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LOS TIPOS DE DIALOGO
García A, Lorenzo.
Desde el punto de vista del docente, hablar de educación a distancia es
hablar de una relación didáctica o diálogo con los estudiantes, diferida en espacio
y tiempo, aunque pueden acaecer episodios comunicativos de carácter síncrono.
Desde el punto de vista del estudiante, se trata de una forma flexible de aprender
que no exige su presencia física ni la del profesor en el mismo lugar. Queremos
decir; por tanto, que, por exclusión, la relación siempre la calificaremos de a
distancia mientras no se desarrolle en el mismo espacio y no sea siempre
síncrona. En definitiva y en una primera aproximación, estas propuestas de
interacción o diálogo didáctico, las resumiríamos en la figura 4.1, en la que
identificamos diferentes tipos.
FIG. 4.1 Tipos de enseñanza en función de tiempo y espacio.
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La relación síncrona, establecida en tiempo real, tiene indudables ventajas
de carácter interactivo. Sin embargo, la asincronía, que no requiere la
participación simultánea de profesores y estudiantes, manifiesta otras ventajas,
tales como las de permitir la flexibilidad de elección de contenidos, tiempo de
estudio, apoyos alternativos, relación con otros estudiantes, etc.
En el cuadrante 1 inscribiríamos a toda aquella relación educativa que se
produce cuando educador y educando pueden verse y oírse físicamente, sin
mediación alguna. Una interacción sólo síncrona en espacios diferentes
(cuadrante 2), a lo largo de todo el programa, no encajaría en nuestra
aproximación científica al concepto y características necesarias y suficientes de la
educación a distancia que ofrecimos en el primer capítulo. Podríamos denominar
a esta clase de enseñanza directa no presencial.
El cuadrante 3 lo hemos reservado para situaciones de enseñanza-
aprendizaje en las que el profesor dispone los materiales de estudio en un
determinado espacio que, en otro momento, es visitado por los estudiantes que
aprenden ya, sin la presencia del profesor. Aquí insertaríamos la que hemos
denominado como enseñanza indirecta cerrada. En nuestra concepción de
educación a distancia, exigimos que las conductas del docente y del discente
acaezcan en diferentes espacios. Entendemos que el control de la variable
espacio debe poder ser controlada, aunque sea parcialmente, por el estudiante.
Es indirecta porque es asíncrona y es cerrada porque carece de la apertura y
flexibilidad, es decir; de libertad necesaria por parte del alumno para decidir sobre
su lugar de estudio.
En el cuadrante 5 (enseñanza presencial/indirecta) ubicamos aquellas
experiencias que se suelen producir en instancias presenciales con tiempos
dedicados a que los estudiantes libremente accedan a materiales y herramientas
de aprendizaje diseñadas, preparadas y propuestas a tal efecto por el docente,
generalmente en el ordenador o a través de Internet o de materiales multimedia.
Se trataría entonces de una enseñanza presencial con instancias de carácter
virtual. Sí a las acciones formativas incluidas en el cuadrante 3 no las hemos
considerado como a distancia, éstas, las del cuadrante 5, con mayor razón.
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Nos quedarían, finalmente, los cuadrantes 4 y 6 que sí reservamos para lo
que podemos denominar como educación a distancia. En el primer caso, bien es
verdad que se trataría de una educación a distancia que hoy queda un tanto
mutilada al no aprovechar ciertas tecnologías, pero, al fin y al cabo, cumpliendo
todas y cada una de las cuatro características por nosotros señaladas en el
primer capítulo de este libro como necesarias y suficientes para ser considerada
como tal (separación profesor-estudiante, estudio independiente, comunicación
mediada, organización-tutoría). Estaríamos refiriéndonos a cursos o programas
basados exclusivamente en la relación asíncrona entre los protagonistas del
proceso de enseñar y aprender, a través de los materiales de estudio y de vías de
comunicación tales como el correo postal o electrónico, a lo que podríamos
agregar recursos tales como emisiones de radio, televisión, casetes, vídeos, CD,
etc. Tengamos en cuenta que en este cuadrante 4 se inscriben todavía la mayoría
de cursos que se imparten bajo la denominación de enseñanza a distancia, a los
que suele agregarse la herramienta síncrona del teléfono.
Una educación a distancia de hoy la inscribiríamos en el cuadrante 6.
Estaríamos hablando de cursos o programas en los que además de que las
conductas de profesor y alumno suceden en espacios diferentes, se dan
situaciones de interacción asíncrona (materiales, correo postal y electrónico, radio,
televisión, vídeo, casete, CD...) y también de carácter no diferido (contactos
presenciales y telefónicos, conversación electrónica – chat -, videoconferencia,
etc.).
Por tanto, el centro de la cuestión está en el establecimiento de un diálogo
didáctico (comunicación didáctica) de doble vía entre dos entes separados
físicamente uno de otro en el espacio y, posiblemente, en el tiempo, y establecido
a través de unos medios conformados por materiales preproducidos y por unas
vías de comunicación que permiten una relación síncrona o asíncrona. Ese
diálogo o interacción entre el que enseña y el que aprende se convierte,
obviamente, en el elemento central de cualquier proceso de enseñanza
aprendizaje. Pues bien, las posibilidades que se ofrecen para ese diálogo
didáctico entre profesor y alumno, en educación a distancia pueden adoptar
diversas modalidades, en función de la intermediación, del tiempo y del canal.
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1. En función de la intermediación:
a) Presencial, cuando la interacción es cara a cara, que a la
vez es síncrona y real; parece la forma ideal de interactividad
dado que no existe ninguna intermediación entre los sujetos
que se relacionan.
b) No presencial o mediatizado, a través de algún material o
canal de comunicación; todo el diálogo que no se produce de
forma directa, cara a cara, entraría en esta categoría.
2. En función del tiempo este diálogo puede ser:
a) Síncrono, cuando tiene lugar en tiempo real simultáneo e
inmediato a la producción del mensaje (ej.: conversación
presencial, telefónica, videoconferencia, charla interactiva,
etc.).
b) Asíncrono, en la que la relación no se produce en tiempo
real, la emisión del mensaje, la recepción y la posible nueva
respuesta (realimentación) al mismo no se producen de forma
simultánea sino diferida en el tiempo, durante minutos, horas
o días (ej.: el correo postal o electrónico).
3. En función del canal el diálogo puede ser:
a) Real, el que objetivamente se produce sea de forma síncrona
o asíncrona mediante un canal o vía de comunicación (ej.:
presencial, postal, telefónica, videoconferencia, telemática,
etc.).
b) Simulado, en el que se produce un tipo de diálogo irreal,
imaginario o virtual (no real) entre el autor del material
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(impreso, audiovisual o informático) y el usuario; realmente el
estudiante interactúa con el propio material, siendo el caso
más significativo la interacción con productos multimedia o
vías como Internet.
Una forma resumida de todos los tipos de diálogo en educación a distancia,
la podemos representar del modo indicado en la figura 4.2.
FIG. 4.2 Tipos de diálogo en educación a distancia.
Bibliografía:
García A, Lorenzo. “La educación a distancia. De la teoría a la práctica”. Ed. 1a
.
Barcelona (2001). Editorial Ariel, S.A.