1. NUESTRO DÍA D… NI OLVIDO NI PERDÓN
El 06 de junio de 1944 ocurrió un evento que marcaría el destino del mundo, el
desembarco en las playas de Normandía o día D, que para quienes amamos la
historia significó el sacrificio de muchos valientes anónimos por salvar millones
de vidas oprimidas por el poder ciego y enloquecido de Hitler y los
nacionalsocialistas alemanes que se creían omnipotentes; solo en la playa Omaha
murieron 6,000 soldados americanos. Su valiosa sangre tiñó las aguas y arenas de
playas lejos de su hogar y familias, y las convirtieron en santuario donde el
honor, el valor y la fuerza del espíritu humano son hoy templo silencioso. Su
sacrificio significó nuestra libertad, la justicia para oprimidos y su mayor y
eterno honor.
Eso recordaba hoy en la marcha de mandiles blancos; no tenemos armas, solo
nuestros gritos y aplausos, no había ruidos de balas ni granadas porque los
médicos que salvamos vidas, hoy peleando en las calles gritamos nuestra rabia de
sabernos víctimas de la ambición de poder, de la codicia y de la mezquindad de
unos cuantos que no merecen estar sobre nosotros pues solo saben mentir,
denigrar, insultar, atacar. Su torpeza raya en la locura al pretender acallar
metiendo miedo y empapelar a quienes pelean por los sueldos que ellos mismos
cobran, sin atisbo de sangre en la cara.
Lo peor que escuche hoy es sobre el acto traicionero, artero y desalmado
proveniente de otros colegas que han sido y son digitados cual marionetas por un
gobierno dictatorial y fascista, gobierno que ha empezado a enseñarnos cuánto
vale su integridad en relación al dinero y oropel que tanto les ciegan y quitan el
sueño, al que le representamos obstáculo nosotros los médicos.
Es necesario decirles a aquellos que siendo médicos se quieran congraciar con el
poder de turno, con quienes les han dado algo esperando recibir su
incondicionalidad aun a costa de vender, amedrentar o maltratar a sus hermanos
de profesión…. deben saber que no solo hoy ni mañana sino SIEMPRE, POR
EL RESTO DE SUS VIDAS y la de sus descendientes deberán responder por el
daño que a la salud de todos los peruanos y a sus colegas hagan con su conducta,
se les dará a conocer no solo acá sino en todas partes del mundo y por siempre,
mientras quede un solo médico peruano que sí valore a sus hermanos de bata se
dirá y escribirá quienes fueron, que hicieron y porque prefirieron dañar a otros
médicos, vayan donde vayan. Deberán afrontar el oprobio de ser juzgados por
todos los médicos del mundo en donde estén, en todo lo que hagan…. y deberán
responder a sus siguientes generaciones porque se les recuerda tan mal y con
vergüenza, porque eso merece quien baja la cabeza por dádivas pasajeras, quien
2. olvida sus raíces por los cantos de sirena de poderes económicos que se ceban en
la gente y salud de su pueblo.
Si las playas de Normandía son el mejor recuerdo de cómo el mal y la injusticia
fueron vencidas cuando todo parecía perdido, hoy serán los médicos peruanos los
nuevos soldados y las calles de Lima las nuevas playas de Normandía donde
demostraremos que aquellos que han metalizado su alma y su corazón, quienes
por 30 monedas traicionan y enlodan el mandil blanco - símbolo de nuestra bella
y noble profesión- merecen repudio, vergüenza y ser señalados por los más de
60,000 hermanos como quienes nos dieron la espalda, nos hicieron daño y
negaron al pueblo del Perú una reforma justa, verdadera y además, que
asesinaron la dignidad y honor que como médicos debían tener al golpear a sus
propios colegas, se sabrá a lo largo de las generaciones de médicos de mi país
venideras, su maldad no quedará impune, la gritaremos a los 4 vientos .
¡NI OLVIDO, NI PERDÓN A QUIENES MALTRATEN Y
AMEDRENTEN A NUESTROS COLEGAS MÉDICOS!
Iliana Romero Giraldo
CMP 27837