2. ¿Qué son los sentimientos?
Son emociones o impulsos de la sensibilidad hacia lo sentido o imaginado
como bueno o como malo. Son reacciones automáticas ante cosas o sucesos
que nos afectan. Responden a frases de este estilo: me gustaría, no tengo
ganas, no la soporto, me cae bien...
3. ¿Los sentimientos son buenos?
Son buenos cuando facilitan obrar bien; entonces conviene fomentarlos. Son
perjudiciales cuando invitan al mal; entonces habrá que dominarlos y
cambiarlos.
4. Tipos de personas
Suele haber tres tipos de personas:
1.Solitarios/as
2.Abiertos/as
3.Cerrados/as
1.Los solitarios suelen guardarse sus sentimientos para ellos, y nunca
revelárselos a ninguna persona.
2.Los abiertos suelen confiar en sus amigos y contarles todos sus
sentimientos.
3.Los cerrados suelen contar a medias, seleccionan una parte de todo, una
que contar y otra que guardar.
6. El aburrimiento.
El aburrimiento es un estado emocional de insatisfacción dentro de una existencia que, durante
esos momentos, se percibe como insulsa, vacía, sin sentido. Con la llegada del aburrimiento se
tiene la impresión de que el gozo y las experiencias gratificantes propias de la vida han quedado
detenidas. Se mantiene la aspiración de recuperar ese gozo, esa capacidad de experimentar
sensaciones agradables o interesantes; sin embargo, durante el aburrimiento la persona que lo
padece no está dispuesta a iniciar actividad alguna que pueda acabar con este estado, bien
porque está disminuida su capacidad de actuación, o bien, porque se cree que ninguna actividad a
su alcance puede cambiar la situación.
El aburrimiento se asocia generalmente a otras características psicológicas, como astenia, abulia
y apatía. La astenia consiste en un cansancio que existe ya antes de haber realizado el esfuerzo.
La abulia es la incapacidad para pasar de la intención de hacer algo al acto en sí mismo; y la
apatía, la escasez de vida afectiva y de relación. Además, se tiene la sensación de que el tiempo
va muy despacio, de que las horas transcurren lentamente, al igual que ocurre en la depresión.
Todos nos hemos aburrido en algún momento de nuestra vida, y por tanto, se puede decir que se
trata de una experiencia normal dentro del contexto general de la vida humana. No obstante, es
evidente que hay personas que se aburren más que otras; es más, el aburrimiento puede llegar a
constituir una constante en la vida de ciertas personas. La falta de proyecto cara al futuro, no
tener una actividad profesional satisfactoria, relaciones humanas pobres y escasas, la falta de
incentivos, de hobbies, de compromisos de ningún tipo, una postura radicalmente escéptica ante
la vida, el desinterés por los demás y por lo que ocurre a nuestro alrededor, junto con muchos más
factores de todo tipo favorecen la aparición de un aburrimiento que puede llegar a hacerse
crónico. Entonces podemos decir que el aburrimiento es la consecuencia de un progresivo
empobrecimiento en la esfera de la personalidad y de una actitud ante la vida, que ha perdido sus
ingredientes fundamentales.
7. El afecto.
El afecto es la acción a través de la cual un ser humano le profesa su amor a
otro ser humano, aunque también es muy común que el destinatario de ese
amor no sea exclusivamente otro individuo, pudiendo materializarse y
profesarse también por una mascota por ejemplo.
Respecto del origen del mismo, el afecto siempre será el resultado de un
proceso de interacción social entre dos o más organismo y que se
caracterizará , es decir, el afecto es algo que le puedo dar a la, o las personas que
quiero y estas apenas reciban mi demostración también pueden contestarlas y
retribuirlas, demostrándome que las recibieron y que ellos también sienten lo
mismo.
Tradicionalmente, el afecto ha tomado la forma de un beso, una caricia, un
gesto, una atención, un cuidado, entre otras modalidades y es una cuestión
que está íntimamente ligada al universo de las emociones.
8. La alegría.
La alegría es una de las tantas emociones que experimenta el ser humano
en esta vida a la par de otras como ser el miedo, la ira, la sorpresa, la
tristeza y el asco. Generalmente está originada por un sentimiento
placentero o por la relación con alguna persona o cosa que manifiesta este
tipo de emoción y que nos la contagia viviéndola casi como propia.
La alegría, entonces, como se desprende de lo que comentábamos, es una
emoción positiva y agradable para cualquier persona que la observe, tanto
en el, como en el otro, en tanto y la mayoría de las veces, se caracteriza por
la manifestación de un estado interior luminoso, que ostenta una buena
cantidad de energía y tendencia hacia una actitud constructiva y positiva,
aún, cuando las cosas no hayan salido como se lo esperaba o deseaba.
9. La amistad.
El concepto de amistad es amplio y subjetivo, pero en términos sociales
implica la relación afectiva entre personas, aunque a menudo se habla de
otros seres vivos como nuestros “amigos”. El término proviene del latín y
probablemente tenga relación con el término “amar”.
En general, los amigos suele decirse que son “como hermanos que se
eligen”. En las convenciones sociales, se habla de amistad cuando existe un
sentimiento compartido entre dos personas de confianza, respeto, afecto y
empatía emocional. Estas relaciones varían de persona a persona, y a lo
largo de la historia las amistades han evolucionado y así también ha
cambiado la forma de entenderlas.
10. La angustia.
Se denomina con el término angustia a aquel estado afectivo
de características penosas y tristes, que puede afectar a cualquier individuo y
que aparecerá generalmente como la primera respuesta o reacción ante un
peligro o impresión. Para las personas que se encuentran inmersas en este estado
se convierte en algo común, por ejemplo, no saber cómo resolver y manejar
determinadas situaciones, siendo que esta afección rápidamente reducirá de un
modo considerable tanto su productividad como la calidad de vida.
Si bien no siempre la angustia se manifestará de la misma manera en quienes la
padecen, existen algunas consideraciones generales que permitirán reconocerla
y detectarla, como ser ataques de pánico y miedo intenso, opresión en el
pecho, palpitación y dificultad a la hora de respirar, insomnio, cansancio,
nerviosismo, náuseas, miedo a morirse y un terror exagerado y continuo a que
algo malo le ocurra a quien lo padece o a alguien de su entorno, aún no
existiendo causas probables de que eso ocurra.
11. La antipatía.
La antipatía es la palabra que nos permite dar cuenta de aquel tipo de sentimiento
que solemos experimentar los seres humanos y que consiste en la aversión,
repugnancia y desacuerdo que se siente respecto de otro individuo, una cosa, un
objeto, un animal, entre otras cuestiones.
Entonces, la antipatía es claramente un sentimiento de orden negativo hacia algo o
alguien que mayormente está provocado por el rechazo que algo despierta o por la
ausencia de comprensión respecto de algo o alguien.
Cabe destacar, que la antipatía puede ser una característica permanente de la
personalidad de alguien o presentarse de modo circunstancial ante determinada
situación que genera desagrado y entonces impone el sentimiento de antipatía.
En tanto, la antipatía es uno de los sentimientos que además de expresarse
verbalmente a partir de expresiones poco afectuosas y muy tajantes presenta una
importante expresión en los gestos y las expresiones faciales como ser: rostro serio
anticipando molestia, mirar hacia otro lado, cruzar los brazos, entre otros.
12. Los celos.
Se conoce como celos a la respuesta emocional, mental y conductual que
desplegará un individuo determinado y que surgirá ante la percepción de este,
que en este caso encarnaría a la persona celosa, de una cierta y concreta
amenaza externa que puede poner o pone en peligro una relación personal
importante con aquella persona celada. La relación puede ser romántica, como
por ejemplo, marido-mujer, novio-novia, o bien tratarse de una relación super
estrecha pero sin que exista un vínculo romántico, como puede ser la de padres e
hijos, entre hermanos o compañeros de trabajo, en este último caso entrando en
juego no una disputa por el amor, cariño o atención de alguien, sino más bien por
un puesto en la organización, por los logros y triunfos que alcanza otro, por el
carisma o los ingresos de los que dispone, entre otras cuestiones.
La psicología, ya más técnica y profesionalmente, explica que los celos son un
mecanismo de defensa, una respuesta natural de un individuo ante la
consciente y concreta amenaza de perder una
relación interpersonal importante y querida para la persona celosa.
13. La desconfianza.
La desconfianza es una sensación que casi todos los seres humanos experimentamos
en la vida; puede ser que la vivamos como consecuencia directa de haber sido
engañados o defraudados por alguien o bien que sintamos desconfianza porque tal
sensación forma parte de nuestra manera de actuar, ser y pensar en la vida.
Esta desconfianza constante hará que pensemos mal de todos los demás, bastará una
frase, una mirada o cualquier acción para que sintamos en carne propia la desconfianza
de esa persona.
Por supuesto esta cuestión resulta ser un gran enemigo a la hora de la interacción
social, de hacer amigos, formar una pareja, entre otros, porque todo el tiempo se
sucederán pensamientos que harán pensar que si nos acercamos a alguien y le
contamos una intimidad podrá usarla en nuestra contra. Y esto, claramente, a la larga o
a la corta, terminará por complicar cualquier relación en la cual nos hayamos
embarcado.
14. La vergüenza.
La vergüenza es aquel sentimiento que se manifiesta con la turbación
del ánimo como consecuencia de la comisión de alguna falta grave, o
por la realización de alguna acción humillante y deshonrosa, ya sea
propia o ajena.
Una de las manifestaciones físicas más características de este
sentimiento es el encendido del color del rostro, tornándose a un color
rojo y evidenciando el mencionado sentir de la persona que lo padece,
La vergüenza es un sentimiento que se encuentra
estrechamente vinculado al miedo de pasar la mencionada vergüenza,
como comentábamos en el ejemplo anterior, Laura, siente vergüenza de
hablar en público y seguramente la causa de ello se encuentra en el
profundo miedo que le da equivocarse mientras está hablando,
contradecirse o trabarse en el medio del discurso.
15. La envidia.
La envidia supone dos típicos sentimientos, por un lado, la tristeza
airada o el disgusto profundo por el bien ajeno o en su defecto por el
cariño y la estimación que otros disfrutan y uno no la tiene y por otro
lado implica el deseo honesto de emular alguna cualidad destacada
o algún bien que otro posee y que por supuesto uno no dispone. A
Laura se le despertó la envidia cuando nació su hermano menor y toda la
atención de sus padres recaía en el. Realmente envidio tu habilidad en la
cocina.
Entonces, la envidia es desatada por dos situaciones bien concretas, ya
sea por la escasez de objetos materiales o porque los mismos son muy
difíciles de lograr, por tanto, aquellos que son poseedores de esos
bienes tan preciados suelen despertar en quienes no los tienen y los
quieren, la envidia, la cual podrá ser “sana”, es decir, será expresada
pero sin ningún tipo de rencor y con la esperanza de en algún
momento poder ser poseedores de los mismos bienes que se desean, o
en su defecto, mala, en este caso no existe la mencionada esperanza
de alguna vez poseer el bien que se desea y además se le desea que a
quien lo posea le vaya cada vez peor.
16. La tristeza.
El término tristeza es utilizado para designar a una de las sensaciones o emociones más
típicas y básicas del ser humano. La tristeza se caracteriza por generar sentimientos de
desazón, angustia, preocupación y pérdida de energía o de voluntad. La tristeza, que
puede ser también experimentada en algún sentido por los animales, es generada por
diferentes tipos de situaciones y normalmente el modo en que cada individuo se ve
afectado por cada situación es muy particular: mientras una situación puede generar
gran sentimiento de tristeza en alguien, puede no tener el mismo efecto en otra
persona.
La tristeza se expresa normalmente a través de gestos faciales en los que la cara toma
una expresión más caída, falta de energía. El llanto es, también, uno de los elementos más
característicos de la tristeza ya que surge como una reacción casi instantánea ante una
situación de pérdida, dolor o insatisfacción. Otros modos en los que una persona demuestra
su tristeza son el desgano, es decir, la falta de iniciativa para enfrentar aquella realidad que
lo vuelve triste, la falta de apetito, la preocupación, la angustia, el stress, etc. Si bien la
tristeza no tiende a generar sensaciones físicas de aceleración tales como la taquicardia, sí
puede hacer que la persona pierda todo interés por lo que pasa alrededor.
17. La gratitud.
Se conoce como gratitud a aquel sentimiento de agradecimiento ante
el reconocimiento de un favor o la recepción de un beneficio, que experimentará una
persona cuando el mismo se haga efectivo y presente ante sí.
En tanto, resulta ser una consecuencia inmediata de este sentimiento que esta
persona, ante la recepción de ese favor o beneficio, sienta la necesidad imperiosa de
corresponder el mencionado de alguna u otra manera.
Este sentimiento que como dijimos puede sentir cualquier persona cuando se le presenta
una situación como la descripta se encuentra en estrecha relación con el concepto de
agradecimiento, que refiere a la acción y resultado de agradecer.
La acción de agradecer, entonces, implica sentir sí o sí gratitud y será imposible que una
vez que lo sienta en su carne no sienta además la necesidad de corresponder cuanto antes a
esa ayuda que se le dio. La gratitud puede ser manifestada de diversas formas,
dependiendo de las posibilidades, el tamaño del favor recibido y por supuesto, también, de
las personas. Si bien por supuesto no debería interesar que haya sido un favor chico o
grande, es decir, que requirió más o menos esfuerzo, muchas veces y para muchos
individuos, la gratitud y el agradecimiento con el cual responderán estarán determinados
por esta cuestión de grande o pequeño del favor.
18. La satisfacción.
Dependiendo del contexto en el cual se la emplee la
palabra satisfacción referirá diversas cuestiones.
Uno de los usos más difundidos del término es aquel que
refiere gusto, placer o alegría que un individuo experimenta,
siente, por algo o alguien. Ver cómo prospera día a día su
negocio es su máxima satisfacción.
La satisfacción es un estado de la mente, generado por una
mayor o menor, según corresponda, optimización de
la retroalimentación cerebral, por la cual las diferentes
zonas cerebrales compensan el potencial energético dando
una sensación de plenitud, en tanto, la menor o mayor
sensación de satisfacción que alguien presente dependerá de
la optimización del consumo energético que lleve a cabo el
cerebro, es decir, cuanto mayor sea la capacidad de
neurotransmitir mayor será la posibilidad de satisfacción.
19. La melancolía.
La melancolía puede ser descrita como un estado de ánimo a partir del cual la
persona suele sentir tristeza por sobre otras emociones. Si bien en algunos
casos la melancolía es entendida como un estado de ánimo de alteración (es
decir, de no normalidad), puede ser también una sensación que se presenta
en diferentes momentos y situaciones sin volverse un fenómeno permanente,
en cuyo caso estaríamos más próximos a hablar de depresión.
La melancolía es una de las características del ser humano entendido como ser
que siente y que vive sus experiencias cotidianas a través de la emoción. La
palabra melancolía proviene del griego ‘melancholia‘, significando este término
tristeza o abatimiento. Así, el estado de melancolía se representa en el individuo
a través de cierta pesadumbre, tristeza, falta de energía, aburrimiento, angustia
y también de fenómenos físicos como el llanto, dolores específicos, sensación de
incomodidad, etc. En términos orgánicos, se cree que la melancolía puede ser
causada por el exceso de bilis, la sustancia que se produce en el hígado y que
tiene que ver con la digestión.
20. El odio.
El odio es aquel sentimiento de aversión, de rechazo muy intenso que una persona siente hacia otra
o hacia algo. El odio es el sentimiento más negativo que un ser humano pueda experimentar en su
vida, porque con el le desea el mayor mal posible, ya sea al sujeto u objeto odiado.
La enemistad y la repulsión son las dos cuestiones que se vinculan más estrechamente con este
sentimiento, en tanto, de existir alguna de estas lo más probable es que esa situación que por ejemplo
comenzó como una enemistad a secas, luego, con el correr de los tiempos y de la acentuación del
sentimiento se transforme en puro odio.
El odio genera dos comportamientos bien concretos, por un lado el de evitar aquello que se odia y por
otro lado la destrucción de aquello que genera odio. Cuando el sentimiento de odio se encuentra dirigido
a un ser humano puede verse materializado en insultos o agresiones físicas.
Tradicionalmente al odio se lo ha identificado como el sentimiento opuesto al amor, de todas maneras,
hay quienes sostienen que del amor al odio y viceversa existe un muy corto camino, ya que por lo general
el odio es despertado por aquellas personas importantes y movilizantes para la persona en cuestión.
Crease así o no, pero hay sobrados casos de la realidad que nos demuestran que esta cuestión es
ampliamente factible, por ejemplo, parejas que se profesan un amor incondicional y de pronto de buenas
a primeras se detestan y no tienen miramientos a la hora de defenestrarse.
Entonces, si tenemos en cuenta esta cuestión, sería más apropiado decir que el opuesto del amor es
la indiferencia más que el odio.
21. El orgullo.
A través del término Orgullo se refiere autoestima, vanidad, exceso en cuanto a la
estimación propia, que generalmente viene acompañada de una cuota alta de
arrogancia. Este sentido del término es generalmente utilizado cuando se quiere referir a
la característica de la personalidad o forma de ser de alguien.
Y por otra parte, el término orgullo suele ser empleado para dar cuenta de
aquella satisfacción personal que se experimenta por la consecución de un logro propio
o relativo a uno mismo, es decir, por ejemplo, el éxito de algún ser querido, y que por
supuesto se considera muy valioso, ya sea porque se lo estuvo deseando o esperando
desde hace tiempo o bien porque las circunstancias en las cuales se dio, o bien el valor que
ostenta, resulta y hace que uno se sienta plenamente satisfecho por el mismo.
Muchas veces y especialmente en el primer sentido que mencionamos, el orgullo es
relacionado con la soberbia.
Entonces, la significación positiva o negativa del concepto estará determinada por la
perspectiva filosófica que se tenga en cuenta. En un sentido general, el orgullo suele
referirse a la valoración del Yo sobre los deseos y los logros de los otros.
22. La admiración.
La admiración es la palabra que nos permite expresar aquella consideración especial que
se siente o tiene para con alguien o algo, por el afecto o las cualidades que disponen,
según corresponda. María tiene una enorme admiración por su abuela y por ello le dedicó su
nuevo libro a ella.
Generalmente cuando algo o alguien causan admiración en otro es porque disponen de
atribuciones o propiedades notables, positivas y originales, que impactan en este de
manera desbordante. Ahora bien, es importante destacar que la admiración está
directamente vinculada a la subjetividad, porque lo que para alguno es materia de
admiración para otra persona puede no serlo para nada.
El concepto que se opone a este sentido de la palabra es el de repulsión, que refiere el
desagrado que despierta algo.
Por otra parte, la palabra admiración es posible que la empleemos en nuestro idioma para
expresar la sorpresa que algo nos despierta. Su elegancia despertó la admiración de todos
los invitados a la fiesta.
En tanto, en el ámbito de la filosofía, la admiración está considerada como la base de la
disciplina, ya que es a través de ella que el filósofo se propone profundizar sobre los temas
que lo sorprenden.
23. El miedo.
El miedo es una sensación asociada con lo desagradable, que se
manifiesta tanto en los seres humanos como en los animales, ante la
percepción de un concreto, inminente o futuro peligro, daño, que
amenaza ciertamente su equilibrio y tranquilidad. Al miedo lo podemos
incluir dentro del grupo de emociones primarias, que entonces se va a
despertar ante la aversión innata de los seres vivos ante la amenaza que le
provoque alguien o algo.
Seguramente no lo sepan o jamás se hayan puesto a pensarlo, pero el miedo
es parte de un complejo entramado, que incluye, no solamente cuestiones y
consecuencias fisiológicas primarias, sino también psíquicas.
24. La amargura.
La amargura es el sentimiento de profunda pena, dolor y desagrado que
puede experimentar un individuo como consecuencia de alguna situación o
evento que le depara la vida. Generalmente, aquellos hechos tristes e
irreversibles, como por ejemplo la muerte de un ser querido, o en su defecto el
fracaso en alguna actividad u objetivo que se estaba siguiendo, suelen
desencadenar el sentimiento de la amargura en las personas.
También, usamos la palabra amargura para designar a aquello que es la razón
de ese sentimiento y del padecimiento.
En tanto, este sentido de la palabra amargura presenta varios sinónimos que
pueden ser empleados en su defecto como ser: aflicción, pena, sinsabor,
disgusto…. En cambio, amargura, se contrapone directamente a conceptos
como los de dicha, alegría y placer, que por supuesto referirán un escenario
absolutamente diferente en el cual prima la felicidad.
25. El amor.
Suele denominarse amor al sentimiento o afecto que implica confraternidad
entre los seres humanos. En efecto, si bien son muchas las definiciones
adoptadas para tan esquivo concepto, en todas ella subsiste la noción de
unidad entre dos o más personas. Tal emoción fue sin lugar a dudas un
tópico reiterado en las producciones del arte como así también en diversos
espacios de reflexión filosófica.
26. La ansiedad.
Aunque en la actualidad usualmente relacionamos el concepto de
ansiedad con algo negativo, patológico, que provoca y se manifiesta en los
seres humanos con un cierto grado de desesperación ante la falta o la
ausencia de algún bien preciado o bien ante una situación complicada que
se deberá enfrentar próximamente, la ansiedad, no es mala siempre, por
el contrario, La ansiedad es una emoción que se reconoce por el
aumento de las facultades perceptivas ante el aviso del organismo por
una necesidad fisiológica que se encuentra por debajo de su nivel
adecuado; así como en otro artículo explicábamos en su oportunidad del
concepto del miedo, la ansiedad también está ciertamente relacionada
con la lucha del ser humano por su supervivencia y la del resto que lo
rodea.
27. La ira.
El concepto de ira hace referencia a aquellos sentimientos de
violencia, enojo, angustia e indignación generados en torno a
situaciones o personas específicas. La ira es para muchos
psicólogos y profesionales un sentimiento de descontrol anímico
que puede resultar muchas veces en diferentes tipos de violencia,
especialmente si no está bien canalizada. Conocida como uno de
los siete pecados capitales, la ira es sin dudas un instinto que,
dependiendo de los casos particulares, puede acercar al ser
humano al estado casi animal en el cual el uso de la razón queda
bloqueado por los sentimientos irracionales.
La ira es claramente uno de los sentimientos más complejos del ser
humano, aunque pueda ser relacionado con instintos casi animales.
Siendo esto verdad, la ira puede convertirse en un verdadero
problema si no es propiamente canalizada o neutralizada, generando
en el individuo diferentes tipos de manifestaciones. Estas
manifestaciones pueden ser físicas y pasajeras (como ruborización,
acaloramiento, presión alta, palpitaciones hasta violencia), pero
también pueden dejar un rastro psíquico a través de la angustia, la
ansiedad, la insatisfacción, el enojo y un constante estado de ánimo
negativo.
28. La confianza.
La confianza es una cualidad de los seres vivos que supone
creer y tener seguridad de que una situación es de
determinada manera, o que una persona actuará de
determinada forma. La confianza supone seguridad en uno
mismo como en otros ya que implica la creencia de que
ciertos resultados o consecuencias serán alcanzados en
determinadas situaciones. La confianza se relaciona
entonces con un sentimiento que pone sus miras en una
acción futura que todavía no ha sucedido y sobre la cual no
se tiene una certeza empírica.
La confianza es una de las cualidades de los seres vivos,
especialmente de los animales y seres humanos. Si bien en el
caso de los animales la confianza no aparece como algo
consiente sino como algo instintivo, en el ser humano la
confianza puede generarse de manera consiente y voluntaria a
partir de la presencia de elementos, experiencias o situaciones
que varían en cada individuo. La confianza supone cierto
trabajo y esfuerzo ya que al estar consiente el ser humano de
ella, debe ponerse en situación de seguridad en que aquello
que se sostiene sucederá.
29. La felicidad.
La felicidad es una de las tantas emociones y estados que
experimentamos los seres humanos en esta vida y esta
asociada con una sensación de plenitud, alegría, goce y
realización.
Así como sucede con todas las emociones, la felicidad, tiene
una explicación fisiológica, resultado de una actividad
neural fluida en la cual los factores internos y externos
interactúan mutuamente estimulando el sistema límbico,
que es aquel que está conformado por varias estructuras
cerebrales como ser: el tálamo el hipotálamo, hipocampo,
amígdala cerebral, séptum, cuerpo calloso y mesencéfalo y
sobre el cual descansa la función la de dar respuesta a los
estímulos emocionales que lo requieran. En este sentido, se
destaca la participación de determinadas sustancias, como la
dopamina, un neurotransmisor involucrado en la mayor parte
de los fenómenos que generan placer, como la propia
felicidad y la recompensa. Es por ello que ciertos fármacos
que actúan sobre los circuitos cerebrales conectados
mediante la dopamina se relacionan con el bienestar, como
ocurre con la mayor parte de los antidepresivos modernos.