Este documento presenta información sobre proyectos productivos en el aula y los pasos para elaborar un proyecto. Explica que los proyectos productivos buscan generar ganancias económicas e ideas innovadoras de los estudiantes pueden convertirse en empresas. Luego describe diferentes tipos de proyectos y los componentes clave de un proyecto como la portada, objetivos, introducción, descripción, actividades, recursos, presupuesto y evaluación.
1. Juan David Pérez escobar
Luis Eduardo Sánchez
Institución educativa simón bolívar
Grado:10
2. Proyecto productivo:
Son proyectos que buscan generar rentabilidad
económica y obtener ganancias en dinero. Los
promotores de estos proyectos suelen ser empresas
e individuos interesados en alcanzar beneficios
económicos para distintos fines. Los proyectos
productivos en las aulas de clase son muy
importantes porque de los jóvenes de ahora salen
ideas muy innovadoras para la creación de un
producto o servicio que a largo plazo se puede
convertir en una empresa que genere recursos para
el país.
3. Tipos de proyectos:
Cuando se habla de proyecto siempre es necesario
especificar algo más que permita encuadrar el área o sector
donde sus competencias se desarrollarán. Existen
muchos tipos de proyectos, pero los más comunes son:
• Proyectos simples.
• Proyectos complejos.
• Proyectos públicos.
• Proyectos privados.
• Proyectos mixtos.
• Proyectos de construcción.
• Proyectos de energía.
• Proyectos de minería.
• Proyectos de transformación.
• Proyectos de medio ambiente.
4. Para elaborar un proyecto se debe tener en cuenta lo siguiente:
Portada:
La portada contiene los datos que refieren a la situación
comunicativa, por lo que incluye:
• Nombre de trabajo (Taller, tesis, investigación)
• El nombre completo del estudiante.
• EL nombre de la institución
• La ciudad.
• El año lectivo
5. Objetivos: establecer los objetivos distinguiendo los
generales de los específicos.
Redactaremos los objetivos de forma clara y sencilla,
expresando una sola acción por cada objetivo e indicando
retos tangibles que tienen que ser fácilmente cuantificables y
evaluables.
6. Introducción:
En la introducción normalmente se describe el
alcance del documento, y se da una breve
explicación o resumen del mismo. Un lector al leer
la introducción debería poder hacerse una idea
sobre el contenido del texto, antes de comenzar su
lectura propiamente dicha.
7. Partes de un proyecto:
Las partes que tendría que constar un proyecto son:
Nombre: concreto, breve e imaginativo. Tiene que
comunicar la idea y hacerla atractiva.
8. Presentación de la entidad:
tipo, misión, actuaciones habituales, etc. No
dejemos que se alargue demasiado este apartado
para no confundir al lector. En todo caso, siempre
podremos añadir documentación adjunta al
proyecto.
9. Justificación y Marco de referencia:
la justificación son los motivos que justifican la necesidad del
proyecto (dar respuesta a una demanda concreta, a una
necesidad social no satisfecha, etc.).
Por marco de referencia entendemos el contexto en el que se
inscribe el proyecto tanto externo (entorno en el que se
desarrollará) como interno si se inserta dentro de un programa
más global.
10. Descripción general:
idea general del proyecto de qué queremos hacer en pocas
palabras. El lector tiene que hacerse una idea general.
Aquí podríamos destacar nuestros puntos fuertes o la
principal innovación que proponemos.
11. Actividades y plan de trabajo:
descripción de las actividades en que se concretan los
objetivos, las fases del proyecto y la metodología que
usaremos. Puede ir junto con el calendario, si se presta.
12. Recursos:
recursos materiales que necesitamos, recursos que
tenemos, recursos que nos faltan y la forma en qué
pensamos obtenerlos. Nos referimos tanto a recursos
materiales como técnicos o de equipos.
13. Presupuestó:
detalle de gastos e ingresos, con especificación de
partidas y de la fuente de financiación. Es uno de los
puntos más importantes del proyecto y habrá que
dedicarle tiempo y precisión.
14. Evaluación:
cómo haremos el seguimiento y la evaluación de los
resultados, que evaluaremos exactamente y qué
indicadores usaremos. Por eso hace falta que los objetivos
específicos sean evaluables y los hayamos definido
correctamente. Además de la eficacia (número de
personas atendidas, inscripciones en actividades, número
de acciones formativas, etc.) también podemos medir la
calidad (haciendo encuestas de satisfacción, por ejemplo,
y tabulando los resultados). También podemos indicar la
periodicidad del seguimiento que haremos: en un
proyecto de un año, haremos un seguimiento mensual,
trimestral.