Este cuadro de 1905 titulado "La raya verde o Madame Matisse" es un retrato de la esposa del pintor fauvista Henry Matisse. Matisse utiliza colores vibrantes y contrastados en áreas planas para capturar sus propias sensaciones e impresiones sobre su esposa, en lugar de retratarla de forma realista. El uso revolucionario del color por parte de los fauvistas, incluido Matisse, rompió con las convenciones del impresionismo y marcó el comienzo de la revolución pictórica del siglo XX
RESULTADOS DE LA EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA 2024 - ACTUALIZADA.pptx
La Raya Verde_MATISSE
1. Historia del Arte (BCS2)
FAUVISMO
Lámina_48
La raya verde o Madame Matisse (Henry Matisse).
1. Documentación general.
Título: La raya verde o Madame Matisse.
Autor: Henry Matisse (1862-1954).
Cronología: 1905.
Estilo: Fauvismo.
Técnica: Óleo.
Soporte: Lienzo (40 x 32 cm).
Localización: Statens Museums for
Kunst (Copenhagüe).
Tema: Se trata del retrato de
Amèlie Parayre, la esposa del pintor
Matisse. Desde luego no se trata
del retrato tradicional que cabría
esperar que un pintor efectuase de
su esposa. Pero es que este cuadro
está pintado por un hombre para
quien el color era el componente
fundamental de la emoción pictórica.
Ya el título es en sí mismo
significativo.
El artista: Los pintores fauvistas,
con Henry Matisse a la cabeza,
quisieron crear una pintura nueva, y
para ello rompieron con el
tradicional uso del color, el dibujo y
la perspectiva, que seguían siendo
demasiado fieles a la realidad. Con
ellos comienza la revolución
pictórica del siglo XX.
Como el mismo reconoció, su destino no era ser pintor, sino suceder a su padre en el
negocio del comercio de semillas. Su delicado estado de salud frustró los planes paternos:
una apendicitis le dejó en cama durante casi todo un año y su madre le regaló una caja de
pinturas…
2. Análisis formal.
Matisse dejó claras sus ideas acerca de la importancia del
color en esta sentencia: "cuando pongo verde, no es yerba;
cuando pongo azul, no es el cielo". Si analizamos el cuadro
en profundidad, en realidad no estamos viendo a la señora
del pintor, sino la imagen que éste crea de ella a través del
empleo de esos colores tan vivos, tan contrastados unos con
otros que, pese a la arbitrariedad en su elección, crean un
conjunto que nos demuestra el afán del artista por pintar
dando una primacía absoluta al color. Ni siquiera los rasgos
del rostro aparecen bien trazados. La nariz es ahora una raya
verde, la que da título a la obra, y en la parte inferior del
personaje unas pinceladas gruesas desdibujan los labios y la
barbilla. Por lo demás, no hay fondo ni perspectiva.
Matisse representa sensaciones o vivencias a través del vigor cromático y da vida y luz
propia al cuadro mediante los contrastes. Consigue la exaltación cromática empleando el rojo
y las tonalidades anaranjadas, y enfrentándolas a su complementario, el verde, que ocupa la
zona central del rostro y, en un tono más austero, el fondo correspondiente a la parte
derecha de la cara. La elección de los colores es arbitraria, pues no se corresponden,
evidentemente, con la realidad.
1 IES Lacimurga C. I.
Javier Pérez (DTO. Geografía e Historia)
2. Historia del Arte (BCS2)
FAUVISMO
Los colores, intensos y saturados, están distribuidos en áreas planas, sobre todo
en los fondos; en la mujer están planteados con pinceladas sueltas pero siempre
siguiendo un orden o ritmo que da sentido a la imagen.
En La raya verde aparece la esposa de Matisse captada de medio busto hacia arriba y con el
rostro levemente ladeado. A pesar de la intensidad cromática, la obra transmite tranquilidad.
El artista ha simplificado las formas de su mujer reduciéndolas a lo que es meramente
esencial, sin dejar nada gratuito.
3. Significado, contenido de la obra.
La intención de Matisse al pintar este cuadro no era reflejar el rostro de su mujer, sino
reproducirlo tal como él lo veía; es decir, plasmar su propia vivencia interior.
La premisa de Matisse era “sencillez, claridad y tranquilidad”. Jugó con los colores las curvas
y las contra-curvas para que su pintura consiguiese su principal objetivo: ser un placer.
En 1905, Matisse expuso sus cuadros junto con Derain, Vlaminck y Manguin en el Salón de
Otoño de París. La reacción de los entendidos fue airada. El crítico de arte Louis Vauxcelles
se refirió a ellos, despectivamente, como les fauves (“las fieras salvajes”).
Las obras expuestas compartían un objetivo común: la emancipación del color. Para
conseguirla usaban colores irreales, la paleta de gran viveza y llena de contrastes —que
rechazaba los matices propios del impresionismo— y experimentaban con colores puros.
La liberación del color propuesta por el Fauvismo iba seguida de la ruptura con las
constrictivas leyes de la perspectiva y la rigidez del dibujo. A pesar de lo comentado y de
ascender un peldaño más hacia el arte abstracto, los fauvistas nunca rompieron del todo los
lazos con la realidad, de manera que en sus cuadros siempre pueden reconocerse las formas
y los objetos.
2 IES Lacimurga C. I.
Javier Pérez (DTO. Geografía e Historia)