Estudiante: perla de la cruz matos matricula: 100605218 contenido: Sigmund Freud, un neurólogo y psicólogo austriaco, propuso una teoría revolucionaria sobre la sexualidad humana a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Según su teoría, existe una sexualidad infantil y esta pasa por cinco etapas de desarrollo: oral, anal, fálica, de latencia y genital. Cada una de estas etapas se caracteriza por una zona erógena particular, que es una parte del cuerpo que es altamente sensible a la estimulación sexual, como los genitales, la boca, el cuero cabelludo, el cuello, las axilas, etc. Según Freud, la forma en que se satisface la necesidad sexual en cada etapa de desarrollo afecta la personalidad del individuo en la edad adulta. En la primera etapa, la etapa oral, el niño siente placer al ser amamantado y la boca es la zona erógena principal. Durante esta etapa, el niño no está interesado en los placeres de otras regiones del cuerpo y solo presta atención a las actividades orales. En la etapa anal, que se produce aproximadamente entre los 2 y los 4 años de edad, la zona erógena es el ano y la actividad principal es el control de los intestinos. Según Freud, la incapacidad para resolver los conflictos en esta etapa puede llevar a la fijación retentiva o expulsiva anal. La etapa fálica tiene lugar entre los 3 y los 5-6 años de edad. Durante esta etapa, los órganos genitales se vuelven una fuente destacada de placer y se presenta el complejo de Edipo, que se refiere a la atracción sexual que el niño siente por su madre. En la etapa de latencia, que se produce entre los 6 y los 12 años de edad, el niño mantiene un desarrollo rápido y la libido no se inmoviliza en el inconsciente, como en el caso de un niño neurótico. Durante esta etapa, la sublimación de los impulsos se convierte en actividades importantes, sociales y culturales para que crezca la autoestima. Finalmente, en la etapa genital, que comienza con la pubertad, se produce la unificación completa y el desarrollo de los instintos sexuales. Los órganos genitales se convierten en la fuente principal de tensiones y placeres sexuales, y la sexualidad se vuelve heterosexual. Aunque algunas de las ideas de Freud han sido cuestionadas y revisadas con el tiempo, su teoría de las etapas del desarrollo sexual sigue siendo influyente en la psicología y en la cultura popular.