Situación de la economía del Perú en un contexto de cambios en la economía m...
La nueva revolución china
1. a fondo
L
os tambores de guerra suenan ya
en la República Popular China. Su
nueva generación de líderes tiene
un gran reto por delante: trans-
formar la economía de su país. Después de
siete lustros con un sistema que les ha hecho
crecer a una media del 10%, su PIB aumen-
tará previsiblemente entre un 6,5% y un
7,5% en los próximos años. Unas cifras con
las que soñarían países como España. ¿Pero
serán suficientes para ellos?
Ante la duda, el Gobierno ha decidido
reaccionar. Su objetivo es pasar, de aquí a
2020, de un modelo basado en la mano de
obra barata masiva y en una brutal inversión
pública a otro inspirado en el consumo y en
la innovación. No va a ser fácil, pero no que-
da más remedio.
La gran señal de alarma ha sido que los
estímulos económicos han dejado de fun-
cionar. El apoyo del Gobierno ha tenido
mucho que ver con el crecimiento econó-
mico del país. Pero ha habido una sobreac-
tividad: se produce más de lo que puede
absorber el mercado interno y externo. Por
ahí llegan los problemas. “Si sigues inyec-
tando dinero en el mercado para dinamizar
las infraestructuras y no produce rendi-
miento, llega el endeudamiento”, explica
Mario Esteban, investigador principal de
Asia Pacífico del Real Instituto Elcano. Eso
es lo que ha ocurrido. “En 2008 se calcula-
ba que cada yuan de deuda suponía 0,85
yuanes de crecimiento. Actualmente solo
trae 0,20”, indica Esteban.
La deuda del país ha ascendido como un
obús. Entre 2000 y 2007 era del 158% del
PIB. En línea con las economías desarrolla-
das. A partir de ahí se disparó. A mitad de
2014 alcanzaba el 282% del PIB. Supera la
de economías avanzadas como Australia,
Estados Unidos, Alemania y Canadá. Según
un informe de la consultora McKinsey, Chi-
na ha generado 20,8 billones de dólares en
deuda desde 2007, más de un tercio del cre-
cimiento global de la misma.
Buena parte de culpa la tiene el sector de
la construcción, aunque no parece que haya
propiciado una burbuja inmobiliaria como
la nuestra.“Los precios de la vivienda bajan
de un modo más paulatino y progresivo. El
endeudamiento de las familias y la morosi-
dad está en cifras mucho más moderadas”,
señala Mario Esteban. Tampoco cabe hablar
de un exceso de oferta. “Se necesitan casas
para la gente que abandona el campo con la
idea de dedicarse a los servicios o la industria
en la ciudad”, afirma Rafael Pampillón, eco-
nomista de IE Business School.
La financiación de las empresas públicas
por parte del Gobierno es una lacra que tam-
bién aumenta la deuda. “Hay muchas com-
pañías de este tipo. No son fáciles de priva-
tizar. Son muy ineficientes”, dice Pampillón.
Pierden dinero. Quien se lo da es la banca,
que también es pública. El sector financiero
puede enfrentarse con muchos créditos de
dudoso cobro. Suena a cóctel explosivo.
Parte de la economía china sigue siendo
planificada, dirigida por el Gobierno cen-
tral. Y muy opaca. “Es de los pocos países
que posee buenas instituciones económicas
y ha registrado un buen crecimiento econó-
mico a pesar de contar con unas malas ins-
tituciones políticas”, admite Pampillón. Es
un problema. “Falta democratización, ins-
tituciones que permitan ver el futuro de una
manera más halagüeña. En India por ejem-
plo es distinto. Se pueden relajar las tensio-
nes nes”, sostiene el economista de IE Bu-
siness School.
La nueva
revolución
China
Ahora se trata de que las firmas nacio-
nales crezcan en eficiencia, no solo en acti-
vidad económica. El grifo público se va a
cerrar. Con él desaparecerá el dinero en
comisiones que ha construido tantas redes
clientelares. “La necesidad del cambio de
modelo va a llevar a vencer muchas resis-
tencias y va a propiciar muchas luchas po-
líticas”, apunta Esteban. De hecho, ya ha
habido cadáveres en el camino. Uno de los
más sonados fue Zhou Yongkang, ex máxi-
mo responsable de las fuerzas de seguridad
y el poder judicial y uno de los individuos
más influyentes de la industria petrolera
china. La investigación se centró en su ac-
tividad al frente de la China National Pe-
troleum Corporation, y salpicó a otros.
Jiang Jiemin fue acusado de corrupción y
depuesto de la comisión encargada de su-
pervisar a las empresas estatales. “Tal
muestra de poder contra uno de los indivi-
duos mejor conectados dentro de las gran-
des empresas estatales chinas es un nítido
aviso a navegantes”, augura Mario Esteban.
Este control de la oligarquía tradicional
crece al ritmo del traslado de la población
rural a las ciudades. El Gobierno ha puesto
algunos límites para que no se creen mega-
ciudades. Pero este fenómeno es imparable.
Tiene efectos positivos y consecuencias que
llevan al cambio de modelo. En el plano más
favorable, antes había 1.350 millones de chi-
nos viviendo casi en una economía de sub-
sistencia. Sus salarios han crecido un 13,4%
anual desde los años 90, y ahora tienen un
mejor nivel de vida. La secuela a priori más
desfavorable es que a países como Estados
Unidos ya no les compensa fabricar allí, y
lo hacen en casa. “Cuestiones como la del
fracking han hecho que la industria tire más.
Además, la logística es muy superior, y el
coste de la energía es mucho más barato en
Europa y Estados Unidos que en China”,
mantiene Pampillón.
Este aumento del coste laboral se une a
que la demanda internacional se contrae
debido a la crisis. En 2012, las exportaciones
netas chinas suponían menos del 3% de su
crecimiento económico.
¿Adiós a la mano de obra? Ambos factores lle-
van a algunos a afirmar o pensar en una des-
localizacióndeproducciónenAsiahaciapaíses
como Bangladesh, Malasia, Tailandia o Indo-
nesia, donde la mano de obra es más barata.
Hay expertos que creen que no está sucedien-
do. “Este fenómeno se ha sobredimensionado
en numerosos análisis. Muchas empresas han
reinvertido en el país. Se han deslocalizado
hacia el interior”, aclara Esteban.
Los sueldos de la población crecen, pe-
ro no lo hacen de un modo uniforme. “Han
trabajado mucho, y con unos salarios muy
bajos. Eso incide en una desigualdad que
siempre ha existido en el país. El Este rico,
industrial y desarrollado, al que Pekín ve
con recelo, contrasta con un Oeste pobre y
agrícola”, admite Rafael Pampillón. China
es uno de los países del mundo con un ma-
yor nivel de desigualdad entre el área rural
y la urbana.
Cambiar este panorama e ir llevando a
China hacia una sociedad de consumo y
valor añadido no va a ser sencillo. “El diag-
nóstico del Gobierno ha sido claro y acerta-
do. Las medidas son importantes pero in-
suficientes, y de difícil implementación”,
pronostica Mario Esteban.
Los desafíos se presentan en distintos
frentes. En primer lugar, no es posible pasar
automáticamente de una economía basada
en costes laborales bajos a una de consumo.
“Solo puede hacerse de modo gradual”, ex-
plica Esteban. Por eso, una primera medida
va ser facilitar el acceso a servicios públicos
básicos. La población rural, sensiblemente
más pobre que la de origen urbano, cuenta
con una red de protección social pública y
unas posibilidades de acceso a este tipo de
servicios mucho menores que la urbana. “La
gran mayoría no tiene acceso a la asistencia
sanitaria. Ha de pagar por ella, y por tanto
debe ahorrar para posibles contingencias
La economía asiática ha crecido de un modo espectacular en los últimos
treinta y cinco años, pero su modelo se ha agotado. La mano de obra barata
y la inversión pública han de dar paso al consumo y al valor añadido.
Eso lleva tiempo y poner en marcha medidas impopulares.
¿Será capaz de romper el nuevo Gobierno con el orden establecido?
Jordi Benítez
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2. Mundial del Comercio (OMC) en 2001. Aho-
ra hace falta profundizar en los servicios.
La propiedad intelectual y la financiación a
empresas públicas son dos terrenos que li-
mitan la posibilidad de competir a empresas
extranjeras. “Lo que no se va a producir es
un acuerdo de libre comercio entre Europa
y China. Se considera que aún hay elemen-
tos contrarios a la economía de mercado”,
concreta Mario Esteban.
El Gobierno pretende impulsar algunas
medidas que favorezcan la llegada de em-
presas extranjeras. Entre ellas están unifi-
car y simplificar la legislación; estudiar el
establecimiento de un tribunal especializa-
do en propiedad intelectual y la liberaliza-
ción del precio del agua, el petróleo, el gas
natural, electricidad, transporte y teleco-
municaciones, y reducir las barreras a la
inversión foránea en varios sectores, como
finanzas, educación, sanidad, cultura, cui-
dado de niños y personas mayores, audito-
ría, comercio electrónico, logística...
A estas iniciativas económicas hay que
añadir otras sociales, que pueden incentivar
más a implantarse allí. Entre ellas se en-
cuentran la relajación de la política del hijo
único, la abolición del sistema de reeduca-
ción por el trabajo y la reducción de la lista
de crímenes que pueden ser castigados con
la pena capital.
Para Rafael Pampillón, el futuro de Chi-
na es una incógnita. Algo que no anima a
poner allí los ahorros. Pero también hay que
recordar que este debate existe desde hace
treinta y cinco años.
África crece gracias a China. El desarrollo
del país asiático ha sido espectacular. Es el
que tiene más divisas del mundo. Esas di-
visas han servido para fomentar la expan-
sión de África o América. “La inversión de
China allí ha sido tremenda. Como tiene
tanta caja, parece difícil que el sistema ban-
cario pueda quebrar”, advierte Pampillón.
En el caso de África, este profesor resalta
que China la ha sacado de la ignorancia eco-
nómica del resto del mundo. “No estaba en
el mapa económico de profesores ni inves-
tigadores”, afirma. Ese entendimiento, se-
gún este experto, ha llegado por la habilidad
en el manejo de la corrupción, un lenguaje
que se entiende bien en África.
Otro dato de ese desarrollo es que China
supera a EEUU en paridad de poder de com-
pra sobre el PIB. La velocidad de este país es
fulgurante. Pero tendrá que tener cuidado
en que no le pase lo que le ocurrió a Japón.
El país nipón mostraba en los años 80 un
nivel tecnológico excepcional y era una ame-
naza para el reinado de Estados Unidos. Pe-
ro pinchó, y ahí sigue desde entonces. “Es-
pero que China no cometa el mismo error. Si
lo hace, todos iremos mal; si no lo hace, todos
iremos bien”, asegura Pampillón.
Para que esto no ocurra, el Gobierno ha
tratado de coger el toro por los cuernos. Y
no parece que vaya a soltarlo. El presidente
Xi Jinping tiene dos comisiones a su dispo-
sición para controlar el progreso del país:
una está orientada a supervisar la imple-
mentación de las reformas y otra a cuestio-
nes de seguridad nacional. “Si ambos gru-
pos operan según lo esperado, Xi se conver-
tiría en el líder más poderoso de China
desde Den Xiaoping”, afirma Mario Este-
ban. ¿Será este sistema el mejor para pro-
mover la iniciativa personal y privada? No
lo parece. El tiempo dirá si el león chino
tiene que volver a cambiar de estrategia.
a fondo
médicas. Esta ayuda les liberará capacidad
de compra”, especifica Mario Esteban.
La apuesta por la I+D será otra gran baza
del nuevo gobierno. Con el tiempo mejorará
la productividad. “El tipo de actividad que
se desarrolla en el país es de escaso valor
añadido. La manufactura de juguetes, por
ejemplo, es difícil que proporcione unos re-
cursos económicos altos”, observa Esteban.
Las inversiones en innovación están sien-
do muy notorias. Permitirán a China atraer
actividades de mayor valor añadido que di-
versifiquensueconomía.GastamásqueJapón
en este terreno. “Ya no crean productos de
bajo nivel tecnológico. Fabrican coches, orde-
nadores, partes del iPhone”, dice Pampillón.
Posibles conflictos. Junto a estas acciones,
más “creativas”, el nuevo Gobierno tendrá
que limar las deficiencias que lastran su
mercado. “Habrá que aplicar reformas que
no son populares y que afectan a grupos
clave: las empresas estatales y los gobiernos
locales”, explica Mario Esteban. “Estas en-
tidades han recibido muchos préstamos a
fondo perdido”, dice Esteban.
Como se ve, la situación es complicada.
Requiere trabajo, pero no hay que dramatizar.
“SehablamuchodeChinadesdehacemuchos
años. Pocos análisis se han equivocado por
pecar de optimistas. Ya se dijo que se iba a ir
al traste cuando ocurrieron los sucesos de
Tiananmen. Hay elementos de juicio en las
dos direcciones”, asegura Esteban.
Este experto estima que las cifras ma-
croeconómicas de China son buenas. “Veo
complicado que sufra un frenazo en seco o
una contracción. Es verosímil que siga cre-
ciendo a un 6,5-7,5%”, indica Esteban. Otros
no son tan optimistas. Dos economistas de
Harvard sostienen que lo normal es que ba-
je más el crecimiento de las economías que
han visto aumentar mucho su PIB. Ellos
apuestan por un 2%. Quizá algo exagerado.
Pero Rafael Pampillón estima que pueden
crecer menos de lo que reflejan las estadís-
ticas. “El consumo de energía y el impulso
exportador son menores”, explica. Añadidos
a la progresiva deslocalización de EEUU,
principal inversor extranjero en el país, son
datos indicativos de un ritmo decreciente.
Sin duda, China ha dado pasos hacia su
transformación. El comercio de bienes está
abierto desde que entró en la Organización
Paridad de poder de compra
Billones de dólares
(Entre paréntesis, puesto que ocupaban en 1980)
PIB a precios constantes
Billones de dólares
(Entre paréntesis, puesto que ocupaban en 1980)
Crecimiento real del PIB
Porcentaje
* Previsión
Fuente: FMI. World Economic Outlook 2014-2015.
Fuente: OIT, 2014/15
Sueldos de 2013
Fuente: Towers Watson
Previsión de sueldos para 2015
2015* 1980
China 18.976 298 (10º)
EEUU 18.125 2.862 (1º)
India 7.997 386 (9º)
Japón 4.843 997 (2º)
Alemania 3.815 867 (3º)
Rusia 3.458 1.140
Brasil 3.259 572 (6º)
Indonesia 2.840 206 (14º)
Reino Unido 2.641 491 (7º)
Francia 2.634 578 (5º)
2015* 1980
EEUU 18.125 2.862 (1º)
China 11.212 309 (7º)
Japón 4.210 1.087 (2º)
Alemania 3.413 850 (3º)
Reino Unido 2.853 566 (5º)
Francia 2.470 704 (4º)
India 2.308 181 (13º)
Brasil 1.904 152 (16º)
Italia 1.843 470 (6º)
Canadá 1.615 274 (8º)
China lidera el cambio en el orden mundial
2013 2014 2015*
India 6,9% 7,2% 7,5%
China 7,8% 7,4% 6,8%
Indonesia 5,6% 5% 5,2%
EEUU 2,2% 2,4% 3,1%
Reino Unido 1,7% 2,6% 2,7%
Los salarios han aumentadoLos salarios han aumentado
Y seguirán aumentando
La mano de obra ya no es tan barata
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