5. Decidieron echarse a dormir porque estaban muy cansados. Miguel fue el primero en dormirse a pesar de estar en el suelo.
6. Adolfo salió a la cubierta porque no podía dormir y se puso a pensar en sus negocios, pensó llamar a su empresa “Adolfo Dominguez” . Francisco se despertó y al ver que Adolfo no estaba en el camarote salió a buscarle a la proa. Francisco siempre se preocupaba por Adolfo. Cuando Adolfo y Francisco se encontraron Adolfo le dijo la idea del nombre para su empresa. Hacía frío y decidieron irse a dormir al camarote.
7. Al día siguiente llegaron al puerto de Londres y desembarcaron con sus maletas, como siempre Miguel perdió su equipaje y tuvieron que ir al mercado a comprarle ropa. De camino al mercado encontraron una casa en venta, pero no se decidieron a comprarla porque era pequeña.
8. Miguel invitó a sus amigos a unas cervezas por los contratiempos que les había propiciado. Los demás las aceptaron porque les pareció un buen lugar para pasar la tarde y charlar sobre sus negocios. Tomaron varias cervezas y ya animados decidieron romper el hielo con algún ciudadano que estuviese en la taberna para saber acerca de mercado, de Londres y de alguna vivienda en venta.
9. Empezó por un señor que estaba sentado en una mesa, solo. Se aproximó con timidez pues era un poco inseguro. Los otros dos le acompañaron para que no se acobardara. Al primero que le tocó fue a Miguel, como siempre.
10. Miguel, tímido, empezó la conversación: - ...Buenas, somos extranjeros y queríamos preguntarle unas cosas, pues estamos bastante perdidos. Estamos buscando una casa desde la cual dirigir nuestra empresa. Nos hemos preguntado si tú sabrías algo... - No, ya lo siento, no sé nada. - Vale, muchas gracias por su ayuda. Preguntaremos a otras personas. Miguel Señor Alfredo
11. Se dieron la vuelta y justo en ese momento el señor les empezó a hablar - Bueno... En realidad sí sé de una casa en venta... - ¿Cuál?¡Díganos todo lo que sepa! - Bueno, en realidad soy propietario de una casa que está situada cerca de aquí. Si queréis os la puedo enseñar, pero he de advertiros de que mi mujer murió en la casa a causa de unos sucesos paranormales. Por favor seguidme y os la mostraré. Señor Los tres Señor
12. Los tres amigos cruzaron sus miradas. El único que se asustó fue Miguel, como de costumbre. Siguieron al señor por unas callejuelas hasta llegar a una enorme casa situada en medio de una urbanización que era nueva y con las casas blancas, en cambio la casa en la que se paró el señor no parecía tan nueva.
13. El señor sacó las llaves del bolsillo y abrió la puerta y se dio la vuelta para hablar con ellos. - Pero, ¿Seguro que queréis la casa a pesar de lo que os he contado? - Sí, la necesitamos para hoy, pues no tenemos dónde pasar la noche, además tenemos que quedar con nuestro representante en Londres mañana y... ¡No podemos quedarnos en la calle! Señor Alfredo
14. - ¿Estáis seguros de que la queréis? Insisto en que busquéis otra pues no creo que sea la apropiada para vosotros... Ni para nadie... Señor El señor, después de enseñarnos la casa, nos dijo el precio y como nos pareció justo, la compramos.