Por Lic. Jesús León
Hablar de la mujer en su rol de periodista, nos invita a pensar en la imagen de alguien con carácter fuerte, capaz de preguntar y dar salidas rápidas a una labor que anteriormente estaba diseñada sólo para hombres. La profesión periodística ha vivido y está viviendo en los últimos años una constante feminización.
Situación actual de la mujer en el ejercicio periodístico
1. Situación actual de la mujer en el ejercicio periodístico
La libertad de expresión es como la luz. Si no la tenemos, no vemos.
(Andrés Aylwin Azocar)
Lic. Jesús León
Catedrática Facultad de Ciencias de la Comunicación
Hablar de la mujer en su rol de periodista, nos invita a pensar en la imagen de alguien con carácter
fuerte, capaz de preguntar y dar salidas rápidas a una labor que anteriormente estaba diseñada
sólo para hombres. La profesión periodística ha vivido y está viviendo en los últimos años una
constante feminización.
Definitivamente, el número de mujeres periodistas que accede anualmente al mercado laboral
supera con creces al de sus colegas y actualmente no nos sorprende ver cada noche por ejemplo a
una incisiva Rosa María Palacios, queriendo poner en aprietos a sus entrevistados y a veces hasta
volviéndose antipática frente a sus colegas del mismo género.
Pese a tener un mayor protagonismo tanto en las redacciones como en los puestos directivos y de
responsabilidad profesional de los diferentes medios de comunicación, aún existen algunas trabas
y problemas que impiden una incorporación plena.
Encuestas realizadas por la Universidad de Lima (2007) y la Universidad Católica (2008) evidencian
que una mayoría de más de 70% piensa, que, pese a algunos avances y reconocimientos, seguimos
siendo una sociedad machista y que en el Perú se discrimina aún a la mujer. ¿Pro pasa eso
realmente en el periodismo?
Recordemos un poco a escritoras como María Jesús Alvarado, autora de numerosos artículos
sobre educación, feminismo, indigenismo, que durante el Oncenio de Leguía, sufrió cárcel y exilio
por sus ideas sociales. Imposible no recordar a Mercedes Cabello de Carbonera (1845-1909) y
Clorinda Matto de Turner (1854-1909). Las primeras décadas del XX tienen en Ángela Ramos y
Magda Portal (poeta de la vanguardia) dos figuras de enorme importancia que hacen del
periodismo la vía de sus propuestas sociales. Ambas amigas cercanas de Mariátegui. La primera,
autodidacta, escribió en El Comercio, El Tiempo, La Crónica, Mundial y Amauta, entre otras
publicaciones. Magda, poeta y política se dedicó al periodismo hasta los últimos años de su vida.
Otras escritoras y periodistas contemporáneas de Mariátegui fueron Dora Mayer, María Wisse,
Catalina Recavarren, Adela Montesinos y Emilia Romero.
Los años 20 fueron decisivos para la formación de la conciencia moderna en el Perú. Algunas
mujeres descubren su papel en la nueva sociedad industrial y empiezan a enjuiciar los valores y
convencionalismos.
En el presente siglo las mujeres continúan incorporándose a distintas labores como el periodismo
al que llegan tanto desde la literatura como desde profesiones a las que iban accediendo. Es, sin
embargo, una presencia muchas veces eventual.
Sara Lovera, reconocida periodista y feminista mexicana, señala: “Estamos cambiando de piel de
manera sistemática pero seguimos siendo vistas como algo de menor valor”. En el caso de los
maridos, prima el deseo de ejercer el poder sobre la mujer, y más en casa.
Hoy hay hasta cuatro directoras de programas periodísticos (Cuarto Poder y Prensa Libre) y
noticieros (América Noticias y ATV Noticias) y conductoras que no son sólo rubias y bonitas.
Roxana Cueva, por ejemplo, carismática morena, madre de familia y experimentada periodista,
está al frente de un noticiero matutino. En su haber figura la dirección de “Cuarto Poder”, uno de
los programas periodísticos semanales más importantes.
2. En el caso del grupo El Comercio, empresa editora de tres periódicos (El Comercio, Perú 21 y El
Trome), el género que prima en su directorio de 135 accionistas miembros de la familia Miró
Quesada, es el de los hombres.
En La República, más bien, la composición del directorio sí está equilibrada en cuanto al género: de
8 miembros de la familia Mohme que lo integran, 4 son mujeres. No obstante, quienes finalmente
deciden sobre el tema informativo son los miembros del comité editorial, también existente en
este periódico, y allí sí la diferencia de género es notoria: de 8 miembros, sólo hay una mujer.
Enrique Zileri sucedió a su madre, la mítica Doris Gibson, en la dirección de Caretas. Y a la hora de
jubilarse, decidió que su hijo Marco lo sucediera. Tiempo después, su hija Drusila, quien trabajó
exitosamente como reportera de televisión en el extranjero, y luego como conductora de noticias
en Perú, asumió la dirección de Caras, publicación ajena a la familia.
Desde que en los años 80 las mujeres conquistan en campos profesionales como la abogacía, la
judicatura, la carrera fiscal y la medicina, su incorporación en el mundo laboral ha ido
desarrollándose progresivamente. En España, la clara y masiva incorporación de las mujeres en el
mundo de la comunicación no sólo ha producido el incremento de las mismas en las Facultades de
Ciencias de la Información sino que también ha repercutido en el hecho de que el número de
mujeres periodistas que acceden anualmente al mercado de trabajo sea, por tanto, mucho mayor
que el de los hombres. Los sondeos y estudios oficiales realizados hasta hoy así lo demuestran: en
1990, el porcentaje de mujeres periodistas rondaba el 17 por ciento. Cuatro años más tarde, según
la encuesta de la Asociación de la Prensa, este sector había alcanzado el 25 por ciento.
Actualmente, las mujeres representan el 43 por ciento de los profesionales en activo (Canel,
Rodríguez, Sánchez, 2000: 13). Producto de la constante feminización de la profesión periodística
son las continuas oleadas de matriculadas y, por consiguiente, de licenciadas que salen cada
año de las diferentes Facultades de Ciencias de la Información de toda España.
Así, si comparamos las cifras actuales con las de años anteriores, advertimos que la situación se
agrava aún más: del total de licenciados en algunas titulaciones de Comunicación, el 35 por ciento
son hombres frente al 65 por ciento que son mujeres (Asociación de la Prensa de Madrid, 2005:
126).
En la Universidad de Málaga, por ejemplo, frente a los 87 licenciados en el 2002 se encontraban
132 licenciadas. Cifra que ha ido disminuyendo con el paso del tiempo ya que en el año 2005
tan sólo se licenciaron 38 hombres frente a 90 mujeres. El alto número de licenciadas se mostró,
en un principio, como una vía hacia la inserción plena.
Lo cierto es que en los diferentes medios informativos podemos encontrar a mujeres redactoras,
columnistas, directoras, presentadoras de informativos o bien comentaristas deportivas.
Si bien es cierto que la incorporación de la mujer a la profesión periodística comenzó tan sólo hace
unas décadas, no debemos olvidar que España ya contaba con una periodista en el siglo XVIII.
Beatriz Cienfuegos es la primera periodista española desde que publicara entre 1763 y 1764.
Cienfuegos supo aprovechar la reorganización de Carlos III sobre tasaciones, precios de
publicaciones e inquisición para favorecer el mundo del editorial. Otro tanto podría decirse de
Carmen Burgos Colombine.
Maestra de profesión y periodista de vocación, Colombine fue la primera mujer en España que
formó parte de una redacción periodística al obtener en 1903 su primer puesto como redactora en
el periódico progresista Diario Universal. De la misma manera, también fue la primera mujer en
ejercer una corresponsalía de guerra causando un gran revuelo con sus reportajes sobre lo
absurdo de la guerra y las innecesarias matanzas.
Pero la oportunidad para las mujeres periodistas no es ni ha sido siempre la más adecuada.
Muchos complejos hicieron por ejemplo que la periodista mexicana Irma Fuentes empezara a
3. vestirse de hombre para ganarse cierto respeto. Ella recuerda que cuando empezó a conseguir
entrevistas importantes (era el final de los sesenta y el inicio del sexenio del presidente
Echevarría) no faltó quien le dijera que eso lo podía hacer porque era mujer. Irma decidió a partir
de entonces, vestirse como hombre y demandar que la trataran como “a un periodista”. El jefe de
redacción de Novedades de aquel entonces, Daniel Ramos Nava, se comenzó a dirigir a ella
exclamando: ¡Reportero Fuentes, venga para acá!
Irma vistió de hombre varios años, por lo menos hasta que adquirió la conciencia de que tenía el
poder y la seguridad necesaria para desenvolverse como periodista, aunque fuera mujer. Con el
tiempo, Irma se convertiría en una columnista política de gran influencia.
Es ilustrativo citar los resultados del "Día Mundial de Evaluación de la Imagen de la Mujer en los
Medios", llevado a cabo el 18 de enero de 1995 en 71 países del mundo, desde Zimbabwe hasta
Inglaterra y desde Finlandia hasta Singapore, incluyendo 8 países de América Latina (Bonder
1996).
El monitoreo realizado en esa fecha incluyó el análisis de la presencia femenina en las noticias, en
los informativos de radio y televisión de emisoras públicas y privadas de mayor rating, así como en
las primeras planas de los periódicos más leídos (Schneider 1996).
Los datos muestran que si bien aumentó el número de periodistas mujeres en todo el mundo, "a la
hora de analizar a quienes recurren los medios como fuentes de información, la presencia
femenina cae abruptamente: son tan sólo el 17% del total de entrevistados o citados en
las noticias" (Schneider 1996).
En asuntos relacionados con política, economía y gobierno, el 91% de entrevistados son hombres.
Y, aún en temas de salud y medicina, sociales, arte, entretenimiento y vivienda, "los varones
siguen siendo autoridad para los formadores de opinión pública: constituyen más del 67%".
Otro detalle relevante es que de la cantidad de noticias analizadas (aproximadamente 15,000),
apenas un 6% trata de temas como anticoncepción, atención de los hijos, condiciones laborales de
las mujeres, cambios en los roles femeninos y aún así, poco se cita el criterio de las mujeres. A la
hora de visibilizar la opinión femenina, las diferencias entre regiones van desde un 20% en
América del Norte, hasta un 6% en América del Sur (Bonder, 1996; Schneider 1996).
Igualmente, es excepcional la cantidad de mujeres ocupando puestos de dirección en los
periódicos, revistas, canales de televisión, estaciones de radio, el cine y, también en las editoriales.
Es decir, que los espacios donde se concentra el poder que impone ideas y costumbres han sido
básicamente masculinos.
Así lo confirman estudios realizados por UNESCO, citados en Cambio 16 (1995), "de 200 empresas
de medios de comunicación en 30 países de diversas regiones, sólo siete de ellas son dirigidas por
mujeres". Estos datos se complementan con los hallazgos de Gallagher en el sentido de que "en
todos los continentes el porcentaje femenino en los medios promedia alrededor del 30%, índice
que decrece ostensiblemente al tratarse de puestos directivos o técnicos que tienen que ver con el
trazado de políticas editoriales y decisiones sobre cobertura periodística" (Las mujeres...1998).
También debe observarse que las periodistas, al igual que las mujeres en otras disciplinas,
enfrentan obstáculos para desempeñarse profesionalmente. Estas limitantes incluyen, desigualdad
en la remuneración, escasas oportunidades de formación permanente, pocas posibilidades de
asceso [especialmente a puestos de dirección], acoso sexual, límite de edad, discriminación
laboral. Así como conflictos entre las exigencias familiares y las profesionales y la ausencia de
infraestructura de apoyo (guarderías) (Petters, 1996).
Todos estos factores constituyen barreras invisibles de las que ni siquiera todas las comunicadoras
están conscientes, pero que de hecho dificultan su desarrollo como ya se anotó.
4. Por último, un aspecto que no puede dejar de señalarse por el impacto que está teniendo en la
presencia de las mujeres y otros grupos "escasamente visibilizados" en los medios, se refiere a los
efectos de la globalización en las comunicaciones.
Según los resultados del Monitoreo Mundial de Medios 2000 realizado en 70 países por la World
Association for Christian Communication, WACC, en febrero de 2000, las periodistas constituyen el
41 por ciento de las personas que reportean y producen información en el mundo, sin embargo,
las noticias sobre las mujeres en los medios de comunicación representan apenas el 18 por ciento,
frente al 82 por ciento en el caso de los hombres.
Sólo el 10 por ciento de todas las noticias tenía a las mujeres como enfoque central. La proporción
más alta se percibía en la prensa escrita: 14 por ciento y en temas relacionados con el arte y
entretenimiento.
Las reporteras de televisión representaban el 64 por ciento, las de radio el 72 por ciento, y las de
prensa escrita el 74 por ciento.
Las lectoras de noticias en la televisión eran el 36 por ciento y en radio el 41 por ciento.
En el caso peruano, lo que observamos es una aguda crisis de representación de la sociedad
peruana en su conjunto. A las características globales que ha adquirido la labor informativa,
basada casi exclusivamente en la espectacularización y el escándalo se unen otros complejos
inveterados problemas. El tema no pasa ya tanto por la circunstancia de género. Amplias zonas de
la múltiple realidad no son atendidas por los medios.
Existen valiosísimas colegas, acuciosas investigadoras, en el ejercicio del periodismo en los
diversos soportes. Ellas día a día con su labor, muchas veces mal remunerada y laboralmente
inestable, van configurando una imagen de mujer profesional en ese nuevo siglo.