17. De todos modos, ¿cuántas pruebas
más necesitamos para darnos cuenta
de que lo que llamamos vida y
muerte no son más que dos caras de
una misma moneda?
27. Claro que las ausencias duelen,
y mucho. Y tardan un gran tiempo
el curar su dependencia.
28. Es cierto que el vacío por
los que ya no están es
insondable.
29. El corazón queda herido, lo sé.
Pero si vivimos con intensidad cada
momento, amando y disfrutando
de todo lo que nos rodea,
reconoceremos la muerte como parte
indivisible de la vida.
32. Seremos conscientes de que
simplemente se adelantaron en el
camino para seguir evolucionando.
No los podemos ver, es cierto,
pero los podemos sentir.
Sabemos que están.