1. Capítulo 8
Positivismo lógico
El siguiente intento histórico de proporcio- ciencia.
nar a la ciencia esa objetividad completa que El nombre de positivismo se debe a que só-
mencionábamos en el capítulo consistió en lo acepta los datos empíricos (o positivos); y
recurrir la objetividad de los “hechos” empí- el apellido de lógico se debe a que aceptar
ricos, y se denomina positivismo. como verdadero sólo lo verificado empírica-
El positivismo, iniciado en el siglo XIX, y mente es un modo particular de concebir la
llevado a sus últimas consecuencias teóricas lógica (disciplina que se encarga de analizar
por filósofos de la ciencia en la primera mitad el lenguaje y de examinar las conexiones de
del siglo XX, en su versión más radical, sos- las afirmaciones que realiza el lenguaje entre
tiene una tesis básica, de la que se deriva toda sí y con la realidad).
su visión de la ciencia: sólo el conocimiento Este punto de partida tiene, como razón de
sensible, empírico (ver, palpar, etc., sea direc- fondo, el deseo de dar a la ciencia unos fun-
tamente, sea mediante aparatos) proporciona damentos absolutamente sólidos e incontro-
conocimientos fiables. Todo conocimiento se vertibles, no sujetos a la opinión fácilmente
refiere a una realidad material concreta y el cambiante de los hombres. En efecto, vemos
método de conexión del hombre con la reali- que en cuestiones humanas hay mil opinio-
dad es la sensación. nes distintas sobre la misma cosa. El inten-
to del positivismo (continuación de los inten-
tos previos de los racionalistas del siglo XVII)
8.1. La “ciencia” positivista es que la ciencia salga del estado de mera
opinión, y adquiera así una solidez indiscuti-
La ciencia se elabora, según la visión posi- ble. Y el punto de apoyo de solidez absoluta
tivista, por medio de sistematizaciones de las que propugna el positivismo es la observa-
observaciones empíricas, que permiten ob- ción empírica, la sensación, aunque sea indi-
tener hipótesis explicativas sobre los hechos rectamente mediante aparatos.
observados. Con esta nueva fundamentación se preten-
Para el positivismo, las afirmaciones que de llevar hasta el final la idea siguiente: las
se refieren a una realidad concreta que puede reflexiones filosóficas han tenido, hasta el si-
ser experimentada sensiblemente tienen sen- glo XVII, más de dos mil años de existencia.
tido, es decir, señalan o apuntan hacia algo Sin embargo, los resultados, vistos desde el
real. Por el contrario, para ellos, las afirma- punto de vista de explicación y dominio de la
ciones genéricas, filosóficas, carecen de sen- naturaleza, han sido sumamente pobres. De
tido, es decir, de realidad material concre- hecho, existen muchas visiones filosóficas de
ta sensible a la que se refieran. Con ellas - diversos aspectos de la realidad, incompati-
afirman los positivistas- no se puede elaborar bles unas con otras. Ante este aparente fra-
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2. 62 CAPÍTULO 8. POSITIVISMO LÓGICO
caso, los teóricos de la ciencia pretendieron sensible, que se refiere siempre sólo a una co-
que ésta se fundamentara en algo más sóli- sa. Dicho con una anécdota (quizá falsa, pero
do que los conocimientos intelectuales que, ilustrativa): a la salida de un congreso de fi-
como hemos visto, pueden estar sujetos a la losofía de la ciencia en Londres un positivista
opinión y a la duda. afirma: Han pintado los autobuses de rojo, a lo
El método científico, según el positivismo, que otro congresista contesta: Sí, por lo menos
debe limitarse a llevar un registro de los fe- por este lado.
nómenos observados, y a establecer las co- Dicho de otro modo: si se acepta la afirma-
rrelaciones entre ellos, de modo que esas co- ción básica del positivismo, lo que no se ha
rrelaciones fijas -que asocian un fenómeno a observado personalmente por medio de los
un mecanismo de producción- serían las te- sentidos no se puede afirmar. Si un investiga-
sis de la ciencia. De esta manera, la ciencia dor hace una observación en su laboratorio,
no se apoyaría nunca en opiniones o dudas, ha observado lo que sucede en su laborato-
sino sólo en hechos empíricamente compro- rio en el experimento que ha hecho, pero no
bados, reproducibles por otros investigado- podría afirmar ni negar que, el mismo experi-
res. En suma, toda la ciencia estaría libre de mento, realizado en otra parte, fuera a dar los
las interferencias que el investigador pudie- mismos resultados. Por tanto, la afirmación
ra producir con su investigación. El cuerpo que se realiza en la publicación del artículo
de los conocimientos científicos sería imper- no podría tener validez universal. Es simple-
sonal, absoluto e independiente. Por tanto, mente constatación de unos hechos concre-
completamente seguro, a diferencia -opinan- tos.
de los conocimientos filosóficos, que están
sujetos a la percepción variable del filósofo,
a la influencia de las mentalidades de cada 8.2. El positivismo moderado
época, etc.
Las dificultades del positivismo para lle- Esta posición es tan insostenible, que los fi-
var adelante la empresa científica son nota- lósofos de la ciencia positivistas serios afir-
bles. Aunque aparentemente pueda parecer man que, efectivamente, todo lo que lleva-
lo contrario, se puede decir que, más que de- mos observado no permite afirmaciones so-
jar la ciencia apoyada en unos fundamentos bre lo que no hemos observado, pero que las
sólidos e incontrovertibles, deja la ciencia sin afirmaciones generales sí tienen cierto senti-
fundamento. Veamos cómo. do: parece que cabe esperar que, si repetimos
Por una parte, la ciencia elaborada al modo experimentos que han dado un cierto resul-
positivista tiene serias dificultades para po- tado, el resultado se repetirá. Por tanto, aun-
der afirmar que llega a conclusiones que se que las afirmaciones generales no tienen vali-
puedan aplicar a cualquier realidad estudia- dez absoluta (si mañana repito el experimen-
da del mismo tipo. Si lo único que se admi- to nada me garantiza que voy a obtener el
te como fuente de conocimiento es la sensa- mismo resultado), son orientativas. La cien-
ción, todos los conocimientos serán necesa- cia sería, según los positivistas, una acumu-
riamente individuales. Por tanto, el lengua- lación de estas afirmaciones generales orien-
je humano no podría proferir ninguna afir- tativas que no pueden reclamar una validez
mación científica, pues éstas son, por defini- absoluta.
ción, universales, es decir, se refieren, no a Karl Popper añadió a la visión positivis-
una realidad individual, sino a muchas que ta el concepto de falsabilidad. Como vimos
coinciden en la misma esencia o modo de al hablar del método científico, una hipótesis
ser. Esta es una característica del conocimien- científica, que inventamos o inducimos a par-
to intelectual, que no posee el conocimiento tir de una observación, puede ser comproba-
3. 8.4. CONCLUSIÓN 63
da mediante un experimento adecuado. Para realidad o los experimentos sólo proporcio-
los positivistas no puede existir la compro- nan conocimientos sensibles. Como niegan,
bación: puede hacerse un experimento que en mayor o menor medida, la realidad y vali-
coincida con la hipótesis científica, pero es- dez de los conocimientos intelectuales, iden-
to no garantiza que la hipótesis se cumplirá tifican inducción con una generalización a to-
siempre. Las hipótesis siempre seguirán sien- dos los casos, incluidos los no observados, y
do hipótesis, aunque muchos experimentos ese paso les parece -con razón- no coherente.
las confirmen, porque no se pueden observar Sin embargo, la inducción no es un paso
todos los hechos a los que se refiere la hipóte- de la sensación individual a la afirmación ge-
sis. Sin embargo, si al hacer un experimento, neral. Es el paso de unas observaciones indi-
observo que la hipótesis no casa con la obser- viduales a un conocimiento intelectual, que
vación, la hipótesis queda falsada, es decir, se permite conocer la esencia de lo que obser-
demuestra que es falsa, y pasa a estar fuera vamos y que, por tanto, es aplicable a cual-
del cuerpo de la ciencia. quier otra situación en que captemos que se
La ciencia, de este modo, es una acumula- trata del mismo tipo de cosas. Sin embargo, a
ción de hipótesis no comprobadas, a la que se pesar de formar parte de nuestra vida diaria,
van añadiendo nuevas hipótesis para expli- los positivistas niegan que haya en la reali-
car los nuevos hechos observados, pero que dad algo que se pueda llamar modo de ser o
no puede, en ningún momento, decir que es esencia, que se capte con la inteligencia, si-
la verdad ni una aproximación a la verdad multáneamente con la observación empírica.
dentro del ámbito que se está observando. Les parece que admitir esencias pone en gra-
Para poder tener una afirmación verdadera ve peligro de subjetivismo la empresa cientí-
desde el punto de vista positivista habría que fica (eso se empieza a parecer demasiado a la
observar todos los casos que se pudieran dar. filosofía, con sus opiniones no contrastables).
Esto es imposible y, por tanto, toda la ciencia Y, para ellos, la ciencia debe ser más sólida y
son sólo suposiciones o hipótesis no falsadas. apoyarse sólo en las observaciones sensibles
La ciencia es, por tanto, una búsqueda sin tér- y empíricas.
mino: el trabajo del científico no logra cons-
truir verdades, ni siquiera parciales, ni mo-
delos que expliquen verdaderamente la reali- 8.4. Conclusión
dad. Sólo elabora hipótesis que nunca pasan
del estado de suposición, porque no se pue- De todas estas consideraciones, podemos
den comprobar. deducir que la ciencia positivista no es cien-
cia en el sentido que le damos habitualmen-
te a esta palabra, pues la ciencia es un cier-
8.3. Positivismo e inducción to conocimiento intelectual, que es univer-
sal (aplicable a todas las cosas en todas par-
Los positivistas niegan la inducción, pero tes). Esta universalidad de los conocimien-
le dan a este término un significado distin- tos científicos es una evidencia de sentido co-
to al normal; inducción es el proceso por el mún y filosófica (el mundo es igual en todas
que el hombre adquiere conocimientos inte- partes y es homogéneo en sus propiedades)
lectuales -y, por tanto, generales- a partir de que no procede de observaciones científicas
las observaciones de la realidad (observacio- especializadas. En la civilización occidental,
nes que proporcionan una percepción que es, esta convicción está reforzada por la idea, de
a la vez, sensible e intelectual: sentimos y sa- origen cristiano, de que el mundo está crea-
bemos lo que sentimos). Los positivistas, sin do por Dios según un plan razonable y, por
embargo, suponen que la observación de la tanto, tiene sentido intentar descubrir el plan
4. 64 CAPÍTULO 8. POSITIVISMO LÓGICO
ordenado que hay en las cosas, es decir, ela- tual, propio y exclusivo del hombre. Este co-
borar explicaciones científicas sobre ellas. nocimiento puede referirse a aspectos de la
El positivismo, al quererse apoyar sólo en realidad que se pueden captar por los senti-
la solidez de la evidencia sensible, niega, en dos (como rojo o rugoso), aspectos que se pue-
mayor o menor medida según los autores, la den sentir y, a la vez, entender (así, una cosa
validez del conocimiento intelectual, que es es ver el color rojo de una rosa -sentir- y otra
el único universal, y la empresa científica se cosa distinta es saber que esa rosa es roja -
desmorona, pues no puede alcanzar resulta- conocimiento intelectual-); pero, sobre todo,
dos aplicables fuera del laboratorio donde es- la curiosidad por el qué es y el porqué se re-
toy trabajando. fiere a aspectos exclusivamente inteligibles o
Actualmente muchos científicos piensan la pensables de la realidad. Así, al ver una rosa
ciencia de modo positivista, aunque no arti- roja por primera vez, al interrogar ¿qué es?,
culen su postura de un modo teórico. Es so- un niño no pregunta por el color sino por su
lamente su modo de vivir la cuestión, pero modo de ser, por el qué es, por lo que nos co-
que no ha sido reflexionada de modo teórico munica la palabra rosa. Normalmente ambos
ni explícito. Sin embargo, es frecuente que es- conocimientos van juntos cuando percibimos
tén, de hecho, casi ciegos a las aprehensiones una rosa roja, pero seguimos sabiendo lo que
intelectuales que van con toda la investiga- es el rojo y lo que es una rosa cuando ya no
ción científica y que permite al hombre ela- estamos viendo la rosa roja: saber lo que es el
borar ciencia (la especie del animal con que rojo no es imaginar una imagen roja, sino un
trabajan, qué es una causa, etc.). Es impor- saber que no necesita una imagen coloreada,
tante ser conscientes de esos conocimientos del mismo modo que saber lo que es una rosa
que no se derivan de una verificación empí- tampoco necesita ninguna imagen de ningún
rica o sensible para tener una visión clara de color en la imaginación.
la ciencia, que no la deje reducida a mera re- Se observa otra diferencia clara entre el co-
copilación de datos y de hipótesis no verifi- nocimiento sensible y el inteligible al exami-
cables. nar el tipo de lenguaje que los expresa. Las
sensaciones que experimentamos provocan a
lo sumo algunas manifestaciones estereotipa-
8.5. Conocimiento sensible e das; en los animales esto es aún más claro,
intelectual pues manifiestan con un lenguaje de soni-
dos o signos bastante reducido sus reaccio-
La curiosidad por saber del hombre es pe- nes ante lo que sienten o sus estados de áni-
culiar y distinta de la de los demás anima- mo (alegría, ira, etc.). Los conocimientos in-
les. Concretamente, además de curiosidad telectuales, por el contrario, se expresan con
por experimentar con sus sentidos (ver, to- las palabras del lenguaje humano, que sig-
car, etc.), tiene curiosidad por saber qué son nifica primariamente conocimientos intelec-
las cosas, por conocer su qué son, su especie o tuales (incluso cuando éstos se refieren a ob-
esencia; y su porqué, su causa; curiosidad in- jetos que se pueden sentir). Para clarificar al-
telectual, en una palabra. Esta curiosidad es go más la cuestión puede servir el siguiente
especialmente manifiesta a ciertas edades de ejemplo: un ciego puede hacerse cargo hasta
la infancia en que los niños no cesan de pre- cierto punto de lo que es la luz y el color gra-
guntar el nombre de cada objeto o el porqué cias a nuestras descripciones, y puede hablar
de cada cosa. de ellos porque los ha entendido; sin embar-
Esta curiosidad por esos dos aspectos (qué go, no ha experimentado nunca la visión de
es y porqué) no está presente en los animales. la luz y del color: su conocimiento no ha sido
Son característicos del conocimiento intelec- nunca sensación.
5. 8.5. CONOCIMIENTO SENSIBLE E INTELECTUAL 65
El conocimiento intelectual nos permite sa-
ber lo que son las cosas, es decir, su modo de
ser o esencia. Esto se refiere tanto a la especie
(como gato, perro, etc.), como a sus cualida-
des o propiedades materiales (por ejemplo,
sé que eso es rojo, que está ahí o allá). El cono-
cimiento sensible sólo permite sentir las cua-
lidades; así, se puede sentir que esto aprieta
aquí, ver su color, etc.; pero este conocimien-
to no permite un conocimiento abstracto o in-
telectual sobre ellas. Por esta razón, los ani-
males no expresan en su lenguaje el modo de
ser de las cosas, sino sólo sus impresiones de
agrado o desagrado, miedo, etc.
La elaboración de la ciencia parte del co-
nocimiento intelectual de la realidad, y no de
las meras sensaciones. Al comienzo de este
capítulo colocábamos entre comillas la pala-
bra “hechos”, pues corresponden a la visión
que un positivista tiene de la realidad, es de-
cir, a la verificación empírica. Sin embargo, la
realidad no es solo sensible, sino que también
se puede entender; sin esta faceta, la ciencia
no es posible.