Este documento describe la rehabilitación de la ligamentoplastia del ligamento cruzado posterior de la rodilla. Se divide la rehabilitación en cuatro fases, enfatizando las dos primeras fases para proteger el neoligamento recién reconstruido. El objetivo principal es la recuperación de la estabilidad de la rodilla sin dolor o sobrecarga, mejorando la movilidad, fuerza muscular y control neuromuscular.
2. E – 26-240-D-20
Rehabilitación de la ligamentoplastia del ligamento cruzado posterior de la rodilla
Después de mencionar algunas nociones anatómicas y
biomecánicas esenciales, así como las técnicas quirúrgicas
más corrientes, se desarrollará de manera más específica la
lesión aislada del LCP tratada quirúrgicamente mediante
ligamentoplastia. Se propone un tratamiento kinesiterápico en cuatro fases, insistiendo en las dos primeras, que
son específicas para esta afección.
Rese˜ as anatómicas y
n
biomecánicas
El LCP se extiende de la superficie retroespinal de la
tibia a la cara lateral del cóndilo medial y tiene forma
de abanico de vértice distal. Presenta un fascículo anterolateral (AL) voluminoso, estirado en flexión de 60-90◦ ,
y un fascículo posteromedial (PM) mucho más fino, estirado entre 0-30◦ de flexión (Fig. 1) [4] . El LCP se extiende
durante la flexión, la contracción de los isquiosurales y la
rotación medial [1, 5] . Sin embargo, el LCP en su conjunto
soporta más tensión en torno a los 90◦ de flexión, la cual
se incrementa cuando se imprimen fuerzas en varo o en
valgo.
La ruptura del LCP produce dos efectos biomecánicos
esenciales: el aumento del cajón posterior en 5-10 mm
[1, 5, 6]
y la sobrecarga rotuliana, a menudo dolorosa a largo
Figura 2.
Consecuencias del retroceso posterior (según
[8] ).
plazo debido a la traslación tibial posterior (Fig. 2) [7] . Más
allá de los 10 mm, la laxitud (de grado 3) es indicio de
una ruptura completa del LCP y de una probable lesión
posterolateral [8] .
El LCP está vascularizado por la arteria poplítea y sus
ramas colaterales, así como por la sinovial y las colaterales
capsulares. Está inervado por el nervio articular posterior
y presenta numerosos mecanorreceptores, lo cual le confiere una gran función propioceptiva.
El LCP, mejor irrigado que el LCA, puede cicatrizarse,
sobre todo en caso de ruptura parcial (grado 1, cajón posterior inferior a 5 mm), lo mismo que las formaciones
periféricas.
La calidad del cuádriceps y la ausencia de lesiones posterolaterales son elementos favorables para una buena
adaptación funcional.
n
A pesar de todo, después de 10 a˜ os se produce una
descompensación artrósica.
Técnicas quirúrgicas
Figura 1. Extensión de los fascículos anterolateral (A) y
posteromedial (B) del ligamento posterior de la rodilla en flexiónextensión (según [1] ). 1. Fibras posteriores; 2. fibras anteriores.
2
El tratamiento quirúrgico de la lesión aislada del LCP
está indicado en pacientes jóvenes que presentan una
inestabilidad posterior sintomática y un cajón posterior
superior a 10 mm (grado 3) [6, 9, 10] y/o en caso de sobrecarga condral interna o femororrotuliana.
Las avulsiones tibiales o condíleas se tratan con una
reinserción mediante una sutura transósea. Esta reinserción puede reforzarse con un injerto autólogo.
Las lesiones completas del LCP se tratan con la reconstrucción del ligamento. En las lesiones aisladas de poca
amplitud, la reconstrucción se hará en un fascículo (el
fascículo anterolateral). En las lesiones considerables asociadas a lesiones periféricas, los cirujanos prefieren la
técnica de doble fascículo, que reproduce mejor la complejidad anatómica del LCP, asociada a reconstrucciones
periféricas, si es posible por artroscopia [11] .
Hay dos tipos de fijaciones posibles: tibial o femoral.
Las técnicas de fijación hueso-hueso permiten una fijación más rápida del trasplante (5-6 semanas). En cuanto
a las técnicas hueso-tendón, la fijación se confirma en 810 semanas.
La mayoría de las veces, las reconstrucciones ligamentosas se hacen con autoinjertos obtenidos a expensas de los
tendones de la pata de ganso (grácil y semitendinoso), del
EMC - Kinesiterapia - Medicina física
3. Rehabilitación de la ligamentoplastia del ligamento cruzado posterior de la rodilla
tendón rotuliano o del tendón cuadricipital. Desde hace
n
algunos a˜ os, el tutor artificial de poliéster (ligamento
Lars) puede usarse en caso de ruptura reciente [3] . Permite
guiar el fascículo anterolateral del ligamento cruzado posterior interno (LCPI) y garantizar un buen centrado de la
rodilla durante la fase de cicatrización de ésta. En Estados Unidos, la realización de heteroinjertos es corriente.
Además, pueden usarse refuerzos ligamentosos o prótesis
ligamentosas.
En lo que se refiere a los autoinjertos, el sitio de obtención del injerto influye en la rehabilitación: el tendón
rotuliano permite una extracción hueso-tendón-hueso
con una distancia considerable y buena fiabilidad. Sin
embargo, este tipo de trasplante induce una disminución
de la fuerza del cuádriceps, al igual que la extracción del
tendón cuadricipital, que se usa para un trasplante huesotendón sólidamente fijado a la tibia.
Las extracciones en los isquiosurales permiten conservar un cuádriceps intacto y más eficaz para la estabilización del cajón posterior, pero sus dimensiones son variables y no proporcionan pastillas óseas, razón por la cual
exponen a un mayor riesgo de distensión muscular [8] .
La osteotomía tibial puede asociarse a la plastia para
normalizar el eje del miembro inferior, ya sea en el plano
frontal (osteotomía tibial de valguización), ya sea en el
plano sagital si la pendiente tibial es demasiado oblicua
hacia abajo y hacia delante (osteotomía de abertura
anterior).
La olecranización de la rótula se efectúa menos. Esta
técnica permite que la ligamentoplastia y los elementos
capsuloligamentosos cicatricen, manteniendo la rótula y
la tibia con clavos durante 6 semanas. La movilidad de
la rodilla se reduce entonces a un sector de movilidad
en flexión limitada. Sin embargo, esta técnica presenta
el inconveniente de traumatizar el aparato extensor. Se
indica más frente a un traumatismo complejo de la rodilla
[1]
.
Ligamentización
Después de la cirugía, el proceso de ligamentización
consta de cuatro fases: necrosis avascular, revascularización, proliferación celular y, por último, remodelación del
colágeno. Este proceso ha sido estudiado sobre todo para
la reconstrucción del ligamento cruzado anterior externo
(LCAE). Entre los 12-36 meses se estaría en fase de madun
ración del injerto y después de 3 a˜ os se tendría un injerto
muy parecido a un ligamento normal [4] . La ligamentización está condicionada por una puesta en tensión muy
moderada del trasplante. La inmovilización sería un obstáculo para este fenómeno, pues la falta de activación de
las fibras del trasplante no permitiría una buena orientación de éstas [11] . Sin embargo, con relación al LCP, este
fenómeno es poco conocido y conviene ser prudente. Sin
embargo, la evolución de la ligamentización del LCPI no
sería tan favorable como la del LCAE debido a la gravedad,
a la acción negativa de los flexores y a la angulación de
los túneles femorales, y sobre todo tibiales, por los cuales
debe pasar el neoligamento [4] .
Rehabilitación
La kinesiterapia se adapta en función de las consignas
quirúrgicas, de las técnicas que en ocasiones se asocian
y de las reacciones del paciente. Tan importante como
el tratamiento quirúrgico, debe ser bien conducida para
optimizar el resultado [12, 13] . El tratamiento kinesiterápico
del LCP intervenido quirúrgicamente es más prudente que
el del LCA por las razones antes mencionadas y por el
hecho de que el LCP es sometido a más fuerzas que el
LCA [10] .
EMC - Kinesiterapia - Medicina física
E – 26-240-D-20
Principios de rehabilitación
Ligera puesta en tensión del neoligamento
cruzado posterior interno hasta el 60.◦ día
Para este fin no hay que provocar, por un lado, un deslizamiento posterior ni, por el otro, una rotación medial
forzada de manera prolongada [1, 5] . Para evitar el deslizamiento posterior, hay que prevenir la gravedad en
posición horizontal (cojín bajo el tercio superior de la
pierna) [14] , no hay que trabajar los isquiosurales en
cadena abierta y en modo analítico [1] y hay que mejorar
de manera progresiva la flexión controlando el deslizamiento posterior automático de la tibia [6] . En este sentido,
no hay que tratar de superar 90◦ de flexión antes de los
60 días, ya que después de esta amplitud se produce un
alargamiento considerable de las fibras (hasta 6 mm a
135◦ de flexión) [14] . También conviene ser muy prudente
con relación al cajón posterior que podría surgir durante el
trabajo en cadena cerrada o en cadena paralela: para ello,
hay que vigilar el equilibrio de las fuerzas desarrolladas por
el cuádriceps y los isquiosurales o por medio de electrodos
de superficie o manualmente, palpando la interlínea de
la rodilla. La musculación en aparatos isocinéticos lineales en cadena cerrada está expresamente contraindicada
debido al retroceso activo y analítico en flexión contra
resistencia. Para ser eficaz sin ejercer presión sobre la plastia, el kinesiterapeuta debe vigilar el modo en que se
efectúa un ejercicio nuevo.
Regla de no dolor
En kinesiterapia siempre debe respetarse la regla de no
dolor [15] para detectar la existencia o la aparición de dolores del aparato extensor [6, 7, 16] .
Características tisulares del paciente
La kinesiterapia se adapta en función de las características tisulares del paciente y hay que ser más prudente en
las personas con tejidos laxos (Cuadro 1).
Educación al paciente
Es otro principio fundamental de la rehabilitación. Ésta
es prolongada y progresiva, por lo que el kinesiterapeuta
tratará de proporcionar al paciente los medios necesarios
para manejar de modo activo su afección durante el tratamiento y en las actividades de la vida diaria [17] , a fin
de que evalúe algunos procedimientos o conductas (autorrehabilitación intempestiva para aumentar la flexión,
posiciones de reposo, etc.) que podrían comprometer el
resultado.
Rehabilitación propiamente dicha: tres
o cuatro fases (Cuadro 2)
Fase 1 (días 1-45)
Se trata de la fase de cicatrización. El paciente usa una
férula, en la mayoría de los casos en extensión, o bien
una férula específica regulada en un sector corto (0/60◦ )
debido a la fragilidad postoperatoria (Cuadro 2).
El apoyo puede ser inmediato en caso de intervención
aislada sobre el fascículo anterolateral. Puede aliviarse en
caso de intervención de doble fascículo e incluso anularse
en caso de osteotomía.
Fase 2 (días 45-90)
Es una fase de recuperación progresiva de la flexión
y de intensificación del control muscular. La férula en
extensión se suprime y, en función del control muscular,
puede sustituirse por una férula articulada que no supere
90◦ antes de 60 días.
3
4. E – 26-240-D-20
Rehabilitación de la ligamentoplastia del ligamento cruzado posterior de la rodilla
Cuadro 1.
Adaptación de las técnicas en función del tipo de rodilla.
Rodilla laxa
Rodilla rígida
Trabajo analítico del cuádriceps
++++
+++
Excitomotores en el cuádriceps
++++
+++
Trabajo de aumento en flexión
No
++++
Balneoterapia
±
+++
Férula
Férula en extensión durante
más tiempo, seguida de férula
articulada
Férula en extensión durante
menos tiempo, lo mismo que
la férula articulada
Trabajo unipodal
++++
+++
Semicuclillas
++++
+++
Sentarse sin silla
+++
++
Fortalecimiento del tríceps
++++
+++
Stepper
++++
+++
Prensa sentado
+++ si la tibia no se desliza
hacia atrás
+++ para mejorar el uso y la
fuerza
Escaleras
+++
+++
Bicicleta de rehabilitación
+++ pero no demasiado pronto
para no activar demasiado
rápido la flexión
+++ cuando la flexión es
suficiente
Isocinetismo en cadena abierta
± ante un gran déficit del
cuádriceps
+++
Trabajo propioceptivo
++++
+++
El apoyo será completo para todos de manera progresiva.
Fase 3 (días 90-180)
Esta fase es la de intensificación de la musculación y del
trabajo propioceptivo.
Fase 4 (después del 6.◦ mes)
Se trata de la fase de posible preparación para la reanudación del deporte.
En el texto siguiente, la rehabilitación se desarrolla a
través de objetivos y no de fases.
La rehabilitación está destinada a:
• poner al paciente en una posición cómoda durante el
día para proteger el trasplante y respetar las consignas
de apoyo formuladas por el cirujano;
• disminuir los trastornos tróficos y circulatorios;
• recuperar de manera sumamente progresiva la flexión;
• fortalecer de modo específico los músculos estabilizadores del cajón posterior (cuádriceps y tríceps) y luego
el conjunto de la musculatura del miembro inferior;
• estimular la propiocepción;
n
• acompa˜ ar al paciente en un proyecto deportivo, si lo
tiene.
La balneoterapia dista de ser ineludible por las numerosas contraindicaciones de la rehabilitación del LCP
(mucho trabajo de los isquiosurales con los movimientos
en flexión y la marcha, movimientos articulares potencialmente precoces, etc.).
Sin embargo, sigue siendo útil en la fase de reanudación del apoyo o de apoyo parcial en los movimientos
controlados con bloqueo de la rodilla.
Posición del paciente y consignas de apoyo
Es fundamental verificar la posición del paciente, sobre
todo en el postoperatorio (fase 1) y hasta aproximadamente los 60 días, es decir, hasta la recuperación de la
extensión total y de un control muscular suficiente del
cuádriceps.
4
En este sentido, si la rodilla se encuentra en posición antálgica de 20-30◦ , el efecto de la gravedad sobre
el tercio superior de la pierna determina un estiramiento progresivo del trasplante. Por tanto, es primordial
verificar la posición del paciente en la cama y con relación a la férula. De forma sistemática debe aplicarse un
apoyo permanente en la cara posterosuperior de la pierna
(Fig. 3) [6, 15, 18] .
En general, en las primeras 4-5 semanas se coloca una
férula en extensión. El kinesiterapeuta verifica el apoyo
n
n
posterior y a menudo a˜ ade una cu˜ a de gomaespuma.
A veces, sucede que el paciente usa una férula articulada específica para la lesión del LCP (Fig. 4), que tiene
un apoyo femoral anterior y otro tibial posterior. Permite modular el ángulo de flexión, que no supera los
90◦ antes de los 60 días, y en general tiene un sistema elástico que posibilita el sostenimiento constante de detrás
hacia delante.
La marcha se efectúa con dos bastones ingleses y un
apoyo variable en función de las consignas quirúrgicas.
A priori, salvo en las suturas meniscales, no hay ningún
argumento que impulse a diferir el apoyo. En una férula
en extensión e incluso en una férula especial para LCP,
en posición vertical, la pendiente tibial oblicua (␣) hacia
abajo y hacia atrás (Fig. 5) tiene tendencia a distender
el neo-LCP debido a la fuerza de traslación posterior del
fémur sobre la tibia (FTR ) [19] . Con el pie sobre el suelo,
se produce la situación de cadena cerrada con aumento
de las fuerzas de compresión (R) sobre la rodilla y, por
consiguiente, disminución de las fuerzas de traslación
anterior y posterior [6] . El estudio multicéntrico de la
¸
Société Francaise d’Arthroscopie (SFA) ha demostrado el
beneficio de un apoyo precoz.
En fase 2, la férula de extensión se retira según el criterio
del cirujano y el estado clínico de la rodilla: el control
muscular (par cuádriceps/tríceps) y propioceptivo debe ser
correcto. A menudo es sustituida por una férula articulada
específica para la lesión del LCP, lo que permite dejar de
usar antes los bastones.
En fase 3, cuando el control muscular es correcto, la
férula deja de usarse de modo definitivo.
EMC - Kinesiterapia - Medicina física
5. Cuadro 2.
Rehabilitación en tres o cuatro fases.
EMC - Kinesiterapia - Medicina física
Fase 1: d8-d45
Fase 2: d45- d90
Fase 3: d90- d180
Fase 4: después del 6.◦ mes
Educación al
paciente
Para no usar los IS
Para el aumento gradual de la flexión
Posición de la
rodilla
Férula en extensión día y noche
con apoyo posterior
Férula articulada bloqueada a 90◦ de flexión
hasta los 60 días, con un apoyo posterior de
la pierna
Retirada de cualquier férula
Apoyo y marcha
Apoyo aliviado, a menudo con
dos bastones
Apoyo completo progresivo
Retirada de los bastones
Ídem
En presencia de
trastornos
tróficos
Aplicación de hielo sobre la rodilla
Elevación del miembro
Ba˜ os escoceses
n
Aplicación de hielo
Ba˜ os escoceses según necesidad
n
Aplicación de hielo según necesidad
Trabajo articular
De la flexión sin superar 80◦ , en
modo pasivo y con suavidad
De la extensión si es necesario
Recuperación lenta de la flexión +/++
120◦ esperados
Recuperación lenta de los últimos grados de
flexión si es necesario
Trabajo del
cuádriceps
En cadena abierta:
- reactivación manual +++
- excitomotor en sedestación
En cadena abierta:
- trabajo manual en modo estático y
dinámico (concéntrico y excéntrico)
- silla para cuádriceps
- isocinetismo bajo retroalimentación para
vigilar la falta de trabajo de los IS
En cadena cerrada:
- semisentadilla
- stepper
- prensa sentado acoplada a un excitomotor
sobre el C
Intensificación del fortalecimiento muscular
en cadena abierta y sobre todo en cadena
cerrada:
- escaleras: subidas y bajadas
- stepper: + rapidez, + amplitud, + tiempo
- prensa: cargar gradualmente el peso del
cuerpo sobre el miembro inferior en un
recorrido corto (80-0◦ )
- cicloergómetro desde 115◦ de flexión de la
rodilla, sin calzapiés
- sentado sin silla de 45◦ de flexión a 90◦
- cuclillas de 45◦ de flexión a 90◦
Continuación y finalización del
fortalecimiento muscular:
- stepper
- prensa: aumento del peso
impulsado y del recorrido (>90◦ )
- fortalecimiento del C en
isocinetismo
- finta
- pliometría
Trabajo del
tríceps sural
En modo bipodal
En modo unipodal
En modo unipodal aumentando las series y
el recorrido
Saltos simulados
Trabajo de saltos sin moverse de
lugar, con cuartos de vueltas y
medias vueltas
Trabajo de los IS
En decúbito prono, con extensión de
la cadera y la rodilla
En cadena cerrada exclusivamente con un
control correcto del equilibrio C/IS
En cadena cerrada exclusivamente con un
control correcto del equilibrio C/IS
Trabajo analítico de los IS en caso de
rodilla anatómicamente estable
Balneoterapia
Desde el día 21
Movimientos con bloqueo estricto
de la extensión
- Movimientos lentos de rodamiento en
flexión
- Movimientos con bloqueo en extensión
- Marchas lentas hacia delante, en puntas de
pies, desplazamientos laterales
Aceleración progresiva de todos los
movimientos para un mejor fortalecimiento
muscular
Trabajo
propioceptivo y
funcional
No iniciado
Activación progresiva del apoyo unipodal ++
Aumentar de manera progresiva la flexión
de la rodilla, los planos inestables y los
desequilibrios
E – 26-240-D-20
- Trabajo de los saltos/recepciones
en trampolín inclinado
- Trabajo de los cambios de
dirección +++ y giros
- Recuperación cardiovascular
- Prevención de los accidentes
musculares (estiramientos)
Rehabilitación de la ligamentoplastia del ligamento cruzado posterior de la rodilla
5
IS: isquiosurales; C: cuádriceps.
Aplicación de hielo según
necesidad
6. E – 26-240-D-20
Rehabilitación de la ligamentoplastia del ligamento cruzado posterior de la rodilla
Figura 3.
Posición del paciente.
Figura 5. Pendiente tibial (según [8] ). FTR : fuerza de traslación
posterior del fémur sobre la tibia; ␣: pendiente tibial oblicua;
R: fuerza de compresión.
Figura 4.
Férula articulada específica.
Medidas contra los trastornos tróficos y
circulatorios
No son específicas de la lesión del LCP, pero sí primordiales en la fase 1.
La aplicación repetida de hielo sobre la rodilla permite
disminuir la inflamación, el derrame y el dolor [18] . También se puede indicar crioterapia gaseosa.
La posición en la cama con la pierna en alto permite
drenar el miembro inferior en caso de hematoma o edema
[18]
.
n
Los ba˜ os escoceses están indicados como prevención
de un posible síndrome algoneurodistrófico, sobre todo
en caso de lesiones asociadas de la rodilla y de equimosis
considerable que se difunde hacia el muslo y la pantorrilla. En ausencia de apoyo, pueden prescribirse medias de
contención con fines de prevención.
En las fases 2 y 3, la indicación de hielo sobre la rodilla
sigue siendo útil si la articulación se mantiene reactiva.
Recuperación articular en flexión
lentamente progresiva
Se acompa˜ a de un aumento de la tensión del neoligan
mento [6] . Se estima que, en la fase 1, la flexión de la rodilla
no debe superar los 80-90◦ para no aumentar demasiado
6
las fuerzas sobre el LCPI. En 90 días, la flexión debe estar
en torno a los 120◦ . La flexión subtotal no se busca antes
de 6 meses después de la intervención.
Además, las modalidades de ganancia de amplitud
dependen del morfotipo del paciente y del estado de la
rodilla (Cuadro 1).
En este sentido, si las movilidades son buenas y el
n
patrón más bien laxo, la flexión debe acompa˜ arse sin
tratar de obtener una mejora demasiado rápida. El trabajo se efectúa con preferencia en posición semisentada
al borde de la camilla para disminuir la tensión pasiva de
los isquiosurales. La regulación de la altura de la camilla
permite sostener la parte superior de la pierna del paciente
con el muslo del terapeuta, quien opone una resistencia
de atrás hacia delante. Es fundamental informar a estos
pacientes acerca de la lentitud y la prudencia con la que
debe mejorarse la flexión, con el fin de refrenar una autorrehabilitación intempestiva de la manera contraria. Así,
algunos pacientes pretenden recuperar rápido la flexión
de la rodilla y a veces cuesta disuadirlos.
En cambio, en personas fuertes con una rodilla rígida
y fija, hay que practicar técnicas de aumento de amplitud en flexión, insistiendo en la recuperación de los
movimientos fisiológicos de la rodilla. La liberación del
aparato extensor es primordial, tanto para liberar adherencias perirrotulianas como para disminuir las fuerzas
sobre un aparato extensor a menudo débil. La rótula se
moviliza en sentido transversal y sobre todo longitudinal
descendente. Las movilizaciones activas-pasivas trabajan
el cuádriceps para favorecer el ascenso de la rótula, que
luego se moviliza hacia abajo durante la fase de relajan
ción del cuádriceps. El aumento de amplitud se acompa˜ a
siempre del descenso de la rótula durante la flexión. Una
n
toma corta se aplica para acompa˜ ar ligeramente la parte
alta de la tibia en un deslizamiento posterior si ésta tiende
a bostezar hacia delante (bloqueo de la tuberosidad tibial
n
anterior [TTA]). De la misma manera se acompa˜ a la
rotación medial automática sin alcanzar las amplitudes
máximas, ya que podrían poner el trasplante en una tensión excesiva.
La pérdida total de los movimientos de algunas rodillas después de la cirugía hace necesaria la recuperación
de la movilidad fisiológica de la articulación. El trabajo
EMC - Kinesiterapia - Medicina física
7. Rehabilitación de la ligamentoplastia del ligamento cruzado posterior de la rodilla
Figura 7.
Figura 6. Par cuádriceps-gastrocnemios (según
trocnemios; 2. isquiosurales; 3. cuádriceps.
[26] ).
1. Gas-
manual debe atemperarse para evitar que la intensidad de
las maniobras en busca de un deslizamiento fisiológico se
convierta en un cajón. Para ello, la comparación se hace
siempre con las movilidades fisiológicas de la rodilla sana,
que proporciona datos acerca de lo que es normal en cada
paciente.
El artromotor puede usarse con intención de movilización pasiva en el sector libre, pero en ningún caso para
conseguir un aumento de amplitud.
Las movilizaciones en flexión en decúbito prono son
interesantes, ya que la fuerza de gravedad facilita los deslizamientos anteriores de la tibia entre 0-70◦ . El estudio de
la SFA ha comunicado buenos resultados en comparación
con los ejercicios en decúbito supino.
Los ejercicios de aumento de amplitud pueden continuar en fase 2 en casos de rodillas rígidas.
Trabajo muscular
Es fundamental y se dirige a reactivar lo antes posible
los dos músculos que estabilizan la tibia por delante, es
decir, el cuádriceps y los gastrocnemios. Estos dos músculos se trabajan en todos los modos, en función de la fase
de rehabilitación (Fig. 6).
En cambio, los isquiosurales no son activados en cadena
abierta contra resistencia debido a que inducirían un componente de deslizamiento posterior. Sólo se trabajan en su
componente de extensión de la cadera, con la rodilla estirada y en cadena cinética cerrada en algunas condiciones
(Fig. 7).
Cuádriceps
Debido al componente de deslizamiento anterior de 060◦ , el cuádriceps permite proteger el trasplante [18, 19] . En
rehabilitación, hay que tratar de recuperar su integridad
porque es uno de los factores del éxito de la intervención,
aun cuando se deba ser más prudente en caso de extracción a expensas del aparato extensor (tendón rotuliano o
tendón cuadricipital).
En fase 1, el trabajo es esencialmente manual, en cadena
abierta y en modo estático para modular mejor la intensidad y la duración de la contracción [20, 21] . Consiste en
subidas de la rótula, trabajo de bloqueo en extensión y
trabajo contra resistencia manual. El paciente está en posición semisentada o estirado en el borde de la camilla,
mientras el kinesiterapeuta mantiene la parte posterior
del extremo superior de la pierna (con la mano o con el
EMC - Kinesiterapia - Medicina física
E – 26-240-D-20
Trabajo en decúbito prono.
muslo) durante la relajación de la contracción. El trabajo
del cuádriceps se efectúa con un ligero desbloqueo a 20◦ de
flexión, sector en el que la presión interna del líquido sinovial es más baja [22] , a efectos de evitar la sobrecarga de la
articulación femororrotuliana, que soporta compresiones
máximas alrededor de los 35◦ de flexión [6, 16] .
También pueden variarse las posiciones del pie, en general usando la cadena anterior con trabajo del músculo
tibial anterior, asociado a dedos en garra para reclutar
mejor el cuádriceps. Hay que prestar atención a la posición
de la cadera, que debe permanecer en rotación lateral para
no activar el tensor de la fascia lata; la resistencia permite
activar la cadena varizante o bien la cadena valguizante
en función de lo que se busca.
El trabajo del cuádriceps también se efectúa con electroestimulación, en posición sentada para colocar el
músculo en un recorrido menos interno, lo que permite
aplicar intensidades mayores y mejor toleradas por el
paciente. Esto permite suprimir la exclusión desde el principio o bien reclutar un máximo de fibras musculares
asociando una contracción voluntaria.
Tríceps
La reactivación del tríceps, en especial de los gastrocnemios, verdaderos refuerzos de las cubiertas posteriores
[18]
, se efectúa en carga en la medida en que el paciente
puede apoyarse. Se hace en modo bipodal con control de
un apoyo distribuido de manera equitativa (en ocasiones
sobre balanzas) y en modo unipodal en cuanto lo permita el control de la rodilla. Ésta debe bloquearse lo más
firmemente posible para proteger la plastia.
Isquiosurales
Los isquiosurales no son activados en calidad de flexores
de la rodilla en cadena abierta contra resistencia, debido
a la fuerza de deslizamiento posterior que esto induciría.
Algunos recomiendan, en cadena abierta, un trabajo de
la cadera en extensión, con la rodilla bloqueada a partir de la posición en decúbito prono, pues la fuerza de
coaptación de la rodilla es superior a la fuerza de cizalladura [10, 13] . En esta posición, el terapeuta busca una buena
relajación de los isquiosurales, que podrían contraerse de
manera involuntaria. Si no, con el paciente en decúbito
o posición semisentada, se solicita antes una extensión
de la cadera con la rodilla estirada, contra una resistencia
manual hacia atrás del extremo inferior del muslo.
Si no, el trabajo de los isquiosurales se efectúa básicamente en cadena cerrada, asociado a los otros tres
músculos de la cadena de extensión, siempre en los
primeros 60◦ y sin descuidar el buen equilibrio cuádriceps/isquiosurales mediante una palpación permanente.
En fase 2, el trabajo muscular continúa en cadena
abierta y en cadena cerrada.
Trabajo en cadena abierta. Se caracteriza por el
hecho de que el extremo distal de la cadena está libre
[23]
. Este tipo de trabajo tiene la ventaja de favorecer la
7
8. E – 26-240-D-20
Rehabilitación de la ligamentoplastia del ligamento cruzado posterior de la rodilla
Figura 8.
Trabajo muscular en cadena cerrada.
velocidad y/o la precisión. En cambio, los movimientos
no siempre son funcionales. En este sentido, la contracción resistida del cuádriceps en extensión es poco
reproducible en las actividades diarias o deportivas. Sin
embargo, en esta fase, el fortalecimiento manual del cuádriceps sigue siendo útil porque es el modo de trabajo
que permite obtener más fuerza en un músculo dado [24] .
El desbloqueo de la rodilla se indica en función del sector indoloro y de las reacciones del paciente. El sector de
menores compresiones para la rótula varía, según los autores, entre 30◦ de flexión máxima [22] y 75◦ [6] . Este trabajo
se efectúa primero en modo estático y después dinámico
(concéntrico y excéntrico), aunque sin sobrepasar los 75◦
de flexión, pues en cuanto se alcanza esta amplitud se
produce un retroceso posterior de la tibia [16] .
Cuando los ejercicios son dominados por el paciente,
el fortalecimiento continúa en una silla para cuádriceps
y, si persiste un déficit marcado, en una máquina isocinética, enfocando el trabajo en el cuádriceps y usando la
retroalimentación para no hacer trabajar los isquiosurales
al bajar la pierna.
Las corrientes excitomotoras se usan a continuación
para hacer trabajar el cuádriceps en cadena cerrada.
Trabajo en cadena cerrada o semicerrada. Se inicia
de manera conjunta.
La cadena cerrada (Fig. 8) se caracteriza por el hecho
de que el extremo distal está fijo, es entonces el extremo
proximal el que se desplaza durante el movimiento (semicuclillas). La cadena semicerrada se caracteriza porque el
extremo distal está apoyado, pero se desplaza con el movimiento [25] . Este modo de trabajo tiene algunas ventajas:
es fisiológico y se asemeja a los movimientos funcionales
y deportivos, con reclutamiento de todos los músculos de
la cadena de extensión (Fig. 7) [26] . Se encuentran músculos monoarticulares: glúteo mayor, crural, vastos y sóleo,
así como músculos poliarticulares: recto femoral, isquiosurales y gastrocnemios.
En este sentido, el trabajo concéntrico de impulso y el
trabajo excéntrico de frenado permiten recuperar mejor
la función al estimular todos los receptores propioceptivos de la rodilla [21, 24] . Recluta las cadenas de fuerza. Otra
ventaja es que el recorrido de trabajo es modulable y permite adaptar el trabajo a las fuerzas que puede soportar
la rodilla; hay que privilegiar el trabajo por debajo de 80◦
de flexión de la rodilla para no exigir demasiado al aparato extensor y, al mismo tiempo, al LCP. Esta amplitud de
trabajo es suficiente, ya que pocas actividades, sean cotidianas o deportivas, superan esta angulación. Al respecto,
los estudios de Lutz [27] y de Wilk [28] han demostrado
que, durante el trabajo en cadena cinética cerrada, se
produce una cizalladura posterior máxima entre 83-105◦
de flexión de la rodilla. Además, este modo de trabajo,
en un sector corto de movilidades (0-80◦ de flexión),
8
permite disminuir la presión rotuliana en los pacientes
que suelen tener un síndrome femororrotuliano [20] .
Sin embargo, el trabajo en cadena cerrada presenta un
gran inconveniente en términos de fortalecimiento muscular, ya que este modo de trabajo privilegia básicamente
los músculos fuertes a expensas de los músculos débiles,
lo que explica el beneficio de un trabajo analítico complementario. Además, por la misma actividad en cadena
cerrada, hay diferencias interindividuales considerables.
Algunos privilegian el reclutamiento de la cadena anterior, mientras que otros reclutan mucho más la cadena
posterior. Evaluaciones musculares comparativas en aparato isocinético lineal en cadena cerrada y en aparato
isocinético en cadena abierta demuestran que, a pesar de
una buena evaluación en cadena cerrada respecto al lado
sano, a menudo persiste un déficit analítico del cuádriceps (esencialmente) en máquina isocinética abierta [2] .
Experimentos efectuados con ayuda de retroalimentadores y electromiógrafos de superficie han demostrado que
los ejercicios en cadena cerrada harían trabajar mucho
más los isquiosurales e incluso los glúteos que el cuádriceps. Por eso, en rehabilitación, con cada aplicación de un
nuevo ejercicio hay que asegurarse constantemente de que los
isquiosurales no sean más activos que el cuádriceps. Esta vigilancia se verifica de modo manual con una mano sobre la
interlínea articular, para detectar el posible movimiento
de deslizamiento posterior.
El trabajo en cadena cerrada se efectúa de diversos
modos.
Semicuclillas. Con apoyo bipodal, el paciente efectúa
una flexión de 45◦ y va aumentando de manera progresiva. Es un derivado del ejercicio denominado «sentarse
sin silla» en ángulo recto. Para minimizar la tensión de
los isquiosurales, el ejercicio se efectúa a partir de una
retroversión de la pelvis y con apoyo sobre el antepié para
aumentar el reclutamiento de los tríceps [8] .
Stepper. Es un aparato interesante, pues permite modular la velocidad de trabajo y la amplitud (nunca más de
80◦ ). Además, la sucesión de impulsos y frenados de las
paletas provoca un cansancio muscular, específicamente
del cuádriceps, e incluso de los tríceps, pero con muy
poca frecuencia de los isquiosurales. El tronco debe estar
siempre recto para no hacer trabajar demasiado los isquiosurales [29, 30] .
Es igualmente interesante debido a
Prensa sentado.
la regulación de la amplitud y del peso impulsado. También permite reclutar únicamente el miembro inferior
lesionado, con la ventaja de una notable aportación propioceptiva en esta fase pero también a continuación, ya
que los pacientes protegen mucho tiempo de manera
excesiva el lado lesionado. Es, además, un valioso instrumento de evaluación muscular, pues permite medir el
peso máximo impulsado por cada miembro inferior y establecer un déficit en kilogramos [31] . Es, desde luego, una
evaluación global, pero muy pertinente en términos de
función. Sin embargo, durante este período se ha de trabajar con pesos inferiores al peso del paciente para no
forzar demasiado las cicatrizaciones tendinosas y porque
la rodilla todavía puede presentarse rígida y reactiva. La
presencia del kinesiterapeuta es esencial para la aplicación
de esta técnica y su seguimiento. Se verificará sobre todo
la posición de partida de la tibia. En realidad, si el paciente
tiene una laxitud posterior, la tibia es posteriorizada desde
el principio a causa de la fuerza de gravedad, por lo que
el impulso no hará sino aumentar el cajón, lo cual, por
supuesto, está expresamente contraindicado (Cuadro 1).
Si éste es el caso, la prensa sentado podrá usarse, aunque con un trabajo en la punta del pie, lo que a menudo
hace trabajar más el cuádriceps, o asociando un excitomotor en el cuádriceps para sobreactivarlo antes del impulso.
La contracción previa del cuádriceps permitiría entonces
una anteriorización de la tibia. Una prensa vertical permite evitar este escollo, ya que los isquiosurales se relajan
en beneficio del cuádriceps [32] .
EMC - Kinesiterapia - Medicina física
9. Rehabilitación de la ligamentoplastia del ligamento cruzado posterior de la rodilla
El trabajo del tríceps continúa en modo unipodal
cuando el apoyo es completo y el control de la rodilla,
correcto. Es un trabajo primordial [16, 18] porque, por un
lado, protege el trasplante (efecto anteriorizador de los
gastrocnemios) y, por el otro, es un músculo indispensable para la vida corriente (marcha, carrera, saltos, etc.).
Este trabajo del tríceps, con extensión completa de la rodilla, consiste en ponerse de pie sobre las puntas de los
pies varias veces sobre una superficie plana y luego subir
un escalón para trabajar el recorrido en su conjunto, a
efectos de aproximarse a la fisiología del salto y de la
carrera. Nosotros proponemos de tres a cinco series de 1520 movimientos en general, intercalando entre las series
un estiramiento del tríceps para evitar la mialgia diferida
o «agujetas» y mantener la flexibilidad de este músculo.
En fase 3 se intensifica el fortalecimiento muscular.
Se utiliza actuando sobre la velocidad (más
Stepper.
rápido), la amplitud (mayor) y el tiempo (más prolongado) del trabajo.
Puede usarse en esta fase con objetivos de
Escalera.
rehabilitación si la flexión es suficiente (son necesarios
90◦ de flexión para subir y 110-115◦ para bajar). La subida
de escaleras hace trabajar el cuádriceps y los isquiosurales
en cadena cerrada, mientras que la bajada hace trabajar
más el cuádriceps en modo excéntrico. Este trabajo en las
escaleras se efectúa escalón por escalón, equilibrándose
respecto a la barandilla, sin apoyarse y sin colocar la mano
sobre el muslo, y ocupándose de cargar más el miembro
operado, que ha sido sobreprotegido mucho tiempo.
Prensa. En esta fase, el paciente puede sostenerse en
la prensa mediante apoyo unipodal (puede controlar sin
bloqueo el peso del cuerpo). Será útil conseguir de forma
gradual un empuje equivalente al peso del cuerpo del
paciente.
Ejercicio de sentarse sin silla. Se efectúa de forma progresiva hacia los 90◦ de flexión.
Se efectúan en posición corregida (pelvis
Cuclillas.
n
en retroversión y cu˜ a debajo de los talones) sin peso
a˜ adido y luego con pesas, primero hasta 50◦ de flexión
n
y después hasta 90◦ en modo estático y dinámico.
Bicicleta de rehabilitación. Comienza cuando se obtienen 115-120◦ de flexión de la rodilla, para hacer trabajar
los músculos de los miembros inferiores y buscar la adaptación cardiovascular. Este ejercicio se efectúa sin calzapiés
para evitar la tracción de los isquiosurales. Se trata de una
actividad con participación de cadenas cinéticas mixtas o
frenadas, ya que el conjunto de los segmentos se desplaza
de forma simultánea, por lo que es imposible considerar
una inserción fija.
Trabajo de salto simulado. Es un trabajo excéntrico y
concéntrico del miembro inferior, con reclutamiento considerable del tríceps y del cuádriceps. El ejercicio recurre a
la cinética del salto sin el golpe de amortiguamiento, que
a menudo es doloroso. Es un ejercicio preparatorio para
el fortalecimiento pliométrico, que se hace de forma progresiva con un banco, tanto de frente como lateralmente.
Permite hacer trabajar la cadena de triple extensión (concepto de rebote).
Algunos aparatos isocinéticos en cadena cerrada hacen
trabajar la cadena de extensión contra una resistencia isocinética y luego la cadena de flexión para el retroceso de
la plataforma. Este retroceso hace trabajar con intensidad
los isquiosurales en modo analítico, lo que contraindica
expresamente el uso de este tipo de aparato para la rehabilitación de las plastias del LCP.
En fase 4, el fortalecimiento muscular finaliza en continuidad con la fase precedente. En este período de la intervención, los procesos inflamatorios han desaparecido en
la mayoría de los casos y los principios de musculación se
asemejan a los de la persona sana. Pierre Portero [12] distingue cuatro principios fundamentales de musculación
para mejorar la fuerza y la hipertrofia muscular:
• la intensidad del trabajo debe ser considerable (carga de
trabajo superior al 60% de la resistencia máxima);
EMC - Kinesiterapia - Medicina física
E – 26-240-D-20
• el número de repeticiones debe ser de unas tres series;
• entre las sesiones de trabajo debe haber 48 horas de
reposo (tres sesiones por semana);
• por último, el programa debe durar más de 8 semanas
para obtener la hipertrofia muscular.
En este sentido, se prosigue el trabajo con prensa. En
esta fase, en la medida en que el paciente es capaz de saltar sobre un pie, el peso aplicado puede ser superior al peso
del cuerpo. El trabajo en stepper continúa, lo mismo que
el fortalecimiento del cuádriceps en una máquina isocinética en cadena abierta si persiste un gran déficit muscular,
pero siempre sin activar los isquiosurales, ya que el paso de
la extensión a la flexión crea una gran compresión en deslizamiento posterior que es preferible evitar, incluso a distancia de la intervención. Aquí está indicado el fortalecimiento pliométrico. Corresponde al ciclo de estiramientoacortamiento del músculo, es decir, en una contracción
concéntrica inmediatamente seguida de una contracción
excéntrica [25] . De este modo se recupera el trabajo para
la carrera o los saltos. Presenta la ventaja de aumentar la
fuerza máxima [6] , pero también de aproximarse a la función y desarrollar la fuerza explosiva. Los autores de este
artículo emplean este modo de trabajo, recurriendo a los
saltos-recepciones con ayuda de un banco. El trabajo se
efectúa de frente y de costado respecto al banco.
Trabajo propioceptivo
Está dirigido a optimizar los apoyos y a estabilizar lo
mejor posible la rodilla operada.
Empieza lo antes posible, haciendo trabajar el equilibrio
unipodal si el apoyo es completo y si el control de la rodilla
es correcto. Es una fase esencial de la rehabilitación, ya
que la ausencia de los ligamentos originales y las tomas de
injertos dificultan de modo considerable la recuperación
de los desequilibrios.
Al parecer, la técnica del recto interno-semitendinoso
es la más apta para aumentar el déficit propioceptivo en
relación con el tendón rotuliano [21] .
El apoyo unipodal debe buscarse lo antes posible en
ausencia de lesiones asociadas porque, debido a la orientación de la pendiente tibial oblicua hacia abajo y hacia
atrás, la plastia del LCP tiende a relajarse [10, 19, 18] (Fig. 4).
Además, es un ejercicio básico de protección, ya que hace
trabajar la cadena cerrada (aumento de las fuerzas de compresión de la rodilla y, por tanto, disminución de las
fuerzas de traslación anterior y posterior).
Este apoyo unipodal se busca en un primer momento
con el pie descalzo en el suelo y la rodilla algo flexionada.
En este sentido, sería más fisiológico usar los receptores
plantares para obtener una posición articular correcta [23] .
En progresión, el uso de planos blandos (colchoneta de
gomaespuma, balón chato, trampolín) es útil para aumentar los desequilibrios a partir del pie. En esta posición, a
continuación hay que aplicar desestabilizaciones extrínsecas (lanzamiento-recepción de balón o impulsos dados
por el rehabilitador) o intrínsecas.
En fase 3, el trabajo propioceptivo continúa en apoyo
unipodal de forma progresiva, de la extensión a la flexión
de la rodilla. Permite un fortalecimiento «equitativo» del
cuádriceps y de los isquiosurales. En esta fase se efectúa en
modo estático y de manera progresiva en modo dinámico,
con cuidado de que la rodilla esté bien controlada, sin
movimientos en valgo ni en varo.
En fase 4, ante un proyecto deportivo o un trabajo que
necesite buenos apoyos en el suelo, se efectuará un trabajo
más intenso.
Se usa un trampolín inclinado (push-back) para activar el
salto y la recepción, primero de frente y después de cada
lado para hacer trabajar mucho más los estabilizadores
laterales de la rodilla.
El trabajo de los saltos es fundamental. Primero sin
moverse de lugar y luego con cuartos de vueltas y medias
vueltas en un sentido y en el otro, para hacer trabajar bien
9
10. E – 26-240-D-20
Rehabilitación de la ligamentoplastia del ligamento cruzado posterior de la rodilla
los rotadores mediales y laterales de la rodilla. Este trabajo
de los saltos también puede hacerse pasando de un pie al
otro, controlando bien la rodilla y separando los pies cada
vez más.
También se puede usar la finta (tipping). Es un ejercicio
derivado de la práctica del baloncesto y consiste, a partir
de una posición de flexión bipodal, en levantar de forma
alternada un pie y luego el otro durante algún tiempo
(en general tres series de 30 segundos a 1 minuto) y a un
ritmo elevado en la medida de lo posible. Es un ejercicio
interesante que hace trabajar a la vez los cuádriceps y la
adaptación cardiovascular indispensable para una buena
reanudación del deporte. Con esta idea, la carrera liviana,
base de todos los deportes, se reanuda de modo progresivo instaurando programas adaptados a cada deportista
para recuperar las sensaciones de la carrera y una buena
adaptación cardiovascular al esfuerzo. El trabajo de los
cambios de dirección y de los giros permite completar el
trabajo. Estos ejercicios, indispensables para la reanudación de algunos deportes (baloncesto, balonmano, fútbol,
rugby, balonvolea, tenis, etc.) se escogen en función del
deporte que el paciente practica.
La rehabilitación se dirige de manera progresiva a
reprogramar la actividad deportiva para permitir la reanudación del deporte en las mejores condiciones. La función
del kinesiterapeuta en este período es importante en términos de educación para la prevención de los accidentes
musculares [32] . Esto consiste en el aprendizaje del calentamiento del músculo y de la vigilancia neuromotora,
pero también de los estiramientos y los autoestiramienn
tos. El kinesiterapeuta también desempe˜ a un papel en
la fase de «regreso a la práctica deportiva», ya que hace
de nexo entre el deportista y el entrenador. La vuelta al
deporte se inicia por una larga fase de reanudación de los
entrenamientos (durante varios meses), durante la cual la
progresión se ajusta a tres criterios principales: el estrés
biomecánico, la programación de la actividad y el cansancio [32] . Cuando todos los gestos técnicos se pueden
hacer a amplitud y velocidad máximas ante cualquier
adversario, el deportista está en condiciones de volver a
la competición.
Conclusión
La rehabilitación de la ligamentoplastia del LCPI debe
efectuarse con prudencia y durante un tiempo prolongado debido a las dificultades inherentes a esta situación.
Los plazos de las diversas fases son casi el doble de los
correspondientes al tratamiento de las ligamentoplastias
por ruptura del LCAE. Respetar los períodos de inmovilización, de recuperación lenta de la flexión y de uso diferido
de los isquiosurales es indispensable para el éxito de esta
intervención.
Las características tisulares condicionan una parte del
resultado, ya que las personas fuertes se ven más favorecidas que las hiperlaxas.
Sin embargo, los resultados funcionales, aun cuando a
menudo se manifiesta el cajón posterior, suelen ser buenos
en su conjunto.
A fin de cuentas, antes de considerar una ligamentoplastia sería aconsejable hacer una prueba de rehabilitación,
ya que el desarrollo excesivo del cuádriceps y el trabajo
propioceptivo estático y dinámico podrían, en algunos
casos, evitar la cirugía, salvo en el contexto de una intervención preventiva de la artrosis.
Bibliografía
[1]
10
Christel P, Darnault A, Simonnet J. Rééducation du genou
après lésion ou chirurgie du ligament croisé postérieur. EMC
(Elsevier Masson SAS, Paris), Kinésithérapie-Médecine
physique-Réadaptation, 26-240-D-20, 1997: 12p.
[2]
[3]
[4]
[5]
[6]
[7]
[8]
[9]
[10]
[11]
[12]
[13]
[14]
[15]
[16]
[17]
[18]
[19]
[20]
[21]
[22]
[23]
Yahia N, Daniel F, Breton G, Darnault A, Griffon A. Résultats de la rééducation après ligamentoplastie du LCP. XIIe
Journée de Menucourt : “LCA/LCP : nouvelles approches
thérapeutiques des ligamentoplasties du genou”. Montpellier: Sauramps Médical; 2003.
Brunet P, Charrois O, Degeorges R, Boisrenoult P, Beaufils P. Cicatrisation sur tuteur synthétique dans les ruptures
récentes du ligament croisé postérieur. Rev Chir Orthop
2005;91:34–43.
Christel P, Djian P. Reconstruction chirurgicale du ligament croisé postérieur. EMC (Elsevier Masson SAS,
Paris) Techniques chirurgicales–Orthopédie-Traumatologie,
44-782, 2000: 8p.
Christel P, Djian P, Payrache MD. Biomécanique du
ligament croisé postérieur et des structures capsuloligamentaires postéro-internes et postéro-externes. In:
Cahiers d’enseignement de la SOFCOT, 69◦ réunion annuelle,
Paris VI, 2007.
Puddu G, Giani E, Scala A. La réhabilitation après reconstruction du ligament croisé postérieur. Clinica Valle Giuloa,
Rome, 1995.
Imbert JC, Duprés La Tour L. Lésions récentes des ligaments
du genou. EMC (Elsevier Masson SAS, Paris), Appareil locomoteur, 14-080-A-20, 1993.
Rachet O, Quelard B, Chambat P, Dubernard F. Rééducation après plastie du ligament croisé postérieur,
principes généraux et conduite à tenir au cours des 4
premiers mois postopératoires. Ann Kinesither 1995;22:
323–32.
Pousson M. Pliométrie et travail excentrique. Profession Kiné
Plus, n◦ 74, Avril-Mai-Juin 1999. p. 10-3.
Quélard B, Rachet O, Badet R, Chambat P. Les concepts dans
la rééducation du LCP. En: 13◦ journée lyonnaise de chirurgie
du genou–Le genou et le sport, du ligament à la prothèse.
Montpellier: Sauramps médical; 2008.
Badet R, Chambat M, Boussaton V, Djian P. Traitement chirurgical d’une rupture isolée du LCP : résultats d’une série
rétrospective multicentrique de 103 patients. Symposium de
¸
la Société Francaise d’Arthroscopie; 2004.
Portero P. Optimisation des effets de la musculation. 6e colloque de l’ADDMS 94 : Théorie et pratique de la musculation,
Paris-Vincennes, 20 mars 1999. Profession Kiné Plus, n◦ 76,
Oct-Nov-Dec 1999.
Puddu GC, Giani E. La rééducation après lésion du LCP.
Index traumatologie du Sport 1985;2:3–11.
Champa P, Neyret P. La reconstruction du LCP. Cahier de la
SOFCOT, 69◦ réunion annuelle, 1984. p.57-62.
La Châtaigneraie. Kinésithérapie et rééducation du syndrome
rotulien. In: VIIe journée de Menucourt (La pathologie rotulienne non arthrosique), 9 octobre 1993.
Christel P. La ligamentisation des greffes autologues. In:
Médecine Physique et de Réadaptation, La lettre, 2◦ trimestre
1999.
Gatto F, Favre D. Les effets thérapeutiques de l’éducation à
la santé. Kinesither Scient Novembre 1997;(n.◦ 372).
Barabant S. Rééducation après chirurgie réparatrice du
ligament croisé postéro-interne. Kinesither Scient février
1997.
Quesnot A, Chanussot JC, Corbel I. La cryothérapie en rééducation : revue de la littérature. Kinesither Scient Novembre
2001;(n.◦ 416).
Gourriet A. Travail à la presse contre travail analytique du
quadriceps, lors de la VIIe journée de Menucourt (La pathologie rotulienne non arthrosique) du 9 octobre 1993. In: Kiné
Actualité n◦ 495, jeudi 3 février 1994.
Kerkour K. Reconstruction du ligament croisé antérieur :
répercussions du choix du greffon sur la sensibilité
proprioceptive du genou. Kinesither Ann janvier 2003;
(n.◦ 13).
Vaillant J. Prudence... prudence, La rééducation du ligament croisé postérieur. Kinesither Scient avril 1996;
(n.◦ 355).
Gain H. Les techniques de renforcement musculaire : choix et
adaptations chez le sportif blessé. Kinesither Scient novembre
2001;(n.◦ 416).
EMC - Kinesiterapia - Medicina física
11. Rehabilitación de la ligamentoplastia del ligamento cruzado posterior de la rodilla
[24] Ido G. Etude comparative sur Cybex 6000 (chaîne cinétique ouverte) et Aristokin (chaîne cinétique fermée) sur
26 sujets sains–Approche dans la rééducation des genoux
ligamentaires. [mémoire D.U. de médecine orthopédique et
physiothérapie], Université René Descartes, Paris V, 19971998.
[25] Génot C, Neiger H, Leroy A, Pierron G, Dufour M, Péninou
G. Principes de kinésithérapie. Paris: Flammarion MédecineSciences; 1983.
[26] Leroy A, Pierron G. Kinésithérapie 1, Principes–Bilans. En:
Techniques passives et actives de l’appareil locomoteur. Paris:
Flammarion Médecine-Sciences; 1983.
[27] Lutz GE, Palmitier RA, An KN, Chao EY. Comparison
of tibiofemoral joint forces during open-kinetic-chain and
closed-kinetic-chain exercises. J Bone Joint Surg [Am]
1993;75:732–9.
E – 26-240-D-20
[28] Wilk KE, Escamilla RF, Fleisig GS, Barrentine SW,
Andrews JR, Boyd ML. A comparison of tibiofemoral joint
forces and electromyographic activity during open and closed kinetic chain exercises. Am J Sports Med 1996;24:
518–27.
[29] Race A, Amis AA. The mechanical properties of the two
bundles of the human posterior cruciate ligament. J Biomech
1994;27:13–24.
[30] Chatrenet Y. La place de la chaîne cinétique fermée dans la
rééducation des ligamentoplasties LCA : attention au maillon
faible. Kinesither Ann janvier 2003;(n.◦ 13).
[31] Chatrenet Y. Evaluation et bilan kinésithérapiques
des ligamentoplasties. Kinesither Ann janvier 2003;
(n.◦ 13).
[32] Cascua S. La prévention des lésions musculaires. Sport Med
1997;90:71–6.
H. Cullin, Cadre de santé.
Centre de médecine physique et de réadaptation La Châtaigneraie, 95180 Menucourt, France.
J.-L. Guillemain, moniteur-cadre de masso-kinésithérapie, formateur (hdb78@free.fr).
Institut de formation en masso-kinésithérapie Valentin Haüy Paris, 5, rue Duroc, 75007 Paris, France.
28, rue du marais, 78820 Juziers, France.
Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo: Cullin H, Guillemain JL. Rehabilitación de la ligamentoplastia del
ligamento cruzado posterior de la rodilla. EMC - Kinesiterapia - Medicina física 2012;33(4):1-11 [Artículo E – 26-240-D-20].
Disponibles en www.em-consulte.com/es
Algoritmos
Ilustraciones
complementarias
EMC - Kinesiterapia - Medicina física
Videos/
Animaciones
Aspectos
legales
Información
al paciente
Informaciones
complementarias
Autoevaluación
Caso
clinico
11