1. El estudio va a seguir las líneas de un proyecto de cohorte, donde los pacientes
serán niños de 0 a 12 meses que hayan acudido a alguno de los 5 hospitales
en los que se plantea el estudio. A partir de ese momento, se comenzará un
seguimiento de un año, en el que se someterá a los bebés a diferentes pruebas
para analizar hasta qué punto el consumo de probióticos disminuye los cuadros
de diarrea bacteriana y mejora el estado de la microflora intestinal.
Para ello se han seleccionado 5 hospitales públicos de la provincia de Sevilla.
Se escogerán 120 bebés de dichos hospitales hasta rellenar los grupos
propuestos (el nº de bebés de cada hospital no está determinado, sino que
serán incluidos en el estudio por orden de llegada hasta completar los grupos).
Se establecen dos grupos principales:
El primer grupo será el denominado control, compuesto por 60 bebés
y el cuál, el requisito principal será la no incorporación de probióticos
en su dieta. Tan sólo los provenientes de la leche materna. (Se debe
aclarar que las madres estarán sometidos a un cierta restricción de
alimentos ricos en probióticos)
En esta grupo se hará una nueva división en dos subgrupos (uno
donde se encontrarán los bebés de 0 a 6 meses, donde se da por
hecho que la alimentación es exclusivamente a través de leche
materna, y el otro que incluirá a aquellos que tengan entre 7 y 12
meses donde la dieta comienza a incluir algunos alimentos, siempre
desprovistos de probióticos).
El segundo grupo estará integrado por otros 60 bebés en cuya dieta
estarán presentes los probióticos, ya sean por vía directa o indirecta.
Se volverá a subdividir en dos subgrupos al igual que en el grupo
control, bebés de 0 a 6 meses con dieta exclusiva proveniente de
lactancia ( en este caso las madres tienen incluida en sus dietas
probióticos además de un suplemento de éstos), y el otro subgrupo
donde además de la lactancia la dieta será rica en probióticos.
Seinstaurarán a lo largo del año de seguimiento, una serie de visitas a las que
el paciente deberá acudir para proceder a la realización de las pruebas
planteadas a continuación.
Por un parte se realizará un análisis macroscópico para determinar la
consistencia de las heces, además el análisis microbiológico de éstas para
detectar la presencia de algún microorganismo (los más comunes son shigella,
clostridiumdifficile, Escherichiacoli, Salmonella enteritidis, Campylobacter.
Pueden darse por contacto directo con los alimentos contaminados o de forma
indirecta como podría ser la ingestión por parte de la madre).
En forma paralela se procede al análisis de la microflora intestinal en busca de
una disbiosiso alteración de ésta y sus diferentes grados de afectación. Para
ello se utilizarán las siguientes técnicas:
2. A. Test de metabolitos orgánicos en orina: Consiste en identificar y
cuantificar una serie de moléculas producidas por el metabolismo
bacteriano, que no sean producidas por el metabolismo humano ni
modificadas por su sistema enzimático y que, además, sean eliminadas
a través de la orina y de tamaño muy diferente: la lactulosa y el manitol.
Así pues, en función de los metabolitos detectados se en este test se
distinguirá la presencia de unos u otros microorganismos patógenos.Una vez
cuantificadas las moléculas en la muestra de orina se considera que:En caso
de obtenerse unos niveles de las dos moléculas considerados normales se
entiende que la mucosa intestinal tiene una permeabilidad normal.Esta técnica
proporciona indicaciones precisas en cuanto a la proliferación a nivel intestinal.
B. Test hidrógeno espirado: El principio del test de hidrógeno espirado es
la administración de un carbohidrato (lactulosa, d-xilosa, glucosa), que al
ser degradado por las bacterias produce un aumento de los niveles de
hidrógeno espirado en pacientes con sobrecrecimiento bacteriano
intestinal (SBI). La producción de hidrógeno es un fenómeno normal en
todos los sujetos.Además, estudios han descrito que 15-27% de los
sujetos sanos poseen flora no productora de hidrógeno; por tanto,
mediciones aisladas de hidrógeno pueden subestimar los resultados
positivos36. Como hidrógeno y metano son productos finales del
metabolismo de las bacterias anaeróbicas en el intestino, la medición de
metano puede proveer información útil en este grupo. A día de hoy no
se utiliza tanto, debido a que se ha descrito una dudosa especificidad
debido a la exstencia de flora o productora de hidrógeno.
C. El test de C14-d-xilosa parece tener mejor sensibilidad y especificidad
en el diagnóstico del SBI, ya que es predominantemente catabolizada
por bacterias Gram (-), siendo así excelente sustrato para el diagnóstico
del SBI.
Resultados esperados:
Los niños a los que se les suministraron probióticos presentan menos días
padeciendo diarrea, así como, menor número de deposiciones los días que
tenían diarrea, en comparación con el grupo control.
Por otra parte, el grupo de edad con mayor riesgo a sufrir síntomas de diarrea
son los bebés menores de 3 meses, tanto grupo de estudio como grupo control.
Tuvieron una incidencia mayor de diarrea y vómitos que los demás grupos de
edades. Esto puede atribuirse a que su sistema inmune no está maduro.
A partir de los 6 meses, que es cuando se les empieza a introducir alimentación
complementaria, se observa que los niños del grupo de estudio sufren aún
menos episodios de diarrea, en contra de los niños del grupo control, ya que
los probióticos introducidos en dicha alimentación se suman a los que llevan
3. recibiendo desde que nacieron por la leche materna. En el grupo control se
observa una remisión de la diarrea, producida por la administración de
probióticos en la alimentación complementaria. Sin embargo, se notifican
ciertos casos en los que la alimentación complementaria aumenta los episodios
de diarrea, producidos por mala digestión o intolerancias a ciertos alimentos.
Aunque algunos estudios han evaluado y descrito el efecto de los probióticos
en el tratamiento y evolución de enfermedades gastrointestinales, los
resultados en SBI todavía no son concluyentes. Con el estudio se pretende
determinar hasta qué punto el consumo de probióticos sería beneficioso en la
mejoría de la microflora intestinal y a reducción de los cuadros de diarreas
bacterianas.
Sobrecrecimiento bacteriano intestinal
Rodrigo Quera P1,2
, Eamonn MM Quigley3
, Ana María Madrid S1
.
1
Sección de Gastroenterología, Departamento de Medicina, Hospital Clínico de la
Universidad de Chile.
2
Servicio de Gastroenterología, Clínica Las Condes, Santiago de Chile.
3
Alimentary Pharmabiotic Centre, Department of Medicine Cork University Hospital.
Cork, Irlanda.
Revista médica de Chile
versión impresa ISSN 0034-9887
Rev. méd. Chile v.133 n.11 Santiago nov. 2005
http://dx.doi.org/10.4067/S0034-98872005001100013
RevMéd Chile 2005; 133: 1361-1370