabra “reproducible” resulta mucho más útil que la palabra “real”») [47].
Paul Steinhardt, uno de los padres del modelo de inflación, reflexionando sobre los infinitos universos
burbuja derivados de la inflación eterna de Linde, dice: “¿Qué significa que la inflación realiza una serie
de predicciones […] si todo lo que puede ocurrir sucede un número infinito de veces? Y si una teoría
carece de predicciones verificables, ¿cómo puede sostenerse, como suele hacerse, que se halla de acuerdo
con las observaciones?” [48].
El físico Paul Davies ha comentado que la “flagrante contradicción de la teoría de la selección cósmica
[en el multiverso] es que necesita un número infinito de universos invisibles solo para explicar el que
vemos”. Además, “debe presuponer el concepto de ley, y obvia la pregunta de dónde vienen esas leyes y
cómo se ‘ligan’ al universo de un ‘modo eterno’”.
Por su parte, Eduardo Battaner declara que “[con las propuestas de multiverso] el nivel de especulación es
tan atrevido que no sabemos bien qué tierra estamos pisando, desde luego no la de la Física
tradicionalmente entendida, con el experimento y la observación como pilares básicos [49].
Además, muchos autores favorables a multiversos cometen un error categorial al confundir las legítimas
preguntas de tipo “cómo” que se hace la ciencia con pretender que la física tiene la respuesta a la pregunta
clave de “por qué” existe el universo. Y esto se debe, entre otras cosas a que no pueden explicar por qué
las leyes de la física son como son, ni si esas leyes existían (y en su caso cómo eran) “antes” de que el
universo apareciera.
Por supuesto, la especulación es posible y es legítima en ciencia, siempre y cuando se respete el núcleo
de los valores epistémicos de la ciencia, cosa diferente a dar por buenos modelos sin posibilidad de apoyo
observacional, propuestos por su “elegancia”, su “belleza” o su consistencia matemática (por ejemplo, el
modelo de inflación eterna de Linde se basa en relacionar dicha inflación con la compleja matemática de
la teoría de cuerdas).
Para John Polkinghorne “este multiverso no es más que una especulación metafísica con un exceso de
prodigalidad ontológica”.
 En la misma línea, para Ellis “es una propuesta extraordinariamente extravagante postular
innumerables universos inobservables, solo para explicar una única entidad (el universo
observable). No podemos caracterizarla precisamente como un ejercicio de parsimonia, tal como
defendía Guillermo de Ockham”.
En resumen, una teoría solo es científica si permite hacer predicciones unívocas contrastables
sobre hechos que podamos observar, y las hipótesis del multiverso presuponen que jamás
podremos observar los otros hipotéticos universos hermanos del nuestro. Por lo tanto, estamos
ante elucubraciones metafísicas como bien ha hecho notar Carlos Beorlegui en un artículo de
Tendencias21 de las Religiones [51].
Pero hacer metafísica no es malo (aquí ya es inevitable); lo malo es, como hacen muchos autores en sus
libros de divulgación, esconder bajo la apariencia de ciencia respetable lo que es mera especulación
sustentada en modelos no contratados y casi con seguridad inverificables. Para “jugar limpio”, habría que
dejar claro que se ha entrado en plenos dominios de la cosmología metafísica, intentado no perder de vista
lo que nos dice la cosmología física verificada, pero evitando “colar” una cierta postura filosófica como si
estuviera avalada por los datos científicos.
“No hay nada de malo en la especulación filosófica con base científica, que es lo que son las propuestas
de multiverso. Pero deberíamos llamarlas por su nombre (Ellis) [52]. “No veo objeciones teológicas
fundamentales contra un multiverso […] Solo estoy en contra de la elaboración de hipótesis físicas
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  • 1. EL VÍDEO DE HOY: La propuesta del Papa Francisco en Lumen Fidei y Evangelii Gaudium "Vacunas" de la ONU en Kenia: Esterilización encubierta 28/01/2015 Un supuesto "programa de vacunación" de la ONU está bajo fuego por los médicos y los obispos católicos acusando de querer esterilizar deliberadamente a millones de mujeres. La Unicef implicada
  • 2. Las revelaciones explosivas fueron realizadas después de que los investigadores médicos y la Iglesia católica encontraran un agente de esterilización, en inoculaciones del tétanos que se administraba a las mujeres de Kenia, por dos agencias de las Naciones Unidas en cooperación con el gobierno nacional. Por increíble que parezca, no es la primera vez que las campañas internacionales de vacunas por parte de la ONU dirigidas a las poblaciones del Tercer Mundo han sido expuestas como programas de esterilización y eugenesia encubiertos. En un comunicado difundido por la Asociación de Médicos católicos de Kenia, dijo que había ordenado pruebas en laboratorio de las vacunas contra el tétanos que se administran en Kenia por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF). "La triste verdad es que la vacuna se entrelazó con el agente esterilizante de la gonadotropina coriónica humana (hCG) igual que el utilizado en los casos de América del Sur", dijo el Dr. Wahome Ngare en una declaración para el grupo de médicos católicos que ayudó a exponer el esquema después de que los resultados de las pruebas dieran positivo. "Además, ninguna de las niñas y mujeres que recibieron la vacuna fueron informados de su efecto anticonceptivo". De acuerdo con la organización y otros expertos médicos, la hCG encontrada en las vacunas contra el tétanos que proporciona la ONU hace que los cuerpos de las mujeres desarrollen una respuesta inmune a atacar a la hormona, que es esencial para el embarazo. Así que, cuando una mujer que ha recibido las inyecciones de la ONU se queda embarazada, su cuerpo combate la hormona – lo que resulta en la muerte del feto en el útero. Con el tiempo, las supuestas inoculaciones – suministradas a las mujeres de Kenia por la ONU bajo el disfraz de "prevenir el tétanos neonatal" – dan como resultado la esterilidad permanente después de dosis múltiples. Las muestras de la vacuna de la ONU recogidas de todo Kenia dieron positivo para el antígeno hCG en laboratorios independientes, dijeron los investigadores. "Esto ha dado la razón a nuestros peores temores; que esta campaña de la OMS no se trata de erradicar el tétanos neonatal, sino el control de una
  • 3. población a partir de un ejercicio de esterilización bien coordinado mediante una vacuna que regulariza la fertilidad como ha quedado probado", explicó el Dr. Ngare, el portavoz de la Asociación de Médicos Católicos de Kenia, que apoya y administra vacunas -siempre y cuando no vayan ligadas con agentes de esterilización". Esta evidencia fue presentada ante el Ministerio de Salud antes de la tercera ronda de la inmunización, pero fue ignorada". El 6 de noviembre, la Conferencia de Obispos Católicos de Kenia emitió un comunicado firmado por los 27 obispos que confirman los hallazgos. "La Iglesia católica luchó y adquirió varios viales de la vacuna, que enviamos a cuatro laboratorios gubernamentales y privados en Kenia y en el extranjero", dijo en la conferencia. "Queremos anunciar aquí, que todas las pruebas mostraron que la vacuna utilizada en Kenia en marzo y octubre 2014 estaba de hecho, ligada con la hormona beta-HCG". Los obispos expresaron su preocupación por el programa de eugenesia de la ONU que se está llevando en secreto haciéndose pasar por un esquema de vacunación, como en marzo de este año, pero no recibió ninguna cooperación por parte de las autoridades. Con base en la información y los resultados, los obispos católicos de Kenia dijeron que estaban "conmocionados por el nivel de la falta de honradez y de manera informal en el que un tema tan serio está siendo manejado por el Gobierno". Los obispos dijeron que un informe del Ministerio de Salud donde se afirmaba que las vacunas estaban libres del beta-hCG era "falso" y un "intento deliberado de distorsionar la verdad y engañar a 42 millones de keniatas". Los líderes católicos también señalaron que estaban consternados por los intentos de "chantaje e intimidación" a los profesionales médicos que corroboran los hechos acerca de la peligrosa vacuna. Por otra parte, los obispos católicos, citando los planes anteriores de "vacunación" de la ONU " para esterilizar a las mujeres, advirtieron acerca de esta trama ya en marzo . "Es de dominio público que la vacuna toxoide tetánico (TT) mezclada con la subunidad beta-gonadotropina coriónica humana (b- HCG) se ha utilizado en Filipinas, Nicaragua y México para vacunar a las mujeres contra el embarazo en el futuro", dijeron los obispos de Kenia en un comunicado en aquel momento. "Cuando se inyecta como una vacuna a una mujer no embarazada, esta subunidad Beta HCG combinada con el toxoide tetánico desarrolla anticuerpos contra el tétanos y la HCG por lo que si el óvulo de una mujer se fertiliza, su propia HCG natural será destruida dejándola permanentemente infértil". Fuente: Before it´s News El tráfico de niños en China es un hecho
  • 4. 28/01/2015 La policía china desmanteló varias redes de tráfico de recién nacidos y de niños, algunos de los cuales eran albergados en sórdidas condiciones en antiguas morgues, informaron el miércoles los medios oficiales. Más de un centenar de personas, pertenecientes a ocho diferentes redes, fueron detenidas en esta gran operación policial llevada a cabo en la provincia de Shandong (este), según el diario Global Times. Entre ellos, había un grupo sospechoso de acoger a mujeres embarazadas, para luego vender a los niños poco después de su nacimiento. La policía halló a niños víctimas de los traficantes "escondidos en la morgue de un hospital para enfermedades infecciosas, ahora fuera de uso y alimentados únicamente con tallarines instantáneos" prosigue el diario. De los 37 niños recogidos por las fuerzas de seguridad, siete están afectados por enfermedades sexualmente transmisibles, añadió. El caso ha provocado fuertes reacciones de indignación en las redes sociales. Las autoridades dicen que tratan de luchar contra el lucrativo mercado de los recién nacidos, estimulado por la preferencia tradicional de los chinos hacia los niños varones y por la llamada política del "hijo único", pese a que recientemente ha sido flexibilizada. "Los niños son más caros que las niñas", confirmó uno de los sospechosos detenidos, y precisó que un bebé de sexo masculino puede ser vendido por 60.000 yuanes (8.290 euros), según sus declaraciones reproducidas por el Global Times. Fuente: El Espectador Grietas en el muro XXXVII: Rebajas éticas y sostenibles Creado el 28 enero 2015 por CiJ Voces. María Muñoz. [eldiario.es] “Nuestro objetivo es lograr la Economía Circular, que la materia prima que se use para elaborar cualquier prenda de moda sirva como alimento al final de su vida útil a la tierra de donde salió”. Quien habla es Paloma García, impulsora de The Circular Project Shop, la primera tienda física que se abre en Madrid donde solo se puede comprar ropa y complementos que hayan sido
  • 5. elaborados bajo unos criterios éticos y sostenibles. Lleva en marcha hace menos de un mes y encara ahora su primera temporada de rebajas. García puso en marcha hace dos años una marca de ropa, Elsinvivir, que elabora prendas de algodón ecológico y había participado en varios mercados. “Me di cuenta que lo mejor que funcionaba era el cara a cara”, explica. Empezó a hablar con otras marcas, que como la de ella, ofrecieran a los trabajadores unas condiciones laborales justas y emplearan procesos con el mínimo impacto al medio ambiente, y comenzó a elaborar un estudio de mercado. “Vi que podía ser viable y me lancé a la búsqueda de un local”, explica. En apenas dos meses encontró el sitio: una pequeña tienda situada en la calle Ventura Rodríguez 22, muy cerca de la plaza de España. “Todo el espacio ha sido diseñado haciendo mucho hincapié en la sostenibilidad, buscando la eficiencia energética y el uso de materiales lo más naturales posibles”, señala para subrayar que todas las marcas que se pueden encontrar en el local cumplen esos criterios éticos y sostenibles que promueve el movimiento Slow Fashion. “Nosotros somos todo lo contrario a la Fast Fashion ”, explica en referencia a las grandes multinacionales textiles, sin querer concretar ningún nombre, que fabrican en cadena, a veces en condiciones de semi esclavitud y con unos altos índices de contaminación. Industria contaminante “La industria textil es ahora una de las más contaminantes y si no cambiamos esta forma de fabricar y consumir agotaremos las existencias del planeta”, afirma la responsable de la tienda. “Nuestro objetivo es cambiar un sistema que está en marcha desde la Revolución Industrial y que crea unas necesidades donde no las hay”, explica. Y añade: “Siempre decimos que la ropa más ecológica es la que está en el armario porque antes de comprar hay que pensar si realmente lo necesitamos”, subraya. Con la tienda física, García no solo pretende ofrecer al público un espacio donde sabe que puede comprar ropa que ha sido elaborada bajo criterios éticos y sostenibles, sino que también funcione como una herramienta de concienciación. “La gente tiene que empezar a cuestionarse de dónde viene y cómo está hecha la ropa que compra y preguntarse por qué alguna es tan barata; lo que no puede ser es que una camiseta cueste lo mismo que la bobina de hilo que se ha empleado para fabricarla”, apunta. Entre las marcas que pueden encontrase en la ropa está Idunnbags, que fabrica bolsos elaborados con piel de pez que se destina al consumo humano y que se trata y trabaja con procesos vegetales. O Sense Nu, un marca de ropa para hombres que elabora las prendas con tejidos ecológicos y las confeccionan en un taller de Apramp, una asociación que atiende a personas víctimas de explotación sexual y de trata de seres humanos. “Todas las marcas que están en la tienda trabajan con personas en riesgo de exclusión social”, señala García, quien añade que “toda la producción es local para que la huella de carbono sea lo más reducida posible”. Que no se privatice la salvación, pidió el Papa en su homilía 2015-01-29 Radio Vaticana
  • 6. (RV).- No siguen la vía nueva inaugurada por Jesús cuantos privatizan la fe encerrándose en “elites” que desprecian a los demás. Lo afirmó el Papa Francisco en su homilía de la Misa matutina celebrada en la Capilla de la Casa de Santa Marta. No privatizar la fe Al comentar la Carta a los Hebreos, el Papa Francisco afirmó que Jesús “es la vía nueva y viva” que debemos seguir como Él quiere. Porque hay formas equivocadas de vida cristiana. Jesús “da los criterios para no seguir modelos equivocados. Y uno de estos modelos equivocados es privatizar la salvación”: “Es verdad, Jesús nos ha salvado a todos, pero no en general, ¿no? Todos, pero cada uno, con nombre y apellido. Y ésta es la salvación personal. Verdaderamente yo soy salvado, el Señor me ha mirado, ha dado su vida por mí, ha abierto esta puerta, esta vía nueva para mí, y cada uno de nosotros puede decir ‘para mí’. Pero existe el peligro de olvidar que Él nos ha salvado individualmente pero en un pueblo. En un pueblo. El Señor siempre salva en el pueblo. Desde el momento en que llama a Abram, le promete que hará un pueblo. Y el Señor nos salva en un pueblo. Por esto el autor de esta Carta nos dice: ‘Prestemos atención los unos a los otros. No hay una salvación sólo para mí. Si yo entiendo la salvación así, me equivoco; equivoco el camino. La privatización de la salvación es un camino equivocado”. Comunicar fe, esperanza y caridad Son tres los criterios para no privatizar la salvación: “la fe en Jesús que nos purifica”, la esperanza que “te hace ver las promesas e ir adelante” y “la caridad: es decir, prestemos atención unos a otros, para estimularnos recíprocamente en la caridad y en las obras buenas”: “Y cuando yo estoy en una parroquia, en una comunidad – cualquiera que sea – yo esto allí, yo puedo privatizar la salvación y estar allí un poco socialmente. Pero para no privatizarla debo preguntarme a mí mismo si yo hablo, comunico la fe; hablo, comunico la esperanza; hablo, hago y comunico la caridad. Si en una comunidad no se habla, no se anima uno al otro, en estas tres virtudes, los componentes de aquella comunidad han privatizado la fe. Cada uno busca su propia salvación, no la salvación de todos, la salvación del pueblo. Y Jesús ha salvado a cada uno, pero en un pueblo, en una Iglesia”. Grupitos eclesiales que desprecian a los demás El autor de la Carta a los Hebreos – prosiguió explicando el Papa – da un consejo “práctico” muy importante: “no disertemos nuestras reuniones, como algunos tienen la costumbre de hacer”. Esto sucede “cuando nosotros estamos en una reunión – en la parroquia, en el grupo – y juzgamos a los demás”, “hay una especie de desprecio hacia los demás. Y ésta no es la puerta, la vía nueva y viva que el Señor ha abierto, ha inaugurado”: “Despreciamos a los demás; abandonan a la comunidad total; abandonan al pueblo de Dios; han privatizado la salvación: la salvación es para mí y para mi grupito, pero no para todo el pueblo de Dios. Y esta es una equivocación muy grande. Es lo que llamamos – y que vemos – ‘las elites eclesiales’. Cuando en el pueblo de Dios se crean estos grupitos, piensan que son buenos cristianos, también – quizás – tengan buena voluntad, pero son grupitos que han privatizado la salvación”. Dios nos salva en un pueblo, no en las elites “Dios – subrayó el Papa Bergoglio – nos salva en un pueblo, no en las elites que hemos hecho nosotros con nuestras filosofías o nuestro modo de entender la fe. Y estas elites no son gracias de Dios. Y concluyó pidiendo: “Que el Señor nos dé la gracia de sentirnos siempre pueblo de Dios, salvados personalmente. Eso es verdad: Él nos salva con nombre y apellido, pero salvados en un pueblo, no en el grupito que yo hago para mí”. (María Fernanda Bernasconi - RV). Chiara Lubich encendió una luz nueva
  • 7. en la Iglesia en el camino de unidad, mensaje del Papa 2015-01-29 Radio Vaticana (RV).- Con el anhelo de que «el luminoso ejemplo de vida» de la Sierva de Dios Chiara Lubich «suscite, en cuantos conservan su preciosa herencia espiritual, renovados propósitos de fiel adhesión a Cristo y de generoso servicio a la unidad de la Iglesia», el Santo Padre se unió espiritualmente a la celebración de la apertura de la causa de beatificación y de canonización de la fundadora de la Obra de María, que es el nombre oficial, como quiso la misma Chiara - del Movimiento de los Focolares. E invocando abundantes dones del Espíritu divino sobre cuantos están empeñados en su postulación, el Papa Francisco los exhortó a «hacer conocer al pueblo de Dios la vida y las obras» de Chiara Lubich, que «acogiendo la invitación del Señor, encendió para la Iglesia una luz nueva sobre el camino hacia la unidad». El Cardenal Secretario de Estado de Su Santidad Francisco, Pietro Parolin, que firmó el mensaje, señaló que el Papa, «al tiempo que pide oraciones para sostenerlo en su ministerio universal como sucesor del apóstol Pedro, por intercesión de la Virgen Santa, envía al obispo de Frascati, a la Postulación, a la entera Obra de María y a cuantos participan en el gozoso evento la implorada bendición apostólica». El Mensaje pontificio dirigido a Mons. Raffaello Martinelli, Obispo de Frascati, en calidad de encargado de la apertura oficial del «Proceso sobre la vida, virtudes, fama de santidad y signos», se leyó en la solemne apertura de dicho proceso. La diócesis de Frascati, cerca de Roma, de hecho, es el territorio en el cual se encuentra el Centro Internacional del Movimiento de los Focolares, cerca del cual Chiara vivió gran parte de su vida y donde murió el 14 de marzo de 2008. Por su parte, María Voce, presidenta del Movimiento de los Focolares y en nombre todos los miembros del movimiento en el mundo, que siguieron el evento vía Internet, expresó la gratitud de todos y afirmó: «Queremos, en primer lugar, expresar la alegría, la conmoción, la sorpresa, por este mensaje del Santo Padre, al cual queremos enviar nuestro agradecimiento y asegurarle nuestra oración, que él nos ha pedido; así como asegurarle nuestro empeño en seguir difundiendo esa “luz nueva” que él ha indicado como don de Chiara a la Iglesia y a la humanidad». (CdM – RV) La belleza de la paternidad y de la maternidad. El Papa anuncia su próxima catequesis y recuerda a Jesús: Camino, Maestro y Esperanza 2015-01-29 Radio Vaticana (RV).- «¡Deseo a todos que la visita a las Tumbas de los Apóstoles suscite en cada uno renovados propósitos de alegre testimonio cristiano en la familia y en la sociedad!» «Hoy nos dejamos guiar por la palabra padre», palabra tan querida para nosotros los cristianos, porque es el nombre con el que Jesús nos ha enseñado a llamar a Dios, dijo el Papa Francisco al reanudar sus catequesis sobre la familia, anunciando que el próximo miércoles proseguirá sobre este tema, con el anhelo de destacar la «belleza de la paternidad y de la maternidad, la
  • 8. belleza y la responsabilidad de ser padres y madres». Y, en sus saludos a los peregrinos de tantas partes del mundo, invitó a que en ocasión de su peregrinación a Roma, se pongan a la escucha de Jesús, que nos revela que Dios es un Padre que nos ama y en el Él somos todos hermanos y hermanas. El Papa dirigió también su cordial bienvenida a los peregrinos de lengua árabe, en particular a los de Oriente Medio, reiterando su exhortación a confiar en Jesús - Camino, Maestro y Esperanza – el amor puede hacer que en el mundo haya paz y fraternidad: «Queridos hermanos y hermanas, ¡no tengan miedo de afrontar los desafíos de la vida! ¡Cuenten con Jesús! Él es, en efecto, el Camino que hay que seguir, el Maestro que hay que escuchar, la Esperanza de que el mundo puede cambiar, que el amor vence el odio, que puede haber un futuro de fraternidad y de paz para todos» Tras invocar sobre las familias la gracia y la paz del Señor Jesucristo, el Obispo de Roma invitó a aprender de los Santos: «Aprendamos de los Santos a vivir con el poder de la oración dirigida a Dios nuestro Padre comprometiéndonos al servicio de las necesidades y la salvación de los hermanos. Que el Espíritu Santo los ayude a ser santos y los guíe en su camino». El Santo Padre alentó asimismo a orar por todas las familias, con especial atención a las más necesitadas: «Oremos por todas las familias, en especial por aquellas que se encuentran en dificultad, con la certeza de que ¡ellas son un don de Dios para nuestras comunidades cristianas!» En el día de la memoria de Santo Tomás de Aquino, dirigiéndose en especial a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados, el Obispo de Roma recordó el ejemplo de este sacerdote dominico, Doctor de la Iglesia y Patrono de las escuelas católicas: «Hoy celebramos la memoria de Santo Tomás de Aquino, Doctor de la Iglesia. Que su dedicación al estudio impulse en ustedes, queridos jóvenes, el empeño de la inteligencia y de la voluntad al servicio del Evangelio. Que su fe los ayude a ustedes, queridos enfermos, a dirigirse al Señor, también en la prueba. Y que su mansedumbre indique, a ustedes, queridos recién casados, el estilo de las relaciones entre los cónyuges en la familia». (CdM – RV) Audiencia General Audiencia General con catequesis completa del Papa Los metropolitanos ya no recibirán el palio en Roma, sino en sus diócesis La ceremonia de imposición del palio
  • 9. La decisión de Francisco comunicada a los nuncios por el ceremoniero Marini: se encargará de la investidura el nuncio apostólico del país. Se confirma la concelebración con el Papa para la fiesta de los santos Pedro y Pablo andrea tornielli Ciudad del vaticano La carta firmada por el Maestro de Ceremonias Pontificias, Guido Marini, lleva la fecha del 12 de enero de 2015, y su contenido fue revelado por el vaticanista Gerard O’Connell. Con una comunicación enviada a todas las nunciaturas apostólicas se dio a conocer la decisión de Francisco de cambiar las modalidades para entregar el palio, la franja de lana blanca decorada con cruces negras, que simboliza la oveja sobre los hombros del Buen Pastor y que usan el Papa y los arzobispos metropolitanos como signo de la comunión con Roma. Ya no será, pues, el obispo de Roma quien imponga el palio, sino que los metropolitanos lo recibirán en privado y después será el nuncio apostólico del respectivo país quien lo imponga en la diócesis de origen, para resaltar la sinodalidad: en la ceremonia, efectivamente, deben participar todos los obispos de las diócesis llamadas «sufragáneas», es decir que dependen de alguna manera de la sede metropolitana del titular del palio. Hasta ahora, el palio, tejido de lana de cordero en forma de doble «Y», era impuesto a los nuevos arzobispos metropolitanos nombrados durante el año anterior en la misa celebrada por el Pontífice en San Pedro, el día de la fiesta de los santos Pedro y Pablo, el 29 de julio. La regla tenía algunas excepciones: en el caso de que el arzobispo no pudiera por alguna razón viajar a Roma, el nuncio u otro obispo delegado le imponía el palio. En otros casos particulares, el Papa en persona lo imponía en privado, incluso fuera de la ceremonia de junio, como sucedió, por ejemplo, con los últimos dos arzobispos de Milán, Dionigi Tettamanzi y Angelo Scola, que lo recibieron individualmente de manos de Juan Pablo II y Benedicto XVI respectivamente. «El Papa dispuso que el palio bendecido en la misa de los santos Pedro y Pablo -escribe monseñor Marini en la carta que llegó a todas las nunciaturas del mundo- sea impuesto a los arzobispos metropolitanos en sus residencias diocesanas por un representante». Sigue en vigor lo que establece el párrafo 1 del canon 437 del Código de derecho canónico, es decir que no se trata de una investidura automática, sino que cada uno de los nuevos metropolitanos deben pedirlo a Roma. El nuevo procedimiento prevé que al final de la misa de los santos Pedro y Pablo, el 29 de junio, los nuevos arzobispos metropolitanos sean invitados a concelebrar con el Papa en el Vaticano; los que participen en el rito recibirán el palio «en privado, de manos del Santo Padre». Ya no existe, pues, la imposición oficial durante el rito, en el que desfilaban delante del Pontífice los nuevos metropolitanos para irse arrodillando y recibir el palio uno a uno. El verdadero rito de la imposición del palio se llevará a cabo en las respectivas iglesias locales, involucrando no solo a la comunidad diocesana metropolitana, sino también a las comunidades sufragáneas, sobre las cuales el nuevo metropolitano ejerce algunas funciones limitadas de vigilancia. La carta de monseñor Marini indica que deberá ser el nuncio apostólico, en calidad de representante del Papa, quien presida el rito: «El Santo Padre -se lee en el documento- le confiere a usted el mandato apostólico» de imponer el palio, en una celebración «con la participación de los obispos de las diócesis sufragáneas». El cambio de la imposición a las sedes locales del antiguo símbolo (que, como paramento episcopal, data del siglo IV, por lo que es más antiguo que la mitra y el pastoral) en servirá a «favorecer la participación de la Iglesia local» en este momento «importante» para su vida y su historia. Esta es la segunda decisión de Francisco relacionada con el palio. La primera había sido la de volver a usar, en el segundo año del Pontificado, el palio que tradicionalmente usaban los Pontífices en los últimos siglos, idéntico al que se impone a los arzobispos. Quien había modificado la hechura de este antiguo símbolo fue el ex ceremoniero Piero Marini, quien hizo confeccionar para el nuevo Papa, durante la sede vacante de 2005, un palio de mayores dimensiones, que perdía su simetría y se apoyaba a uno de los hombros, y decorado con cruces rojas: un modelo que se acercaba más a los de los primeros siglos de la Iglesia, tal y como indican algunos mosaicos bizantinos. Pero Benedicto XVI, después de haberlo usado
  • 10. durante el primer periodo de su Pontificado, quiso cambiarlo porque era un poco incómodo (y tendía a deslizarse por el hombro). En lugar de volver al modelo que usaban los Papas antes que él, el nuevo ceremoniero, Guido Marini, diseñó uno semejante, pero con algunas diferencias (era un poco más grande) Ahora, Francisco decidió volver al modelo que usaban sus predecesores durante los últimos siglos, y, como es igual al palio impuesto a los nuevos arzobispos metropolitanos, representa visualmente el particular vínculo de estos últimos con la sede de Roma. Una película sobre Pío XII, «Schindler del Vaticano» Pío XII Se estrena en La Santa Sede el trabajo de la directora Liana Marabini, con testimonios inéditos de la comunidad judía Redacción Roma El estreno de «una película sobre Pío XII y los judíos», que describe a Papa Pacelli como el “Schindler del Vaticano”, se llevará a cabo en el Vaticano, el próximo 2 de marzo, según indicó “L’Osservatore Romano”, en donde se subraya que la fecha fue elegida porque es el aniversario del nacimiento y de la elección de Pacelli. Titulada “Shades of Truth” y dirigida por Liana Marabini, la película será proyectada también en el festival de Cannes en mayo y, en septiembre, en Filadelfia, en ocasión del encuentro mundial de las familias. «La película, que fue posible gracias a los testimonios inéditos de algunos judíos salvados por Pacelli, cuyo proceso de beatificación está en curso, pretende demostrar –afirma “L’Osservatore Romano”– la inconsistencia de la leyenda negra sobre los silencios de Pío XII frente a la tragedia de la Shoah». «Fue el “Schindler del Vaticano”», declaró la directora Marabini, y recordó que «Pío XII salvó a más de 800 mil judíos», según lo que indica el periódico de la Santa Sede. En la antigua polémica en contra de los “silencios” de Pío XII ante el Holocausto, es significativo recordar la decisión que en 1945 tomó el entonces rabino de Roma, Israel Zolli, quien, al convertirse al catolicismo, se hizo bautizar con el nombre de Eugenio en honor de Pío XII y de su actividad en defensa de los judíos.
  • 11. Simone Weil, de María Clara Bingemer Simone Weil. Mística de frontera María Clara Bingemer Ciudad Nueva 14 euros Este libro es un acercamiento al recorrido vital de una mujer excepcional y desconcertante: Simone Weil (1909-1943), activista política, brillante intelectual, filósofa, pensadora y mística. En una Europa dominada por regímenes autoritarios, abocada a la Segunda Guerra Mundial, donde las fábricas son sinónimo de deshumanización e intelectualmente marcada por la filosofía existencial atea, este espíritu indomable denuncia las contradicciones del sistema capitalista, la brutalidad del nazismo y la paradoja del pensamiento burgués. Su trabajo intelectual no está disociado de los conflictos y sufrimientos del mundo. Testigo de la fe como búsqueda permanente de la justicia, la misericordia y la solidaridad, Simone Weil vive una auténtica experiencia cristiana no institucionalizada, en diálogo con el ateísmo y el agnosticismo de su tiempo y con otras tradiciones religiosas. Pese a sus reparos respecto a la Iglesia como institución, pocos han vivido tan radicalmente el ideal de amor oblativo como esta judía enamorada de Jesucristo y de su Evangelio. Su coherencia y generosidad, su enseñanza y su amor encarnado pueden inspirar las vidas humanas de hoy y de mañana. María Clara Bingemer, teóloga brasileña laica y casada, es doctora en Teología Sistemática por la Universidad Gregoriana de Roma y profesora asociada en la Pontificia Universidad Católica de Rio de Janeiro, entre otros méritos. En los últimos años se ha especializado en el pensamiento de Simone Weil, sobre quien ha escrito numerosos libros y artículos. Chiara Lubich [Nº 36] Fundadora de los Focolares Gillet, Florence
  • 12. Sinopsis: Chiara Lubich (1920-2008) vivió para «que todos sean uno» (Jn 17, 21) y abrió un camino para llegar a Dios juntos, «como pueblo». Fue una de las personalidades eclesiales más destacadas del siglo XX, fuertemente comprometida en el campo ecuménico e interreligioso. Por su acción a favor de la unidad y de la paz, recibió importantes reconocimientos. En este libro la autora introduce al lector en la pedagogía que Dios siguió con Chiara y sus primeros compañeros cuando les dio a conocer el Evangelio bajo el signo de la alegría, del amor fraterno que se entrega y se recibe, de la resurrección. Florence Gillet, doctora en teología por la Universidad Pontificia Gregoriana, ha enseñado teología espiritual e historia de la Iglesia en la escuela de formación de los Focolares en Loppiano (Florencia). Trabajó seis años en el «Consejo pontificio para la unidad de los cristianos» y colaboró estrechamente con Chiara Lubich durante los últimos 10 años. Gillet, Florence Doctora en teología por la Universidad Pontificia Gregoriana, ha enseñado teología espiritual e historia de la Iglesia en la escuela de formación de los Focolares en Loppiano (Florencia). Trabajó seis años en el «Consejo pontificio para la unidad de los cristianos» y colaboró estrechamente con Chiara Lubich durante los últimos 10 años. Diez periodistas literarios Los perfiles de algunas de las grandes firmas surgidas del papel de periódico Manuel Vicent 28 ENE 2015 - 19:44 CET Un repaso a los perfiles de las grandes firmas literarias surgidas del periodismo. Una serie iniciada el 21 de abril de 2012, cuando Manuel Vicent buceaba en la figura de Julio Camba, y que llega a su fin en enero de 2015, de la mano de Manuel Vázquez Montalbán. Esta es una selección de diez de los artículos publicados en Babelia. Julio Camba | Un anarquista bajo la cúpula del Palace Miraba todo lo que sucedía a su alrededor con una ironía perpleja, como si el mundo se acabara de inventar solo para él. Fue un cosmopolita literario, comprometido con los placeres de la inteligencia sarcástica Azorín | Paraguas rojo, paraguas negro
  • 13. El joven periodista provocador y anarquista, que dio nombre a la generación del 98 y se inventó Castilla como género literario, acabó siendo un personaje gélido, sobrio y discreto que disolvió su vida en un latente franquismo Chaves Nogales | Disparar a la distancia precisa Aventurero, comprometido y romántico, puso su afilada inteligencia y un estilo literario sin ninguna veta de tocino al servicio de la historia: contó de primera mano las cosas que pasaban y estuvo donde había que estar Corpus Barga | Galgo aristocrático con luz propia El hombre que ayudó a Antonio Machado a cruzar la frontera de Francia en 1939 fue novelista, escribió memorias, pero sus mejores páginas eran los relatos de los lances que protagonizó en los momentos más duros de la vida D'Ors: La esencia está en la máscara En castellano escribía en barroco. Leía un artículo a la criada y si esta lo entendía, murmuraba: hay que oscurecerlo Pedro Luis de Gálvez | Pícaros, bohemios, sablistas y hampones El ingenio y la miseria recorren la vida de este autor, cuyo éxito literario le llegó en la cárcel Gómez de la Serna | El escritor como espejo cóncavo Hablador inagotable y autor prolífico, su literatura fue un salto en el aire. De él se decía que todo lo que se le ocurría lo escribía, todo lo que escribía lo publicaba y todo lo que publicaba lo regalaba, porque apenas vendía libros Haro Tecglen | El pesimismo como estado de lucidez Los oráculos suelen habitar en la trasera de los tabernáculos. Así trabajaba Haro Tecglen bajo un cúmulo de libros y periódicos abiertos sobre la mesa, con las gafas en la punta de la nariz, comprometido solo con su inteligencia Francisco Umbral | El estilo como venganza Tenía un ángel lírico, libre y violento en cada yema de los dedos con que machacaba la Olivetti. Se le hurtó la Academia y se desquitó escribiendo mejor que ninguno Vázquez Montalbán | Marxismo-pop y gente derrotada Un ejemplar raro de comunista, que no quería privarse del humor ni del placer. Nunca dejó de reconocerse en los suyos cuando le llegó el éxito
  • 14. El desencanto que viene El País | Manuel Cruz No es verdad que no haya nada nuevo bajo el sol (el sol mismo hubo un instante en que fue nuevo). Como tampoco lo es que seamos por completo inaugurales, cual Adán en el paraíso. En el primer caso no habría nada que hacer; en el segundo no sabríamos qué hacer. En realidad, incluso la más rabiosa novedad contiene siempre alguna proporción de mezcla entre lo inédito, lo absolutamente original, y lo conocido, lo déjà vu.Este principio general, presente a lo largo de toda la historia, se conjuga con una relativa facilidad en las diferentes situaciones particulares. Afirmar que actualmente en España estamos a punto de volver a vivir una segunda Transición, y reservarse los papeles que hace casi cuarenta años representaron los viejos actores sale gratis, en el fondo porque no es más que un deseo (aceptemos, con benevolencia, que tal vez incluso piadoso) cuya verosimilitud todavía no se ha puesto a prueba. Así, en la comunidad autónoma en la que vivo hay uno que se cree Suárez y, fascinado por la leyenda de maestro del regate corto que se le suele atribuir al primer presidente de la democracia española, se dedica a todo tipo de trapacerías, argucias y engaños (incluso a su propio electorado), en el convencimiento de que de esta forma pasará él también, al igual que el de Ávila, a la historia, como si la determinación de semejante destino le correspondiera al propio interesado. EDUARDO ESTRADA A escala española parece estarse llevando a cabo un reparto que, en ocasiones, más parece de disfraces que de papeles. Hay quien se pide el de Felipe González, como los hay que desearían que hubiera quien se hiciera cargo del de Fraga, y así sucesivamente. El reparto incluso podría alcanzar a los actores secundarios, y no faltará el malvado que señale que a Íñigo Errejón le ha correspondido en (mala) suerte el papel de Pilar Miró, únicamente cambiando en el guion bolsos por becas, y a Juan Carlos Monedero, el de Alfonso Guerra (o el de su hermano, no sabría decirlo). Por supuesto que a los obsesionados en fantasear repeticiones les convendría no olvidar el célebre destino que, según Marx, aguarda a los que se empeñan en que la historia regrese tal cual (como es sabido, terminar haciéndolo, en efecto, pero en forma de farsa). De poco sirve el recordatorio si no se señala a continuación su razón de ser. Porque lo que realmente impide que se materialice la fantasía de la repetición no es ninguna ley o fatalidad de signo opuesto (una presunta ley de la caricatura en este caso), sino precisamente la contingencia misma de la historia. Con otras palabras: el hecho de que, en general, no se puede olvidar lo que alguna vez se supo y, en particular, el de que cuando muchos ciudadanos experimentan la sensación de que toda una serie de actitudes, gestos, iniciativas y discursos ya no les vienen de nuevas (como sí ocurrió cuando se dieron por vez primera) no reaccionan de la misma forma que lo hicieron en el pasado. A este carácter resabiado de la ciudadanía habría que añadir otro elemento, relacionado con las específicas características que viene adoptando de un tiempo a esta parte la política en nuestra sociedad. La creciente tendencia a plantear las relaciones sociales en términos psicológicos o, por enunciarlo con los términos del Richard Sennett de El declive del hombre público, la saturación completa de la vida pública con elementos procedentes de la vida privada, como sentimientos o motivaciones personales, ha terminado por exasperar algo que siempre estuvo en germen, aunque bajo un relativo control. En efecto, la espectacularización de la vida pública ha consagrado el desplazamiento de la atención de la ciudadanía desde las políticas a los políticos. Se ha convertido en completamente habitual que los ciudadanos hayan dejado de justificar sus preferencias electorales en términos propiamente programáticos, esto es, manifestando su acuerdo con una determinada propuesta de medidas o con el modelo de sociedad que consideran deseable, para pasar a hacerlo en términos casi exclusivamente personales, tales como “X me inspira confianza”, “Y parece honrado”, “Z transmite ilusión” y similares. Semejante desplazamiento, lejos de constituir un signo de nuestro tiempo irrelevante, banal o exento de conclusiones, merece ser considerado como una auténtica bomba de efectos retardados. Hacer descansar el peso de la propia opción política en una dimensión subjetiva, convirtiendo la participación en lo colectivo en mero consumo de los valores personales que expresan los políticos, implica consagrar una idea del compromiso de los ciudadanos con la cosa pública extremadamente frágil y vulnerable. Si comparamos este tipo de vínculo con el que era más habitual hasta hace no tanto, se comprenderá mejor
  • 15. lo que estoy intentando señalar. Al elector que en el pasado confiaba su voto a un determinado partido por los ideales globales que postulaba y por las políticas concretas que proponía, la hipotética frustración ante el comportamiento de un determinado candidato al que había apoyado no le llevaba a alterar sus convencimientos de fondo. La consideraba una mera decepción por un incumplimiento programático que, como mucho, le movía a exigir la sustitución de quien hubiera faltado a sus promesas por alguien que sí estuviera dispuesto a cumplirlas. Pero cuando las cosas se plantean en términos personales (subsumiendo, como dije, la política en los políticos) y, por añadidura, se descalifica a todos ellos en sumarios términos moralistas (por su condición de casta, por ejemplo), se corre el serio riesgo de que tales argumentos acaben volviéndose, como un bumerán,contra quienes tan a la ligera los lanzaron. El eco obtenido en las últimas semanas por el goteo de noticias que daban cuenta de determinadas contradicciones personales de algunos de estos políticos emergentes constituye, al margen de la evidente intencionalidad política de las presuntas denuncias, un serio aviso del tipo de efectos a que acaba dando lugar una determinada lógica discursiva. Porque en el instante en el que esta otra decepción personalizada se produzca, de manera necesaria habrá de adoptar un carácter muy diferente al abiertamente politizado que acabamos de comentar, y se presentará en unos términos que a algunos habrán de resultarles lejanamente familiares, esto es, en términos de desencanto. Esta específica forma de desafección respecto a lo político siempre fue un recurso cómodo para ciudadanos poco dispuestos a un compromiso político fuerte y, por tanto, necesitados de una justificación de apariencia convincente que legitimara la rápida desvinculación de su apoyo anterior a un determinado proyecto (el término se puso de moda a partir del estreno ¡en 1976! de la película de Jaime Chávarri del mismo nombre, cuando tan poco había de lo que estar desencantado). Por añadidura, la apelación al desencanto parece orlar a quien la plantea de una dimensión ética, de una expectativa ilusionada de honradez, de cuya frustración el político presuntamente nuevo sería por definición el absoluto responsable. La argumentación es, sin duda, falaz y constituye un obsceno ejercicio de ventajismo moral por parte de quienes se acogen a ella. Pero tal vez más importante que denunciar tales razonamientos sea dejar constancia de la responsabilidad de las fuerzas políticas que en el fondo los están alentando con sus actitudes y sus discursos. El desencanto que viene no será, como el original (el de la Transición), respecto a la democracia misma, sino respecto a las promesas de regenerarla empezando desde cero y, sobre todo, respecto a quienes se presentan hoy como los únicos en condiciones de cumplir tan virginal promesa. Porque los mismos que han planteado su proyecto en términos fuertemente personalistas y vaporosamente políticos corren el peligro de acabar siendo víctimas del tipo de vínculo que, con tales actitudes, habrán establecido con los ciudadanos. Un vínculo débil y volátil en extremo, basado en la sintonía emocional y carente de contenidos teórico-políticos definidos (a fin de cuentas, afirmar, como gustan de hacer algunos en los últimos tiempos, que lo importante no son las etiquetas ideológicas —“recurso de trileros”, acabamos de saber— sino resolver los problemas de la gente, está asombrosamente cerca del tan denostado en su momento “gato negro, gato blanco, lo importante es que cace ratones”). Un vínculo incapaz de soportar la menor contrariedad de lo real. En suma, toda una invitación a sus propios votantes para que, a las primeras de cambio, abandonen el barco de la presunta ilusión por la escotilla de emergencia del desencanto. Manuel Cruz es catedrático de Filosofía Contemporánea en la Universidad de Barcelona. De la ciencia a la metafísica: el “ajuste fino” del universo y el significado de la realidad ¿Qué aportan los modelos cosmológicos recientes a la posibilidad de encontrar un “propósito cósmico”?
  • 16. Desde siempre, los seres humanos se han planteado el sentido y el propósito del universo y de la propia vida. Se trata de preguntas cuyas respuestas siempre han parecido fuera del alcance y capacidad del método científico. ¿Qué aportan los modelos cosmológicos recientes a la posibilidad o no de encontrar un “propósito cósmico”, a partir de los datos de las ciencias? Por Enrique Iáñez. inShare1 Universum, Grabado Flammarion, xilografía, publicada en París en 1888. Fuente: Wikipedia. En el presente artículo pretendo revisar brevemente los modelos cosmológicos recientes, sobre todo por lo que hace al debate sobre la justificación del ajuste fino de los parámetros básicos del universo (y del principio antrópico). El objetivo es contribuir al diálogo sobre la posibilidad o no de encontrar un “propósito cósmico” a partir de los datos de las ciencias, y mostrar cómo se crean y se usan ciertos modelos de base científica para apoyar o socavar visiones filosóficas y teológicas contrapuestas. La idea teológica de creación es compatible (pero no se identifica) con la visión científica sobre el origen físico y evolución del universo, aunque esta última puede ser relevante para la acotación de aquella y para la idea que los creyentes puedan tener sobre la relación y acción de Dios con el mundo material. Introducción El único dios verdaderamente bien muerto es el dios tapa-agujeros. Y nadie llora su muerte. Tenemos todas las razones para creer que las cuestiones científicamente estables llegarán a recibir respuestas científicamente estables, por difícil que sea a veces encontrarlas. Pero tenemos también todas las razones para creer que hay muchas cuestiones llenas de sentido y dignas de preguntarse, que van más allá del poder interpelador auto-limitado de las ciencias. Se trata de meta-cuestiones, para las que el Dios de la explicación total puede resultar la respuesta adecuada. John Polkinghorne (2000) Desde siempre, los seres humanos se han planteado una serie de cuestiones relacionadas con el sentido y el propósito (del universo y de la propia vida personal). Se trata de preguntas en las que, aunque la ciencia puede esclarecer y purificar la búsqueda, las respuestas finales parecen quedar fuera del alcance y capacidad del método científico. En primer lugar, tenemos todo ese mundo de intenciones, deseos, pensamientos, afectos, relaciones, etc. que impulsan la búsqueda de sentido y significado a la vida humana. Las neurociencias pueden estudiar el cerebro, soporte de la actividad mental, pero a lo más que llegan es a ver los correlatos neuronales o cerebrales de la consciencia, sin dar cuenta completa del mundo de la intencionalidad tal como se vive en primera persona (ese es el núcleo del viejo debate mente-cerebro, antes conocido como alma- cuerpo). Ningún experimento, ninguna tomografía o resonancia cerebral nos va a mostrar el mundo interior, afectivo y espiritual del ser humano concreto, incluyendo el sentido de finalidad y motivación tan característico de los individuos de nuestra especie. Es muy improbable que la ciencia llene nunca el hiato entre la descripción física del mundo y la experiencia subjetiva, en primera persona, que todos tenemos de él. Ahí, aparte de los aspectos “inefables”, quien quiera dar cuenta y razón de tales experiencias, tendrá que recurrir a otros tipos de racionalidades (filosóficas, estéticas, éticas, etc.). Por otro lado, tenemos el mundo de los fines. Incluso para productos tecnológicos es imposible probar científicamente su razón de ser, que solo puede venir de la expresión de un agente consciente. Ahora bien, podemos inferir alguna finalidad a partir del estudio de sus propiedades. Es importante no caer en los errores de la vieja teología natural del diseño al estilo de William Paley, ya que una cosa es atribuir diseño consciente y fines impuestos a un producto tecnológico y otra distinta es deducir fines
  • 17. externos a los organismos o a seres concretos de la naturaleza, por el hecho de que tengan diseños “adaptados” a su mantenimiento, supervivencia y reproducción. Finalmente, tenemos la pregunta de por qué hay algo en vez de nada, que nos introduce en la cuestión de la creación. “Si ha de darse una realidad material allí donde se comienza con nada, es preciso admitir la actividad de un infinito no material, un Creador de potencia trascendente que no encaja en la descripción de realidades físicas, por no estar siquiera en el marco espacio-temporal en que actúa la materia” (Manuel Carreira) [1]. Así pues, no podemos remitirnos a otra causa de esa causa (cadena de causas materiales) ni caer en una regresión matemática infinita, sino a algo totalmente nuevo, no constreñido por mecanismos ni leyes. Incluso un universo infinito y eterno, por el hecho de ser material, tendría que tener un Creador que le diera el ser para comenzar a existir y lo mantuviera en su existencia, como ya vio Tomás de Aquino. La idea de Creación no alude a un proceso material, sino que se refiere a la razón explicativa de la existencia del universo. Por lo tanto, la idea teológica de creación es compatible (pero no se identifica) con la visión científica sobre el origen físico y evolución del universo, aunque esta última puede ser relevante para la acotación de aquella y para la idea que los creyentes puedan tener sobre la relación y acción de Dios con el mundo material. En el presente artículo pretendo revisar brevemente los modelos cosmológicos recientes, sobre todo por lo que hace al debate sobre la justificación del ajuste fino de los parámetros básicos del universo (y del principio antrópico). El objetivo es contribuir al diálogo sobre la posibilidad o no de encontrar un “propósito cósmico” a partir de los datos de las ciencias, y mostrar cómo se crean y se usan ciertos modelos de base científica para apoyar o socavar visiones filosóficas y teológicas contrapuestas. La revista Studies in History and Philosophy of Modern Physics, en un recomendable número monográfico reciente (2014) ha abordado las relaciones entre filosofía y cosmología. Su coordinador, Henrik Zinkernagel, en el artículo introductorio [2] reconoce que “la cosmología es una de las pocas disciplinas científicas en las que los científicos debaten abiertamente sobre cuestiones filosóficas”. En el mismo número, el cosmólogo y matemático George Ellis, afirma que “la filosofía subyace a nuestros acercamientos a la cosmología, y ésta se beneficiará al hacer explícitos tales temas filosóficos […] En lugar de negar la relevancia de la filosofía, deberíamos considerar con cuidado la relación filosofía- cosmología y desarrollar una filosofía de la cosmología adecuadamente profunda” [3]. Una moraleja que se puede sacar del debate sobre el significado profundo de los actuales modelos cosmológicos, es una llamada a evitar usarlos como garantes de ideas filosóficas que caen fuera de la competencia de tales modelos (nos referimos a los grandes temas que podríamos etiquetar como cuestiones limítrofes, donde la física confluye con la meta-física, y que incluyen cuestiones de significado). Origen y evolución del Universo Según el Modelo Estándar actual que, desde los años ochenta incluye la llamada inflación cósmica, el Universo que observamos (el propio espacio-tiempo) se originó hace unos 13.820 millones de años en un estado microscópico de extrema densidad conocido habitualmente como Big Bang (Gran Estallido). En ese inicio, las fuerzas electromagnética, nuclear fuerte y nuclear débil estaban unificadas (época GUT). A los 10—35 segundos la fuerza nuclear fuerte se separa de la electro-débil y solo a los 10— 10 segundos se separa la débil respecto de la electromagnética. Hasta los 10-34 segundos (prácticamente coincidiendo con la época GUT) se debió producir una fase de inflación, en la que el universo, aún vacío y frío, pasó de ser 1017 veces más pequeño que un átomo a tener el tamaño de una moneda (o sea, aumentó en un factor de por lo menos 1026 ). Este brutal “estirón” alisó las inhomogeneidades iniciales del espacio-tiempo, haciéndolo muy uniforme, salvo pequeñas irregularidades aleatorias (atribuidas hoy al carácter cuántico del inflatón, el campo cuántico propuesto como responsable de la inflación) que sirvieron más delante de semillas gravitatorias para la formación de estrellas y galaxias. Al terminar esta fase de expansión exponencial del espacio, la energía potencial de esa descomunal
  • 18. inflación se convirtió en las “familiares” formas de materia-energía que hoy dominan (materia ordinaria bariónica, materia oscura y radiación), y el universo se continuó expandiendo a un ritmo más moderado, acorde con la teoría original del Big Bang [4]. En esta fase de expansión moderada, la materia oscura (mayoritaria hoy respecto de la ordinaria) permitió la acción gravitatoria sobre las semillas de inhomogeneidades, lo que dio origen al agrupamiento de las estrellas en grandes estructuras de supercúmulos de galaxias. Frente a la extrema simplicidad del universo en el tiempo cero del Big Bang, hoy vemos un universo lleno de estructuras complejas en una gran jerarquía de niveles, desde el nivel microfísico (partículas elementales) hasta las grandes escalas, y en el que (para sorpresa reciente de los científicos), domina desde hace unos 5.000 millones de años una misteriosa energía oscura, opuesta a una gravitación cada vez menor, y responsable de una expansión acelerada (que en el futuro se hará exponencial y conducirá a la total disgregación). Estamos en un universo evolutivo en el que, por encima de los grandes números cósmicos, en al menos uno de sus rincones, la materia ha generado dos fenómenos nuevos, la vida y la autoconsciencia, manifestaciones de la emergencia (surgimiento) de novedad y complejidad [5]. El modelo cosmológico estándar (cuya versión actual más aceptada se denomina Lambda-Materia Oscura Fría, L-CDM) está apoyado en un gran número de evidencias de observación (que se siguen acumulando) [6]: 1. La teoría predice un remanente “fósil” (procedente de 377.000 años después del Big Bang) en forma de fondo de radiación cósmica de microondas (CMB), indicio de la llamada “era de la recombinación” en la que los electrones y los protones se asociaron para formar los primeros átomos neutros, y los fotones quedaron libres para viajar por el espacio, por lo que el universo se hizo por fin transparente. Tal CMB ha sido efectivamente detectado por una serie de observatorios en satélites (COBE, WMAP, Planck). Por cierto, esta CMB nos muestra el horizonte visual que nos es permitido conocer: la materia que detectamos así es la más antigua y lejana visible por ondas electromagnéticas, pero los eventos anteriores a esta época no los podemos “ver” directamente. 2. Más aún, la teoría actual nos dice que durante la anterior y brevísima fase de inflación debió producirse una serie ondas de choque (ondas gravitacionales), y predice que si es así deberíamos poder detectar las huellas de estas “arrugas” en el espacio-tiempo bajo la forma de un patrón definido de polarización de la radiación de fondo de microondas (CMB) [7]. Se espera que en breve, el satélite Planck y otros ensayos en curso puedan detectar tales ondas gravitacionales primigenias. 3. La teoría predice galaxias más activas a mayores distancias (que corresponden a galaxias muy antiguas, las primeras que se formaron debido a las pequeñas inhomogeneidades del fondo de microondas que sirvieron de “semillas” gravitacionales), que de hecho, igualmente es lo que se observa. 4. La teoría predice con éxito la composición y proporción de los tres elementos químicos mayoritarios, que son los elementos más ligeros (hidrógeno, helio y litio). El resto de los elementos químicos que observamos en el universo (en mucha menor proporción) proceden de dos tipos de procesos: En primer lugar de reacciones nucleares en el centro de las estrellas. Esta nucleosíntesis estelar solo puede llegar hasta el nivel del hierro dentro de la tabla periódica de los elementos, en la secuencia hidrógeno- helio-carbono-oxígeno àsilicioàhierro. Por otro lado, cuando las estrellas muy masivas agotan su combustible nuclear, explotan como supernovas, expulsando violentamente al medio interestelar una gran cantidad de material enriquecido con elementos más pesados que el hierro. Más tarde, las nubes de gas y polvo (enriquecidas en estos elementos pesados) expulsadas por las supernovas se pueden contraer por la fuerza gravitatoria, generando discos giratorios que a su vez originan estrellas de nueva generación, eventualmente dotadas de sistemas planetarios. Se piensa que el sistema solar se comenzó a constituir de este modo hace unos 4.600 millones de años. La Tierra se formó como uno de los planetas interiores rocosos que orbitan alrededor del Sol. Según indicios, hace unos 3.800 millones de años parece que surgió la vida en nuestro planeta, que a su vez generó formas sensibles, conscientes y, muy recientemente, autoconscientes.
  • 19. Volviendo al modelo cosmológico estándar, diremos que aunque existe una notable concordancia entre dicho modelo y sus predicciones exitosas, aún existen importantes cuestiones que resolver: cuál es la naturaleza de la inflación (hay varias teorías al respecto, e incluso modelos alternativos a la inflación); cómo pudieron las supuestas perturbaciones cuánticas durante la inflación servir de semillas para las ulteriores estructuras a gran escala dominadas por la gravedad (cúmulos de galaxias); cuál es la naturaleza de la materia oscura (que constituye el 26,8 % de la materia-energía total actualmente y que preside la dinámica galáctica); qué es la aún más enigmática y mayoritaria energía oscura (68,3 %), responsable de que el universo haya entrado en una fase de expansión acelerada, etc. El ajuste fino Desde mediados del siglo XX se fueron acumulando datos desconcertantes sobre el universo que venían a indicar que ciertas leyes, constantes y parámetros eran tales que de haber sido ligeramente diferentes, el universo hubiera evolucionado de un modo que no hubiera generado vida ni observadores inteligentes. A esto se le llama “ajuste fino” del universo, y dio pie a la formulación del llamado principio cosmológico antrópico [8]. Es decir, los parámetros básicos de la física y las condiciones del Big Bang (que podrían haber sido diferentes) fueron tales que hacen posible la vida y la existencia de los humanos en este rincón del universo. Dicho de otra forma: el universo tiene rasgos que no parecen impuestos por ninguna necesidad física previa, gracias a los cuales es posible la vida inteligente en al menos un lugar de dicho universo. Esto desencadenó un apasionado debate sobre cómo interpretar esta intrigante coincidencia cósmica. Veamos en primer lugar los rasgos especiales de nuestro universo que hacen posible que nosotros estemos aquí [9]. 1. Carácter abierto: el surgimiento de novedad auténtica (“emergencia”) en el universo depende de la existencia de dinámicas “al borde del caos”, en las que orden y desorden se entrelazan de modos sutiles, como podemos ver en la evolución biológica, que es un juego entre el azar y la necesidad. El carácter básico de la ley física es la mecánica cuántica, la ley más demostrada de la ciencia, y que incluye tanto la fiabilidad (ej., la estabilidad de los átomos) como la apertura (impredecibilidad de los resultados de medida). Si el universo se comportara a nivel básico al modo determinista newtoniano-laplaciano, no habría surgido novedad, ni por lo tanto, la vida ni nosotros. 2. Escenario general: si el espacio hubiera tenido cuatro dimensiones espaciales en vez de tres, la ley de la gravedad seguiría no la ley del inverso del cuadrado de las distancias, sino la del inverso de su cubo, lo que hubiera dado órbitas planetarias inestables. 3. Especificidad cuantitativa de las constantes físicas [10]: Hay cuatro fuerzas o interacciones fundamentales en la Naturaleza (gravitatoria, electromagnética, nuclear fuerte y nuclear débil), que determinan ciertas constantes de nuestro universo. Pues bien, los valores de muchas de estas constantes, así como ciertas proporciones entre ellas están finamente ajustadas, de modo que de haber adoptado otros valores (igualmente posibles), el universo no habría evolucionado como lo ha hecho ni habría generado vida basada en el carbono, incluyéndonos a nosotros. a. Si la fuerza nuclear débil no estuviera relacionada de cierta forma (aparentemente casual) con la fuerza gravitatoria, o bien todo el hidrógeno se habría convertido en helio a los pocos segundos del Big Bang, o bien (en sentido contrario), nada del hidrógeno habría pasado a helio, y no se podría haber formado agua, disolvente universal para la vida. Por otro lado, si quisiéramos “diseñar” un universo con supernovas para generar elementos pesados para la vida, nos encontraríamos de nuevo con que las relaciones entre ambas fuerzas (gravitatoria y nuclear débil) deben estar limitadas a ciertos valores muy estrechos. b. La vida requiere un universo con muchos elementos químicos (carbono, nitrógeno, azufre, fósforo, potasio, etc.), de modo que si el universo se hubiera quedado a nivel de los generados solamente en el Big Bang, que son los más sencillos (hidrógeno y helio), hubiera sido un universo “aburrido” e inerte (y por supuesto, sin observadores internos).
  • 20. El elemento fundamental para la vida es el carbono, el único capaz de formar moléculas complejas con más carbono y con otros elementos. El carbono solo se forma en las “calderas” de las estrellas, y a su vez se “quema” para producir oxígeno, y otros elementos de la tabla periódica. Pues bien, ello depende de un fino ajuste entre la fuerza nuclear fuerte (que mantiene unidos los núcleos atómicos) y la fuerza electromagnética. c. Como ya dijimos, los elementos más pesados que el hierro, algunos de los cuales también participan en la materia de los seres vivos, no pueden generarse en el interior de las estrellas, y solo se producen durante las explosiones de supernovas, que además “siembran” el medio interestelar de un “polvo” rico en los elementos generados. La relación entre la masa del protón y la del electrón tiene que ser la observada de 1.840 para que las estrellas produzcan esos elementos interesantes para la vida. d. Las estrellas tienen otro papel fundamental, ya que al menos algunas de ellas deben de durar miles de millones de años (nuestro Sol lleva 4.600 millones). Para ello, hay un límite estrecho a la relación entre la constante del electromagnetismo y la constante de la gravedad. Si no hubiera sido así, o bien las estrellas se habrían agotado en unos pocos millones de años, o bien habrían sido tan débiles que no habrían generado la química necesaria para la vida. 4. Rasgos relacionados con las condiciones iniciales del universo: a. La constante cosmológica, que parece estar detrás de la expansión acelerada del universo (y asociada con la misteriosa energía oscura antigravitatoria) está ajustada de un modo sorprendente, a un valor de decenas de órdenes de magnitud. (Las estimaciones teóricas sobre la energía del vacío que hace la teoría cuántica de campos se equivocan en 70 órdenes de magnitud respecto del valor real, cosa extraordinariamente llamativa). b. Al parecer estamos en un universo “plano”: las fuerzas expansivas y contractivas del universo están afinadas en grado extremo: la densidad media en el universo está ajustada tan finamente como con un error de 1 en 1060 de la densidad crítica que separa un universo abierto (en expansión indefinida) de un universo cerrado (que se contrae en un “Big crunch” o gran implosión). Si ese dato fuera ligeramente menor, el universo se expandiría tan rápidamente que no se formarían estrellas ni galaxias; si fuera mayor, todo el universo se derrumbaría por gravedad sobre sí mismo. En ambos casos, se obtiene un universo aburrido y sin observadores. c. El famoso matemático y físico Roger Penrose, usando principios termodinámicos, llegó a la conclusión de que obtener un universo plano sin inflación es muchísimo más probable que con inflación. Para ello, contabilizó las configuraciones iniciales posibles del campo gravitatorio y del hipotético campo escalar del inflatón (necesario para explicar la inflación cósmica). Resulta que un universo uniforme y plano como el nuestro es relativamente improbable, pero aun así, tal tipo de universo es muchísimo más probable que se obtenga sin inflación que con ella, en un increíble factor de 10100 Es decir, al contrario que el caos inicial de la teoría inflacionaria, nuestro universo debió de comenzar con un grado de orden increíblemente alto. Eso significa que, de los muchísimos universos posibles, el nuestro es de los pocos (si no el único) con el orden suficiente para producir seres como nosotros. d. La anisotropía (“arrugas”) de la radiación de fondo de microondas (popularizadas por las imágenes coloreadas de los satélites COBE, WMAP, Planck) muestra las pequeñas inhomogeneidades que sirvieron de semillas para las grandes estructuras del universo (galaxias agrupadas en cúmulos y supercúmulos). Pues bien, la amplitud de la fluctuación responsable de dicha anisotropía está “ajustada” en torno a una parte por 100.000. De modo que un valor solamente diez veces más alto habría originado un universo solo a base de objetos extremadamente densos como agujeros negros y estrellas de neutrones; y por otro lado, con un valor diez veces menor el universo actual sería una masa laxa y en expansión de hidrógeno y helio, sin capacidad de formar galaxias, estrellas, planetas, vida, etc. e. En su evolución, el universo tiene que alcanzar una gran edad, un enorme tamaño y una gigantesca cantidad de galaxias (100.000 millones), cada una de ellas con unas 100.000 millones de estrellas, antes de generar vida y seres inteligentes. A primera vista, la enormidad del universo parece apuntar a la insignificancia de una especie de un planeta perdido en esta inmensidad, pero en realidad el argumento se vuelve del revés, ya que, como decimos, es debido a su inmensidad por lo que podemos estar aquí (de
  • 21. haber sido más pequeño o con menos galaxias y estrellas, no habría vida inteligente). 5. Precondiciones químicas para la vida: Hay tres propiedades del agua que son indispensables para la vida, y que dependen de ajustes finos: a) el agua es líquida a las temperaturas en que ocurren las reacciones químicas vitales; b) el agua actúa como disolvente universal; c) posee un alto índice de calor específico que la hace un excelente estabilizador térmico. Estas u otras propiedades dependen de una combinación de tres factores: enlace covalente fuerte entre oxígeno e hidrógeno; forma peculiar de sus moléculas y puentes de hidrógeno entre dichas moléculas. Y estos tres factores, a su vez, dependen de sutiles “ajustes finos” en parámetros básicos de las fuerzas físicas fundamentales. Ante todo este panorama de “coincidencias cósmicas”, el famoso físico, Freeman Dyson dijo: “Cuanto más examino el universo y los detalles de su arquitectura, más evidente encuentro que el universo, en cierto modo, debía de saber que nosotros estábamos en camino”. Todo ello requiere una justificación. Y sin embargo, la vida autoconsciente es un producto cuantitativamente insignificante aparecido en un pequeño planeta perdido en un cosmos inimaginablemente grande. Ahora bien, ya advirtió Pierre Teilhard de Chardin que lo importante en el universo tiene que ver más bien con la complejidad y la consciencia [11]. Un moderno teilhardiano, Schmitz-Moormann, ha insistido igualmente en que aquí no valen los argumentos cuantitativos del tipo “solo es relevante lo más abundante” para descalificar el principio antrópico como antropocéntrico; es decir, no sirve apelar a nuestra pequeñez e irrelevancia a escala cósmica, ya que “cualquier investigación no respaldada por el parámetro cuantitativo se convierte en una empresa antropocéntrica… Tenemos que buscar otra clave para interpretar el universo”. “El hecho de relegar a los seres humanos a la insignificancia en el universo basándose en su presencia cuantitativa podría considerarse como un artilugio ideológico: la cantidad no dice gran cosa sobre el significado del universo” [12]. El cosmólogo y matemático George Ellis, en un notable artículo reciente, aludiendo a las “grandes cuestiones de la cosmología”, argumenta que el hecho de que el universo haya generado un subespacio de posibilidades donde se despliega la acción dotada de propósito de seres inteligentes obliga a conectar la cosmología con el significado de la vida humana, pero para ello hay que introducir datos que se relacionan con la vida en general, y con la humana en particular, incluyendo la experiencia humana ordinaria. Y para ello, el mundo de las ecuaciones no nos sirve, ya que la física no engloba el concepto de mente [13]. Por ahora no seguiremos esta línea de relación entre la antropología y la cosmología, aunque en un próximo artículo intentaremos abordar este fleco reflexivo, sobre todo por lo que se refiere a la evolución biológica y de la humanidad, y sobre los fenómenos dotados de aparente finalidad (teleología) e intencionalidad. Por el momento nos quedaremos con la pregunta de qué sentido dar al intrigante ajuste fino del universo. Aquí es donde, lo queramos o no, estamos obligados a reflexionar de modo racional, partiendo de la ciencia, pero más allá de ella. Breve inciso epistemológico Resumamos lo dicho hasta ahora. El modelo estándar de interacciones físicas y de cosmología inflacionaria contiene unas quince constantes libres especificables. Nadie sabe nada acerca del por qué estas constantes tienen los valores que tienen (dichos valores son empíricos, o sea, se obtienen por observación, sin que ninguna teoría dé razón de su existencia). Aunque desde Hume algunos (incluidos ahora algunos físicos) nos exhortan a aceptar las propiedades de la materia como datos brutos (“son cosas que pasan”), el descubrimiento del ajuste fino nos pide alguna explicación, interpretación o justificación. Para dar sentido al enigma de este universo antrópico, en primer lugar debemos mostrar la epistemología que subyace a la cosmología física. Pero como veremos luego, más allá nos enfrentamos a las “grandes preguntas” que nos empujan a cosmologías (cosmovisiones) abiertamente metafísicas.
  • 22. Una primera cuestión de fundamental importancia es no perder de vista lo que son los modelos explicativos en ciencia (por lo pronto, “el mapa no es el territorio”). Algunos de los modelos sobre el ajuste fino han abandonado uno de los núcleos irrenunciables de lo que hasta ahora se consideraba como ciencia respetable: veremos que algunos de ellos (más allá de su coherencia interna y de su simplicidad o elegancia) son por principio imposibles de contrastar empíricamente (o sea, no son falsables en sentido popperiano). Como dice Javier Monserrat, “a un modelo imaginado, por muy elegante y bien construido que esté, dando por supuesto que no es contradictorio con los hechos, que es armónico con ellos y pudiera explicarlos, no puede atribuírsele, eo ipso la realidad” [14]. Los modelos científicos, que son provisionales y solo nos hablan de partes de la realidad, no de toda la realidad, están además infradeterminados por la limitación de datos de observación de que disponemos. Por ello, siempre tenemos que hacer suposiciones teóricas para sustentar los modelos, que no dejan de ser tanteos provisionales de captar “lo que hay ahí fuera”. La cosmología física tiene además dificultades añadidas extraordinarias: se trata de una ciencia histórica (el cosmos tuvo un nacimiento y un desarrollo temporal) pero a diferencia de otras ciencias históricas, cuenta solo con un solo “ejemplar” a estudiar (nuestro universo). Y por otro lado no podemos construir universos en el laboratorio. Esto nos lleva al problema de la variancia cósmica: la diferencia entre lo que predicen los modelos teóricos (posibles universos alternativos imaginables) y el universo real, el único del que tenemos datos. Estas dificultades no ocurren en otras ciencias. Ellis llama la atención sobre el giro que ha dado la cosmología desde la década de los setenta del siglo XX: mientras que entonces se daba por supuesto que el universo tenía una naturaleza muy especial, ahora el péndulo se ha ido al extremo opuesto, y muchos cosmólogos, en su búsqueda de explicaciones del ajuste fino, nos dicen que nuestro universo no tiene nada en especial, salvo el trivial de que sus parámetros permiten que estemos aquí. Y para ello se han propuesto todo tipo de especulaciones, muchas de las cuales asumen filosóficamente que nuestro universo en realidad no es improbable, sino que es un ejemplar concreto de múltiples universos sujetos a leyes estadísticas. Interpretaciones del ajuste fino Aun si dispusiéramos de todo tipo de datos para elaborar un modelo “completo”, siempre nos tendríamos que enfrentar a la tarea de interpretar dicho modelo. Y como veremos, interpretaciones no faltan, ni mucho menos, pero en ellas es irremediable acudir a razonamientos y conjeturas que van más allá de la ciencia. Las posturas interpretativas se pueden clasificar en tres tipos: a. “La existencia del universo se debe a una necesidad emanada de las leyes físicas”. ¿Se pueden proponer teorías científicas capaces de dar cuenta o predecir las magnitudes fundamentales que vemos como necesarias y no como arbitrarias? Einstein lo resumió en otra de sus conocidas frases: “¿Tuvo Dios alguna alternativa al crear?”. Porque si las constantes físicas son “necesarias” y no contingentes (o sea, no pueden ser de otra manera), según algunos se podría “descartar” la “hipótesis teísta” (por ahí va en parte la teoría de cuerdas). Por otro lado, dotar a las leyes físicas de una existencia platónica y una necesidad metafísica separadas de su plasmación en el mundo real es decir demasiado: no parece que se pueda plantear la existencia de leyes preexistentes al espacio-tiempo y a la materia. Además, si el universo es único (solo hay uno), y dado que la cosmología es una ciencia histórica en la que no podemos realizar experimentos, no está claro cómo podemos distinguir la leyes universales necesarias respecto de las condiciones iniciales y de frontera (contingentes) [15]. Por ejemplo, la famosa segunda ley de la termodinámica, responsable de la flecha del tiempo, parece que se debe a las especiales condiciones iniciales del comienzo del universo. b. “El universo se debe al azar”. Esta idea es tan chocante que, para evitar lo absurdo de atribuir a la
  • 23. mera suerte la existencia de un cosmos tan peculiarmente ajustado, se han propuesto diversas hipótesis sobre la existencia de multitud de universos, cada uno con una combinación de parámetros básicos y su propia evolución, de modo que nosotros simplemente estaríamos en uno de ellos, sin ninguna peculiaridad especial, aparte de que estamos aquí constatando el que nos ha tocado en la lotería. O sea, se sugiere un juego de azar cósmico que, llevado al extremo propone infinitos universos, lo que quitaría misterio al ajuste fino del nuestro. Lo veremos en una sección ulterior. c. “El universo se debe a un propósito o finalidad impartida por algo o alguien ajeno al propio universo”. Por aquí van las propuestas que tratan de mostrar la verosimilitud (que no demostración) de la tesis teísta. Por ejemplo, para Soler Gil, el universo posee unos rasgos de racionalidad, carácter de objeto e indicios de finalidad suficientes para confiar en la razonabilidad de la tesis teísta [16], un Creador que llama a la existencia a nuestro mundo. El riesgo subyacente en esta tercera alternativa es caer en una teología natural con las connotaciones negativas asociadas a la teología del diseño de siglos anteriores (al estilo de Paley), desacreditada para los seres vivos por el evolucionismo darwiniano. Pero como dice Polkinghorne, la nueva teología natural derivada del principio antrópico es diferente a la del siglo XVIII, ya que afecta al origen de las mismas leyes de la naturaleza, “algo que una ciencia honrada no puede explicar, ya que tiene que asumirlas como la base inexplicada de su registro detallado de fenómenos” [17]. Obsérvese, pues, que una cosa es un modelo explicativo científico sobre cómo es y se comporta el universo que observamos, y otra es explicar la mera existencia del universo: es este segundo caso traspasamos los límites de los modelos causales de base física y pasamos a otros tipos de causación, y entramos en el terreno de la especulación meta-física. Veamos en resumen las interpretaciones y modelos teóricos que se han propuesto, en los que casi inevitablemente la ciencia entra en diálogo con la filosofía y la teología. Fuente: Flickr. 1. Modelos de inflación Es el modelo aceptado hoy día, sugerido en su día por Alan Guth [18], que propone un período de expansión muy rápida en los primeros 10-34 segundos tras el Big Bang (inflación) seguido de una expansión “normal·”. La teoría de la inflación no implica negar la posibilidad de diseño divino, porque podemos preguntar: “¿Por qué la teoría da los valores que da?” Pero además, la inflación a su vez muestra signos poderosos de ajuste fino entre las fuerzas expansivas y las contractivas, responsable del universo tal como lo observamos. Para explicar este equilibrio se han propuesto decenas de modelos de inflación, de modo que como dice Holder [19], se ha producido un fenómeno parecido a lo que ocurrió con la proliferación alambicada de epiciclos sobre epiciclos en la astronomía ptolemaica. 2. Teorías de la gran unificación Se puede proponer que nuestro universo es único, pero que los valores de los parámetros libres fundamentales no son arbitrarios, sino obligatorios. A las dificultades no resueltas de unificar la gravitación de la relatividad general con las otras tres fuerzas ya explicadas por mecánica cuántica se ha respondido con un aluvión de modelos totalmente hipotéticos. Se intenta conseguir un modelo cuántico de la gravedad, a pesar de que el modelo explicativo actual (basado en la relatividad general) es plenamente satisfactorio. Por ahora no hay soporte empírico, pero hay experimentos en camino que pueden lograr en el futuro pruebas de dicho carácter cuántico, al igual que se han cuantizado las otras tres fuerzas de la naturaleza. Ahí nos encontramos teorías de gran unificación que pretenden llegar a una deducción (predicción) de las leyes y parámetros fundamentales, en un intento de convertir estos parámetros hoy libres (o sea, contingentes) en necesarios. Algunas de dichas teorías se fundamentan a su vez en modelos de teorías de cuerdas o supercuerdas, como la llamada “teoría M”.
  • 24. Pero las propias teorías de cuerdas se enfrentan a numerosos problemas, entre los cuales hay que destacar su carácter no falsable, es decir, que violan principios básicos de la epistemología científica tal como se entienden desde Popper, como destaca Lee Smolin [20]. En concreto, las teorías predicen seis dimensiones espaciales ocultas a añadir a las cuatro conocidas del espacio-tiempo [21]. Es más, las cinco teorías de cuerdas distintas con capacidad de “predecir” el mundo se pueden interpretar como límites matemáticos de una sola teoría subyacente, llamada teoría M [22]. Sin embargo, las propias teorías no conducen a predicciones unívocas, resultando un espacio abstracto de resultados posibles denominado “paisaje” [23]. Otro problema, al que aludiremos luego, es que dichas teorías parecen exigir la existencia de numerosos universos incomunicados con el nuestro. Cabe preguntarse qué clase de “ciencia” es esta que no puede hacer predicciones unívocas, ni contrastables ni falsables. (Para salir del atolladero en que se encuentran las teorías de cuerdas, se están planteando modelos de intersección de “branas”, planos multidimensionales del espacio-tiempo, algunos de cuyos postulados podrían contrastarse por observaciones cosmológicas y en experimentos de aceleradores de partículas como el LHC). De todos modos, imaginemos que logramos una teoría de todo (TOE, theory of everything). En este caso la mayor coincidencia antrópica sería que esta teoría, establecida sobre bases de consistencia lógico- matemática, está tan finamente ajustada que genera un mundo evolutivo capaz de producir seres inteligentes capaces de comprender dicha consistencia. Además, habría que explicar cómo tales leyes se encarnan en el mundo real: no podríamos nunca probar por qué ese mundo debería haber llegado a existir [24]. Una "teoría (física) de todo" no explicaría todo Hay que aclarar que una teoría de todo solo sería aplicable al ámbito de la física, ya que hoy sabemos que estamos en un universo en evolución, por lo tanto con una historia irreversible que incluye contingencias imprevisibles; un universo el que más allá de lo cuantitativo de los grandes números, han surgido minoritarias pero fundamentales novedades ontológicas como la vida y la consciencia, con sus propias leyes y dinámicas, emergidas de los niveles más básicos de la materia, pero irreductibles a ellos [25]. El propio Stephen Hawking reconoce que quizá la teoría omniabarcadora se nos escapará para siempre, y que necesitaremos diferentes teorías para diferentes ámbitos, cada una con su propia versión válida de la realidad [26]. El universo no se deja atrapar por modelos unitarios, sino que su conocimiento requiere multitud de disciplinas no reducibles unas de otras). De todos modos, si se llegara a una teoría (física) de todo al estilo de la citada teoría M, el teorema de Gödel nos advierte de que ella no podría dar cuenta de su propia validez. El teorema de incompletitud de Gödel viene a decir que no puede probarse que ningún sistema racional de enunciados sea al mismo tiempo consistente y completo [27]. Si la consistencia se acepta como una condición necesaria de toda descripción de la realidad, no podemos llegar a un sistema racional que al mismo tiempo sea completo. Como se sabe, este golpe a la pretensión de formalizar completamente el lenguaje matemático fue seguido por la demostración por parte de Alan Turing de que no es posible demostrar siempre que la ejecución de un algoritmo en una máquina de cómputo se detenga en un tiempo finito. Este llamado “problema de la detención” implica que no toda la matemática es decidible semánticamente [28]. En esa estela, más recientemente, Gregory Chaitin, ha mostrado que no es posible una teoría de todo para la matemática [29]. Años después de sus aspiraciones iniciales a una teoría de todo, Hawking ha llegado a reconocer que “si existen resultados matemáticos que no pueden ser demostrados, entonces existen problemas físicos que no pueden ser predichos”, de modo que las teorías físicas se hallan referidas a sí mismas, así que “cabe esperar que o bien sean contradictorias o bien sean incompletas”. Por lo tanto, necesitamos una pluralidad de enfoques y lenguajes, incluido el interdisciplinar, para hacer honor a la complejidad irreducible de lo real sin incurrir en realismos ingenuos [30]. Pasemos a un breve resumen de los modelos de gran unificación.
  • 25. Universo como resultado de una fluctuación cuántica En los años setenta del siglo pasado se intentó ampliar teoría cuántica de campos (victoriosa en el ámbito de la microfísica) al plano cosmológico, es decir, tratando el universo en su origen como una partícula elemental sometida a las leyes de la mecánica cuántica. Ello produjo la idea de que nuestro universo podría haber surgido como resultado de una fluctuación cuántica del vacío físico. En el vacío cuántico se producen continuamente pares de partículas y antipartículas virtuales, que inmediatamente se aniquilan entre sí. La hipótesis propone que el universo pudo ponerse en marcha por un evento en el que la energía fue tomada “en préstamo” durante un instante brevísimo. Además, la energía total no tuvo necesariamente que ser muy grande, a juzgar por lo que nos dice la cosmología del balance total incluyendo energía gravitatoria negativa.  El primer modelo de este tipo (Edward Tryon, 1973) llevaba a la insatisfactoria respuesta de que nuestro universo es fruto de una mera probabilidad estadística, o sea, que “esto son cosas que pasan, simplemente porque sí”. Algunas de estas ideas volverán a aparecer cuando hablemos de modelos de multiverso.  Pero aparte de los problemas técnicos, estas teorías usan a veces un lenguaje confuso, como “tiempo antes del tiempo” y caen en una reificación de entidades matemáticas.  Aún más fundamental es la identificación errónea que estas propuestas hacen entre el vacío (una entidad física) y la nada metafísica. Porque el vacío cuántico no es la nada, sino otra entidad material más, descrita por las propias leyes cuánticas, y dotada de los rasgos de lo material [31]. De hecho, esta confusión es frecuente en los divulgadores científicos de moda. Recientemente se ha editado en España un libro con el significativo (y mixtificador) título de “Un mundo de la nada”. Son textos que no esconden su militancia atea (cosa legítima), pero que confunden al público, al hacer pasar como “científico” un postulado metafísico producto de sus propios prejuicios antiteológicos. Los intentos de llegar a un cosmos autosuficiente no parecen tener mucho éxito. Como dice Mark Worthing, “en el mismo momento en que uno afirma poseer una teoría explicativa de cómo podría el universo haberse originado de la nada, cae uno en una contradicción inevitable (…) Naturalmente, podría afirmarse que no había nada y de repente hubo algo, sin razón ni causa aparente. Pero esto más bien sería el enunciado de una creencia filosófica o teológica que una genuina teoría científica [32]. b) Modelo de Hawking Stephen Hawking intentó hace años un modelo de universo autocontenido “que no dependiera de un Creador”, a partir de la gravedad cuántica. Buscó una función de onda para el universo como un todo, tratándolo de modo análogo a la función de onda de Schrödinger asociada a las partículas subatómicas. Para ello Hawking y Jim Hartle aplicaron el método de Feynman para el cálculo de probabilidades de la transición de estado de las partículas cuánticas. Ahora bien, para lograr esto, hay que partir de unos presupuestos arbitrarios, como el tiempo imaginario y las “condiciones de frontera” del universo (se trata de una especie de apuesta a priori). Sin embargo, tras muchos años en esta línea, no se ha producido ni una sola predicción correcta, por lo que esta vía ha sido abandonada incluso por el propio Hawking. Pero incluso imaginando que Hawking llevara razón en su apuesta científica, de ella no se seguiría la conclusión de la ausencia de un Creador [33]. Pues una cosa es el modelo científico y otra muy distinta las conclusiones filosóficas. Además, la idea que tiene Hawking del concepto de Creación es bastante pobre, como le han criticado muchos autores. Entre otros, comete el tipo de error, ya señalado por Tomás de Aquino, de pensar que ex nihilo (de la nada) necesariamente significa post nihilum (después de la nada), de modo que negando la segunda, se deduciría la negación de la primera, y por lo tanto, del Creador [34]. Lo que nos dice la creatio ex nihilo es la dependencia fundamental del mundo con respecto a Dios, es
  • 26. decir, su contingencia de existencia y de condiciones límite [31] (véase más adelante). Por otro lado, Hawking comete la simpleza de pensar que lo que no tiene inicio cronológico no tiene causa o principio ontológico, algo que habría hecho sonreír a cualquier aprendiz de filósofo desde Grecia en adelante [36]. c) Modelo de gravedad cuántica de bucles Martin Bojowald propuso un modelo consistente en cuantizar directamente las ecuaciones de Friedman del modelo cosmológico estándar con ayuda de las matemáticas asociadas a la gravedad cuántica de bucles. Ello hace que el espacio y el tiempo no sean continuos, sino discretos, “a saltos” infinitesimales. De ahí derivaría un universo que colapsa “antes” del Big Bang, alcanza un volumen mínimo, pasa por un estado de energía cero y “rebota”, expandiéndose ya según el modelo estándar [37]. Sin embargo, este curioso universo sigue teniendo los rasgos de un objeto físico: es un objeto aislable y dinámico, y es racionalmente comprensible. De hecho, aquí la racionalidad matemática llega a nuevos extremos insospechados, levantando, una vez más, las objeciones ya aludidas antes. Por lo tanto, sigue siendo un universo tan contingente como otras descripciones de la física [38]. Multiverso. Fuente: Wikimedia Commons. 3. Multiverso(s) Decir que todos los parámetros físicos iniciales del universo tienen esas proporciones y relaciones solamente por casualidad es absurdo si postulamos un solo universo, ya que las “casualidades” aluden a hechos probabilísticos, o sea, el azar depende de la probabilidad de diversos resultados. Para hacer que lo muy improbable se convierta en probable o incluso en obligatorio, algunos han propuesto modelos de múltiples universos (multiverso), bien sean simultáneos o sucesivos. Las primeras ideas de multiverso arrancan con la interpretación que hizo Hugh Everett del principio de incertidumbre de la mecánica cuántica. Este principio nos viene a decir que antes de una observación, solo existen probabilidades, y que la observación “selecciona” una entre todas esas posibilidades estadísticas. Pues bien, Everett, un opositor acérrimo a la interpretación de Copenhague del principio de incertidumbre, en su propuesta (llamada “de los muchos mundos”) nos dice que para escapar de la paradoja del principio de Schrödinger hay que postular que todas las posibilidades en realidad ocurren, aunque en universos separados y paralelos. En cada momento estarían surgiendo versiones alternativas de cualquier evento, que por así decir se “ramificarían” a partir del momento previo. O sea, habría infinitos universos, y cada uno de ellos se estaría desdoblando continuamente en otros infinitos nuevos universos [39]. Se han propuesto varios modelos de multiverso con muchos o infinitos universos coexistentes o sucesivos [40]. Como dice, John Leslie, “los teóricos modernos encuentran cosa fácil el inventar mecanismos para lograr que la física aparente y las propiedades manifiestas difieran de un universo a otro, incluso cuando la física subyacente y las propiedades más fundamentales sigan siendo las mismas”. Resumamos los principales modelos de múltiples universos: En el peldaño más sencillo o “comprensible” de multiversos tenemos en realidad un solo universo de enorme tamaño o incluso infinito, a base de múltiples dominios coexistentes, a modo de burbujas separadas. En este mega-universo solo podemos tener noticia de un dominio parcial (el nuestro), correspondiente a lo que se llama “volumen de Hubble”, calculado teniendo en cuenta la velocidad finita de la luz y el tiempo que ha pasado desde el Big Bang. Lo que exista más allá de nuestra “burbuja” no lo sabemos (ni lo podremos saber), e incluso las leyes de la física allí podrían ser distintas. El segundo tipo de multiversos se sustenta en ciertas hipótesis físico-cosmológicas que hoy día no cuentan con apoyo empírico:  Ya Edward Tryon postuló en 1973 un vacío físico con una constante actividad de formación y destrucción de partículas diversas con propiedades y masas infinitamente variables. Esas fluctuaciones cuánticas del vacío darían lugar a semillas de universos con todas las combinaciones posibles de rasgos físicos. Cada uno de esos universos sufriría una expansión y
  • 27. evolución distinta e independiente de los otros universos “hermanos”, con los cuales nunca podría conectar. La inmensa mayoría de esos universos serían aburridos o estériles (no podría surgir vida ni vida inteligente).  Inflación eterna de Andrei Linde y Alex Vilenkin: como consecuencia directa de la mecánica cuántica asociada a una expansión acelerada, una vez iniciado el proceso de inflación cósmica, este no se detiene jamás; ello implica que el espacio en expansión va formando dominios (“universos burbuja”) desconectados entre sí, de modo que nuestro universo observable sería uno de dichos dominios [41]. La extrapolación que se hace aquí desde la física cuántica conocida no solo no está comprobada, sino que seguramente es inverificable. El mecanismo por el que se realizan diferentes vacíos de la teoría de cuerdas en diferentes dominios es totalmente especulativo. En tal tipo de universo con inflación eterna, tal como dice Alan Guth, “todo lo que puede llegar a ocurrir, sucederá; de hecho sucederá un número infinito de veces”. De esta manera, el ajuste fino pierde su misterio, ya que la combinación de constantes y parámetros se vuelve estadísticamente necesaria debido a la ley de los grandes números. En esta y otras propuestas parecidas (como algunas de las que Hawking expone en su libro El gran diseño) subyace la idea de la existencia de una especie de meta-universo en estado de superposición cuántica, cuya función de onda colapsa, produciendo los diferentes multiversos o universos. Pero como vienen a decir Javier Monserrat y George Ellis, esto es ilegítimo, porque la base en que se apoyan (incluyendo la electrodinámica cuántica de Feynmann) está pensada para los fenómenos dentro de nuestro universo, y no se puede extrapolar al hipotético meta-universo. Además, en la mecánica cuántica solo es real el estado colapsado medido, no las posibles trayectorias o historias posibles en el estado de superposición [42].  El “paisaje cósmico” de Leonard Susskind: la búsqueda de una teoría cuántica de la gravedad (por supercuerdas-teoría M o por gravedad cuántica de bucles) conduce a un multiverso con un número inimaginable de versiones (en torno a 10500 ; a título comparativo digamos que nuestro universo contiene “solo” 1080 átomos). Susskind propone que todas esas posibilidades son exploradas realmente por la realidad física, viviendo nosotros en una de ellas [43]. De nuevo nos encontramos con una extrapolación ilegítima y no falsable. - En su momento, Lee Smolin propuso la idea de multiversos generados por colapso de agujeros negros. - Una de las propuestas más atrevidas es la de Max Tegmark, según la cual todas las estructuras matemáticas consistentes imaginables existen también de modo físico, real. Nosotros estaríamos en el único universo que es consistente con nuestra existencia [44]. Crítica de los modelos de multiverso En este apartado comenzaremos retomando algunas de las críticas epistemológicas ya apuntadas en secciones anteriores, centradas en la pregunta de que, dado que todas o casi todas las propuestas de multiversos son por principio inverificables (no falsables), si se pueden considerar como científicas. Hasta ahora, el núcleo de lo que consideramos como ciencia es su apoyo en los datos de observación y experimentación y su capacidad predictiva. No parece que los modelos de multiversos cumplan dicho requisito. Ahora bien, dado que en ciencia admitimos ciertas entidades inobservables, ¿podríamos justificar la existencia del multiverso o meta-universo? La respuesta, según Ellis, es negativa porque estas hipótesis (a) carecen de buenos fundamentos; (b) no cuentan con resultados predecibles; (c) el multiverso no es la única manera de explicar los datos del ajuste fino, existiendo otras alternativas, y sobre todo porque (d) carecen de base observacional y experimental [45].
  • 28. [Un inciso: sin embargo, para algunos científicos, como Lee Smolin, el debate cosmológico del ajuste fino en versión de los multiversos, junto con las especulaciones de las teorías de cuerdas y los intentos de lograr una teoría de todo obligan a replantear seriamente los mismos fundamentos epistemológicos de la propia empresa científica [46]. Para Leonard Susskind, uno de los padres de la teoría de cuerdas, hay que renunciar a la idea de que podamos llegar a comprender la realidad, y defiende que las paradojas y contradicciones de la física actual dan más razones que nunca para adscribirse a las ideas instrumentalistas de Niels Bohr, debiendo conformarnos con realizar y verificar predicciones empíricas («la palabra “reproducible” resulta mucho más útil que la palabra “real”») [47]. Paul Steinhardt, uno de los padres del modelo de inflación, reflexionando sobre los infinitos universos burbuja derivados de la inflación eterna de Linde, dice: “¿Qué significa que la inflación realiza una serie de predicciones […] si todo lo que puede ocurrir sucede un número infinito de veces? Y si una teoría carece de predicciones verificables, ¿cómo puede sostenerse, como suele hacerse, que se halla de acuerdo con las observaciones?” [48]. El físico Paul Davies ha comentado que la “flagrante contradicción de la teoría de la selección cósmica [en el multiverso] es que necesita un número infinito de universos invisibles solo para explicar el que vemos”. Además, “debe presuponer el concepto de ley, y obvia la pregunta de dónde vienen esas leyes y cómo se ‘ligan’ al universo de un ‘modo eterno’”. Por su parte, Eduardo Battaner declara que “[con las propuestas de multiverso] el nivel de especulación es tan atrevido que no sabemos bien qué tierra estamos pisando, desde luego no la de la Física tradicionalmente entendida, con el experimento y la observación como pilares básicos [49]. Además, muchos autores favorables a multiversos cometen un error categorial al confundir las legítimas preguntas de tipo “cómo” que se hace la ciencia con pretender que la física tiene la respuesta a la pregunta clave de “por qué” existe el universo. Y esto se debe, entre otras cosas a que no pueden explicar por qué las leyes de la física son como son, ni si esas leyes existían (y en su caso cómo eran) “antes” de que el universo apareciera. Por supuesto, la especulación es posible y es legítima en ciencia, siempre y cuando se respete el núcleo de los valores epistémicos de la ciencia, cosa diferente a dar por buenos modelos sin posibilidad de apoyo observacional, propuestos por su “elegancia”, su “belleza” o su consistencia matemática (por ejemplo, el modelo de inflación eterna de Linde se basa en relacionar dicha inflación con la compleja matemática de la teoría de cuerdas). Para John Polkinghorne “este multiverso no es más que una especulación metafísica con un exceso de prodigalidad ontológica”.  En la misma línea, para Ellis “es una propuesta extraordinariamente extravagante postular innumerables universos inobservables, solo para explicar una única entidad (el universo observable). No podemos caracterizarla precisamente como un ejercicio de parsimonia, tal como defendía Guillermo de Ockham”. En resumen, una teoría solo es científica si permite hacer predicciones unívocas contrastables sobre hechos que podamos observar, y las hipótesis del multiverso presuponen que jamás podremos observar los otros hipotéticos universos hermanos del nuestro. Por lo tanto, estamos ante elucubraciones metafísicas como bien ha hecho notar Carlos Beorlegui en un artículo de Tendencias21 de las Religiones [51]. Pero hacer metafísica no es malo (aquí ya es inevitable); lo malo es, como hacen muchos autores en sus libros de divulgación, esconder bajo la apariencia de ciencia respetable lo que es mera especulación sustentada en modelos no contratados y casi con seguridad inverificables. Para “jugar limpio”, habría que dejar claro que se ha entrado en plenos dominios de la cosmología metafísica, intentado no perder de vista lo que nos dice la cosmología física verificada, pero evitando “colar” una cierta postura filosófica como si estuviera avalada por los datos científicos. “No hay nada de malo en la especulación filosófica con base científica, que es lo que son las propuestas de multiverso. Pero deberíamos llamarlas por su nombre (Ellis) [52]. “No veo objeciones teológicas fundamentales contra un multiverso […] Solo estoy en contra de la elaboración de hipótesis físicas