1. ISLAM
En el S VII, según la tradición musulmana, el profeta Mahoma recibe del
arcángel Gabriel la revelación de la existencia de Alá y comienza a predicar el
monoteísmo entre los árabes, surgiendo así el Islam, nombre que significa sumisión
a la voluntad de Alá. En el año 622, punto de partida del calendario musulmán,
Mahoma, expulsado de La Meca, huye con sus seguidores a la ciudad árabe de
Medina, convirtiéndose en jefe político. El Corán, libro sagrado del Islam, no sólo
contiene el dogma y el ritual, sino también normas sociales y jurídicas. Las cinco
obligaciones básicas del musulmán (creyente) son: la profesión de fe, que consiste
en repetir “No hay más dios que Alá y Mahoma es su profeta”, la oración cinco
veces al día, el ayuno diurno en el mes de Ramadán, la hospitalidad y la limosna, y
la peregrinación a La Meca al menos una vez en la vida. Posteriormente se le
agregó la guerra santa, que canaliza la belicosidad de los árabes y favorece la
expansión de esta civilización por el sur de Asia, el norte de Africa y el sur de
España. El Islam no tiene sacerdocio organizado, aunque existe el muecín que
llama a la oración y el imán que la guía. De organización política monárquica, el
califa gobierna una sociedad cuya diferenciación se basa en la religión
(musulmanes, neo musulmanes, no musulmanes) y en la posición económica
(ricos, artesanos y campesinos, esclavos) y tiene el rasgo distintivo de admitir la
poligamia. La economía incluye la agricultura con riego artificial, uso del arado y
abonos, la manufactura de alfombras, tapices, telas, etc., y el comercio por el
Mediterráneo y el Indico. Emplearon el papel, inventado en China, tradujeron los
autores antiguos y desarrollaron las matemáticas, transmitiendo a Occidente la
numeración india y el cero.
2. A pesar de su enorme diversidad cronológica y geográfica, que recoge influencias
romanas (arcos de medio punto, baños termales), bizantinas (mosaicos, planta central),
persas (decoración en estuco), turcas (salas rectangulares cubiertas por bóvedas con un
lado abierto al exterior denominadas iwanes y cúpulas en bulbosa), mogoles (pabellones
decorativos en forma de sombrilla denominados chattri), el arte islámico tiene elementos
comunes a través del tiempo y el espacio, determinados por la importancia de la religión
en la sociedad y en la política de los pueblos musulmanes. Así, la oración de los viernes
dará lugar a la mezquita (del árabe maschid, lugar donde uno se postra). La necesidad
de purificarse antes de rezar impondrá una fuente de abluciones en el patio. En las
naves techadas, los fieles necesitarán de un nicho (mihrab) que les señale cual es el
muro orientado hacia La Meca (quibla) para poder dirigir hacia ese centro sagrado sus
plegarias. Cerca del mihrab un recinto (maxura) honra y/o protege a las autoridades
políticas. La llamada a la oración se hará desde las torres (minaretes) ubicadas fuera de
la mezquita. El temor a la idolatría determinará las decoraciones abstractas cuya
profusión ha sido catalogada de horror al vacío: el ataurique (motivos vegetales que
llenan por completo el espacio a decorar), la epigrafía (escritos en lengua árabe con
caligrafía denominada cúfica por provenir de la ciudad iraquí Kufa), y la lacería
(polígonos entrelazados).
4. La Mezquita de Córdoba (S VIII) es un edificio de planta rectangular que
comprende un patio rodeado de galerías con arcadas de medio punto y una sala de
oración estructurada en naves. Su asimetría es producto de sucesivas ampliaciones
debidas al crecimiento demográfico de la ciudad, que no le quitan unidad porque
respetaron el estilo original. La quibla no está orientada hacia La Meca sino hacia el
sur, probablemente por imitación de la Mezquita de Damasco, que está al norte de
La Meca. Para su construcción se aprovecharon columnas romanas y visigóticas,
pero como eran muy bajas se les agregaron pilares que se entrelazan entre sí por
medio de arcos de herradura abajo y de medio punto arriba. Los arcos de herradura
o peraltados (el peralte es la parte que excede al semicírculo) arrancan de cimacios
(pirámides truncas invertidas) que sostienen los pilares. La doble arquería tiene un
efecto estético resaltado por la bicromía de las dovelas. La ampliación del S X
incluye arcos de mayor peralte, descentramiento del trasdós (contorno externo) con
respecto al intradós (contorno interno), arcos apuntados y lobulados. El arco
polilobulado es una sucesión de arcos de herradura dispuestos en forma de arco
apuntado, siempre en número impar porque uno corresponde a la piedra clave de la
ojiva. Los nervios de las cúpulas no se cruzan en el centro sino que conforman en
él una figura poligonal, como sucede con la Cúpula del Mirhab. La decoración
combina piedra labrada, estuco, mosaico, cerámica y madera. El suelo no está
decorado porque se recubría con alfombras. La nave central remata en el
Arco de acceso al mihrab, que en este caso no es un nicho sino una capilla
octogonal. El arco está sostenido por columnas adosadas, recubierto por mosaicos
que resaltan las dovelas y enmarcado por un rectángulo abierto en la base
denominado alfiz. En él se aprecian las decoraciones de ataurique y epigráficas. El
exterior de la Mezquita de Córdoba presenta una muralla almenada reforzada por
contrafuertes e interrumpida por diecinueve puertas coronadas por arcos de
herradura con alfiz.
7. Mezquita de Córdoba: planta
1.-Mezquita primitiva de Abderramán I
(Abd al-Rahman I, 756-788)
2.-Ampliación de Abderramán II
(Abd al-Rahman II, 822-852)
3.-Patio de los naranjos de Abderramán
III (Abd al-Rahman III, 912-961)
4.-Alminar (torre)
5.-Ampliación de Aljáquime II
(al-Hakam II, 961-976)
6.-Mihrab (nicho que indica el sitio a
donde tienen que mirar los que oran)
7.-Tesoro (de la iglesia cristiana)
8.-Ampliación de Almanzor
(al-Mansur, 976-1002)
9.-La Santa Iglesia Catedral de Córdoba
(finales del siglo XV)
10. La Alhambra es un palacio del S XIV y debe su nombre, que significa “la
roja”, al color del ladrillo que recubre el exterior. Comprende dependencias
habitacionales para el soberano, el harén y los sirvientes, salas públicas para
audiencias e instalaciones militares como torres y murallas, además de patios y
jardines con fuentes y estanques que recuerdan y contrarrestan la sed milenaria
de los árabes en el desierto. El estilo nazarí no tiene la solidez del arte califal al
que pertenece la Mezquita de Córdoba, pero lo supera en delicadeza y fantasía
ornamental. Exteriores sobrios contrastan con interiores ricamente decorados con
muqarnas o mocárabes (conglomerados de nichos o segmentos de nichos que
se integran al marco arquitectónico sugiriendo estalactitas) y azulejos alicatados
(de bordes irregulares cortados para encajar entre sí en una decoración rítmica).
El Patio de los Arrayanes es monoaxial. Contiene una alberca rectangular en el
centro, flanqueada por setos de arrayán. En los dos pórticos un arco central
presenta tres arcos más bajos a cada lado. Los siete son peraltados,
acampanados y agrelados (el agrelo es una muesca del intradós) y no tienen
función constructiva sino que recubren estructuras sustentantes. Las columnas
son delgadas, de fuste cilíndrico y con capiteles en dos cuerpos: uno cilíndrico
decorado con cintas y otro prismático. En los extremos del estanque hay dos
manantiales. El Patio de los Leones es biaxial, enmarcado por cuatro pórticos
de finas columnas con arcos mixtilíneos con decoración de muqarnas en estuco.
En sus lados cortos, dos pabellones se adelantan. En el centro hay una fuente
cuyas esculturas dan nombre al patio. Los baños, que nos permiten apreciar el
juego decorativo de los mosaicos, reproducen la estructura de las termas
romanas.