1. BRUXISMO
Que es :
El bruxismo es una para función mandibular persistente que se
conoce comúnmente como rechinar de los dientes. Éste se
puede producir durante el día o por la noche. El más frecuente es el
relacionado con el sueño, también el más difícil de controlar.
Las personas que tienen bruxismo aprietan fuertemente los dientes
superiores con los inferiores y los mueven de atrás y a adelante y
viceversa, la mayoría de las veces de forma
inconsciente produciendo el desgaste de las piezas. Su principal
desencadenante se sitúa en el plano psicológico aunque las
repercusiones se extienden al plano de la odontología.
2. TRATAMIENTO
Las terapias que se aplican para tratar el bruxismo están orientadas a la reducción del
dolor, la prevención del desgaste de las piezas dentales y los daños permanentes en la
mandíbula y la disminución del rechinamiento de los dientes.
Los protectores dentales y las férulas suelen emplearse para evitar el bruxismo mientras el
paciente duerme. Este método ayuda a prevenir los daños en los dientes y los problemas en
la articulación temporomandibular.
No obstante, aunque son muy utilizados, estos dispositivos no resuelven el problema y,
aunque eliminen el dolor, si se dejan de usar éste volverá a aparecer.
Otras medidas que se pueden tomar son:
Evitar los alimentos duros y los dulces.
Realizar ejercicios de relajación que ayuden a reducir el estrés del paciente.
Aplicar hielo o paños calientes en el área donde está localizado el dolor.
Masajear la zona afectada.
Dormir las horas recomendadas.
Beber mucha agua.
Realizar una ortodoncia para alinear los dientes.
3. SÍNTOMAS
Uno de los principales problemas del bruxismo es que los dientes
pueden ejercer una presión excesiva en los músculos, los tejidos y las
estructuras que rodean la mandíbula. De hecho, si se prolonga en el
tiempo puede causar problemas en la articulación temporomandibular.
Los principales síntomas son:
Ansiedad.
Estrés.
Depresión.
Dolor de oído.
Dolor de cabeza.
Sensibilidad muscular.
Sensibilidad a las cosas calientes, frías y dulces.
Trastornos alimentarios.
Dolor y/o inflamación de la mandíbula.
Insomnio.