El documento describe la mediación en el aprendizaje y la función del docente como mediador. La mediación se refiere a que los estudiantes construyen el conocimiento a través de la intervención de otros como docentes, compañeros y materiales educativos. El docente juega un papel fundamental al seleccionar y organizar la información para los estudiantes. La tecnología permite nuevas formas de mediación educativa al eliminar las barreras de tiempo y espacio. El docente debe utilizar las herramientas tecnológicas adecuadas para facilitar
1. 1. MEDIACIÓN
La mediación se refiere al hecho de que el estudiante, como exponen
Díaz-Barriga y Hernández (2002), no construye el conocimiento en solitario,
sino a través de la propia mediación o intervención de los otros y en un
momento y contexto particular, siendo esos otros, en el ámbito educativo, los
docentes y compañeros de clase.
En tal sentido, la mediación del aprendizaje involucra proponer un
discurso educativo preparado en función del estudiante, quien siempre está
presente, bien sea en el aprendizaje con el docente, por medio de los textos
o los materiales educativos, con y en el grupo o con el asesor, posibilitando
la motivación, la autonomía y el sentido de protagonismo del estudiante como
centro de su proceso educativo.
Paralelamente, Feuerstein (2002), señala la mediación del aprendizaje
como la interacción del ser humano con su ambiente, definiéndola como la
acción de un agente externo al estudiante, que influye en el flujo de
información que existe entre el sujeto que aprende y el objeto de su
aprendizaje.
No cabe la menor duda de que el referido autor plantea que es ese
agente mediador quien selecciona, organiza, filtra y entrega la información
con una finalidad específica, siendo este el rol que se espera del docente en
la actualidad.
2. 2. MEDIACIÓN TECNOLÓGICA
La mediación tecnológica, según Arboleda (2005), hace referencia a la
manera como el facilitador hace llegar el mensaje educativo a los
participantes a través de medios tecnológicos. Así, las tecnologías de la
información y la comunicación juegan un papel de gran importancia por
cuanto permiten acabar con las restricciones de tiempo y espacio entre los
participantes del acto educativo.
En cuanto al entorno tecnológico que posibilita estas acciones de
mediación, de acuerdo a lo planteado por Cruz (2008), es primordial que el
mismo ofrezca un espacio socialmente abierto en el cual los actores
involucrados participen en la construcción colaborativa del conocimiento y no
en un simple acceso virtual a la información.
En tal sentido, la tecnología aporta de manera continua herramientas
eficientes y eficaces que permiten la creación de esos espacios de trabajo
colaborativo, poniendo a disposición de los usuarios, desde el ya tan común
correo electrónico, pasando por los sistemas de documentos compartidos,
trabajo en grupos, foros virtuales, blogs, wikis, hasta las más sofisticadas
plataformas mediadoras de formación virtual y a distancia.
Es de hacer notar, que para lograr una significativa construcción del
conocimiento mediado por la tecnología, se deben considerar algunos
aspectos claves como la apropiada selección de las herramientas
mediadoras para concretar la construcción del aprendizaje, en función de los
3. objetivos que se pretende alcanzar y del público al cual se espera llegar,
tomando en cuenta que las mismas permiten a varias personas que se
encuentran físicamente separadas, trabajar de manera síncrona o asíncrona
con aplicaciones informáticas y archivos comunes, intercambiar
informaciones, noticias y experiencias, realizar reuniones virtuales, así como
también debatir, compartir y publicar información, todo ello de un modo fácil e
intuitivo.
3. BASES HISTÓRICO-CULTURALES DE LA MEDIACIÓN TECNOLÓGICA
En el enfoque histórico-cultural del psicólogo bielorruso L. S. Vigotsky y
sus seguidores, es donde por primera vez se enunció el concepto de
mediación, para designar la función de los instrumentos, tanto materiales
como psicológicos, que constituyen herramientas de interposición en las
relaciones de las personas con otras personas y con el mundo de los objetos
sociales.
Tomando en cuenta lo anterior, al hablar de mediación tecnológica, se
establece un vínculo entre el concepto de mediación y el de herramienta,
suponiendo una actividad humana para transformar la naturaleza como
consecuencia de la reacción natural del ser humano sobre la misma. El ser
humano transforma la naturaleza a través del empleo de herramientas y con
su trabajo, y así se transforma a sí mismo. También relaciona el concepto de
herramienta con el de signos, en cuanto cumplen funciones mediadoras.
4. En efecto, Vigotsky amplía el concepto de mediación en la interacción
humano-ambiente, ya que usa signos para hacerse entender, los cuales han
sido creados por las sociedades a lo largo de la historia, en donde la
comunicación es una acción mediadora del hombre.
Por su parte, Fainholc (2005), plantea que en la actualidad existe la
necesidad de transitar de concepciones instrumentalistas de la tecnología
como herramientas artefactuales para satisfacer fines y necesidades de
quienes las usan y con valores subordinados a otras esferas sociales, como
la política y la cultura, hacia conceptualizaciones sustantivas donde se
concibe a la tecnología como una fuerza cultural autónoma, arbitraria en su
construcción, que se constituye dentro de un entorno histórico-cultural como
forma de vida y que re estructura el mundo social como un objeto de control.
Según la mencionada autora, concebir a la tecnología como forma de
pensamiento y acción supone un nuevo estadio en la concepción de la
disciplina de la tecnología, hoy indisolublemente ligada a la educación.
Planteado así, se propicia un replanteamiento acerca de cómo pensar y
practicar la enseñanza en general, como variable interviniente en la
búsqueda de una cultura de pensamiento para lograr un mejor entendimiento
socioeducativo y desarrollo de la ciudadanía de los países dentro de marcos
globales.
Por otra parte, y desde la perspectiva histórico-cultural, comentan
Quintero y Vélez (s/f), la investigación sobre la acción educativa y el papel
jugado por la tecnología como elemento mediador del aprendizaje, sufre un
5. giro respecto a los fundamentos que han sido dominantes hasta ahora. Así,
la tradición basada en la experiencia y las corrientes cognitivas impusieron
modelos y metodologías de investigación e intervención, las cuales resultan
limitadas en algunas facetas, fundamentalmente a la hora de interpretar
determinadas situaciones o procesos. En torno a lo planteado, los
instrumentos mediadores están inevitablemente ligados a la acción, pues los
medios no tienen ninguna capacidad por sí mismos. Bajo el paradigma
sociocultural, partiendo de una unidad de análisis; la acción mediada, es
posible estudiar con nuevas claves los procesos de enseñanza.
4. ENFOQUES DE LA PSICOLOGÍA CULTURAL
Tal como exponen Quintero y Vélez (s/f), la cultura es un componente
activo para el pensamiento, aunque olvidado en mayor o menor grado por
ciencias como la psicología, la economía o la teoría de la comunicación. De
un modo general, el marco teórico imprescindible para una psicología cultural
lo proporcionó Vigotsky, al incorporar la cultura como elemento fundamental
en la formación de la mente. Iniciada en los años veinte del siglo pasado,
esta perspectiva recibe el nombre de enfoque histórico cultural o
sociocultural, dentro de la cual, uno de los conceptos fundamentales de su
enfoque es el de mediación cognitiva.
Desde este punto de vista, la tecnología es uno de los elementos
constituyentes de la cultura. De esta manera, partiendo de su dualidad
conceptual y material, la tecnología facilita la relación del individuo con los
6. grupos sociales y con el mundo, de manera que combina las propiedades de
las herramientas y de los símbolos. No tiene sentido analizar los dispositivos
tecnológicos como elementos aislados. La manera de concebirlos y utilizarlos
ofrece motivos para la creación de diferentes modelos culturales. En este
sentido, la actividad mediada tiene consecuencias multidireccionales, tales
como la modificación de las relaciones entre sujetos, o entre el medio y el
sujeto.
5. IMPLICACIONES EDUCATIVAS DE LA PSICOLOGÍA CULTURAL
Considerando lo planteado por Carrera y Mazzarella (2001), existen tres
ideas básicas de la psicología cultural, las cuales que tienen relevancia en
educación:
(a) Desarrollo psicológico visto de manera prospectiva: en el proceso
educativo normalmente se evalúan las capacidades o funciones que el
aprendiz domina completamente y que ejerce de manera independiente, la
idea es comprender en el curso del desarrollo, el surgimiento de lo que es
nuevo. En tal sentido, es en la zona de desarrollo próximo que el docente
debe intervenir para provocar en los estudiantes los avances que no
sucederían espontáneamente.
(b) Los procesos de aprendizaje ponen en marcha los procesos de
desarrollo: la trayectoria del desarrollo es de afuera hacia adentro por medio
de la internalización de los procesos interpsicológicos; de este modo, si se
considera que el aprendizaje impulsa el desarrollo, resulta que la educación
7. formal es el agente encargado y tiene un papel fundamental en la promoción
del desarrollo holístico del ser humano.
(c) Intervención de otros miembros del grupo social como mediadores
entre cultura e individuo: esta interacción promueve los procesos
interpsicológicos que posteriormente serán internalizados. Igualmente, la
intervención deliberada de otros miembros de la cultura en el aprendizaje es
esencial para el proceso de desarrollo humano. Las instituciones educativas,
en cuanto a creación cultural de las sociedades letradas, desempeñan un
papel especial en la construcción del desarrollo integral de los miembros de
esas sociedades.
6. FUNCIÓN MEDIADORA DEL DOCENTE
Según el actual paradigma educativo, centrado en el aprendiz y en su
aprendizaje, el rol del docente, ampliamente conocido como tutor o asesor,
es el de funcionar como vínculo entre los materiales de aprendizaje y el
estudiante, siendo básicamente sus funciones las de complementar,
actualizar, facilitar y, en última instancia, posibilitar la mediación pedagógica.
En este sentido, la función mediadora del docente se convierte en una labor
de acompañamiento al estudiante durante su proceso de aprendizaje, con la
finalidad de enriquecerlo desde su experiencia y sus conocimientos.
Con esta misma orientación, tomando en cuenta los planteamientos de
Arboleda (2005), la función mediadora del docente representa una labor de
acompañamiento y asesoría académica, la cual puede darse de manera
8. presencial o no presencial por parte del docente a través de una mediación
tecnológica, y que servirá para afinar conceptos y criterios, para dar origen a
reflexiones que promuevan el desarrollo de actitudes y valores, así como
también para generar espacios de aplicación a partir del análisis y discusión
de casos prácticos que permitan relacionar la actividad académica con las
situaciones reales que a diario afronta o afrontará el estudiante en su
desempeño laboral.
Por su parte, Marqués (2000), indica que en la actualidad, el papel de
los docentes no es tanto enseñar unos contenidos que tendrán una vigencia
limitada y estarán siempre accesibles, como ayudar a los estudiantes a
aprender a aprender de manera autónoma en esta cultura del cambio,
propiciando su desarrollo cognitivo y personal mediante actividades críticas y
aplicativas que, dentro de un contexto social que provee a los ciudadanos de
todo tipo de información e instrumentos para procesarla, tengan en cuenta
sus características; así, el papel del docente apuntará a colaborar con los
estudiantes para que puedan, sepan y quieran aprender, proporcionándoles,
en consecuencia, orientación, motivación y recursos didácticos.
De lo anterior se desprende, que el docente tutor, mediador de los
aprendizajes a través de la tecnología, debe poseer un perfil estructurado
sobre la base de la flexibilidad, el compromiso, la habilidad de conducción del
estudiante en un proceso investigativo, aportando las ideas esenciales para
dejar que este último profundice sobre los contenidos y construya su propio
aprendizaje. Igualmente, además de ser un experto en el contenido de la
9. asignatura que facilita, requiere de competencias tecnológicas que posibiliten
su desenvolvimiento en el uso de herramientas virtuales, que le permitan
servir de apoyo al estudiante de manera rápida y efectiva.
7. ROL DEL ESTUDIANTE
Considerando lo expuesto por García (2008), puntualiza que la reciente
introducción y uso de la tecnología en los distintos niveles educativos, ha
provocado un replanteamiento de los modos tradicionales de enseñar y
aprender.
En este sentido, los avances tecnológicos introducidos en la educación,
desde el nivel básico hasta el superior, exigen un nuevo tanto del docente
como del estudiante, puesto que, gracias a la tecnología ambos comparten la
responsabilidad de construir aprendizajes significativos.
Hay que hacer notar que a mediación tecnológica ha permitido que el
aprendizaje se produzca en ambientes virtuales muy diversos, en los que la
formación del estudiante tiende a un proceso en el que éste último sea cada
vez más protagonista y responsable de su propio aprendizaje,
particularmente en las modalidades mixta y a distancia, aunque también
como apoyo a los sistemas o métodos educativos más tradicionales.
Por su parte, según lo explica Zapata (2006), los estudiantes del nuevo
paradigma educativo, donde prevalece la mediación tecnológica como base
fundamental, deben asumir funciones que no siempre son usuales en el
modelo tradicional, seguidamente se mencionan algunas de ellas:
10. (a) Adquirir autonomía con el conocimiento: ser capaces de construir
nuevos conocimientos recurriendo a fuentes de información bibliográfica y a
sus habilidades de comparación, análisis, síntesis y experimentación.
(b) Conocer las herramientas tecnológicas indispensables para lograr
un buen aprovechamiento de las mismas con fines educativos: procesadores
de texto y manejadores de presentaciones, sistemas de correo electrónico y
comunicación en línea (chat), foros, grupos de discusión, herramientas de
búsqueda en Internet, consulta en bases de datos especializadas, entre
otras.
(c) Participar de las actividades propuestas para realizar en forma
individual y en grupo a través de la mediación tecnológica.
(d) Manifestar oportunamente tanto a sus compañeros como al docente
las dificultades que se le presentan con las actividades propuestas.
(d) Cuando se trate de trabajo colaborativo, formar parte de grupos de
trabajo conformados con sus compañeros de curso, en ningún caso
pretender realizar todas las actividades sin ayuda de los demás.
(e) Construir su propio horario de trabajo independiente para el curso.
(f) Cumplir con el cronograma del curso.
(g) Apoyarse en la Internet como un sistema de consulta, estableciendo
criterios para seleccionar la información requerida.
(f) Mantener constante comunicación tanto con sus pares como con sus
docentes para informarse de cualquier eventualidad de manera oportuna.
11. El rol del estudiante cambia significativamente del modelo tradicional a
los modelos apoyados en la mediación tecnológica, pasando de ser un ente
pasivo a un actor con un rol muy activo e importante.
En efecto, los estudiantes adquieren un papel protagónico en la
construcción de su conocimiento, pues lo autogestionan. El estudiante no es
autodidacta, por el contrario, la mediación pedagógica del docente cobra aquí
una gran importancia, pues el docente no es el que da sino el que facilita la
construcción del aprendizaje.
Es así, como el estudiante se convierte en autor de su propio proceso
de desarrollo personal y cognitivo, escogiendo distintas herramientas y
estrategias que le ayuden a la consecución de sus objetivos de aprendizaje,
para lo cual se requiere de organización y planificación de las actividades, a
fin de ir alcanzando a corto, mediano y largo plazo las metas trazadas.
Retomando los postulados de García (2008), algunas actitudes
importantes que el estudiante requiere al participar en un proceso educativo
mediado por la tecnología, son:
(a) Motivación: debe estar plenamente convencido de querer hacerlo,
de manera tal que en aun cuando se sienta cansado o sin ganas para seguir
adelante con el estudio, piense en sus prioridades y pueda continuar,
cumpliendo así con los objetivos de aprendizaje.
(b) Autogestión: debe ser capaz, por voluntad propia, de organizar y
distribuir su tiempo de modo que pueda cumplir con las actividades de
aprendizaje, dado que no habrá nadie vigilándolo ni supervisando si lo hace o
12. no. También debe tomar decisiones sobre el proceso de aprendizaje propio y
hacerse de los recursos necesarios.
(c) Responsabilidad: es la característica más efectiva que le permitirá ir
cumpliendo adecuadamente las actividades de un aprendizaje autónomo
mediado tecnológicamente.
13. REFERENCIAS
Agudelo y otros. (2008). Red de tutores de educación básica y media:
Transformando las prácticas docentes. Ponencia Comunidades de
práctica. Documento en línea. Disponible:
http://www.colombiaaprende.edu.co/html/mediateca/1607/articles-
171050_archivo.pdf. (Consulta: 2009, Abril 14)
Arboleda, N. (2005). ABC de la educación virtual y a distancia. Librería y
editorial Filigrana. Bogotá, Colombia.
Carrera, B. y Mazzarella C. (2001). Vigotzky: Enfoque sociocultural. Educere,
abril-junio, año/vol. 5, número 013. Universidad de los Andes, Mérida,
Venezuela. Documento en línea. Disponible:
http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/356/35601309.pdf. (Consulta:
2009, Abril 15)
Cruz, M. (2008). Trabajo Colaborativo en red. Documento en línea.
Disponible:
http://www.ceibal.edu.uy/portal/maestros/actualizacion/ceibal_aprende/
Ponencia_Trabajo_colaborativo_en_red.pdf . (Consulta: 2009, Abril 14)
Díaz-Barriga, F. y Hernández, G. (2002). Estrategias docentes para un
aprendizaje significativo. Una interpretación constructivista. 2da.
Edición. McGraw Hill. México.
Fainholc, B. Contribución de una Tecnología Educativa Crítica para la
educación intercultural de la ciudadanía. Aulaintercultural. Página Web
en línea. Disponible:
http://www.aulaintercultural.org/article.php3?id_article=952. (Consulta:
2009, Abril 15)
García, S. (2008). La Educación a Distancia: Virtualidad y Tecnología.
Dirección general de innovación educativa de la Benemérita
Universidad Autónoma de Puebla, México. Página Web en línea.
Disponible:
http://www.dgie.buap.mx/dgie5/contenido/pdha/02rol_estudiante.htm.
(Consulta: 2009, Abril 15)
Malagón, J. y Frías, Y. (2009). La mediación como potencialidad de las
tecnologías de la información y las comunicaciones en los procesos de
enseñanza-aprendizaje. Documento en línea. Disponible:
http://ftp.ceces.upr.edu.cu/centro/repositorio/Textuales/Elaborados_por_
la_academia/TICs_mediacion_como_potencialidad.pdf. (Consulta:
2009, Abril 15)
14. Marqués, P. (2000). Los docentes: funciones, roles, competencias
necesarias, formación. Página Web en línea. Disponible:
http://www.pangea.org/peremarques/docentes.htm. (Consulta: 2009,
Abril 14)
Noguez, S. (2002). El desarrollo potencial de aprendizaje. Entrevista a
Reuven Feuerstein. Revista Electrónica de Investigación Educativa, Vol.
4 Número 2. Página Web en línea. Disponible:
http://redie.uabc.mx/vol4no2/contenido-noguez.html . (Consulta: 2009,
Abril 14)
Quintero, S. y Vélez, L. (s/f). La tecnología educativa hoy no es como ayer:
nuevos enfoques, nuevas miradas. Documento en línea. Disponible:
http://cmapspublic.ihmc.us/rid=1226099493997_167799448_14711/pre
2.layda.ppt. (Consulta: 2009, Abril 15)
Velasco, J. (2007). Mediación pedagógica. Página Web en línea. Disponible:
http://puntoyapartexal.com/edicion/ver_nota.asp?xid=3828&xfecha=05/2
4/2007 . (Consulta: 2009, Abril 14)
Zapata, D. (2006). Rol del estudiante. Aprende en línea. Programa
Integración de Tecnologías de la información y la comunicación a la
docencia. Universidad de Antioquia, Colombia. Página Web en línea.
Disponible:
http://aprendeenlinea.udea.edu.co/lms/moodle/mod/resource/view.php?i
d=14754. (Consulta: 2009, Abril 14)