El documento describe los principios de la arquitectura y el urbanismo racionalistas del siglo XX. Se enfocan en la funcionalidad por sobre la ornamentación. Figuras como Adolf Loos, Le Corbusier y Walter Gropius promovieron esta estética. Le Corbusier diseñó la Villa Savoye basada en pilares y una fachada continua de ventanales. Propuso una "Carta de Atenas" con sectores urbanos separados por funciones y vías de circulación. La Bauhaus también promovió el diseño funcional y la integración de artes b
1. ARQUITECTURA Y URBANISMO RACIONALISTAS
La característica fundamental de la arquitectura de principios del S
XX es el funcionalismo, es decir, que antepone la “habitabilidad” a la
armonía de los volúmenes en el espacio y la ornamentación. Pero esto
no significa que se descuide el aspecto estético, sino que éste radica
precisamente en la funcionalidad. Si el edificio está armoniosamente
distribuido en su interior, si es luminoso, aireado y está integrado a su
entorno, es bello. La arquitectura racionalista se caracteriza por la
simplicidad de los volúmenes y la aplicación de la lógica constructiva
antes que la evasión ornamental.
En franca oposición a la Secesión Vienesa y siguiendo la línea de la
Escuela de Chicago, el austríaco Adolf Loos construye la Casa Steiner
poniendo en práctica la prescindencia de todo adorno que postula en su
obra “Ornamento y delito”. Loos consideraba a la decoración como
resabio de costumbres bárbaras: “He encontrado la siguiente sentencia y
se la ofrezco al mundo: la evolución de la cultura es proporcional a la
desaparición del ornamento en los objetos utilitarios.”(50)
3. En su obra “Modulor”, el arquitecto suizo Charles Edouard Jeanneret,
conocido como Le Corbusier, estableció, como los tratadistas de la Antigüedad y el
Renacimiento, un canon de proporciones a partir de las medidas humanas para fijar
dimensiones estandarizadas para todos los objetos, desde los utensilios hasta las
viviendas. En su Villa Saboya, una vivienda de lujo con planta cuadrada con sus
fachadas vueltas hacia los cuatro puntos cardinales, aplica los principios básicos de
su arquitectura:
a) Los pilares, que aíslan la casa del suelo y de las miradas situadas a nivel del
mismo y permiten que el jardín y la calle sigan un trazado independiente de la casa.
b) El techo – jardín, que aprovecha como solarium un elemento antes dejado de
lado.
c) La planta libre para colocar paredes internas con independencia de los
pilares que sostienen el techo.
d) Ventana longitudinal que recorre las cuatro fachadas como una cinta apenas
interrumpida en las esquinas, comunicando el interior con el exterior.
e) Fachada libre, donde se pueden abrir huecos independientemente de los
muros de carga.
6. El urbanismo racionalista responde a los ideales utópicos de Le Corbusier, para
quien “El urbanismo es la expresión de la vida de una sociedad [...] es [...] el espejo
de una civilización.”(51), por lo que es necesaria una ciudad nueva para un hombre
nuevo. Entre los principios constitutivos de esta propuesta, que están consignados
en la “Carta de Atenas” de 1941, se destacan:
a) El establecimiento de las cuatro funciones claves del urbanismo: habitar, trabajar,
divertirse y circular.
b) La utilización de pilares que independicen la circulación de la situación de los
edificios.
c) La existencia de “sectores”, áreas de viviendas que alberguen entre 5.000 y
20.000 habitantes.
d) La ley de las Siete V, que implica la existencia de:
1. Una vía nacional, que llega a la ciudad.
2. Una vía municipal que es su arteria principal.
3. Vías de circulación automotriz sin veredas que pasan por los contrafrentes de
las casas.
4. Una vía comercial por sector, peatonal y vehicular.
5. Una vía que llega al sector.
6. Vías que penetran en las casas.
7. Una vía peatonal que recorre la zona verde del sector donde están las escuelas
y las instituciones deportivas.
7. El arquitecto alemán Walter Gropius fue el primer director de la Bauhaus,
escuela alemana que promovió una estética integral que incluía arquitectura, pintura,
diseño gráfico, diseño de muebles, utensilios, etc., promoviendo la
interdisciplinariedad y evolucionando de un interés medievalista por la artesanía,
cuyo lema era “Por la unidad del arte y la artesanía” a un mayor énfasis en el
racionalismo, la funcionalidad y la tecnología, expresado en el lema “Arte y
tecnología, una unidad nueva”. La Bauhaus estuvo en contacto con el
neoplasticismo y sufrió su influencia. En 1933 fue clausurada porque su rechazo a la
tradición y su internacionalismo eran intolerables para el nazismo. La obra
arquitectónica de Gropius se caracteriza por un mayor empleo del vidrio, como
sucede con las Oficinas de la fábrica Fagus, cuyas pilastras de ladrillo se hunden a
medida que se elevan, destacando aún más los amplios cristales. La sensación de
ligereza es reforzada por la presencia de esquinas transparentes que evidencian la
ausencia de soportes en los ángulos.
La Bauhaus fue también dirigida por el arquitecto holandés Mies Van Der Rohe,
quien se interesó por los materiales como elemento expresivo, usándolos sin
revestimiento. El arquitecto rechazaba toda forma que no fuera el resultado de una
función, afirmando: “No queremos problemas de forma, sino solamente de
construcción”(52).