2. Según Sócrates, la libertad es algo interior del hombre quien debe ser capaz de
autodominarla. Si la autodomina correcta y racionalmente es un hombre libre, sino,
un esclavo. Una persona que vive en una sociedad totalitarista esta incluida en un
conjunto de personas que comparten el “todo” y por lo tanto no puede hacer
correcto uso de libertad. Entonces, según Sócrates, vivir en una sociedad
totalitarista sería ser un esclavo, todo lo contrario en una sociedad libre.
En una sociedad libre, la autoridad planificadora habrá de decidir constantemente
sobre méritos acerca de los cuales no existen normas morales definidas, tendrá que
justificar ante la gente sus decisiones, o, al menos, tendrá que hacer algo para que
la gente crea que son las decisiones justas, es decir, la gente tiene más capacidad de
elección. Se tratará de atraer el mayor número posible de personas, le forzarán a
construir teorías, es decir, afirmaciones sobre las conexiones entre los hechos, que
pasarán a ser parte integrante de la doctrina de gobierno.
3. El líder totalitario puede guiarse sólo por una instintiva aversión hacia el estado de cosas
que ha encontrado y por el deseo de crear un nuevo orden jerárquico que se ajuste mejor
a su concepto del mérito (a su gusto). Por ejemplo: a un nazi puede que le molesten los
judíos, que parecían tan afortunados dentro de un orden que a ellos no les
proporcionaban un puesto satisfactorio, y que aman y admiran al hombre rubio y alto,.
Así, estarán dispuestos a abrazar las teorías que parecen procurarles una justificación
racional de los prejuicios que comparten con muchos de sus compañeros. De esta
manera, una teoría pseudocientífica entra a dirigir la actividad de todos.
En contraposición a esto, surge la idea de libertad de Platón y Aristóteles la cual afirmaba,
al igual que Sócrates, que la libertad comprendía una autodeterminación respecto de sí
mismo pero ambos añaden también que la persona tiene una cierta responsabilidad hacia
la comunidad en la que está. Por lo tanto, la persona debía asumir una obligación. Esta
útima idea se empieza a relacionar con el totalitarismo por la obligación hacia la
comunidad, sin embargo no es lo mismo porque la obligación sale de uno mismo, no
parte de la idea de un líder totalitarista que planea dirigir la actividad del pueblo.
Para concluir, cualquier decisión lleva consigo una obligación pero la vida en libertad es la
preferida por parte de los filósofos antiguos por lo mencionado anteriormente. Si se debe
seguir una idea, la misma debe tener un sustento y la argumentación debida para hacerla
creíble y asimismo facilitar la elección del hombre libre. No forzarlo a seguir una que
surge de un totalitario que quiere dirigir la vida de todos.
4. Lo que podemos relacionar con los filósofos de la Edad Media con lo que podría
ser su visión sobre el perdió de tiempo siguiente a la 2da guerra mundial es que
estos filósofos creía en la misericordia de cristo y que las personas eran
herederas del cielo entonces hubiesen pensado que habría ganado el
liberalismo.
5. Según lo que dijo Hayek en su libro “Camino de servidumbre”, el Socialismo y el
Totalitarismo, son muy parecidos; son dos derivados del colectivismo, y este a su vez es
un modelo que no es compatible con la libertad humana. Para este filósofo la
planificación económica, se basa en la creación de un bien común que luego constituye
un objetivo general. Así pues, la planificación económica conduce necesariamente
hacia el totalitarismo y a la pérdida de las porque, para poder producir el mismo
resultado en personas diferentes, sería necesario tratarlas de forma diferente. Y ¿cómo
podría haber entonces leyes generales?”
Para Hayek, el "camino a la servidumbre", inadvertidamente comenzado por los que
buscan "justicia social", con su control y su continuo desmantelamiento del mercado
libre, termina con la destrucción de la libertad económica y personal.
El filósofo alemán afirma que varias naciones democráticas están siguiendo el mismo
camino que la Alemania Nazi o la Rusia comunista: buscando una utópica justicia
social y basándose en el principio de que el fin justifica los medios.
“El camino abandonado” Frederich A. Hayek
6. El camino que no hay que seguir es el totalitarismo, y como consecuencia, el bloqueo
del camino del progreso. La libertad se basa en la independencia, la confianza en sí
mismos y la disposición a correr riesgos, contraponiendo las convicciones personales
frente a las convicciones de la mayoría, aunque es necesaria la cooperación y el
respeto frente a las diferentes ideas, tradiciones, etc. En la sociedad moderna las
orientaciones a respetar ya no son la libertad del individuo, de movimiento o
expresión. La discriminación entre miembros y no miembros de grupos cerrados es
aceptada cada vez más como algo natural; las injusticias contra los individuos en
interés de ciertos grupos son vistas con creciente indiferencia.
¿Qué pasaría si hoy tomamos el camino de servidumbre o el de la libertad?
Si tomáramos el camino de servidumbre nos veríamos situados en un lugar donde
predomina el más “poderoso”, donde los sectores más pobres de la sociedad se verían
discriminados y apartados de la misma, donde la mayoría de una población se
encontraría insatisfecha con su calidad de vida. El sector más beneficiado serian los
grupos altos de la sociedad, que tomaría todas las decisiones siempre a favor a ellos
mismos. La discriminación seria una constante en este tipo de sociedad donde
quedarían excluidas ciertas minorías religiosas y personas con ciertos rasgos
superficiales como el tono de la piel.
El camino a de la libertad se basa en la libertad de acción exclusivamente de la
persona, sin ser manipulado con mensajes o publicidades. Aunque la libertad nunca se
ejerce en su plenitud, ya que la libertad de uno termina cuando comienza la libertad
de otro. Por eso mismo la libertad siempre se encuentra de alguna manera
condicionada.
7. Juan
Martín Simes Pablo
Facundo Amestoy
Zaldua
Ignacio Ilner
Gonzalo
Aguirre
Nicolás
Nicolás Pisano Vagni