El flúor se encuentra naturalmente en el aire, agua y plantas. Se deposita en rocas, carbón y arcilla, y termina en el suelo. Estamos expuestos al flúor a través de alimentos, agua y aire. Se agrega intencionalmente al agua y pasta de dientes para prevenir caries, aunque algunos científicos creen que ahora puede ser dañino. El consumo excesivo de flúor puede causar fluorosis dental, que descolora y debilita los dientes.