Popper fue un filósofo de la ciencia que criticó los totalitarismos del siglo XX y propuso una sociedad abierta basada en la racionalidad, la libertad individual y la justicia social. Se unió al movimiento comunista en su juventud pero se distanció al ver la violencia que producía. En su libro La sociedad abierta y sus enemigos, criticó las utopías políticas de Platón, Hegel y Marx y defendió que la democracia debe permitir la oposición, la crítica pública y el control de los políticos
1. Popper y la nueva sociedad
Este filósofo de la ciencia que nació en Viena en 1902 y murió en
Londres en 1994 ha contribuido, de modo decisivo, a una crítica
racional de la política, y de los totalitarismos del siglo XX. Su libro La
sociedad abierta y sus enemigos parte de un enfoque liberal e ilustrado,
y quiere construir un mundo realmente democrático basado en la
racionalidad, y en el que se lograra de verdad la materialización de
una justicia social apoyada en la libertad individual. Frente a los
excesos e impunidad del poder la afirmación de una actividad política
responsable y sin corrupción.
Popper se afilió con dieciséis años al movimiento obrero comunista,
ante las clamorosas desigualdades, y la abrumadora pobreza y
explotación en el trabajo que eran habituales en este periodo del
primer tercio del siglo XX. De todos modos, este pensador se
desvinculó de este movimiento comunista por la violencia y muertes
que producía la acción revolucionaria que, a su juicio, no estaban
justificadas. Considera que es mejor y más sensato un proceso
profundo de reformas que ayuden a salir de la miseria y de la pobreza,
sin derramamiento de sangre. El joven Popper estaba a favor de los
cambios sociales sustanciales, y de impulsar amplias remodelaciones en
el ámbito económico y social para mejorar la situación de todos los
ciudadanos.
Para este filósofo el futuro no está ya escrito y determinado, ya que no
existe un destino inexorable que sea independiente de nuestras
acciones. Al contrario de lo que sostenía el estoicismo. lo racional es
pensar que la necesidad histórica es algo que no tiene razón de ser.
Somos actores de nuestro presente y futuro. Y esto desde una
perspectiva social es extraordinariamente decisivo. Es cierto que el
concepto de sociedad abierta lo tomó Popper de Bergson, pero lo
desarrolla con nuevos aspectos y elaboraciones originales. Y es que
sobre todo Inglaterra fue un modelo para él de un sistema político que
se exponía a las aceradas críticas de los ciudadanos, y en el que
expresaba una apertura al mundo, y una consideración efectiva de la
libertad individual.
En el primer tomo de La sociedad abierta y sus enemigos Popper
realiza una dura crítica de la utopía del estado ideal de Platón. En el
segundo explicita agudas y demoledoras afirmaciones en contra de los
planteamientos políticos de Hegel y Marx. A mi juicio, el liberalismo
hegeliano no se merece estas críticas negativas porque en la
correspondencia de Hegel, y en otros escritos de este gran pensador su
posición política se puede considerar, hasta cierto punto, como
reformista. En el caso de Marx, quizás las consideraciones críticas
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2. negativas pueden ser más consistentes. Si bien es necesario valorar el
contexto histórico y cultural desde el que piensa y escribe Marx.
Como escribe Robert Zimmer comentando a Popper: «La democracia
debe ofrecer espacio para la oposición y la crítica pública, y debe
desarrollar instituciones que permitan un control de los errores
cometidos por los políticos que gobiernan». Lo que presupone,
indudablemente, una mayor presencia de la sociedad civil en la
interlocución con el poder político. En definitiva, la voz social de los
ciudadanos debe ser más escuchada, y tenida en cuenta por el poder
legislativo y ejecutivo.
Popper propone una ingeniera social gradual que afronte los
problemas concretos de la sociedad para resolverlos en un constante y
continuo proceso de mejora de las condiciones existenciales, y de la
calidad de vida de todos los ciudadanos. Sabiendo que al igual que la
investigación científica que nunca termina, las reformas sociales y
económicas tampoco. En este sentido, la filosofía social de este filósofo
es aplicable de diversas formas a la sociedad actual abrumada por la
excesiva corrupción económica que está aflorando. Y que alcanza
niveles alarmantes, porque afecta a una considerable cantidad de
políticos, etc.
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